Pedro, mi primera experiencia de vida

Buenas chavales! Os cuento la continuación del relato "Primera experiencia de cruising", donde podéis ver como conocí a Pedro y mi relación actual con el!

En el anterior relato os comenté a todos mi experiencia de cruising en la estación de tren, y de qué manera conocí a mi actual pareja, Pedro, pero os había prometido seguir la historia, y además contar mi primera vez con el, y aquí os la traigo. Os aviso, es largo jajajaja.

Os dejé en la estación, esa conversación que tuvimos y el mensaje que me envío a llegar a casa. Este mensaje me llegó cuando justo entraba en casa, y es que no sabía que pensar. Rosa, una amiga de toda la vida a la que la cuento todo, me dijo que este chaval merecía la pena y que le conociera, pero no se, me seguía asustando, era una sensación de querer y no poder por el miedo que me causaba a conocer a alguien que no conocía (una cosa normal, porque si no conoces tienes que conocer, pero una paranoia interna me lo impedía jajaja).

El caso es que ni le contesté a ese mensaje, pero al cabo de no se, 4 días o así, me mandó, textualmente, el siguiente mensaje

-       Veo que no estás interesado, ok, te dejo en paz. Perdona si te molesté.

Bueno, en aquel momento me sentí bastante mal, porque tampoco es que estaría pasando de el, pero era esa sensación de querer y no poder, hasta ese momento. Me armé de valor y le contesté simplemente:

-       Buenas tio. No paso de ti.

A los 5 minutos me contestó y me dijo que si quería quedar con él en un bar que queda por una de las transversales de la plaza del Sol, y le dije que si, sin problema. Hasta que llegó ese momento estuve 2-3 días hecho un manojo de nervios porque de verdad que me gustaba, pero no se, como no le conocía, me daba esa sensación de vértigo. Por fin llegó el día, y tres horas me comencé a preparar jajaj (al final para llevar una camisa y un vaquero, pero bueno).

Cuando llegué a Sol todavía no había llegado, pero al poco tiempo después me mandó un mensaje y me dijo que el metro había llegado algo tarde y que en nada estaba. Pasó muy poco tiempo, y, en una de esas veces nerviosas que estás mirando ansioso por venir si viene alguien, le vi. Venía con un vaquero ancho, una camisa negra. No he visto a chaval más guapo en mi vida, y no llevaba nada encima que te llamaría la atención, pero no se que era, si era su cara, su pelo repeinado para la derecha jajaj (si ve esto me mata, por cierto), que me llamó la atención hasta tal punto de ponerme tan nervioso que ni sabía que decirle, no me salían las palabras.

El llegó, y me dijo

-       Por fin, tio, estuve esperando varios días pero al final veía que pasabas

Y yo le contesté, tal cual, lo siguiente

-       Mmm, buaa, es quee, mmm.

Si, penoso, pero no me salía nada más. En ese momento estaba prendado por el, me llamaba tanto la atención que no sabía ni que decirle. Fuimos andando hasta el bar que quedaba a 5 metros y bueno, nos pedimos unos cubatas. Estuvimos allí más de una hora, hablando de temas como el curro, preferencias… bueno, muchas cosas, hasta que al final me dijo de acompañarle y tomar algo más en el bar que le quedaba cerca de casa. En este momento sabía perfectamente que aquello se iba a complicar y decantar a un lado muy oscuro y negro jajaja, pero me encantaba, así que acepté sin pensármelo. Él vivía en las afueras de Madrid, así que tuvimos que coger el metro, pero vamos, no tardamos más de 5 minutos en llegar.

Su barrio me encantó, y todos le conocéis de oídas, pero tampoco quiero decirle públicamente porque a el no le mola nada el tema de Internet, solo diré que es un barrio a las afueras de Madrid jajaja. En el barrio existían varias bares, y tomamos una última copa en uno de ellos, además de fumar varios cigarros y conversaciones. Cuando estábamos acabando, me dijo:

-       Si quieres cojo el cocho y te llevo a casa, o te quedas a dormir conmigo cabrón y lo pasamos de puta madre.

Bueno, yo en ningún momento tuve ninguna duda de lo que quería hacer, así que nos fuimos andando a su casa, que quedaba a escasos metros del bar. Cuando llegamos al portal me llamó la atención algo, y es que era similar al recibidor de un hotel, aquello no se veía ni en el centro sinceramente. Había un olor fantástico, como a fresa mezclada con menta, nunca se me olvidará aquel olor, aunque en ese momento en lo único en que me estaba fijando era en el culo de mi ligue jajaja. Llevaba un vaquero, como he dicho antes, pero sin cinturón, así que si andaba lo mínimo se le iba bajando.

En el ascensor, el cual estuvimos esperando la ostia de tiempo, cuando entramos, el marcó el piso, un cuarto, y cuando se cerró la puerta se lanzó directamente. Se me acercó y comenzó a comer la boca, a lo que yo respondí sin pensarlo. Aquellos pocos segundos en el ascensor se me hicieron la cosa más rápida del mundo, cosa que, sin duda, era una buena señal. Cuando se abrió la puerta del ascensor, nos bajamos y directamente me tocó el culo. Aquella era una sensación nueva, puesto que hasta ese momento el que tocaba culos era yo jajaja.

Cuando abrió la puerta de su piso, flipé. En la pared, lado izquierdo, había todo un mural de fotos con personas, que luego entendí que eran familia, lo que me llevó a un lado tierno que te cagas, significaba que este tio no era el típico que quería lo que quería, así que me fui llevando por el. Cuando llegamos, me ofreció algo de tomar. Nos lo tomamos en el sofá del salón, y él empezó a quitarse las zapatillas y los calcetines diciendo que estaba harto de ellos. En ese momento mi erección se aumentó un 400% porque mi debilidad son los pies de toda la vida, sinceramente. Esos pies estaban perfectamente cuidados, sin un pelo,… buf. En algunos momentos pensé que hasta sabía mi debilidad con los pies porque se les tocaba muchísimas veces, les sobaba, les ponía sobre la mesa,… buf, me estaba dando en mi punto débil jajaja.

Poco tiempo después, y sin acabar la copa tan rica que había puesto, se me volvió a lanzar, pero esta vez de una manera más bruta, metiéndome la lengua hasta la campanilla, lamiéndome las comisuras de los labios, escupiéndome cada cierto tiempo. Entre estos momentos me dijo

-       Buf que ganas tenia de follarte.

En este punto pensé que a quién pensaba follar, porque a mi desde luego que no me molaba, por el momento. Mientras nos comíamos la boca, empezamos a tocarnos por encima del pantalón, apretando, y bajándole cada vez un poco más, pero yo no aguanté más y le metí la mano por dentro del pantalón. Ya podía notar otra vez aquella polla que vi en la estación, con unas pelotas enormes y echando precum, uf, sin palabras. Sin avisarle mucho, me acerqué y comencé a mamar aquel cacho carne que me molaba tanto, junto con sus pelotas y pecho, ya que iba alternando. Me llamaban la atención los huevos, los que estuve lamiéndole, metiéndoles a la boca y restregando mi propia cara con ellos.

Todos sabéis mi debilidad por los culos, así que poco a fui lamiendo todo lo que podía hasta llegar a ese agujero perfecto, delicioso, que lamí todo lo que me dejó. Buf, intentaba meter la lengua todo lo que podía y le podía ver como se retorcía y gemía, cogiéndome la cabeza y apretándola. Mi instinto básico me llevó a empezar a rozarle con un dedo, pero pronto me hizo saber que esa noche no, no quería ser pasivo. Vale… en ese momento mi cabeza estaba pensando uf, a ver como salimos de esta Guiller ajajaja

Me cogió de los bordes de la camisa y me tiró contra el sofá, empezó a soltarme todos los botones, el pantalón, las zapatillas, buf. Literalmente me comió entero, empezó lamiéndome los pies, subió las piernas, me comió los huevos, y me hizo una mamada que en mi vida había sentido nada igual. Sorprendentemente, mientras me lamía las pelotas, estaba esperando con muchas ganas una buena comida de culo, y si, me la dio. Dios que rico, como movía la lengua, notaba su esfuerzo de apretar más y más su lengua contra mi culo. Mientras, me la cascaba con una mano y empezaba a jugar con un dedo en mi culo. Al principio, no me molestó, pero iba apretando cada vez más y se lo hice saber.

En ese momento paró, y me miró. No se, tuve la sensación de que todo iba a acabar pronto no me digáis por qué, pero me dijo

-       ¿Quieres probarlo?

Relacioné enseguida que a lo que se refería era a ser follado, ser pasivo por primera vez en toda mi vida. No se que se me pasó por la cabeza, pero era tal la calentura que llevaba que le dije que si y le hice un gesto para que se sentara. En ese momento empecé a comerle la polla con un frenesí, una rapidez… nunca antes vista. La quería, quería ahogarme con ella, pajearla, darme con ella en la cara… todo. Poco tiempo después me dijo que parara que se iba a correr y se cortaba el rollo, así que se levantó y me dijo que iríamos a la habitación.

La habitación era muy grande, tenía una cama muy grande y unos cuadros muy llamativos, no se, raros, jajajaja. Me empujó a la cama, y me comenzó a besar de nuevo, bajando poco a poco y comiéndome todo, el cuello, las axilas, los pezones, y bajando hasta mi polla volviéndome a hacer la mamada del siglo. Poco a poco fue llegando al culo, comiéndome de maravilla, pero esta vez ya el dedo empezaba a entrar un poco más, hasta que llegó el momento de que le tenía entero dentro. Si digo la verdad, no me enteré, ese dedo entró bastante fácil, aunque por el camino notaba alguna cosa muy morbosa jaja.

Poco a poco empezó a sacarle y meterle bastante rápido, hasta que noté una presión. En ese momento le dije que parara, y me dijo que solo eran dos dedos, que aguantara. Mi morbo me llevó a decirle que si, y me cogí automáticamente los pies y me abrí de piernas todo lo que pude. Esa sensación es brutal, y todo el que la haya vivido sabe de lo que hablo, estar abierto de piernas cual zorra esperando lo que hagan contigo.

Empezó a meter los dos dedos, y si, dolió, no voy a mentir a nadie, pero esa sensación me gustaba y quería más. Cogió un lubricante de la mesilla de madera que teníamos al lado y empezó a echárselo en los dedos y sobre mi culo. Empezó de nuevo con los dos dedos, pero en aquel momento no sabía si eran dos o más, me daba igual. Empecé a notar más y más la presión, y me imaginó que iba aumentando de número de dedos, pero me daba igual en serio, seguí abierto de piernas dejando que me hiciese lo que quisiera.

Después de esto, me dio una lamida rápida a la polla y subió hasta mi boca, diciéndome frases guarras como:

-       Te voy a follar lo sabes no

-       Me encanta tu puto culo, que maravilla.

Volvió a la maldita mesilla de noche y le vi sacar un condón. En aquel momento sabía lo que venía, pero quería hacerlo, me ponía muy perro la idea de que me iría a follar. Tardó segundos en ponerse el condón en aquella pedazo de polla y volvió a besarme y comerme el cuello, pero mientras podía notar su polla en el culo, cada vez más cerca. Fue poco a poco, y notaba cada vez más esa polla, hasta que fue metiéndola. Uf, no se describir la sensación, pero sentía muy cerdo y cachondo en ese momento. Fue metiéndola un poco más, hasta que dio un pequeño tirón y si, en ese momento hasta grité del dolor, me dolía mucho, pero comenzó a besarme otra vez, y otra, y se me quitó pronto el dolor.

Después de esto, el movimiento fue continuo, mete y saca. Podía notar como aquella polla iba rellenándome por completo, y si, es así, sentía ese calor que se describe, ese calor que te recorre. Ese calor que se siente se convierte en calambres eléctricos que te recorren todo el cuerpo, y que puedes notar en la polla, entre otras partes. Las embestidas iban cada vez a más, y notaba una sensación tan rara como excitante dentro de mi, al mismo tiempo que me besaba, notaba su sudor en la frente… algo muy nuevo pero al mismo tiempo muy excitante y placentero.

Al rato cambiamos de postura, y me puse a cuatro patas, mostrándole todo mi cuerpo abierto y disponible para el. Me sentía como un auténtico cerdo, abriéndome con las manos las nalgas para dejarle a su vista el culo completo, y el perforándole y cogiéndome del cuello y besándome. Uf, esto no es descriptible en serio.

Poco tiempo después empezó a follarme con muchísima fuerza, y notaba como me decía entre susurros que se corría, y le dije que lo quería en la boca como un buen cerdo que era en ese momento. A los segundos paró de follarme, dejándome un vacío increíble en el culo, y se puso sobre mi cara y se corrió, uf, 5-6 trallazos que me llenaron la puta cara de leche como yo quería. Al poco hice lo mismo, y se encargó de mamármela para sacarme hasta la última gota de leche.

En ese momento, y después de pasar todo lo que pasó, nos quedamos dormidos. A la mañana siguiente me desperté, le tenía al lado, y el seguía dormido. En ese momento supe que este chaval tenía algo, tenía algo que me hacía seguir lanzándome a besarle y a estar con el. No se explicarlo, hasta dormido algo dentro de mi me pedía seguir besándole y estar muchas horas con el. Cuando se despertó, volvimos a follar, varias veces, pero esta vez nos intercambiamos y él fue pasivo varias veces. Cuando terminamos, nos duchamos y me acercó a la estación de bus para poder llegar a casa. ¿Sabéis qué? Cuando me subí al tren le busqué por la típica ventanilla, y seguía aparcado con su moto.

Pasaron nada, 3-4 horas, que estaba en mi casa, y le hablé para volver a comer. En ese momento comenzó una relación que hoy en día es inseparable, vamos juntos a todos lados, aunque, eso sí, es una pareja abierta, cada uno podemos follar con quien queramos, comernos las pollas que queramos, pero al llegar a casa estamos el uno para el otro. Quizá, algún día esto cambie y estamos el uno para el otro en exclusiva, no lo se.

No me quiero enrollar más, pero solo quiere decir que le quiero con locura, que le adoro, y que gracias él he descubierto nuevas cosas en mi vida que no habría descubierto sin él (aunque, hoy en día, el pasivo es él jajajajaja).

Te quiero mucho Pedro, te adoro.

Os quiero a todos los que me dedicáis un momento para leerme, y deciros que siempre estoy disponible por email!

Un beso!!