Pedrito y el Cholo

Continuanción del relato El tío Chula.

Pedrito y el Cholo

Después de aquella noche Pedrito no volvió a mirar a su tío de la misma manera, al día siguiente en la mañana hicieron como si nada hubiese pasado, su tío seguía igual de distante con él, aunque pedrito no esperaba otra cosa, pero por un momento pensó que la actitud de su tío cambiaria pero el Chula ni se inmuto.

El termino el desayuno y se salió de casa, siempre lo hacía, salía después de desayunar y no regresaba hasta la noche, decía que se iba a trabajar, pero no se le conocía trabajo, pero aun así siempre traía dinero a casa, los vecinos decían que se dedicaba a robar con su pandilla, lo cual era cierto, pero mi familia se hacía de la vista gorda.

De casualidad mientras salía a la bodega a comprar, Pedrito vio a unos metros de distancia que el Chula estaba con su mejor amigo y compinche, ese era nada más ni nada menos que el Cholo, un hombre moreno, de pelo recortado chico a los costados y un ligero copete levantado con gel, brazos anchos y espalda ancha con un abdomen no marcado, pero si plano a diferencia de su tío.

El Chula le enseñaba algo en su celular, y el Cholo se reía a carcajadas mientras se acomodaba el paquete pues su verga se había erectado la cual era visible ya que solo traía un short muy fino, Pedrito no le dio más importancia a eso, pero pensó que de preferencia se lo hubiera follado el Cholo y no el Chula.

De salida para la escuela Pedrito iba caminando, aunque muy lento en realidad, le molestaba tener que ir, sobre todo porque tenía que caminar varias cuadras para ir hasta el paradero a tomar el bus, mientras iba de camino se le venían a la mente el recuerdo de como su tío se lo follaba, se regañaba a si mismo por haberle gustado como su tío se lo cogía.

La bocina de un auto lo saco de sus pensamientos, volteo a mirar y era nada más ni nada menos que el cholo, nunca habían hablado, simplemente se conocían por medio del Chula, pero de ahí no más.

Hey sube, te llevo al cole – le dijo el cholo a Pedrito.

No gracias – contesto él.

Hombre no seas maricon que no te voy a secuestrar, no es tan cierto lo que dicen de nosotros por el barrio – dijo el cholo avanzando lento mientras Pedrito caminaba.

Pedrito se lo pensó bien, no sabía porque motivo el Cholo lo quería llevar, si nunca antes lo había hecho cuando lo veía, pero aun así subió.

Como estás chico – pregunto el cholo haciendo presión en su pierna.

Bien gracias y usted – contesto Pedrito.

No me trates de usted, está bien que tenga un hijo, pero tampoco es para que me digas usted, además solo tengo 35 – dijo el cholo – Y tu cuando años tienes -  le pregunto a Pedrito.

Tengo dieciséis – contesto Pedrito.

Asu ya estás grandecito, Ya puedes dar consentimiento entonces – dijo el cholo apretando sugestivamente la pierna de Pedrito.

¿Consentimiento de que cosa? – pregunto Pedrito sacado de onda por lo que le había dicho, lo cual si había entendido.

De conversar con alguien mayor pues, que más va hacer – contesto el Cholo riéndose.

Pedrito vamos a pasar por la casa de la mama de mi mujer para dejarle el diario de la comida, espera un momento – le dijo el cholo.

Se detuvieron en una casa, donde afuera estaba esperándolo la mujer del cholo.

Sin vergüenza, te desapareces y no dejas nada para darle de tragar a tu hijo – le grito la mujer al cholo que bajaba del carro.

Deja de hacer tanto escándalo, pareces placera – le dijo el cholo.

A mí no me vengas joder imbécil y dame la plata – dijo la mujer enojada.

El cholo saco de su billetera dinero y le dio.

Si, así como me pides plata también me cumplieras en la cama, otra seria la cosa – le dijo el cholo.

Idiota ya lárgate y ponte a trabajar delincuente - le dijo tirándole una cachetada.

Agradece que esta el sobrino del chula aquí porque si no te la devolvía – dijo el cholo con ojosde ira.

El cholo volvió al carro y arranco de golpe.

Si, así como jode, me cumpliera dándome el culo – dijo el cholo furioso – Solo jode y jode – termino diciendo.

Pedrito solo lo escuchaba y no decía nada.

De verdad quieres ir al cole, porque mejor no nos vamos al hueco – dijo el cholo.

Que es eso – pregunto Pedrito.

Que? El chula no te ha dicho nada – pregunto el cholo.

No, el no habla de nosotros nada de su vida – dijo el muchacho.

El hueco es nuestro lugar de reuniones, espera y veras – dijo el cholo.

Mmm A ver vamos pues – dijo Pedrito.

Si quieres podemos llevar un par de gatitas y nos la cogemos ahí – dijo el cholo – O prefieres que estemos solos tu y yo conversando – dijo el cholo.

Ahí vemos – le contesto Pedrito.

Pasaron el colegio de Pedrito y tomaron un desvió el cual los llevaba a las afueras de la ciudad, cuando llegaron entraron a un lugar descampado, cercado por alambres de púas, donde en medio había tipo una casa, pero hecha a base de cosas viejas posiblemente de basura, en el techo tenía una especia de calamina y en las paredes era de lata.

Nada más entrar había un sofá grande y al frente un televisor que estaba conectado a una batería para tener electricidad, detrás del sofá había una cama, todo lo que ahí había era viejo, el piso era todo de tierra y no tenían ningún baño.

Aquí venimos cuando estamos en apuros – dijo el cholo.

Cuando los persigue la policía – dijo Pedrito.

Suena feo, pero si es cierto – dijo el cholo sacándose el polo.

Pedrito sabes porque hemos venido aquí – dijo el cholo.

Para conversar y follarnos un par de putas, no dijiste – contesto Pedrito quien aún se encontraba de pie en la puerta.

Si vamos a follar, pero tú y yo, y te voy a reventar ese culo tan rico que tiene con esta verga mira – dijo El cholo sacándose la verga por la cremallera.

Pedrito no articulaba palabra, pero se había excitado con lo que el cholo le había dicho.

Que pasa Pedrito, sé que te gusta la verga y yo te la estoy ofreciendo gratis -  dijo el cholo acercándose.

Pedrito se quedaba quieto no decía nada, se había sonrojado su rostro, el cholo se acercó hasta quedar en frente de el, con la polla a tiesa, a Pedrito le gustaba lo que veía pues le gustaban las vergas grandes y gordas con bastante vello púbico.

Toma Pedrito es toda tuya, tócala – dijo el cholo tomando la mano de Pedrito y poniéndola en su verga.

Pedrito instintivamente comenzó a masturbar al cholo, quien suspiraba de placer, Pedrito impulsado por el cholo se arrodillo en el suelo de tierra manchando su uniforme del colegio, y comenzó a chupar el pene de ese hombre el cual comenzó a gemir gravemente.

Uff Pedrito, de saber que la chupas tan bien te hubiera buscado desde el primer momento, y no hubiera gastado mi plata en putas, chiquito – le dijo el cholo quien estaba gozando la mamada.

Al muchacho le gusto que le dijeran eso ya que su verga dio un salto, Pedrito siempre se esmeraba con sus amantes, le alagaba que ellos le digan ese tipo de cosas es decir que lo feliciten por lo bien que hacia su trabajo en las artes sexuales.

El hombre quien ponía cara de vicioso se abrió paso bruscamente dentro de la garganta de Pedrito quien se ahogó, pero aun así no dejo de mamar.

Ay Pedrito, quiero que seas mi putito de ahora en adelante – dijo el hombre quien estaba muy complacido por la mamada de guevo que el muchacho le daba.

Pedrito no decía nada, el solo contestaba poniendo más empeño a lo que estaba haciendo.

Pedrito para, para, que me vas hacer correr, y eso no quiero porque deseo romperte el culo -  le dijo el cholo pasándole la verga por toda la cara embarrándosela de babas a Pedrito.

Quítate la ropa y muéstrame el culo – le dijo el cholo a Pedrito mientas iban a la cama.

El cholo se quitó toda la ropa, su verga aun seguida erecta y botando su baba, Pedrito se quitó la camisa que estaba mojada por su saliva, se quitó el pantalón y dejo ver su redondo culo que tanto volvía loco a los hombres que lo poseían y este no iba a ser la excepción.

El cholo se colocó detrás de él y manoseaba su culo, cosa que le encantaba a Pedrito, dejaba escapar gemido ahogados, con una mano el cholo hizo que se inclinara, separo las nalgas con ambas manos y comenzó a chupar el ano del chico.

Le pasaba la lengua por toda la raja, le escupía el ano y volvía a chupar, succionaba, lo penetraba con la lengua, y no se cansaba más por el contrario el cholo más se excitaba al hacerle eso a pedrito, por escuchaba sus leves gemidos.

El cholo no se aguantaba más, deseaba incrustar su verga en el cálido y apretado agujero de Pedrito, y así lo hizo, escupió su verga y se disponía a penetrar ese rico ano.

Pedrito, te la voy a meter, aguántame, y te prometo que te tratare como un príncipe siempre – dijo el cholo quien comenzó a meter la cabeza de su pene.

Pedrito dio un pequeño gemido.

No te calles bebe, grita y disfruta lo que quieras, nadie no escucha – dijo el cholo al chico pues le gustaba como Pedrito gemía.

Y así lo hizo, Pedrito no se callaba nada y gemía cada vez que el cholo le incrustaba su pene, segundos después, su amante ya lo tenía completamente ensartado, con el pubis bien pegadito a la cola.

Pedrito no espero más, y le dijo al cholo que lo follara, el hombre le hizo caso y lo comenzó a follar primero lento y después rápido, el chico gritaba de placer, se mordía los labios, las sabanas, se aferraba al colchón, y tenía una sensación única en su interior.

El choco quien impulsado por los gemidos del chico se esmeraba más también en la penetración, pues eso significaba que el chico estaba disfrutando.

Cambiaron de posición, el cholo le ordeno a Pedrito que subiera a la cama y se pusiera de perrito con las piernas juntas y no separadas, mientras que él se colaba en su detrás pero no arrodillado como el perrito clásico, sino semi parado.

Ambos disfrutaban más de esa forma, Pedrito sentía cosquillas en su pene, pues parecía que ya iba a eyacular, y eso solo lo lograba un buen macho quien con su verga le masajeaba la próstata haciendo que este eyacule.

El cholo lo penetraba frenéticamente, el sonido del golpeteo de sus huevos con las nalgas de Pedrito acompañado por los gemidos del muchacho, eran una música sexual que alimentaba sus oídos.

Pedrito ya se venía y para ayudar a que eso sucediera, se impulsaba hacia adelante y hacia atrás, ayudando también a la penetración del Cholo, quien cubierto de sudor y jadeando ya se estaba corriendo al mismo tiempo que lo hacía Pedrito.

EL cholo dio un fuerte gemido y deposito todo el esperma que tenía acumulado, Pedrito también había hecho lo mismo sobre la cama, ambos se detuvieron, se escuchaba solo el jadeo y había un rico olor muy fuerte a sexo en el ambiente.

El cholo se separó de Pedrito para limpiarse la verga, pero el chico automáticamente le limpio la pinga con la boca al cholo el cual no se lo esperaba, pero se sintió tan complacido que le comió la boca a Pedrito.

Así de sudados como estaban se acostaron a la maltrecha cama, Pedrito como acostumbraba siempre se acostó en el pecho de su nuevo amante y jugaba con sus bolas y vello púbico.

Pedrito de ahora en adelante me atenderás cuando quiera follar, así estés haciendo lo que haciendo o tengas que ir al colegio cuando yo quiera te buscare para follarte el culo, ¿estamos? – dijo el cholo.

Si cholo – dijo Pedrito.

Bien, síguete portándote así de bien y veras como te tratare como un pequeño príncipe – dijo el cholo.

Cholo ya es tarde, tengo que irme – dijo Pedrito.

No señor de aquí no sales hasta que yo lo diga, espera que te voy a follar nuevamente, y después nos vamos – dijo el cholo.

Y dicho y hecho, media hora después el cholo estaba follando nuevamente al Pedrito, esta vez el chico lo cabalgaba y se daba fuertes sentones en esa rica y jugosa verga; cambiaron a piernas al hombre y le daba de alma mientras lo penetraba, nuevamente Pedrito gemía fuerte de placer, cuando el cholo quiso eyacular lo hizo en la boca de Pedrito quien gustoso se tragó toda la leche de su nuevo macho.

Descansaron unos momentos cuando el cholo recibió una llamada.

Ven a buscarme a mi casa – le decía el chula al otro lado del teléfono.

Si ya voy y de paso dejo a tu sobrino, me quede enamorado de su culo – decía el cholo riéndose.

Maricon pobre que me lo hayas dejado flojo – dijo el chula riéndose y corto.

Mi tío, sabia de esto – Pregunto Pedrito

Sí, yo le dije que te iba a follar desde que me enseño el video se la comías con tanto gusto que me provocaste – dijo el cholo – No te enojes bebe, que algo buen sacamos de esto – le dijo el cholo dándole un beso.

Se vistieron y salieron con rumbo a la casa de Pedrito, cuando llegaron el chula estaba en la puerta esperando.


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