Peculiaridades culinarias

Si se quiere disfrutar de una buena comida, se debe sazonar muy bien la carne.

SATISFACCION

Ya me he venido múltiples veces,

pero mis ganas no se han calmado,

aún mi carajo sigue parado

y tú, las nalgas, ahora me ofreces.

Voy a tratarte como mereces,

y tu culito, tan apretado,

he de dejarlo bien rellenado,

para que goces, si me obedeces.

Mueve tus nalgas, putona, aprisa,

mientras penetro, fiero, en tu ano,

este carajo que se desliza,

en un envite del que me ufano,

cuando dibujas una sonrisa

a cada paso de mi balano.

ADORACION

Joder, joder, joder,

la palabra divina,

que en ardiente vagina,

pensar nos puede hacer;

y ahí quiero meter

esta verga ladina,

que galante se inclina

ante una mujer.

¡Oh, mi amor!, si quisieras

estas ansias calmar,

dando tus posaderas,

yo podría aplacar

mis sexuales quimeras

en tu lúbrico altar.

DESCUIDO

Las nalgas te pedí, porque tenía

bien repletos de leche mis huevotes;

me dijiste, -mi amor, no te alborotes-,

al mirar que excitado me escurría.

Pero pronto calmaste mi agonía,

porque tienes tú, de puta, grandes dotes,

y lograste al ensartarte, con tus trotes,

complacerme, cogiendo todo el día.

Te regué varias veces el coñito,

y tu culo, aceptaste lo ensartara,

dejando, de joder, mi pene ahito.

Mas, saliste terriblemente cara,

pues, condón no me puse sobre el pito,

y lograste que ese día te preñara.

EXCITANTE

Se me enderezó la lanza

mirando tu hermoso culo,

como la verga de un mulo

que a ese tamaño alcanza.

Tú, tomando todo a chanza,

y con cierto disimulo,

metiste, según calculo,

casi todita en tu panza.

Y el rico coño frotando,

nos movimos velozmente,

del frote grato gozando.

Pero traía en la mente

verme por detrás montando,

y te clavé el culo ardiente.

CITA

Qué hermoso trasero tienes,

nalgona del alma mía,

me paso día tras día,

con su imagen en mis sienes.

Vida mía, si tu vienes

a calmar esta agonía,

clavaré tu roja vía

hasta que toda la llenes.

Hoy te espero por la tarde,

pero asiste perfumada;

a tu concha, que está que arde,

daré una rica ensartada,

y a tu trasero el alarde

de más de una enculada.

NEGATIVA

Una sabrosa puñeta

he tenido que obsequiarme,

pues hoy te has negado a darme

lo que tienes y me inquieta.

Ese culito que aprieta,

nunca has querido entregarme,

cuando sabes que, halagarme

puedes, con esa roseta.

Ya no seas tan esquiva,

que yo con pasión te adoro,

y mi verga, siempre altiva,

quiere excavar tu tesoro,

lubricada con saliva

hasta en el último poro.