Pecado
Hoy les traigo con mucho cariño una historia corta Una de amor ambientada en una disco, por supuesto, a mi estilo, llena de sangre y erotismo, espero les guste, y no se olviden de comentar...
Pecado
Cerré mis ojos mientras la música del DJ penetraba mi cuerpo, haciendo que mis caderas se movieran con vida propia, y mis manos surcaran mi vestido de coctel blanco.
El sudor de mi blanca piel se mezclaba con el de las cientos de personas a mi alrededor, todos igual de adentrados en la música, como hipnotizados, en otro sitio, a otro nivel.
De pronto una brisa caliente y húmeda en mi cuello me estremeció, y antes de poder reaccionar, una suave mano me apretó el brazo girándome casi con brusquedad.
Quedé frente a frente a unos ojos azules intensos, casi los podía sentir como escrudiñando mi alma, la dueña de esos océanos bailaba también al ritmo de la música, mientras yo estaba deslumbrada por su belleza por completo.
Su piel era incluso más blanca que la mía, y su rubio cabello brillaba con intensidad debido a la luz del escenario donde el Dj se esmeraba en montar sus mejores mezclas.
Con sus manos empujó mis caderas hacia su centro, haciendo que nuestros rostros estuvieran a escasos centímetros, sus labios carecían de pintura alguna, pero igualmente estaban carnosos, habían sido hechos para ser besados, mordidos, devorados.
Su aroma llegó a mí como una droga intensa, y para mi sorpresa, lejos de ser un perfume, era algo natural que transmitía tierra mojada, bosque, salvaje e intenso.
Me dejé llevar aun más por la música y los movimientos de su cuerpo, mientras ella acariciaba mi espalda, y al mismo tiempo apretaba mi piel con fuerza, era como un placer con castigo inmediato.
No sabía siquiera su nombre, era la primera vez en mi vida que la veía, pero en mi interior sabia que ella podría hacer conmigo lo que quisiera.
La hermosa rubia como sabiéndolo, tomo mi rostro con sus manos y me dio el beso de mi vida; rudo, dulce, suave, voraz, todo al mismo tiempo, un torbellino de placer que me llevo a otro nivele sensorial.
Cuando separamos nuestros labios sentí como si mi alma abandonara mi cuerpo, necesitaba con todo mí ser volver a besarla, casi tanto como respirar.
Sin aviso alguno, tomó mi mano y me sacó de la pista de baile, e incluso del club nocturno, adentrándonos en uno de los oscuros callejones que lo circundaban, no me decía nada, ni siquiera me miraba, pero yo la seguiría hasta el fin del mundo.
Ya en lo más apartado del callejón, me pegó con brusquedad contra una de las paredes y de nuevo soldamos nuestros labios, nunca había sentido tanto deseo por sentir a alguien así conmigo.
Sin dejar de besarme una de sus hábiles manos se adentró por debajo de mi vestido, frotando mi sexo por encima de mis pantis empapadas de mis propios jugos.
Con pericia, separó la delgada tela, y sus dedos tuvieron contacto directo con la carne caliente y vibrante de mi centro, aferrándose a mi clítoris en un masaje intenso que me arrancaba gemidos que me impedían seguir besándola.
Cuando la meseta de mi clímax llegó, pude abrir mis ojos para mirar el rostro de la rubia, y un terror primitivo nació en mi interior a la par del placer que estaba sintiendo.
Sus azules se habían transformados en rojos sangre, y unos colmillos enormes habían brotado en su boca, mientras se acercaba hacia mi cuello.
Sus colmillos penetraron mi piel provocando un orgasmo tan brutal, que mis piernas se desfallecieron y mi vista se fue nublando hasta caer en la oscuridad más profunda, una de donde todavía no he salido.
No sé si estoy muerta, pero todavía seguiría a esa rubia al fin del mundo.