Paula vs. Pilar

Segunda parte del relato. Continua la dominación de Pilar.

Pilar Vs. Paula II

Siento haber tardado tanto en escribir la segunda parte, pero las tareas diarias me ha permitido sentarme poco delante del teclado. Ya me diréis que os parece. Gracias por soportar la espera, supongo que se compensa con estas 24 páginas. Un saludo.

Habían pasado ya dos semanas desde el incidente en los baños. Paula seguía algo tensa, pero al ver que no había habido mensajes de Pilar se había ido relajando.

Ese viernes llegó a trabajar en su coche, tuvo suerte y aparcó justo en la puerta de entrada del estudio. Era ya el último día de curro, y con el calor que estaba cayendo, estaba loca por irse el fin de semana a la costa a tomar algo el sol, pues esa semana no tenía ningún evento que cubrir, muchos de los famosos se habían ido ya y la mayoría de las presentaciones se habían dejado ya para el mes de septiembre.

Esa mañana tenía que rodar un par de sketch. Así que fue directa a vestuario y entró en el cuarto. La directora de vestuario le dijo que tenía 3 cambios de ropa, dos para los sketch y uno para el programa. Uno era un atuendo de troglodita, con hueso de plástico incluido para la cabeza; el segundo era un traje de superwoman y el último un traje de vinilo en color rosado que según la luz incidiera lo hacía naranja, debido al voluminoso pecho de la muchacha dos anchos tirantes pasaban por sus hombros. Sonaron unos golpes en la puerta era la coordinadora de escenas.

  • En 5 minutos grabamos, set 3.-
  • Vale, estará lista.- Respondió la directora de vestuario. – Venga niña quítate esos pantalones y la camiseta, que no llegamos.

Se comenzó a desnudar y se quedó en ropa interior. Un sujetador negro con motivos en rosa y unas braguitas a juego. La directora le dio el disfraz y se lo puso.

  • Ah una cosa, ¿Me puedes guardar el bolso?- Dijo Paula.
  • Tranquila guapa, tendrás tu ropa y el bolso en tu camerino. Y te dejaré también el siguiente disfraz. Por cierto te dejaré un tanga precintado, porque me da la sensación que esas braguitas se marcarán. Ummm y pensándolo un sujetador liso porque ese hará marca también.
  • Muy bien, me voy.- Dijo Paula mientras se despedía con una sonrisa.

Se fue al set que le correspondía allí estaban Miki y Dani vestidos de primitivos y preparados para grabar.

  • Esperad un momento que falta Cristina.- Dijo la directora.
  • Ya estoy aquí.- Era Cristina que había entrado en ese momento por la puerta.

Cristina iba también vestida de troglodita, pero su conjunto era más provocativo, y dejaba su ombligo al aire. Miki la miró de arriba a abajo y gruñó en voz baja. Paula se había dado cuenta de cómo la miraba y estaba segura de que la deseaba. Rodaron el spot en un cuarto de hora, y cada uno se marchó hacia su camerino. Paula iba caminando hacia el suyo, cuando vio que venía de frente la directora de vestuario.

  • Cariño, te he dejado tu ropa y el siguiente disfraz en tu camerino, si necesitas algo avísame. Uy, que cabeza casi se me olvida, te ha sonado el móvil.
  • Gracias encanto.-

Tras esto cada mujer se fue en su dirección. Paula entró en su camerino y miró encima del pequeño sofá, allí tenia a un lado el disfraz y al otro su ropa, perfectamente doblada. Se quitó el disfraz de troglodita, el hueso que tenía en el pelo y comenzó a buscar la ropa interior que le había dicho la directora. Estaba justo debajo del disfraz, se quitó el sujetador y lo dejó encima de su ropa, se puso el otro, que no tenía tirantes, además le apretaba las tetas y se las subía. Se quitó las braguitas y se puso el tanga que le habían dejado allí. Se empezó a poner el vestido de superwoman por los pies, le quedaba perfecto, un poco corto, pero bueno el pantaloncito que llevaba el disfraz lo aseguraba todo. Se sentó en la silla que tenía justo delante de un espejo y comenzó a retocarse el pelo, cogió el pintalabios y se los pintó en un rojo pasión más acorde con el traje. Fue entonces cuando se acordó que de lo que le había dicho la de vestuario. Así que fue y cogió el bolso, buscó y encontró el móvil. Le dio a un botón y el móvil se iluminó, un mensaje. Lo abrió y lo que vio la dejó de piedra, era una foto del conjunto que Pilar le había robado, estaba sobre una cama, bien arreglado, dentro de lo roto que estaba. Debajo había un mensaje.

" Te quiero sin ropa interior mientras grabas el sketch y durante el programa, sino atente a las consecuencias. Si no lo haces lo sabré."

Paula no sabia como reaccionar, por un momento pensó en obedecer. Pero luego pensó que Pilar no se enteraría pues para eso tendría que entrar en el recinto, y seguro que con el lio que se armaría; se enteraría de su presencia. Así que se esperó a que la llamaran. Salió hacia el set de rodaje y allí filmó durante media hora, que era mucho, pero habían tenido que repetir un par de tomas varias veces porque Patricia y Cristina habían tropezado. Patricia iba vestida de científica con una bata blanca, y Cristina iba vestida de lo que parecía una supervillana, su traje era negro, muy apretado lo que marcaba la estilizada figura de la entrevistadora en ciernes.

Paula volvió a su camerino, aun faltaba un rato, pero se tenía que leer el guión y probarse el vestidito que ese día le tocaba llevar. Se quitó el traje de superwoman quedándose en ropa interior. Se miró al espejo, la verdad es que el tanga era de los de usar y tirar, con lo poquito que había sudado, el tanga ya se transparentaba dejando su pubis al aire. Desde el incidente con Pilar, se había dejado crecer el bello, no era mucho, pero ya se notaba. Dentro de su camerino hacía calor así que decidió quedarse en ropa interior, no sin antes bloquear la puerta. Se sentó en la silla y empezó a leer el guión, la verdad es que no era difícil un par de animaladas y poco más. De repente el móvil sonó un sms. Paula fue directa al móvil y miró, era una foto suya desnuda en el baño. Mierda era Pilar. Un texto acompañaba a la imagen.

" La has cagado, enana"

A Paula le entró el miedo, así que sin pensarlo respondió el mensaje.

" No lo hagas por favor, haré lo que quieras"

Estaba muy nerviosa, no sabía cuales iban a ser las consecuencias. Sus fotos podían ser subidas a internet. Esperaba mordiéndose la uña del dedo pulgar mientras andaba de un lado hacia otro del camerino. Esperaba algo y su teléfono empezó a sonar, no era un mensaje, era una llamada. Paula respondió de inmediato.

  • -¿Si?- dijo como con miedo.

  • -¿Tienes miedo?- dijo una voz al otro lado.

  • -Sí-

  • Pues, obedéceme. A partir de este momento vas a hacer todo lo que yo te diga.- Paula había reconocido la voz era la zorra de Pilar.- Hoy entras a plató con Cristina, ella va a llevar un vestido sin tirantes. Simularas que te caes y tiraras su vestido hacia abajo y procura dejarle las tetas al aire. Ah, y tú no lleves ropa interior. Y que se note que no la llevas.-

  • Pero…, estas loca. ¿Cómo le voy a hacer eso a Cristina?-
  • -Cállate o esta noche serás la mujer con la que más hombres se pajeen en este país.- Le amenazo Pilar.- Y esta vez no hagas trampas o será todavía peor. Te quiero desnuda debajo del vestido y que se note. Cuando termines el programa recibirás nuevas instrucciones.-

Paula trató de responder pero fue inútil. Pilar ya le había colgado, ahora se encontraba ante una situación muy incomoda. Se armo de valor y trato de justificarse pensando que en algún momento Cristina posaría con algo transparente para alguna revista. Pero luego tenía el problema de cómo demostrar que no llevaba ropa interior. Se quitó el sujetador, quedándose con aquel ridículo (por la poca tela) tanga. Se empezó a poner el vestido. Se lo enfundó, notaba como se le ceñía al cuerpo como una segunda piel. Se reajustó los pechos, se paró durante unos segundos, ¿Sabría Pilar que llevaba el tanga? No quiso arriesgarse, así que se lo iba a quitar justo en el momento que llamaron a su puerta.

  • Maquillaje, ya estoy aquí.- dijo una voz tras la puerta.
  • Ya te abro.- Paula decidió que el tanga podría esperar a que acabaran de maquillarla.

Abrió la puerta y una chica gordita, de unos treinta y tantos entró con una caja de maquillaje. Paula se sentó en la silla frente al espejo y la maquilladora comenzó con su trabajo. Estuvo durante unos 12 o 15 minutos, cuando acabó lo recogió todo, salió por la puerta y justo cuando Paula iba a cerrar la puerta oyó una voz.

  • Espera Paula.- Era Cristina. A Paula no le dio tiempo ni a responder que quería. Cristina entró en el camerino, se hizo hueco en el sofá y se sentó. Vestía con un vestidito sin tirantes, muy cortito, que realzaba sus largas piernas.- Paula, tía, no me ha quedado guay el reportaje de hoy.-
  • ¿Qué?- Respondió Paula sin entender nada de lo que le decía.
  • Si verás, tenía que ir a la presentación de un perfume por donde iban a pasar famosos, pero allí no apareció nadie.-

Paula alucinaba. Con todas las preocupaciones que tenía ella, y encima aun no se había quitado el tanga.

  • Chicas, fuera, ya.- era el regidor.
  • Pero si no salimos hasta dentro de 15 minutos.- Dijo Paula.
  • Que va tía que uno de los videos que habían preparado se ha estropeado y entramos antes del corte de publicidad. Improvisando un poco. Ale, vamos.-

Cristina se levantó del sofá y cogió a Paula por el brazo de forma afable. Tiró de ella, por un momento Paula hizo el atisbo de pararse y quedarse en el camerino para quitarse el tanga, pero un rápido pensamiento la hizo pensar que no creía que Pilar se enterará que llevaba aquel tanguita, así que salió del camerino rumbo al set principal. Durante todo el camino fue pensando lo que iba a hacer, no lo tenía muy elaborado, pero simularía tropezarse nada mas salir, tirando del vestido de Cristina hacia abajo y dejando las tetas de esta al aire. Era eso buscarse al día siguiente una cabaña perdida en mitad de Australia. Llegaron a la boca de entrada al set, allí el regidor las hizo parar, Paula aprovechó para situarse justo detrás de Cristina, comenzó a pensar como hacer que Pilar viera que no llevaba ropa interior así que comenzó por encima del vestido a pellizcarse los pezones. Al tercer o cuarto pellizco tenia ya los pezones marcándose a lo bestia en el vestido.

  • Y ahora con todos nosotros, Cristina y Paula.- Era la voz de Patricia presentándolas.

Se comenzaron a oír los aplausos del público. Paula estuvo a punto de vomitar en ese momento, pero no se sabe de dónde sacó fuerzas y comenzó a andar detrás de Cristina, en el momento que el regidor les marcó. Paula miraba la espalda de Cristina, en su mente todo ocurría a cámara lenta, veía como la gente aplaudía, como Patricia y Miki les aplaudían también, y pensó " Ahora o nunca". Torció el pie y alargó los brazos hacia Cristina cogiéndola por el borde del vestido y tirando de él hacia abajo. Cayó al suelo. Algo iba mal. Miro hacia arriba y vio como Cristina corría en la misma dirección por donde hacia un momento que habían salido, con un brazo se tapaba los pechos y con el otro ¿se tapaba el culo? Paula giró la cabeza hacia su mano y se quedó estupefacta, le había arrancado el vestido, estaba blanca. Notó una mano que la cogía por el brazo, era Miki.

  • ¿Estás bien?- Le preguntó.
  • Emmm… bueno, nos vamos a publicidad y volvemos en seguida si es que estamos vestidos.- Era Patricia dando paso a publicidad de forma apresurada.
  • Vale. Estamos fuera.- dijo el regidor.
  • ¿Estás bien?¿Te has hecho daño?- Le preguntó Patricia.
  • Si, si, estoy bien.- Dijo Paula todavía sin haberse ubicado.
  • ¿Qué ha pasado?- Preguntó Patricia.
  • Me he tropezado y he caído… y mira las consecuencias.- Dijo Paula, que a la vez percibió que nadie se había dado cuenta de que lo había tenido que hacer a propósito.

Paula se levantó y se fue de inmediato hacia los camerinos en busca de Cristina. Mientras en plató se resolvía que hacer en esos minutos. La muchacha caminó a lo largo de pasillos hasta que llegó a la puerta del camerino de Cristina. Esperando fuera estaban la directora de vestuario, una de las chicas de maquillaje, una de las directoras,

  • Mira a ver si tu consigues algo, no nos quiere abrir.- Le dijo una de las que había por allí.
  • Cristina. Ábreme.-
  • Entra tú sola.-
  • Vale.-

Se oyó un ruido como si algo se corriera. Paula empujó la puerta y entró. De lo que primero se dio cuenta fue que Cristina estaba con una toalla sobre los hombros, seguía sin nada debajo, por lo que se le veía e tanga que también era de esos de usar y tirar; se notaba que alguna lágrima se le había escapado, porque llevaba el maquillaje corrido. Golpearon en la puerta antes de que si quiera pudieran hablar.

  • Chicas, podéis marcharos a casa.- Dijo una voz desde el otro lado de la puerta.
  • Vale.- Respondió Paula. – Cristina, lo siento.- Le dijo mirándola.
  • Tía,… no ha sido culpa tuya. Un accidente.-

Paula respiró por dentro, ella también creía que había sido un accidente. Menos mal.

  • Oye, ¿Por qué no nos vamos las dos este fin de semana hacia la playa? Nos perdemos en algún hotelito y tomamos algo el sol.

Cristina se lo pensó, pero terminó asintiendo con la cabeza.

  • Mira, vístete. Yo me cambio y nos vamos, ¿vale?- Por su cabeza pensaba que ese fin de semana serviría para reconciliarse con Cristina.

Paula salió por la puerta y fue a su camerino. Se quitó el vestido y como no quería perder mucho tiempo, no se quitó el tanga. Se puso sus braguitas y su sujetador, vistiéndose con la ropa que ya traía de casa. Dejó el vestido encima del sofá junto a los disfraces que aun no habían pasado a recogerlos. Cogió el bolso y se dirigía ya hacia la puerta cuando se dio cuenta que se dejaba el móvil en una de las mesitas. Lo cogió y lo miró. Había dos mensajes. Pulsó una tecla para leerlos.

" GENIAL. Enana ha sido la hostia mejor de lo que me esperaba, pero esto no ha acabado, se que llevabas un tanga."

"Vete a tu casa y recoge el paquete que te han dejado en el buzón, las instrucciones están dentro."

Paula se sorprendió, ¿Cómo sabía Pilar que había llevado tanga?, ¿Qué había en aquel paquete que lo hacía tan importante? Se armó de valor y le respondió.

" Me voy unos días a la playa."

Tiró el móvil dentro del bolso y salió por la puerta. Ya estaba llegando a la puerta del camerino cuando el móvil volvió a sonar. Paula decidió mirar el mensaje antes de entrar a por Cristina.

" Puta harás lo que yo quiera. O ya sabes que. Vas a ir al Hotel La Arena. Valencia. Habitación 712. Pide llave. No olvides paquete e instrucciones antes de marcharte."

Paula comenzaba a ponerse nerviosa, no iba ella sola, y ahora después de lo que había hecho no podía dejar a Cristina tirada. Paula abrió la puerta del camerino de Cris. Esta ya estaba vestida. Un top de tirantes en color verde y unos vaqueros cortos. Paula le hizo un gesto para que la siguiera, y así lo hizo. Se metieron las dos en el coche de Paula. Arranco.

  • Oye, antes de irnos tengo que pasar un segundo por casa.-
  • Vale, no te preocupes. Como coge de camino, paras en la mía y cojo un par de bikinis.-

Paula ya había llevado a Cristina en otras ocasiones así que puso rumbo a la casa de esta. Cuando llegaron paró justo delante del portal, Cristina bajó y no tardó más de 15 minutos en volver a bajar con una pequeña mochila de mano donde debía de llevar ropa. Entró en el coche y tiró la bolsa atrás. Paula arrancó y se dirigió hacia su piso. Tuvo la suerte de también poder parar delante del portal. Entró y miró el buzón dentro había un sobre con cierto volumen. Decidió subir a su piso para abrirla, evitando así ser observada por miradas extrañas. Cogió el ascensor, palpó el sobre y notó algo pequeño introducido en el mismo. El ansia por saber que era hizo que le diera la sensación que el ascensor no se movía, que los pisos pasaban muy lentos. Finalmente llegó al suyo. Abrió la puerta de su piso y lo primero que hizo fue rasgar el sobre, sacó un frasquito de cristal, no llevaba ningún distintivo de lo que llevaba dentro. Miró dentro del sobre, había un papel doblado por la mitad. Lo saco y lo leyó.

" Zorra, en el frasco tienes escapolamina, una droga narcotizante muy potente. Las instrucciones son estas. Tendrás que convencer a Cristina para que vaya a tu piso esta noche. Verterás en algún líquido 8 gotas de la droga, procura no pasarte. Tan pronto como se lo haya bebido me avisarás y esperarás en tu casa mi llegada."

Paula se quedó blanca. Tenía que drogar a Cristina. Esto se estaba escapando de sus manos, si es que en algún momento había estado en ellas. Sabía perfectamente que la carta la había escrito antes de saber que se marchaban a la playa. Paula dudó durante unos instantes, pero al final optó por rendirse y ver hasta donde conducía todo esto. Cerró los ojos y contó hasta 5. Cogió una mochila que ya tenía preparada con sus cosas, en uno de los bolsillitos metió el frasco, lo cerró y salió de casa. Bajó a su coche y miró a Cristina, esta le sonrió. Pobre infeliz, pensó Paula, no sabía la que se le venía encima. Pusieron rumbo a Valencia, les esperaban varias horas de carretera. Durante el viaje Paula ponía música como intentando relajarse, a veces Cristina canturreaba alguna; de vez en cuando hablaban. No tardaron en llegar al Hotel. Paula lo conocía pues a finales del verano anterior había estado alojada en él por la fórmula 1. El hotel tenía vistas al mar, era grande y contaba con un jardín privado que prácticamente conducía a la playa. Paula hizo lo que se le había marcado, recogió la llave en recepción, la habitación 68, el personal le comunicó que todo estaba pagado; bueno al menos algo bueno tenía que haber, pensó Paula. Las dos chicas cogieron el ascensor, subieron a su habitación y entraron, se quedaron atónitas al ver que había una sola cama, eso si de matrimonio.

  • ¿Qué mas me puede salir hoy mal?-
  • Espero que nada.- Le contesto Paula.
  • Sabes lo que te digo, que me apetece tomar algo el sol de la tarde.-
  • Vale, pues vamos allá.- Le respondió Paula.

Dicho y hecho, Cristina se quitó la ropa y se puso un bikini negro de lycra. Paula mientras Cris se estuvo cambiando observo su espalda, con es culito apretado, esas piernas torneadas en el gimnasio, sus pechos apenas si sobresalían cuando la mirabas de espaldas. Paula también se cambió, escogió un bikini plateado, la exuberancia de sus formas eran remarcadas por el bikini. Se envolvieron en la toalla, justo antes de salir.

  • Espera Cris.-
  • ¿Qué quieres?-
  • Toma.- Paula le extendió la mano y le pasó una gorra. – Así pasarás algo más desapercibida.
  • Gracias, tía.-

Las dos muchachas salieron por la puerta y pusieron rumbo a la playa para disfrutar de los últimos rayos de sol del día. Extendieron las toallas sobre la arena y se echaron. Estuvieron tomando el sol como media hora.

  • Vamos al agua Paula.-
  • Debe de estar ya un poco fría.-
  • Gallina.-

Cristina se levantó y salió corriendo hacia el agua, dejando a Paula con la palabra en la boca. Paula un poco picada salió corriendo detrás de ella, las dos muchachas se metieron en el agua, no estaba fría, al contrario, el agua había recibido el calor del día y estaba caliente, estuvieron jugueteando en el agua durante un rato. A pesar de lo calentita que se estaba en el agua, cuando salieron Paula se dio cuenta que los pezones de Cristina se habían puesto duros y se notaban a través del bikini; pero no era la única, a Paula también se le habían puesto duros pero a ella además se le marcaba toda la aureola. Se envolvieron en las toallas y volvieron al hotel. Era increíble, el rato de playa había hecho olvidar a Paula la "misión" que debía cumplir. No sabía que hacer para ponerle aquello en alguna bebida. Pero la solución se presento por si sola.

  • ¿Qué te parece si bajamos a la disco del hotel?- Pregunto Cris.
  • Umm,… bien.- Respondió Paula, que por un momento había dudado.
  • Genial, a ver si me olvido ya del bochorno de hoy, y que el video quedándome en tetas va a ser lo más descargado en el próximo mes. Por Dios, que interviú saque a alguna famosísima en tetas.-

Los pensamientos en voz alta de Cristina, hicieron sentir culpable a Paula que no abrió la boca hasta llegar a la habitación. Allí las dos jóvenes mantuvieron una distraída conversación mientras se cambiaban y maquillaban. Paula introdujo el frasquito en su bolso, sin que Cristina se diera cuenta. Las dos muchachas bajaron a la discoteca y comenzaron a bailar entre ellas, cuando tenían sed se acercaban a la barra y pedían, la discoteca tenía gente, pero no estaba a reventar. Bailaron rato y rato.

  • Cris, ¿Quieres algo?-
  • Pídeme un mojito y bien cargado, que quiero coger un pelotazo.-
  • Vale, ahora te lo pido.-

Paula fue a la barra. Le pidió al camarero un mojito y un ron con cola. El camarero preparó las bebidas en un periquete, mientras Paula había sacado el frasco y lo había abierto. Vertió las gotas que Pilar le había dicho en la bebida de Cristina. Llevaba las bebidas en la mano y cuando llegó a Cris, esta le cogió la bebida y de un trago se la bebió. Y continuó bailando. Paula hizo lo mismo y un segundo después cogió el móvil y llamó a Pilar. El móvil sonó dos veces.

  • Pilar esta hecho.-
  • Súbela a la habitación en 10 minutos, que no esté en la discoteca mas tiempo.-
  • ¿Y si no la logro subir?-
  • Veremos como le explicas a la gente lo de su consumo de drogas.-

Antes de que pudiera responderle Pilar ya le había colgado. Se giró hacia Cristina y vio como se tambaleaba de un lado a otro mientras intentaba seguir bailando. Corrió hacia ella y la sujeto.

  • Anda Cristina vámonos.-
  • Pero, si estoy bien, mira.-

Intentó volver a bailar, pero esta vez casi da de bruces contra el suelo. Paula la agarró por el brazo y se la llevó. Le costaba ya que Cristina a duras penas si se sostenía en pié. Volcaba todo su peso sobre el pequeño cuerpo de Paula, lo que le hizo tardar casi 15 minutos en llegar al ascensor. Con los empelados del hotel con los que se cruzaba les decía que Cristina se había emborrachado, y la verdad es que parecía eso. Subieron en el ascensor. A duras penas logró, cuando salieron del ascensor llevarla hasta la puerta de la habitación. Y menos mal que la entrada era con tarjeta, porque si hubiera sido con llave estaba convencida que Cristina hubiera terminado en el suelo. Abrió la puerta y fue a dar las luces.

  • Alto, con la luz de la mesita que tienes dada te sobra.- Era la voz de Pilar. Paula estuvo a punto de gritar del susto. Pilar estaba en un rincón oscuro de la habitación, a penas si se distinguía su figura.
  • ¿Cómo has entrado?-
  • ¿Importa?-
  • Cristina esta muy caliente, lo que me has hecho darle le ha subido la temperatura.-
  • Llévala a la ducha. Metete con ella.-

Paula estuvo a punto de responderle, pero sabía en la situación en la que se encontraba, así que prefirió obedecer. Dio la luz del baño e introdujo a Cristina en la ducha, después se metió ella, abrió el agua y esta comenzó a mojarlas a las dos. Mientras sostenía de pié como podía a Cristina el agua fue empapando los vestido de las dos. Paula miraba como poco a poco dos manchitas oscuras sobre los pechos de Cristina iban tomando forma. Eran los pezones, el vestido azul claro que llevaba y el sujetador de tela blanca no podían resistirse al efecto del agua. Pero no era sólo eso las braguitas del Cristina comenzaban también a transparentarse. A Paula le estaba sucediendo lo mismo, por suerte ella llevaba un conjunto negro que no transparentaba sus intimidades, pero el vestidito rosa que llevaba si que había empezado a marcar su lencería. Llevaba unos minutos bajo el agua.

  • Es suficiente. Sácala y tráela.- Era Pilar reclamando su presencia.

Paula sacó como pudo a Cris de la ducha y la arrastró, pues la reportera no se sostenía en pié hasta la cama donde la dejó caer. Miró hacia donde estaba Pilar, esta le tiró encima de la cama unas tijeras.

  • Córtale el vestido.- La orden era clara.

Paula la obedeció sin replicar. Le separó lo que pudo las piernas a Cristina. Colocó los dos filos de la tijera en la parte baja del vestido e hizo un pequeño corte. Después dejó las tijeras sobre la cama y desgarró el vestido de Cristina. Lanzó los lados del vestido cada uno a un lado del cuerpo de Cris. Llevaba lencería blanca muy fina, que al haber sido mojada transparentaba sus pezones oscuros y el bello de su pubis.

  • Arráncale el tanga.- Le volvió a ordenar Pilar.

Paula volvió a obedecer cogió el tanga por los lados y tiró de él hacia arriba, la lencería se le metió por la rajita y Cristina sollozó de dolor y placer. El tanga no cedía, así que Paula se esmeró y volvió a cogerlo y tirar de el hacia arriba, esta vez una de las gomas cedió y la prenda se rompió en parte. Paula tiró ahora con ganas del otro lado del tanga y este terminó de romperse, al tirar tan fuerte de la prenda esta pasó rozando con fuerza los labios vaginales de Cristina, que volvió a gemir, esta vez con algo más de fuerza. Cristina se había dejado crecer algo de vello púbico, como unos dos dedos, que cubrían en parte la zona del clítoris.

  • No, no, no, ese coñito no puede estar así, lo quiero todo depilado, así estará mas fresquita.- dijo Pilar.
  • ¿Y lo tengo que depilar yo?- Pregunto Paula sorprendida.
  • Así es, y empieza ya, que estas muy rebelde.- Pilar seguía sentada en un sillón medio en penumbra, mientras daba ordenes a Paula.

Paula desde la cama miró y enseguida vio el neceser de Cristina, se bajo de la cama y abrió el neceser, encontró espuma y una maquinilla. Le abrió las piernas, Cristina quedó en una posición un tanto humillante, totalmente abierta de piernas. Como Paula, todavía estaba mojada por la ducha, le costó muy poco humedecerle el bello. Después se tiró algo de espuma en la mano y le cubrió todas las zonas con pelo. Limpiaba la maquinilla en un vasito de agua que había en una de las dos mesitas que tenía la habitación. Le dejó el pubis totalmente rasurado, le pasó varias veces la mano hasta quitarle todos los pelitos.

  • Límpiaselo con la lengua, puta.-
  • Joder, no estoy harta, ya basta.- Le respondió Paula.

Pilar se incorporó del sillón, desde el que había estado contemplando hasta ese momento. Se dirigió hacia Paula que la miraba. Pero aun así no le dio tiempo a parar el tortazo que le pegó, que le hizo caer al suelo. Intentó reaccionar pero no pudo. Pilar se sentó a horcaja sobre el pecho de Paula, y comenzó a darle bofetadas en la cara. Paula no se podía defender las piernas le habían aprisionado también los brazos. Entre la presión sobre su pecho, pues el culo de Pilar le oprimía las tetas y las bofetadas estaba cada vez más desorientada.

  • Obedece o sigo.- Le decía Pilar mientras continuaba golpeándola.
  • Vale, vale, lo haré.- Dijo Paula entre sollozos.

Pilar aun le golpeó una vez más, después se levantó. Paula enseguida notó un alivio en su pecho. Se toco la cara con las manos, le quemaba después de tanto bofetón. Se incorporó bajo la atenta mirada de Pilar, se subió a la cama y comenzó a lamer el pubis, de una ajena, Cristina. Se había quedado a cuatro patas, con la cabeza inclinada hacia Cristina y su culo elevado, notó como Pilar le levantaba el vestido dejándola con las bragas al aire. Estuvo tentada de dar un "coz", pero reflexionó, decidió no hacerlo, porque no se podía imaginar cual sería la salvaje respuesta de Pilar.

  • Empieza a comérselo, quiero que lo devores, que metas tu lengua en su vagina, que la penetres.- Paula notó como las palabras de Pilar salían de su boca con deseo.

Paula hizo lo que le mandó. Comenzó a dar lametazos a los labios de Cristina, que comenzaba a emitir pequeños gemidos. Entonces con las manos le separó los labios y aproximó la lengua a la entrada de la vagina. Rozó con la punta de la lengua y enseguida notó el sabor amargo. Palpó con el dedo meñique y se llevó una sorpresa porque Cristina estaba muy húmeda. Justo en ese momento recibió una palmada en su trasero, le había dado fuerte.

  • Au!- Fue lo único que se atrevió a decir.
  • Sin manos, yo no te he dicho que usaras las manos.- Le replicó Pilar.

Paula sacó el meñique de inmediato de la vagina de Cristina y le introdujo la lengua. Notaba los flujos vaginales. Estos se iban mezclando con su saliva. Llevaría unos cinco minutos introduciéndole la lengua a Cristina en la vagina. A veces paraba y le lamía el clítoris, que había crecido, Paula lo notaba en cada lametazo. Durante ese tiempo Pilar no le había parado de acariciar las nalgas, siempre por encima de las bragas, no había intentado si quiera pasar un dedo por debajo de las telas. Aun así Paula comenzaba a notarse algo mojada, pero por suerte y gracias a la ducha que les había obligado a darse Pilar, no creía que la presentadora se diera cuenta de su estado. Pero no fue así, Pilar no tardó en comenzar a pasear sus dedos por debajo de las braguitas de Paula, primer acariciándole el culo, para luego ir bajando, hasta que le toco su rajita, que ya estaba mojada.

  • Um, vaya pero si estas mojadita, mira si a la zorrilla le esta gustando y todo. Ponte de pié.

Paula obedeció sin rechistar, no tenía ganas de que la volviera a abofetear. Al ponerse de pié su vestido no bajo quedándose por encima de las braguitas. Hasta ese momento no se había dado cuenta que Pilar llevaba un vestido veraniego en tonos verdes, que le llegaba hasta las rodillas, acompañaba el conjunto con unas botas vaqueras en marrón. Pilar comenzó a dar vueltas a su alrededor, mirándola de arriba abajo. Se situó a su espalda. Fue entonces cuando notó el roce frio de algo metálico. Paula se dio cuenta enseguida que no podían ser las tijeras pues en algún momento Pilar las había cogido y las había dejado encima de la cómoda que tenía la habitación. Reaccionó rápido y enseguida notó que era una navaja que se había introducido en su vestido haciendo un sonido quedo. Después había vuelto a notar como el contacto con el frio metal desaparecía y era sustituido por los dedos de Pilar que se introducían en el agujero que le había hecho al vestido. Notó un tirón y oyó como se rasgaba la tela, otro tirón y de nuevo tela desgarrándose, el vestido le cayó hasta la cintura, dejando su sujetador al aire. Pilar desde atrás le cogió los pechos por encima del sujetador. Paula trató de resistirse pero la presentadora le ganaba en altura y fuerza, así que lo único que consiguió fue ser zarandeada y que una vez le hubo cogido los pechos se los manoseara con más fuerza.

  • Me encantan tus pechos me lo voy a pasar fenomenal con ellos esta noche.- Le susurró Pilar al oído.

Acto seguido Pilar le cogió el vestido por las caderas y tiró de él hacia abajo. Este se resbaló por los muslos de Paula sin ninguna dificultad. Entonces comenzó a sobarle el culo, al principio Paula ofreció resistencia, pero Pilar la empujó hacia la cama. Paula se quedó culo en pompa con las manos apoyadas en el colchón y comenzó a recibir palmadas en el culo.

  • Ves esto te pasa por ser una reportera mala.- Le decía Pilar con un tono cuasi musical, como si fuera una maestra que estuviera dando unos azotes en el culo por portarse mal.
  • No lo haré más obedeceré, seré una niña buena.- Le respondió Paula.
  • Estate segura de ello.- Le dijo Pilar mientras le volvía a azotar el culo.

Paula notaba como el culo le iba ardiendo poco a poco tras los manotazos de Pilar. Estos cesaron y fue entonces cuando Pilar la cogió del hombro y la hizo que se volviera a poner derecha. Sintió la navaja esta vez a penas si notó fuerza, un chasquido seguido de otro y los dos tirantes del sujetador colgaban. Pilar las había cortado.

  • Túmbate al lado de Cristina. Bocarriba.-
  • Como desees.-
  • Tu ves, esa es la actitud.-

Paula se tumbó y a su lado se sentó Pilar. Esta sacó la navaja, que era de un tamaño mayor del que creía Paula. La presentadora comenzó a pasear la navaja por su pecho y su abdomen, a veces se detenía, recostaba la navaja y apretaba, pero sin llegar a cortar o pinchar. Pilar le cogió con la mano que tenía libre una copa del sujetador, que soltó algo de agua, y le dio como un pellizco, procurando no coger carne. Introdujo la navaja, que cortó la tela como si fuera mantequilla, después hizo un giro y abrió un agujero en el sujetador de Paula, soltó la copa. El pezón de Paula quedó al aire. Repitió la operación con la otra copa, y el resultado fue el mismo. Después y mientras Paula seguía con la mirada las acciones de Pilar, esta comenzó a pasear la punta de la navaja por el cuerpo de Cristina, sus largos brazos se lo permitían. Introdujo la navaja por debajo del trocito de tela que unían las copas del sujetador de Cristina, que seguía mojado y lo cortó como el que corta papel. El sujetador se encogió como si se rompiera un elástico, dejando aquellos pechos con sus pezones oscuros al aire. Cristina seguía sin moverse, sin reaccionar. Pilar pasó la navaja varias veces por el cuerpo inmóvil, apretando el filo en alguna ocasión, sobretodo cuando llegaba a la altura de los pezones, recreándose con cada pasada. Paula no se atrevió a moverse, permanecía inmóvil como deseando que Pilar se hubiera olvidado de ella. Pilar se sentó en uno de los bordes de la cama.

  • Levántate Paula. Y ven aquí.- Le ordenó Pilar

Paula sin rechistar se levantó y se puso delante de Pilar, ella permanecía sentada en el borde de la cama. La cogió por la cintura y se la acercó poniéndola entre sus piernas. Comenzó a comerle los pezones, de forma salvaje, lamía con toda la lengua, chupaba succionándolos todo lo que podía, e incluso, llegó a morderlos. Paula se encogió como reacción al dolor. Pilar la cogió de nuevo por la cintura, pero esta vez le dio la vuelta. Le lamió el culo, acto seguido le atizó un cachete en una nalga con todas sus fuerzas. La respuesta física de Paula fue juntar las nalgas y tratar de llevarse una mano sobre el azote, pero Pilar se lo impidió y de paso le atizó otro cachete. Paula volvió a quejarse amargamente, pero Pilar ni siquiera se planteaba el prestarle atención. Volvió a lamerle el trozo de nalga que no cubrían sus braguitas. Paula se esperaba otro azote pero esta vez no ocurrió así, Pilar subió sus manos por la cintura, y tiró de las braguitas hacia abajo, en un vistazo tenía su lencería a la altura de los tobillos. Pilar le hizo girar sobre si misma. Y miro su entrepierna.

  • No, no, no. Que veo aquí. ¿Te has dejado pelo? Y parece que ya tenga varias semanas, estoy hay que solucionarlo.
  • ¿Qué vas a hacer?- Preguntó Paula cuando vio que Pilar metía la mano por debajo de la cama.
  • Una sorpresa, pequeña. Túmbate en la cama al lado de Cristina, boca arriba y con las piernas bien abiertas.-
  • ¿No te parece ya excesivo?- Los nervios hablaron por Paula.
  • Cállate.-

Pilar había sacado un palo, de largo como un brazo, que terminaba en una especie de tridente pequeño y sin la punta central. La presentadora se lo acercó al cuerpo de Paula mientras pulsaba un botoncito azul y aquel artilugio emitía un zumbido. Después de esto Paula recibió una pequeña descarga eléctrica. Gritó. Recibió otro. Volvió a gritar mientras se encogía. No eran descargas excesivamente fuertes, pero si lo suficiente como para que la corriente recorriera todo su cuerpo.

  • Para, para ya me tumbo.-

Paula se incorporó, la corriente había hecho que las piernas temblaran, pasó por encima de Cristina y volvió a recibir otra descarga, esta vez en el culo. Paula se desplomó parte sobre la cama. Arrastrándose sobre la cama, se puso bocarriba como pudo, la última sacudida la había dejado aturdida. Poco a poco fue abriendo las piernas. Pilar se acercó a ella y cogiéndola por los tobillos aun le abrió mas las piernas. Pilar se lamió la mano y se la restregó por el bello a Paula, luego le aplicó espuma de afeitar, cogió la navaja de afeitar e inició el proceso de rasurado. A Paula le entró algo de miedo, fue incapaz de moverse, no dijo ni una palabra, mientras Pilar la depilaba poco a poco. Lo único que ahora se oía en la habitación era como el filo de la navaja iba rasurando la piel.

  • Ya esta zorra, vete al cuarto de baño y lávate, quiero ver si me he dejado algo.-
  • No puedo moverme, la descarga me ha atontado.-
  • Que te levantes.- Le gritó Pilar.

Nuevamente Paula sacó fuerzas como pudo y se incorporó logró apoyándose en la pared ir hasta el baño, allí tardó un momento en recuperar el aliento, se limpió, parece que las piernas le volvían a responder había decidido revelarse y enfrentarse a Pilar.. Un empujón por detrás hizo que volviera a caer sobre la cama pero esta vez bocabajo. Notó como Pilar se lanzaba sobre ella y se sentaba sobre su espalda. La cogió por el cabello y le levantó la cabeza.

  • ¿Qué pasa perra? ¿Pensabas rebotarte?-
  • Estoy harta de ti. Prepárate.- Mientras decía esto Paula intentaba zafarse de Pilar, pero no podía. La presentadora se le había sentado sobre la espalada y cualquier intento de zafarse era inútil.

La tenía desnuda sobre la cama.

  • Paula, cómele la boca a Cristina.-

Paula obedeció y comenzó a besar a Cristina, primero despacio, para luego hacerlo con lengua. Cristina a pesar de la droga respondía de vez en cuando y jugueteaba con la lengua de Paula. Llevaban ya un rato besándose.

  • Acaríciala.-

Y Paula comenzó a acariciarla, primero su mano recorrió su busto de arriba abajo, después comenzó a acariciarle los pezones. Con el dedo seguía el contorno de los pezones de Cristina, que sólo resollaba mientras permanecía inmóvil. De repente Paula notó como tiraban de su melena hacia atrás, separando sus labios de los de Cris.

  • Toma, ponle aceite por todo el cuerpo.- Pilar había sacado una botella grande de aceite corporal.
  • ¿Para que quieres que se lo ponga?-
  • Tu hazlo, o mejor ponte de pie y embadúrnate tu primero.-
  • ¿Qué?-
  • Si, y acompáñalo con un baile sensual. Venga empieza o lo vas a pasar muy mal.-

Ante la amenaza, y sabiendo que estaba en desventaja con Pilar tuvo que obedecer. Se untó las manos con mucho aceite y comenzó a frotarse los costados de su cuerpo sin más.

  • No, no, pequeña, quiero que lo hagas mientras bailas.- Dijo pilar mientras se recostaba en el sillón que había en la habitación.

Paula comenzó a mover las caderas, mientras se embadurnaba el cuerpo con el aceite, poco a poco se fue soltando, acariciaba sus pechos que se movían de un lado a otro, brillando por el aceite. Se acariciaba el culo, mientras se giraba para que lo viera Pilar. Esta se había metido una mano bajo las bragas y parecía estar acariciándose con cada movimiento sensual de la pequeña reportera. Paula se volvió a girar y vio que Pilar la estaba grabando con la cámara del móvil.

  • Hija de puta, ¿Qué crees que estas haciendo?-
  • Completar mi colección, enana. Sigue bailando. Y lo quiero todavía mas sensual.-

Paula se descentró durante un momento, volvió a tener un movimiento torpe. Tuvo que reponerse ante la inquisitiva mirada de Pilar. Se frotó los pechos, estirando de sus aureolas y sus pezones. Ahora si se contoneaba ya había cogido ritmo y por un momento llegó a desinhibirse. Se embadurnó con aceite su monte de Venus, sus nalgas, se dobló y comenzó a hacer lo mismo con sus piernas, primero la derecha luego la izquierda, muy despacio, recorriendo con las yemas de sus dedos su piel. El aceite había formado una película sobre su piel, otorgándole un brillo que con esa luz la hacía todavía más espectacular. Pilar sacó su mano de entre las braguitas y moviendo la mano le indicó que debía comenzar con Cris, que seguía ajena a todo lo que estaba ocurriendo en la habitación. Paula cogió la botella de aceite, y echó una pequeña cantidad sobre el cuerpo de Cristina. Dejó la botella a un lado de la cama y comenzó frotando el abdomen de la inconsciente Cristina. Antes de que se diera cuenta comenzó a caer más aceite sobre el cuerpo de Cris y el suyo. Era Pilar que había abierto el bote y vertía todo su contenido sobre Cris. Había mucho, mucho aceite.

  • Restriega tu cuerpo con el suyo.- Dijo Pilar. Una vez había vaciado ya todo el contenido del recipiente.

Paula miró con odio a Pilar, pero no se atrevió a hacer nada pues la presentadora empuñaba de nuevo la varilla de descargas y las sacudidas no le habían gustado nada. Se tumbó sobre Cristina, pecho con pecho, abdomen con abdomen. Trazó círculos, sus pechos se frotaban con los de Cris, que comenzaba a emitir gemidos casi inaudibles. A Paula en un principio le resultó violento, sabía que Pilar las estaba mirando y no se perdía detalle; pero poco a poco Paula se iba excitando, cada vez se rozaba con mas ganas, notaba como su vagina iba llenándose de fluidos, sin que le tuviera que decir nada, la reportera comenzó a besar en la boca a Cristina, que como hacía un momento, movía levemente la lengua, le estaba devolviendo el beso. Paula comenzó a pasarle las manos por los costados, la pequeña reportera se estaba excitando mucho, hubiera deseado que Cristina estuviera mas activa para que le devolviera alguna caricia. Notó como un peso se subía a la cama en la zona de sus pies, una palmada en el culo, que hizo que sus nalgas se movieran, la sacó del ensimismamiento. Pilar se le fue echando encima noto como le acariciaba las nalgas, llenas de aceite, con las dos manos. De repente esas manos se volvieron violentas, le separaron las nalgas dejando su ano a la vista de Pilar.

  • Eh, para. ¿Que vas a hacer? – Dijo Paula mientras intentaba mirar hacia atrás.
  • Cállate esclava, me has puesto tan caliente que ahora vas a ser mía.- Le respondió Pilar mientras continuaba forzándole las nalgas. Sin ningún reparo más Pilar le introdujo el dedo en el ano.
  • Aaaah! Sácalo.- A pesar de tener el dedo untado en aceite a Paula le había dolido.

Pero Pilar continuó con el dedo dentro, lo movía a dentro y a fuera. Al principio Paula cerró las piernas, hizo fuerza con el culo para expulsar el dedo de Pilar, pero no pudo. Pilar continuaba usando el dedo pero cada vez con fuerza. Paula gritaba, metía la cabeza hacia su pecho, su cuerpo buscaba una escapatoria, cada vez que lo intentaba Pilar la cogía por la cintura y la volvía a traer al sitio. Era cada vez más violenta. Paula sintió como le introducía un dedo en su coñito y comenzaba a empujar sin cesar. En muy poco tiempo Paula comenzaba a mordisquearse el labio inferior, gemía primero en voz baja, pero poco a poco el gemido se iba haciendo más audible. Notaba como se iba mojando, estaba húmeda. Pilar no paraba de introducirle los dedos, si seguía así no tardaría en correrse.

  • Vaya zorrilla, si estas mojada. Y yo que pensaba que no te gustaba.- Dijo Pilar con una voz jocosa, recreándose en cada palabra. Acto seguido sacó los dedos.
  • ¿Por qué me haces esto?- Le dijo Paula, con la voz entrecortada.
  • Porque eres mía, acostúmbrate a ello.- La voz de Pilar había sonado tajante, no daba pie a que Paula continuara lamentándose. - ¿Las recuerdas?
  • ¿Qué?, eh, no, no, no, no.- Paula acababa de ver las bolas chinas que Pila sujetaba con un dedo.

Pilar le azotó el culo, y Paula comprendió que debía volver a tomar la posición con su cabeza apoyada sobre los pechos de Cristina y con su culo mirando al techo. Así lo hizo, obedeció y tomó la postura que le exigía. Le volvió a separar las nalgas, dejando su ya dilatado ano a la vista; Paula sintió como le introducía una de las bolas, gritó. A pesar de tenerlo dilatado, la bola era todavía demasiado grande, aun sin recuperarse de ese momento, Pilar le introdujo otra bola en la vagina, por suerte aquí no sintió ese dolor, sino más bien placer y gimió. Pilar introdujo una bola en cada uno delos dos agujeritos de Cristina, con el primero no hubo problemas pues su rajita estaba mojada, pero cuando llegó a su culo la cosa fue distinta, el pequeño orificio no permitía que la bola entrase bien, así que con cierta brusquedad Pilar lo introdujo sin contemplaciones, Cristina emitió un grito muy leve.

  • Uuuuuuuuaah!-
  • Vaya pero si parece que la otra guarrilla también se esta despertando. – Dijo Pilar.
  • Cuando se despierte, te vas a enteraaaar.- Pilar acababa de mover el hilo de las bolas provocando en Paula una respuesta inmediata.
  • ¿Qué pasa que no puedes acabar las frases?- Le espetó Pilar con socarronería, volviendo a mover el hilo de las bolas.
  • Aaaaaaaaaaa- El aire entrecortado se escapaba de la garganta de Paula pero no solo de ella. A Cristina parecía que también le estaba empezando a afectar el movimiento de las bolas en su interior.
  • Vamos a ver que pasa siii...- decía Pilar con intención de darle un cierto misterio- sacamos una bolita de tu cuerpecito, a ver cual vamos a sacar.- Mientras continuaba moviendo el hilo de las bolas.
  • Joder, hazlo ya. ¿A que esperas?.- El tono de Paula era de reproche.
  • Tranquila impaciente. Primero la del culo.- Comenzó a tirar del hilo, haciendo que la bola saliera lo justo por el ano de Paula, para luego volver a introducirse.

Paula se retorcía de placer y dolor cada vez que la bola abría su ano, apretaba los dientes a fin de no darle a Pilar el placer de oírle jadear. En uno de los movimientos no pudo reprimir apretar uno de los pechos de Cristina. Para su sorpresa a Cristina si que se le escapó un jadeo. Cris estaba cada vez más despierta. Lo siguiente que sintió Paula fue como las dos bolas salían de manera salvaje de su ano y su vagina. No pudo reprimir un grito y coger los pechos de Cristina; esta volvió a jadear de placer. Paula puso sus manos como cubriendo sus partes púdicas, no por vergüenza sino porque la salida de las dos bolas la habían rozado, sentía calor, dolor, placer,… los fluidos salían de los agujeros donde antes tenía las bolas introducidas, notaba como estos se escurrían, debían de estar cayendo sobre Cristina. Estaba tan exhausta que no se dio cuenta cuando su saliva comenzó a caer sobre el cuerpo de Cristina. Paula oyó un sonido como de tela rasgada, intentó mirar de donde venía el sonido, pero estaba agotada. Se sobresaltó cuando Pilar le cogió los brazos. Enseguida comprendió que era aquel sonido, cinta adhesiva. Pilar la estaba atando justo por encima de los codos, se hubiera resistido pero estaba agotada. Así que Pilar no tuvo problemas en atarla rápidamente. La tiró a un lado de la cama boca arriba. Paula estaba cansada, pero aun así su cara expresaba el desprecio hacia Pilar.

  • Uy, venga no me mires con esa carita, putita, si en el fondo te esta encantando.- Pilar pasó la mano por la rajita de Paula para después lamerse el dedo.- Ummm, parece que te has corrido, y yo me atrevería a decir que hasta ese culo respingón que tienes se ha corrido también.
  • Eres una cabrona, cuando esto acabe me voy a vengar.- Paula le hizo un gesto de desafío con la expresión de su cuello y su cabeza que se pusieron en tensión.

Pilar la tomó por la cabeza y la empujó, pero Paula aguantó el envite. Aquel gesto osado de Paula le sentó muy mal a Pilar así que le dio un bofetón, Paula giró la cabeza por el golpe pero tardó muy poco en volver a mirarla con desprecio. Pilar le cogió por los pezones, los retorció, estiró de ellos.

  • Paraaaaaa, para, por favor.- Una pequeña lagrima caía por la cara de Paula.
  • No, vuelva a desafiarme, zorra. Ahora date la vuelta.-

Paula obedeció y se puso boca abajo. Pilar mientras incorporó a Cristina, que cada vez estaba mas despejada, le quitó el vestido y la ropa interior que todavía estaba a su espalda, y la ató de la misma forma que a Paula. Le acercó un pequeño tubito a la nariz, y Cristina movió la nariz apartándola de la fuente de olor. Pilar insistió y Cristina comenzó a despertar.

  • ¿Qué pasa?, ¿Dónde estoy?- Cristina seguía aturdida, intentaba abrir los ojos, y se hubiera restregado los ojos con las manos, de no haber sido porque las tenia atadas. ¿Por qué no me puedo mover? Eh, estoy aprisionada. Paula ¿Dónde estamos?- Cristina seguía aturdida, su voz se entrecortaba, tenía la boca reseca, se lamía los labios intentando que su saliva volviera a reactivarse.

Paula la miraba, quería hablar, pero tenía miedo de la reacción de Pilar. Contemplaba solo como su amiga hablaba, como la somnolencia de la droga todavía la aturdía.

  • Ummmm, creo que nuestra amiguita se esta despertando ya, me parece que va a necesitar algo de beber.- Dijo Pilar.- Voy a llamar a cocina para que nos suban algo.- Pilar no medió más palabra. Descolgó el teléfono de la habitación y marco el número de cocina, aguardó unos segundos. – Buenas noches, quiero que me suban a la habitación 68, dos botellas de champán… bueno mejor que sean cuatro, y mermelada. si de distintos sabores; no, no se preocupe no necesitaré tostadas.- Después Pilar colgó el teléfono. Y miró a las dos muchachas desnudas en la cama.- A ver ¿Quién va a salir a recoger lo que nos suben? Creo que Cristina no va a poder todavía, así que… Paula te ha tocado. Voluntaria.- Una sonrisa malévola se dibujó en el rostro de la presentadora. Pero, no puedes salir así, imagínate el revuelo entre el personal. Así que voy a vestirte.-

El semblante de Paula palideció, ¿Que iba a hacer Pilar? Paula incorporó la cabeza y vio como Pilar cogía la cinta adhesiva con la que antes las había atado, estiró y la cinta se despegó, era un trozo largo. Lo cortó y lo pegó en la mesilla que había al lado de Paula. Repitió la operación con un trozo igual de largo. Pilar miraba a Paula.

  • Aquí falta algo. Ya lo tengo. -Pilar se fue hacia el otro lado de la cama estuvo registrando durante largo tiempo algo, hasta que finalmente encontró lo que buscaba.
  • Abre bien las piernas que tengo un regalito para ti.- Antes de que Paula pudiera reaccionar, Pilar se recostó sobre ella.- Mira lo que tengo para ti.-

Eran dos capsulas unidas por un cable de plástico. Le introdujo una en la vagina, Paula no tuvo tiempo ni de resistirse. La siguiente capsula se la introdujo en el ano.

  • Joder, que pretendes hacerme.-
  • Tranquila te lo vas a pasar muy bien.-

Pilar cogió una de las tiras de cinta americana y se la pego desde el ano hasta el pezón derecho, procurando que se le ajustar bien a toda la piel. Después cogió la otra tira e hizo lo mismo esta vez dirigiéndola hacia el pezón izquierdo. Sobre el cuerpo de Paula se dibujaba una "V" con cinta adhesiva.

  • Que mona has quedado, pareces una superheroina, el traje un poco escueto, pero remarca tus curvas. Date la vuelta.-
  • Para que.-
  • Que te des la vuelta, joder.- Pilar le cogió las tetas y se las estrujo.

Paula se dio la vuelta, notó como Pilar le liberaba de las cintas que tenia pegadas a los brazos, los últimos tirones sentía como se ensañaba y se las quitaba con ganas. Pero no quería darle el placer de oírla gritar, así que mordió la almohada.

  • Ala, levántate, quiero ver como te queda.-
  • Uuuuuu, joder, casi no me puedo mover.- A Paula le temblaba la voz entre lo que le había hecho ya y aquellas capsulas en sus partes, sólo quería alejarse de aquella habitación, y aquello no había hecho nada más que empezar.
  • Ponte esos zapatos.- Señaló Pilar. Eran unos zapatos de tacón de aguja. Este era vertiginoso, mucho más altos que los que llevaban en el programa. A duras penas logró subirse a ellos.- Bien, bien, ahora ve hacia la puerta a esperar el pedido.-
  • Tu estas loca.- Le dijo Paula.
  • Si, estoy muy loca.-

Pilar se puso en pie y cogió por el cuello a Paula. Aun con los zapatos, Paula era más pequeña que Pilar al menos un palmo. La mano cambió de posición y la tomó por la nuca, empujó su cuerpo. Paula logró mantener el equilibrio los dos primeros pasos, pero luego sus rodillas aterrizaron en la moqueta de la habitación. Con un gran esfuerzo volvió a levantarse, y fue cuando lo noto en su interior. Las dos capsulas que tenia en sus partes eran en realidad dos vibradores. Una primera sacudida, y un parón. Paula giró la cabeza hacia la cama donde Pilar, estaba sentada, tenía un pequeño aparatito en sus manos con un botón. Lo volvió a pulsar, esta vez la vibración fue mayor que la anterior. Maldita sea, pensó Paula, por un momento aquello le había gustado. De nuevo se detuvo la vibración. Paula se apoyó en la pared y bajo su mano hacia su pubis, como tratando de calmarlo, pero las dos capsulas se volvieron a encender; cada vez el efecto era mas prolongado. Paula estaba extenuada y apoyó la espalda contra la pared, las palmas de las manos querían sostenerla pero sus piernas cedían al placer, al final se sentó en la moqueta, pero el placer era tal que no le quedó mas remedio que tumbarse boca abajo, con las manos a la altura de su pubis, su cuerpo se sacudía con motivo de la vibración. Sabía que apenas eran unos segundos lo que llevaba aquel aparato encendido, pero le estaba haciendo correrse de placer, por un momento su mente se vació, sólo sentía el placer.

  • Vamos, estas todavía a medio camino de la puerta. Y el servicio esta apunto de llegar.- Le dijo una crecida Pilar al ver en la situación en la que se encontraba la pequeña reportera.
  • Páralo, páralo, por favor, páralo.- Le decía gimiendo Paula desde el suelo.
  • No sólo no voy a pararlo sino que como no te levantes y vayas hasta la puerta, esto va a subir de potencia, zorra caliente.- La amenaza era clara.
  • Jodida, puta.- Dijo entre gemidos Paula.

Durante un momento Paula probó que significaba la amenaza de Pilar, la máquina vibró con tal potencia que Paula comenzó a gritar de placer, su cuerpo se arqueo, ella giró sobre si misma dejando apoyada su espalda contra el suelo, pero duró apenas un instante, pues volvió a arquearse todo su cuerpo, sus manos trataban de cogerse a la moqueta, como tratando de destilar parte del placer que su recorría su cuerpo, se llevó una mano a la boca para morderla con el fin de ahogar sus gritos. Si aquello hubiera durado un segundo mas se hubiera corrido. Estaba tan empapada de fluidos y sudor, que no entendía como la cinta adhesiva que tenía pegada al cuerpo aun aguantaba en su sitio. De repente la vibración se detuvo. Y su cuerpo se relajó para caer al suelo. Se plegó sobre si misma, pero ese momento de paz fue interrumpido por el pensamiento de lo que sucedería si no era capaz de levantarse y alcanzar la puerta. Se puso de rodillas como pudo, con las manos comenzó a apoyarse en las paredes del corto pasillo que la separaba de la puerta. Estaba en pie pero no sabía cuanto duraría así, sabía que cualquier vibración la mandaría de nuevo al suelo. Con el pelo tapándole la cara congestionada logró alcanzar la puerta, a pesar de los tacones, apoyo las dos manos contra la puerta, y con la cabeza mirando al suelo intento recuperar el aliento. Sonó el timbre.

  • Servicio de habitaciones. Traigo su pedido.- La voz de un miembro del servicio se oyó a través de la puerta.
  • Abre, venga, que no va a estar ahí fuera eternamente.- Le dijo Pilar.

Paula no tuvo ni fuerzas para mirar hacia donde estaba Pilar, simplemente quitó las manos de la puerta, y levantó la cabeza, sin que el pelo se le llegara a apartar de la cara. Y con aquel traje de cinta americana pegado al cuerpo abrió la puerta. Un asombrado camarero empujaba un carrito con el pedido que había hecho Pilar, no supo ni que decir.

  • Trae ya lo paso yo.- Dijo Paula.
  • Enana, que no se te olvide la propina para el chico.- Dijo Pilar con un tono ofensivo.

Paula sabía perfectamente lo que quería, así que se cogió la cinta americana y se la despegó de un pecho, mostrando al estupefacto camarero un pezón rosado, duro, mojado. Paula se volvió a pegar la cinta, se dio media vuelta y cerró la puerta. Empezó a empujar el carrito hasta que lo llevó a la habitación.

  • Así me gusta enana que seas obediente. Seguro que el camarero se va a tirar toda lo noche haciéndose pajas contigo.-
  • Eres una…-

Paula no llegó a terminar la frase, de nuevo se había encendido aquel dichoso aparato. Las piernas se le doblaron, cayó de rodillas al suelo, de nuevo las manos cubrieron su pubis, con la espalda arqueada y la frente apoyada en la moqueta permaneció unos segundos, poco a poco el aliento se le iba entrecortando, de nuevo volvía a notar como el sudor y los fluidos de su cuerpo se adueñaban de ella, era un placer intenso, distinto al sexo. Esa vibración la ponía orgásmica, sentía toda su piel, cada poro. La saliva comenzaba a caer de su boca que permanecía abierta como intentado tomar todo el aire de la habitación. Con la vibración, todavía dentro de su cuerpo, notó como unas manos la cogían por los antebrazos, la elevaban y la dejaban caer sobre la cama. Ella encogida como si tuviera frio era incapaz de moverse, tan solo sentía aquello dentro de ella. Una mano la cogió por el brazo, cuando giró la cabeza vio que Pilar le había atado ya por la muñeca al cabecero de la cama. Había empleado la misma cinta adhesiva. Paula giró su cuerpo para intentar zafarse de aquella atadura, pero Pilar le cogió el otro brazo y se lo ató al otro lado del cabezal. Fue en aquel momento cuando Paula se dio cuenta que Cristina ya no estaba sobre la cama. Antes de que Paula pudiera abrir la boca Pilar se la tapó con la cinta adhesiva. Pilar volvió a parar la vibración.

  • No es cosa de que te corras ahora.- Le dijo Pilar.- Además ahora tenemos una nueva invitada.-

Pilar se agachó y levantó a una mareada y atada Cristina. Resultaba más que evidente que Cristina, a pesar de estar algo despierta, seguía bajo el efecto de la droga. Pilar se puso detrás de Cristina. Cogió la melena de la muchacha y se la movió al lado contrario de donde ella tenía la cabeza. Comenzó a lamerle la lengua, a darle pequeños mordiscos en el lóbulo. Cristina, que continuaba con los ojos cerrados, sacaba un poco la lengua y se humedecía los labios, a ese gesto le seguía un leve mordisqueo que se hacía sobre su labio inferior; las manos no se sabía muy bien si intentaban acariciarse o separase de aquel foco de placer.

  • Mírala ahí tumbada; con todo lo que te ha hecho hoy.- Así comenzó a susurrarle Pilar al oído de Cristina, mientras esta abría un poco los ojos. – ¿Crees que te lo merecías? Te ha desnudado delante de todo el mundo, te ha drogado, te ha violado… no crees que es hora de que comience tu venganza.
  • Siiii.- Susurro Cristina, con una voz que parecía no tener dueño.

Como si de un ser sin voluntad se tratara. Cristina se abalanzó sobre Paula, de un tirón rápido arrancó una de las tiras que cubría el cuerpo de Paula. El tirón hizo que el pecho de Paula se elevara y después, al soltarse, se moviera descontrolado; Cristina cogió ese pecho y empezó a chuparlo a absorberlo, le lamia el pezón, la aureola, era todo de manera tosca aunque estaba logrando excitar a Paula. Intentaba sacarle el pecho de la boca, pero con cada intento Cris absorbía más y más. Se estaba empleando a fondo, a Paula sólo le quedaba levantar la cabeza, y volver a arrojarla contra la almohada, se retorcía y se hubiera mordido los labios para no gemir, peor no podía, la cinta se lo impedía, cada vez estaba mas caliente, no sabía cuanto aguantaría antes de rendirse a lo que su cuerpo le pedía.

Mientras Pilar, que hasta ese momento había permanecido vestida comenzó a desnudarse, se quitó la blusa azul que llevaba, se bajó el vaquero. Se desabrochó el sujetador, sus pechos dio la sensación que se liberaban de la opresión. Se bajó el tanga mostrando un coño depilado. Se agachó y buscó en la bolsa de la que había estado sacando artilugios, Paula desde la cama acababa de observar lo que hacía, pero no pudo llegar a ver que cogía pues cerró los ojos al llegarle un amago orgasmo, se cogió a las cintas se estiró hacia arriba y apretó la boca. Para cuando volvió a abrir los ojos Pilar se había situado justo a la espalda de Cristina, la jaló por el pelo y la hizo retroceder, Paula respiró aliviada.

  • Arráncale la otra tira, sin contemplaciones.- Le dijo Pilar
  • Como ordenes.- Dijo entre susurros Cris.

Cogió la otra cinta y tiró de ella con todas sus fuerzas. Se despegó el pecho, pero lo peor llegó cuando la cinta se desprendió de su conejito, hubiera gritado, pero no pudo. Comenzó a saltar sobre la cama, le dolía, pero a la vez le había causado placer. ¿Qué le estaba ocurriendo? De pronto las dos bolas que llevaba en su interior comenzaron agitarse, lo hacían a plena potencia. Era lo que le faltaba comenzó a arquear la espalda, de repente Cristina comenzó a amasarle los pechos, y de nuevo a mordisqueárselos, lamérselos, lo hacia con fuerza. Paula estaba a punto de correrse, intento resistirse pero no pudo, el placer la empapo, se estaba corriendo, un tirón le quitó la cinta que cubría su boca. Y ya no pudo aguantar los gritos de placer.

  • Por Dios, siiiiiiii, siiiiiiii, aaaaaaaaaaah, sigue, sigue,…- Gritó, su espalda realizó un arco, para luego dejarse caer sobre la cama.
  • Mírala, y parecía modosita, pero esto aun no ha acabado.- Dijo Pilar. – Follatela Cris, reviéntala.-
  • Como ordenes.- Asintió Cris, que seguía pareciendo una marioneta sin voluntad.

Cris comenzó a pasarle la lengua por su mojada vagina, los fluidos se mezclaban con la saliva de la otra reportera, para lamer aquella parte del cuerpo de Paula, Cristina había tenido que ponerse con el culo en alto, dejando tanto su ano como su vagina a disposición de Pilar, esta se lamió un dedo y comenzó a pasarlo sobre los labios vaginales de Cris que para ese entonces ya estaban mojados, Cris gimió de placer. Sin pensarlo dos veces, Pilar apartó la cara de Cris de la vagina de Paula y con brusquedad sacó las dos píldoras vibratorias del cuerpo de Paula, estas al salir hicieron un ruido húmedo. Paula volvió a gemir, los fluidos se habían salido de su vagina empapando su entrepierna, por unos momentos pudo descansar. Pilar tenía las dos píldoras en su mano, en la otra aun jalaba el cabello de Cris, la empujo. Esta como una autómata volvió a tomar la posición en la que se encontraba, enseñando todo su hermoso culo a Pilar, que introdujo las píldoras en la vagina y en el ano de Cris, esta echó la cabeza hacia atrás y gritó de placer. Volvió a agachar la cabeza y continuó lamiendo y comiendo a Paula, que podía resistir gracias a que las píldoras habían salido de su cuerpo; a pesar de eso seguía excitada, y no se lo podía explicar. Pilar encendió de nuevo las píldoras y estas ahora comenzaron a moverse dentro de Cristina, que mientras se comía el coño de Paula comenzaba a gemir. Pilar se levantó de la cama, cogió su móvil e hizo una foto a las dos reporteras que seguían retozándose. Acto seguido se dirigió al carrito de comida que había traído el servicio. Cogió la mermelada del carrito, eran pequeños servicios de mermeladas, abrió uno untó el dedo y se dirigió a Cris. Se lo extendió en el ano, en sus labios vaginales, una vez hubo acabado con esa cogió otro servicio y de nuevo hizo lo mismo así hasta tres veces. Se puso a la espalda de Cristina.

  • Mírala, hay tumbada, esperándote, te mira desafiante, hazla tu esclava, quítale esa mordaza y hazla tuya.- Le susurraba Pilar a Cris.
  • Si, es cierto, hoy me ha puteado, me ha dejado con las tetas al aire, la muy zorra.- Cristina decía todo eso, pero era como si todavía durmiera, a veces acompañaba sus palabras relamiéndose los labios. Tenía los ojos abiertos, pero tenía la mirada perdida.

Cris alargó el brazo y arrancó la cinta que cubría la boca de Paula.

  • Zorra, déjala, que pasa no has tenido ya suficiente conmigo, ¿Qué mas quieres?- Se apresuró a decir Paula.
  • Fácil, convertirte en una esclava, y no serás la primera.- Le respondió Pilar.

Cris movió su cuerpo y sentó la zona de su vagina y su ano sobre la cara de Paula, sentada a horcajadas Cris comenzó a mover su pelvis adelante y atrás restregándose sobre la cara de Paula.

  • Lámeme, putilla, venga quiero esa lengua fuera.- Dijo Cris.
  • Vaya, si tenemos a una autentica dominadora aquí.- Volvió a susurrar Pilar al oído de Cristina.

Ante las palabras de Cris, Paula se vino abajo, ¿Era posible que la muchacha hubiera caído bajo el control de Pilar? Paula sacó la lengua y comenzó a lamer los labios vaginales de Cris, notaba la vibración que ejercían aquellas dos píldoras metidas en el interior, de la hasta ahora su compañera. Notó como el cuerpo de Cris la iba oprimiendo, sentía como los labios de Cris estaban cada vez mas cerca. En un momento, Cris se abrió los labios, se movió un poco y provocó que Paula comenzara a darle lametones en su clítoris. Pilar se percató de la situación y reaccionó incrementando la velocidad de los vibradores. Cris movía su cadera en pequeños círculos, con una mano se separaba los labios y con la otra se daba pellizcos en las tetas y en los pezones, que se habían puesto muy erectos. Tornó su cabeza hacia arriba y empezó a dar alaridos, gritaba tan fuerte como el placer que estaba sintiendo, entonces se corrió, sus fluidos vaginales cayeron directamente sobre la boca de Paula, que en un principio intentó no tragarlas pero con todos aquellos fluidos saliendo fue incapaz finalmente. Cuando Cris terminó de correrse, se desplomó hacia atrás, Pilar la sujetó en un primer momento, para luego dejarla desplomarse en un lado de la cama. Paula levantó la cabeza, no veía casi nada, los fluidos le habían ido resbalando por toda la cara, hasta el punto de llegarle a los ojos y nublarle la visión. Parpadeó abriendo mucho los ojos, y la vista poco a poco se le fue haciendo mas clara. Miró a Cris, que seguía con pequeñas convulsiones, pues Pilar no le había desconectado el aparato. Después giró la cabeza, allí estaba Pilar, desnuda, observándola.

  • Cabrona, hija de puta, ¿Por qué nos haces esto?- Le dijo Paula.

Pilar dejó pasar unos segundos. – Por placer, por haceros mías a las dos, porque en realidad no sois nada.-

La presentadora se fue hacia el carrito, cogió una de las botellas de champán y la descorchó, el tapón salió disparado golpeando contra el techo y cayendo al suelo. Miró a Paula y sonrió con una mirada como si ocultara algo, esa sonrisa inquietante. Comenzó a agitar la botella de un lado a otro mientras con el dedo pulgar tapaba la salida de la botella.

  • Te voy a limpiar la carita.- Le dijo Pilar, mientras se subía sobre Paula.
  • ¿Qué vas a…?-

Paula no pudo decir más un chorro a presión de champan comenzó a caer sobre su cara, intentaba respirar, no podía, abría la boca intentado tomar aire, pero sólo conseguía ahogarse con el champán. Cerró los ojos y arrugó la cara hacia atrás, el tiempo parecía no pasar, y la botella parecía no tener fin. A Paula le pareció que pasaba una hora antes de que la botella se hubiera vaciado. Pilar se levantó y fue de nuevo hacia el carrito, cogió otra de las botellas y la abrió también, la apoyó en la mesita de noche que había al lado de Paula, se subió sobre ella, pero esta vez le puso la vagina sobre la cara de Paula, que tosía y cogía aire ante lo que pudiera venir. Pero lo que iba a venir no se lo esperaba, Pilar la cogió por las piernas y las subió hacia ella, dejando el culo y la vagina de Paula mirando al techo. Mientras que con una mano Pilar le sujetaba la cadera para que Paula no bajara las piernas, con la otra mano había alcanzado la botella, la agitó, esta empezó a tirar champán, y justo en el momento en que la espuma comenzaba a brotar, con un rápido movimiento se la introdujo en el culo a Paula. Esta gritó, pero no pudo hacer nada cuando Pilar comenzó a moverle la botella arriba y abajo, Paula notaba como la presión del champan le golpeaba en el interior, pero lo que más le sorprendía era que la estaba excitando, aquella presión estaba logrando que se pusiera cachonda, el champán brotaba de su ano y mientras la botella se iba vaciando. Cuando estuvo casi vacía sacó la botella del ano, el champán que quedaba comenzó a derramarse por la espalda y el coño de Paula que, por suerte, al tener las partes de Pilar sobre su cara había podido ocultar el grito al correrse cuando Pilar le sacó la botella del culo. Pilar dejó caer las piernas de Paula sobre la cama. Se levantó y cogió la otra botella, la descorchó. Se sentó sobre las tetas de Paula, agitó la botella, Paula ya se esperaba que le introdujera la botella por algún sitio, pero cuando terminó de agitarla fue Pilar la que se introdujo la botella en su vagina. La movía arriba y abajo, hacia los lados y haciendo círculos. Gemía de placer, con la otra mano comenzó a frotarse el clítoris, el champán salía de su cavidad y caía en pequeños chorros sobre la cara de Paula. Cada vez movía más la botella que ya esta saliendo a presión. Entonces de un tirón se sacó la botella que cayó a un lado de la cama. Mientras la vagina de Pilar continuaba expulsando fluidos sobre la cara de Paula. Pilar se tiró hacia atrás un momento, y no dijo nada durante unos segundos. Al estar así le fue fácil alcanzar la última botella, la dejó en la cama al lado de Cris, que todavía tenía compulsiones. Pilar paró las dos píldoras vibradoras, la zona de entre las piernas de Cris estaba totalmente empapada, llegaba hasta su ano, aprovechó para introducirle a Cristina la última botella en el culo, estaba llena, y se veía llena, con todo el champán moviéndose, Cris gimió cuando le introdujo el cuello de la botella, para luego quedarse rendida sobre la cama. Fue entonces cuando se inclinó hacia la cara de Paula y le metió la parte que había estado en el ano de Cris en la boca.

  • Límpialo, zorra.-

Paula obedeció lo lamió con la lengua, una vez Pilar estuvo satisfecha, introdujo esa capsula en la vagina de Paula. Levantó una pierna de Paula y se acopló ella entre las piernas de la reportera formando una tijera con las piernas, fue entonces cuando se introdujo ella la otra cápsula. Una vez se ubicó bien en la cama, quedando sus labios vaginales pegados a los de Paula, encendió a toda potencia el aparato vibrador que tenían entre las piernas. Comenzó de manera frenética un movimiento que rozaba los labios de Paula. Esto provocó que Paula en seguida comenzara a gritar de placer, Pilar respondió gritando también. Pilar miró el profanado culo de Cristina y mientras seguía corriéndose de placer y moviéndose de manera frenética comenzó a sacar y meter el cuello de la botella. Muy poco fue el tiempo que duró Cristina sin ponerse a gritar de placer, aunque lo hacia de una forma más cansada, todavía estaba bajo el efecto de la droga. Así las tres muchachas gritaban y retozaban de placer. Paula no pudo ya resistirse, comenzó a mover su pelvis con fuerza, Pilar respondió de la misma forma, y de paso la botella que entraba y salía del culo de Cris comenzó a hacerlo con mas fuerza hasta que comenzó a soltar con toda su fuerza el contenido, en ese momento Pilar sacó la botella, Cris gritó de placer, su espalda se arqueó para quedar después extenuada sobre la cama, estaba rendida. Pilar tiró la botella al suelo y se centró desde ese momento en Paula. La presentadora comenzó a moverse con más ímpetu, intercalando las fricciones con embestidas. Paula a pesar de estar atada se defendía haciendo lo mismo o poniendo todavía mas entusiasmo. Era un ritmo salvaje, las dos muchachas tenían el cuerpo mojado por el sudor, sus partes tiraban y tiraban líquidos. Paula no quería perder aquel duelo por el orgasmo, sabía que era la única posibilidad de" joder" a Pilar, pero le resultaba difícil. Esta la rozaba y embestía con tal fuerza que a Paula le parecía tener un pene metido, y encima aquel puto vibrador conectado a máxima potencia. Se estaba volviendo loca de placer. Quería gritar, y así lo hizo. Pilar también gritó de placer. Las fricciones de las dos eran cada vez mas salvajes. Pilar agarró una nalga de Cris con la mano, le hincaba las uñas, mientras se mordía el labio de abajo, tenía que aguantar, sabía que Paula estaba apunto de correrse y no tardó mucho en que ocurriera. Paula comenzó a gritar, llamaba a Dios, un joder largo salió de su boca; la espalda se le arqueó tanto que al subir la pelvis provocó que el vibrador de la vagina de Pilar saliera despedido de esta. Esto hizo que Pilar gritara de placer y se corriera. Los fluidos salieron de su vagina cayendo directamente en las ya manchadas sabanas de la habitación. A la vez que gritaba de placer arañó con mas fuerza el culo de Cris dejándole marcados los arañazos. Después de toda esa excitación hubo calma, las tres chicas quedaron rendidas sobre la cama. Tan solo se oía el vibrador, una parte sobre las sabanas pero la otra todavía en la cavidad de Paula, que a pesar de tenerlo dentro era capaz de ignorarlo, estaba exhausta.

Al cabo de un momento Pilar empezó a moverse, se incorporó y comenzó a vestirse, el tanga, sujetador, los pantalones, la camiseta que llevaba, todo mientras Paula la miraba con ojos de no tener nada de fuerza, luego se agachó y comenzó a meter todos los instrumentos que habían acompañado la sesión dentro de una bolsa de deporte. Fue hacia Paula le metió las manos entre las piernas y le sacó el vibrador, Paula emitió un pequeño gemido.

  • ¿Aún quieres más?- Le dijo Pilar.
  • Suéltame y te lo demuestro.- Dijo Paula amenazante.
  • Desafiante hasta el final, no aprendes.- Pilar se giró. Cogió uno de los trozos de cinta adhesiva, que había por el suelo. Se la pegó en la boca a Paula.- Venga te doy dos regalitos finales.-

Paula la miraba con una mezcla entre miedo, asco, impotencia y ganas de desatarse para vengarse. Mientras tiraba de las cintas quela mantenían cogida al cabecero de la cama, pero sus intentos eran inútiles. Sin mediar palabra Pilar le dio una pequeña descarga con aquel artilugio. Paula saltó y se sacudió sobre la cama, Pilar repitió la acción sobre Paula, pero también le dio una descarga a Cristina, que saltó y casi cayó de la cama.

  • Ves mi primer regaltito, ¿A que te ha gustado?- Dijo con sorna Pilar. – Y ahora el segundo regalo.-

Pilar abrió un pintalabios rojo, Paula se movía, por lo que recibió un pellizco en los pezones. Supo de inmediato que mejor estarse quieta. Pilar le escribió algo por encima de las tetas y algo en el abdomen. No se atrevía a mirar mientras ella estuviera allí así que permaneció mirando al techo, como evitando la tentación que le habían rotulado mas abajo.

  • Y mi segundo regalo. Ahora me voy que paséis buen fin de semana.- Dijo con alegría Pilar.- Uy, se me olvidaba.-

Sacó el móvil del bolso y le hizo una foto al cuerpo desnudo de Paula y otro al de Cris.

  • Más para mi colección. Adiós.-

Mientras se fue marchando tiró de las cortinas dejando que las primeras luces de la mañana entraran en la habitación. Cerró la puerta y se marchó. Fue entonces, y pasados unos segundos cuando Paula miró lo que le había escrito Pilar en el cuerpo.

" Soy un puta Cris, fóllame"

Fin de la segunda parte.