Paula. Follando en la piscina

Paula me invita a la piscina de su casa, a follar con ella, pero, su madre, es una espectadora mientras follamos en el agua...

Esta es la historia de cómo conocí, y me follé a Paula, una psicóloga de 30 años, delante de su madre, a quién también me follé, pero, eso lo contaré, en otro relato

Primero, os voy a contar la historia de Paula.

**En mi casa, en

Campodón

. Martes por la mañana**

Estaba en mi despacho, pero, en el de mi casa, haciendo teletrabajo, porque hacía mal día, lo que tenía que hacer, se podía realizar, desde casa, sin problema.

Me sonó el móvil que utilizo para ligar, era la respuesta, a uno de los anuncios que tengo puestos en una web, de anuncios de contactos, para intentar conocer alguna mujer, con la que, con suerte, poder follar, y quién saber qué más.

Quien estaba, al otro lado del

Whatsapp

, era Paula, una psicóloga (Según me dijo, aún en formación, pues estudiaba, Psicología, por UNED), además de economista, carrera que había estudiado en primer lugar, y ya había acabado, que había visto uno de mis anuncios, y, tenía curiosidad, por conocer quién era el chico del perfil.

Paula me pasó una foto suya, y, he de decir, que no estaba nada mal, quizás, no era la mejor de todas las que he conocido, en cuanto a físico, pero, tenía un buen polvo, me pareció

follable

.

Pelo castaño, en torno a 160cm de altura, ojos algo achinados, cuerpo natural... así es Paula físicamente, para que os

podáis

hacer una idea.

Pasamos la mañana del martes, hablando, conociéndonos un poco, aunque, evidentemente, la conversación giraba, principalmente, en torno a temas sexuales, e iba, poco a poco, subiendo de tono.

Me llamó la atención, que, a Paula, le gustaba escuchar, supongo

que,

por deformación profesional, al querer ser psicóloga, pero, tenía pinta de ser bastante guarra.

A la hora de comer, teníamos tantas ganas de vernos, que Paula, me invitó a su casa, en Pozuelo de Alarcón, a pasar la tarde, y ver si podíamos hacer algo.

Yo le dije que sí, casi sin dudar, porque hacía muy buen día, y Paula me dijo que tenía una piscina enorme, en la que, quizás, podríamos follar, si surgía la oportunidad.

Paula me mandó la ubicación de su casa, y me citó para una hora después, en torno a las 16:30, en su casa.

Yo me arreglé un poco, me di una ducha breve, me vestí, de piscina, con un bañador y una camiseta, y unas deportivas, para no conducir con chanclas, agarré el coche, el

Touareg

, porque quería dar buena imagen, y me fui, con ayuda del GPS, en dirección a Pozuelo.

En casa de Paula, en Pozuelo. Martes por la tarde

Llegué a la dirección que Paula me había indicado, aparqué fuera de la parcela, y llamé al timbre; a los pocos segundos, apareció, ante

, Paula...

Yo me esperaba, verla en bikini, o, incluso en traje de baño de una pieza, o, en los mejores sueños, en topless y/o con un tanga solo, pero no, nada de eso...

Paula apareció completamente desnuda, pues, no me había dicho que, en su casa, y, en la playa, tomaba el sol, y se bañaba, completamente desnuda, para no dejar marcas en su cuerpo, del sol y el bikini.

Pude ver sus tetas, naturales y de tamaño medio, y su coño, que iba todo depilado, cómo a mí me gusta, en una mujer.

Al ver a Paula, mi polla, se empezó a poner alegre, y se puso erecta, pensando en que ahí podría pasar algo, gordo...

La siguiente sorpresa que me encontré, al pasar al jardín, es que había otra mujer más allí.

Era, la madre de Paula, que se llamaba Marisa.

Marisa, tenía unos 50 años, pero muy bien llevados, tetas grandes, aunque algo caídas, pero naturales, al igual que Paula, llevaba el coño depilado por completo.

Paula me pidió que me desnudara, para que no me sintiera incómodo, ante dos mujeres que ya estaban así, desnudas, por lo que me quité la camiseta y el bañador, y me quedé en bolas.

Al ver mi polla, toda dura, por semejante panorama, a Paula, se le iban los ojos, con ganas de empezar a chupármela, a hacerme una mamada.

Así que, sin pedirme permiso ni nada, se tomó la libertad, de empezar a tocarme la polla, primero para hacerme una paja, y, después, se la empezó a meter en su boca, y me la empezó a chupar, suavemente.

Por supuesto, todo eso, con su madre, de espectadora, y masturbándose, porque se estaba empezando a excitar también, al ver a su hija en acción.

Cuando Paula acabó la mamada, porque yo ya me iba a correr, avisé a Paula, y me pidió que me corriese en su cara, porque le gustaba sentir en ella, el semen de los hombres a los que hacía felaciones.

Así que, llegado el momento, me corrí en toda su cara, dejándosela llena de semen, y, en ese momento, ocurrió algo que me excitó mucho, y es que, su madre, en lugar de llevarle una toalla, para que se limpiara la lefa de la cara, empezó a lamer la cara de Paula, hasta que la dejó limpia de mi semen.

Después de la felación, Paula me dijo que se iba a dar un baño en la piscina, y me pidió que la acompañara, para bañarnos juntos.

Ya en el agua, me lancé, agarré a Paula por la cintura, y comencé a besarla, poco a poco, fui acariciando su cuerpo, pasando, sobre todo, por su cuello, y poniendo una mano en su culo, mientras nos íbamos besando.

Paula me pidió, que me la follase, ahí mismo, en la piscina, y que no me importara que su madre estuviera mirando, que, después, su madre también me iba a dejar que me la follase, es decir, se iban a intercambiar la posición

Antes de meterle mi polla erecta a Paula, le metí dos dedos en su coño, para comprobar cómo estaba, y, para calentarla más.

Después, una vez que comprobé que Paula, ya estaba deseando follar, le empecé a meter mi polla, en su coño, y estuve un buen rato, hasta que me corrí, aunque, segundos antes de correrme, me la saqué de su coño, para correrme en la piscina, pues fue lo que Paula me pidió.

Parecía que ya había acabado la primera sesión de sexo, de ese día, pero no, pues Paula, se dio la vuelta y, señalándose al culo, me dijo:

“Ahora, fóllame el culo, y, sí, ahí, puedes correrte dentro”

Antes de que, Paula, cambiara de opinión, yo ya estaba dentro de su culo con mi polla, para no decaer la excitación que ambos llevábamos.

Empecé, poco a poco, con las embestidas de mi polla en su culo, Paula gritaba mucho, pero, parecía que estaba disfrutando.

Cuando me corrí, siguiendo las indicaciones de Paula, lo hice, dentro de su culo, y, según me dijo Paula, estaba disfrutando mucho de la tarde, me dijo que, más tarde, seguiríamos follando, pero que, ahora, le tocaba el turno, a su madre, para que ella (Paula), pudiera recuperar fuerzas.

Paula dijo que, iba a ir a la cocina, a agarrar algo de comida y de bebida, para recargar pilas, y que no empezáramos a follar, sin estar ella delante, porque quería ver toda la escena, para masturbarse mientras me follaba a su madre.

Mientras Paula traía las viandas, estuve unos minutos hablando con la madre, observando sus enormes tetas, sobándolas, y, sinceramente, mi polla no se pudo bajar, de lo excitado que ya estaba, y lo que me quedaba por pasar aquella tarde de martes...

En el siguiente capítulo, os contaré cómo fue, la follada a su madre, y, alguna cosa más...

Este relato, es, tal vez, un poco corto, pero, es lo que me ha dado tiempo a escribir, aprovechando un rato libre que tenía.

El autor acepta emails, comentarios y Skype, sobre los diferentes relatos que voy escribiendo.