Paula, buenos días... hermanito (2)

Continuación de como Paula, una chica caliente le da los buenos a su hermanode una forma muy especial.

PAULA, buenos días .....hermanito

(segunda parte)

CONTINUACIÓN

Paula bebía cual maná los chorros de semen que expelía la colosal verga, la joven no perdió ni una gota del perlino liquido, luego se dio a la tarea de limpiar el bálano, sin dejar rastros de la reciente descarga, mira la semi fláccida verga, la revisa, como buscando algún vestigio olvidado, luego sonríe mira a sus hermano directamente a los ojos, y le dice mira quedo como nueva, limpia, reluciente, como dice la cuña de la televisión.

Claudio solo se limita a sonreír, ya que por lo agitado de su respiración, no puede ni hablar.

Pasados algunos minutos, con la respiración normalizada, Paula acostada a su lado, sintiendo la caricia de la mano femenina en su pecho, Claudio semi abrazo a la chica atrayéndola un poco más, para sentir el calor del cuerpo desnudo de su hermana a su costado, sonrío, la beso en la frente y le dijo Gracias, muchas gracias, no sabes lo feliz que soy. Paula en respuesta bajo la mano tomando entre sus dedos el fláccido pene, dándole un ligero apretón, como para sentir la capacidad de reacción de la verga.

Dime Claudio, que te pareció, mi forma de darte los buenos días.

Pues, no lo sé, no salgo de mi asombro, no puedo pensar, solo quiero abrazarte, seguir soñando.

No, no es un sueño, es una hermosa realidad, a la vez que daba otro ligero apretón al cabizbajo pene.

Y si mañana o más tarde no quieres saber mas de mí

Tonto, más que tonto, hoy es el inicio de nuestra vida.

Pero tú estas segura de lo que dices, mira que somos hermanos

Claro, una cosa es ser hermanos y otra muy distinta es tener sexo, además hay una ventaja tienes una amante, yo tengo un amante, todo queda en familia y no tenemos que salir de casa, dime si hay algo mejor.

No claro, que no, pero tu serás capaz.......

Claro, que si, tu serás mi amante, mi marido y yo seré tu amante, tu mujer, viste todo fácil, para que complicarnos, además, creo que hay alguien pidiendo atención, y dirige su mirada al miembro masculino que va adquiriendo cierta dureza gracias a los constantes toques de los dedos femeninos.

Claudio, por que no aprovechas y te comes algo sabroso, mientras yo vuelvo a saborear ese inmenso guevo, por que te diré, me gusta el sabor de tu guevo y de tu leche.

Paula se coloca sobre el cuerpo de su hermano llevando la erecta verga a sus labios, mientras se abre de piernas, colocándolas a ambos lado de la cara de Claudio, dejando a la vista por segunda vez en la mañana, él magnifico panorama de su apretado ano, y gruesos y depilados labios vaginales.

Claudio hunde su cara entre las turgentes nalgas, besando con verdadera fruicción el cerrado ano, el cual se contrae ante las primeras succiones, para luego recibirlos con genuino deleite, luego su lengua se ocupa de los labios vaginales, lamiendo por los bordes, tomándose todo el tiempo necesario para sorber el sabor de la piel y parte de los líquidos lubricantes que brotan de la complaciente cuca. Claudio abre con lentitud los gruesos labios, recrea su vista en las paredes rosadas de las mucosas vaginales, introduce su lengua en busca del clítoris, comenzando un ligero pero persistente masaje, el pequeño botón al ser centro de las caricias lingüísticas, se va endureciendo, surgiendo como un pequeño pene, como consecuencia de estas insistentes fricciones Paula se viene dos veces, bañando con sus jugos el rostro de su hermano, este movido por una golosa lujuria, se bebe los líquidos emanados por la voluptuosa vagina, cual si fuera un elixir salvador.

Paula en medio del inmenso goce que le producen las continuas lamidas de su hermano, se saca la inmensa verga de su boca, para decir con voz quebrada, por favor Claudio no te olvides de mi culito, anda méteme algo, bésame el culo, por Dios, hazme gozar, retomando nuevamente la verga, entre sus labios con mayor ahínco.

Claudio obedeciendo las suplicas de su hermana, comienza a lubricar el diminuto ano con los efluvios vaginales, incrusta su dedo medio hasta el fondo, hurgando lo más posible dentro del intestino femenino, esto resulto explosivo para Paula, la brusca caricia intestinal, los labios abiertos de su cuca recibiendo lengua de su hermano, todo al mismo tiempo, llevo a la chica a un tercer y prolongado orgasmo, los gritos de placer fueron acallados por el guevo, que permanecía dentro de la cavidad de la joven, Claudio dio gracias a Dios que su hermana tuviera la boca ocupada por que de lo contrario sus alaridos hubieran despertado a toda la familia.

Paula sin perder tiempo de da vuelta quedando sentada sobre el bajo vientre de su hermano, deseando ser penetrada por los 19 centímetros de guevo, se levanta poco a poco, hasta quedar con las piernas abiertas mostrando impúdicamente toda la cuca, toma con una de sus manos el grueso mástil, se pasa la cabeza de la inmensa verga por el borde los labios, sonríe, con una muesca de lujuria en su agraciado rostro y mirando a Claudio directamente a los ojos, se deja caer suavemente sobre el hermoso falo, sintiendo como es taladrada centímetro a centímetro por la monumental mole de carne, la cual se abre paso entre sus entrañas, el dolor se acrecienta a medida que el pene se incrusta en su cuca, ya que es la primera vez que se mete una tranca de tan considerables dimensiones, pero brava como una leona, no retrocede, sigue adelante, hasta que siente los vellos de su hermano hacer contacto con su depilado pubis, su cara demuestra la satisfacción del deber cumplido. Pasados algunos segundos o minutos, para los fraternales amantes, no existía el tiempo, las paredes internas de la complaciente cuca dilatadas al máximo, el dolor cede para dar paso a una grata sensación de placer, con movimientos suaves, acompasados, como si tuvieran toda la vida para disfrutar, ambos jóvenes comienzan su actividad en busca de un mayor placer. Paula siente como la verga recorre suavemente sus entrañas, en forma apacible, la suave caricia del roce de piel con piel, el delicado vaivén de entrada y salida del pene en su vagina era una sensación grata, ella nunca había hecho el amor de esa forma, tranquila, con firmeza, con pasión, que no buscaba la satisfacción de uno, sino de los dos. Claudio trataba que este placer de estar dentro de su hermana durará lo más posible. Paula se estaba dejando ganar por la dulzura de su hermano, renunciaba al control, dejaba el mando, por primera vez no era la que mandaba y era obedecida, agradecida por esta lección, besa los labios de varoniles, introduciendo su lengua en la ávida boca de Claudio, el ósculo es suave, si se quiere en combinación con movimientos de sus órganos sexuales.

Paula no supo cuantos orgasmos tuvo, solo que eran acallados por la boca de su hermano, perdió la noción del tiempo, del lugar, solo era un cuerpo lleno de placer que daba y recibía sin mezquindad, entregada de lleno a una nueva sensación plena y satisfactoria. En la mente de Paula solo estaba centrada en un pensamiento gozar cada centímetro de esa gloriosa verga, el pene taladraba suavemente la dilatada vulva, pero todo tiene su final y la naturaleza se impone tarde o temprano, y los ligeros espasmos del pene, le avisaron que la eyaculación estaba próxima. Despega sus labios y le susurra al su hermano al oído, acaba dentro, quiero tu leche en mis entrañas. Claudio eyacula, bañando las entrañas de su hermana, esta siente como si fuera un bálsamo que refresca su calenturienta cuca, el joven continua bombeando con la misma suavidad, este movimiento casi hipnótico, lleva a que Paula tenga él más fabuloso orgasmo, en su corta vida, busca la boca de hermano fundiéndose en un beso que ahoga el tremendo alarido que brota de la garganta femenina.

Los cuerpos permanecieron unidos en un abrazo, ella sobre de él, el sudor bañaba la piel de ambos jóvenes, la respiración entre cortada denotaba la placentera experiencia.

Paula es la primera en reaccionar, toma entre sus cálidas manos el rostro de su hermano, lo besa repetidamente en los labios, mientras musita muy bajito,

Gracias hermanito, gracias, posando su cabeza en el amplio tórax masculino.

El tono amoroso con que Paula pronuncia estas palabras, hace sonreír a Claudio, quien le da una leve palmada en las rotundas nalgas, dejando que su mano juguetee entre la raja que separa los apetitosos cachetes.

no gracias a ti, por los buenos días, ojala que se repitan.

Claro, que ve van a repetir, por que desde hoy tengo un solo amante, que eres tú, y sin salir de casa, que te parece,

Es decir Paula, que tu cuerpo........

Si te pertenece, pero solo el cuerpo....cuando quieras.....donde quieras....seré solo para ti.....

Y si nos descubren nuestros padres.

Si tu no hablas yo tampoco, y ten por seguro que yo no voy a decir, nada, ni que estuviera loca para perderme el placer de tirar y ser bien cogida por este inmenso guevo.

Si tu lo dices.

Mira, que yo si soy tonta, con este guevo tan bello en casa y buscando por fuera.

Pero desde hoy será también tuyo, pero solo el guevo.

Los dos ríen, se besan nuevamente, ahora es Paula quien introduce su lengua en lasciva dentro de la boca de Claudio, la cual es recibida con igual avidez, reanimando la pasión entre ambos.

En medio de estos escarceos Paula mira el reloj despertador, son las 7 de la mañana, aun tiene tiempo para un baño rápido y asistir a su cita de trabajo.

Continuara...............

La próxima entrega aunque no tiene nada de amor filial, ya que la aventura de Paula fue con el autor de estas líneas, amigo de la casa y confidente de nuestra heroína, pero dejar fuera este episodio personal, significa a mi forma de ver las cosas, dejar en el aire como se relaciono Paula con su Hermana en una relación lesbiana,

En su mente esta creer en lo verídico de mi historia o pensar que es producto de la imaginación, solo les puedo decir que por mi trabajo me entero de las historias que se viven en Caracas, Venezuela

Sus comentarios serán bien recibidos en mi coreo electrónico arphaxad44@hotmail.com