Paula, buenos días... hermanito (1)
Paula, decide darle los buenos días a su hermano de una manera muy especial, y termina convertida en su amante.
PAULA, buenos días..... hermanito
(primera parte)
Antes que nada quiero ofrecer mis disculpas, ya que ha transcurrido un lapso de tiempo bastante largo desde la publicación de la primera parte de la historia de Paula primera parte (el sueño) y la presente, pero fue motivado a inconvenientes que no vienen al caso mencionar, solo que ya superados, sigamos conociendo la vida de esta querida amiga. Debido a lo extenso de este episodio, lo he dividido en dos partes para evitar el cansancio visual de mis apreciados lectores
Paula piensa mientras se levanta casi con flojera, una pajita no cae mal para comenzar el día, con una sonrisa se pone la ligera bata, mientras se dirige al baño, sale al pasillo, pasa por la puerta de la habitación de Claudio, vuelve a sonreír y piensa por que una paja en solitario, si ahí tiene la verga de su hermano, que no esta nada mal.
Pone la mano sobre el picaporte y entra para darle los buenos a su querido hermano........
Así termino la primera parte de esta historia que describe parte de la vida una joven llamada Paula........
Al entrar a la habitación en la mente de Paula rondan varias ideas muy sucias pero muy sensuales, placenteras y sobre todo muy satisfactorias para comenzar el día, la mirada de la joven se orienta hacia la cama donde duerme su hermano Claudio. Paula deja caer la ligera bata, la cual se desliza por su agraciado cuerpo hasta quedar a sus pies, dejando al descubierto el hermoso cuerpo de la chica, senos turgentes coronados por unos pezones erectos rodeados de una aureola rosado oscuro, su vientre plano, sus espléndidas nalgas, sus rollizos muslos y entre ellos la nítida hendidura que separa los gruesos labios de la depilada vagina, la hermosa joven dirige sus pasos a la cabecera de la cama, Claudio continua dormido inocente a las ideas que piensa llevar a la practica su hermana. Paula se aclara varias veces la garganta en tono bajo, motivado a la acción de la joven, Claudio se despierta, quedando atónito ante tan majestuoso espectáculo.
Paula con la mejor de las sonrisas dice
Oye Hermanito, tengo una ligera picazón en la parte baja de la espalda, quieres ver que es.
Es...... claro, no hay problema, prende la lampara de la mesita de noche, para observar mejor.
Paula, gira sobre sus talones, dándole la espalda a su hermano, permitiéndole observar a Claudio sus rotundas y espléndidas nalgas que en conjunto forman un exquisito culo, abre un poco sus macizos muslos, inclina su busto hacia delante y con este movimiento, sus posaderas se entreabre dejando a la vista el cerrado y misterioso ojete del culo, continua doblando su cuerpo hasta asomar entre sus piernas la hermosa y sonrosada cara, y con una inocente sonrisa, pregunta.
ves algo
Te diré que no, pero déjame ver mejor.
Bueno, pero apúrate que esta posición cansa.
Tranquila, hermanita, que te voy a revisar mejor.
Mientras hablaba, Claudio prácticamente devorada con su mirada, las partes secretas de su hermana, el rosado y apretado ano, los gruesos y depilados labios vaginales, un lujurioso panorama, que le era mostrado de la forma más impúdica y complaciente. Claudio se siente en la cama y acerca su cara a las fabulosas nalgas, sintiendo en su rostro el calor que despide este espléndido culo.
Esta especiosa exhibición termina por enervar el calenturiento cuerpo de Claudio y la muestra del estado excitación por la que atraviesa en estos momentos es la enorme erección de la verga, que en ningún momento trata de ocultar, mas bien la enseña en forma insolente, ya que ña deja al descubierto para que su hermana la vea en toda su plenitud.
Paula sabe que domina la escena y que es cuestión de minutos que logre llevar a cabo sus innobles, pero libidinosos pensamientos, la mirada de la joven recorre el fogoso pene en toda su extensión con una mirada cargada de concupiscencia, a la vez que siente que su vagina se lubrica ante el pensamiento de acunar en sus entrañas el fraternal falo.
Escucha hermanito, si quieres ver bien lo que tengo entre las nalgas, permíteme que me acueste en tu cama.
Por supuesto. Se hace a un lado dejándole espacio
Paula se acuesta, abriendo las piernas, dejando sus gruesos labios vaginales, a la vez que dice, anda Claudio revisa, ahora lo puedes hacer con clama, El joven con mano firme, pero en forma muy delicada abre las dos apetitosas montañas de carne, dejando a la vista en hermoso agujero, repasa con sus dedos en forma febril la raja del culo, acariciándola repetidamente, toca ligeramente el apretado ano, el cual se contrae por instinto ante la cercana profanación de que será objeto. La caricia se prolonga por varios minutos, incluso los dedos se apoderan de los gruesos labios vaginales, introduciéndose entre ellos, haciendo contacto directo con las lubricadas paredes internas de la fraternal cuca de Paula
Entonces, pregunta Paula, que has encontrado
Te diré, que todo lo veo muy normal
Seguro, estas seguro, que no ves nada
Claro, Paula, aunque déjame seguir revisando. Y los dedos continúan recorriendo cada palmo de piel, introduciéndose en forma grosera dentro de la complaciente oquedad vaginal
Como quieras, sigue buscando, que con tus masajes se me esta aliviando
Lastima, por que.......
No, no te detengas, sigue el masaje, y con su mano aprisiona los dedos de su hermano, para que no abandone la lujuriosa caricia.
Bueno, ya que insistes, entonces abre un poco más las piernas
Paula obediente abre las piernas, para permitir que la mano abarque toda su zona vaginal en forma cómoda y por lo tanto duplique su placer. Paula deja escapar murmullos de placer, son roncos, bajos, son una hermosa canción a los oídos de Claudio.
Paula, se incorpora, apoya una de sus manos sobre el pecho varonil, acariciando levemente la superficie corporal, la otra mano la lleva a la nuca de su hermano, acercando su cara, sus labios, introduce su lengua en la boca de su hermano. Este reacciona, apretando el cuerpo de su hermana entre sus brazos, sus manos se posan sobre las turgentes nalgas de la chica, buscando la raja del culo, sus dedos encuentran el pequeño, pero delicioso agujero. Incrusta su dedo medio hasta el fondo, su boca se pega cual ventosa a la cavidad bucal de Paula. Paula no sabe o no pude distinguir si es por la fogosidad del beso, o es por dedo que le sondea el recto dulcemente en forma circular, lo que la obliga a despegar sus labios de la boca de su hermano, para tomar aire y darse el placer de gemir de gusto.
Así Claudio, continua
No sabes, Paula las veces que he soñado con esto
Pues no sueñes mas, que esto es una realidad, solo tu y yo
Paula, no sabes lo feliz que me haces,
Anda continua, besándome. Y cuidado con sacar el dedo de mi culo.
Sacar el dedo de tu culo, ni loco, este culo ahora es mío.
Se vuelven a besar ahora es la lengua de Paula la recorre la boca de Claudio, su exploración es a fondo sin dejar un resquicio sin tocar o lamer, entre los dientes, encías, lengua, labios, tratando de meterse por momentos mas hondamente en la cavidad bucal de su hermano, saborea su saliva, todos sus sentidos están unidos en solo sentido, la búsqueda del placer prohibido, que solo puede dar un coito entre hermanos.
Claudio deja de besar a su hermana, su boca comienza a bajar lentamente en busca de los deseados pezones, acaricia suavemente las turgentes tetas, los labios varoniles se apoderan de los hinchados pezones, chupan con frenesí la sensible piel, provocando nuevos gemidos en Paula, a consecuencia de la prolongada mamada la delicada epidermis de las aureolas enrojece tomando un color más oscuro del normal. Continua el descenso, la lengua de Claudio hace círculos sobre el aterciopelado vientre, se entretiene en el perfecto ombligo, se regodea en la caricia, lame los bordes, lo llena de saliva, provocando risas en la chica, risa nerviosa que denota el estado excitación de la joven, prosigue su camino en busca de la ansiada cuca.
Claudio observa con amor, con deseo los gruesos y depilados labios vaginales, depositando un suave beso, introduce su lengua buscando empaparla de los preciados líquidos vaginales, caricia que no dura mucho, ya que Paula la interrumpe, ya que por experiencia sabe, que eso la hace perder el control y ella quiere dominar la situación.
Ahora es Paula la que comienza acariciar el pecho de Claudio con su lengua y manos, repasa toda la piel del torso, dando besos, lamiendo, en oportunidades dando pequeños mordiscos, se ayuda con las largas y acicaladas uñas produciendo ligeros escalofríos en el cuerpo del joven, las caricias parecen no terminar, pero van por un sendero y cuyo final es la erecta verga de su hermano.
Claudio permanece como clavado a la cama, inmóvil, la chica se apodera del inmenso falo. Lo acaricia con ambas manos, lo mira con admiración, se relame los labios y exclama, con voz temblorosa
hermanito, que guevo, esto si es un guevo. Mientras habla sus manos aprietan suavemente la grandiosa verga.
Trátalo, con cuidado, que es muy delicado, responde con sonrisa Claudio
Pierde cuidado, que este guevote me lo como a besos, responde Paula, mientras le da unos ligeros chupetones
Paula, te vas a tragar mi.............
Pues claro, que si, ó tu te crees que me voy a perder este manjar, si lo deseo tanto ó más que tú, además tu no sabes lo que me encanta mamar un guevo tan bello como este y uniendo sus palabras a la acción, lleva sus labios al grandioso pene.
Sin más, la joven se introduce la enorme verga en su delicada boca, dando comienzo a una serie de caricias con su lengua y labios, une sus dedos con ligera presión y con movimientos lentos comienza a subir y a bajar sus manos a lo largo de los 19 centímetros de la hermosa y erecta verga, lo besa con delicadeza, lame con extremada dulzura como si fuera su más valioso tesoro, todo con la finalidad de descargar los testículos de su preciada carga. Paula se entrega con ahínco a la exquisita tarea, recorre con sus labios, lengua y dedos cada centímetro de la erguida verga. Succiona la rosada cabeza y en un momento de sumo éxtasis, trata de meter la punta de la lengua por el conducto de la uretra, sus esfuerzos fueron coronados tras algunos minutos que a Claudio le parecieron horas de placer. Paula bebía cual maná los chorros de semen que expelía la colosal verga, la joven no perdió ni una gota del perlino liquido, luego se dio a la tarea de limpiar el bálano, sin dejar rastros de la reciente descarga, mira la semi fláccida verga, la revisa, como buscando algún vestigio olvidado, luego sonríe mira a sus hermano directamente a los ojos, y le dice mira quedo como nueva, limpia, reluciente, como dice la cuña de la televisión.
Claudio solo se limita a sonreír, ya que por lo agitado de su respiración, no puede ni hablar.
Continuara ...