Patri Rosseau (2)
Patrick siguesiendo el dueño de la cárcel y empieza a conocer el amor. Dos extremos la ternura y la pasión.
SEGUNDA PARTE
PATRICK SE ENAMORÓ.
Patrick se había convertido en el personaje de la cárcel. Todo el mundo tenía que ver con él su dinero lo hacía poderoso y lo hacía indispensable para los internos y guardianes.
Patrick tenía seleccionado ya sus chicos de los diferentes patios, su ansiedad permanente por el sexo, hacía que buscara permanentemente emociones a montones. Ese bello y selecto grupo de chicos de 18 a 20 años estaban siendo vigilados cuidadosamente por el médico particular que él contrato. El doctor se encargaba de realizar los exámenes pertinentes y certificar su buen estado de salud. Igualmente se encargaba de recetarles vitaminas y medicamentos para mantenerlos siempre bellos. También arregló la visita de un odontólogo para examinar su estado dental y estético.
Julián del patio tres había sido seleccionado por Diego el cacique, fue llevado a los exámenes y pasó la prueba. Al francés lo impactó su candidez. Su hermoso físico, sus cabellos y sus ojos negros, con largas pestañas, su hermosa y perfecta nariz, sus pile limpia, suave y tersa de color blanca, delgado, sus labios rosados sensitivos y su hermosa dentadura blancos y perfectos dado al tratamiento de ortodoncia- su cuerpo delgado y lampiño, su pecho y sus abdominales marcados por los ejercicios que hacía en la calle y ahora en la cárcel. Sus piernas que bello espectáculo, se dibujaban cada músculo lampiño, su estatura 1.70, era de una familia clase media, su lenguaje y su forma de ser era muy distinta a los demás. Estaba condenado a 48 meses por vender éxtasis en la universidad donde estudiaba, a pesar de tener 18 años aparentaba mucho menos. Patrick lo observaba sentado en su sillón mandado hacer por él de tipo Luis XV que lo hacía ver más poderoso de lo que él era. Percibió el temor de aquel chico, eso lo enternecía, después de observarlo pacientemente al frente de él le dijo:
¿Te sientes bien?
Disculpe es que no estoy acostumbrado y la verdad nunca había estado en una situación tan incomoda.
¡Ven siéntate! señaló una silla- ¿quieres tomar o comer algo?
¿Cómo, tomar?
No te apresures, yo no tomo y acá está prohibido el licor El chico frunció el seño como si lo que este hombre no hacía lo que quisiera en la cárcel- y no me gusta que mis niños tomen.
¿Mis niños? eso le molestó a Julián, desde cuando él era niño y más aún propiedad de este sujeto.
Patrick entendió el reproche, pero no quiso profundizar en el tema.
Bueno ¿qué quieres? Jugo, gaseosa, leche, lo que quieras o algo de comer
Un jugo de piña está bien, gracias el francés fue a la nevera, sacó la caja y lo sirvió y se lo entregó en sus manos cortésmente.
Muy amable, señor Patrick
¡ Patrick! Simplemente Patrick.
Bueno simplemente Patrick ambos sonrieron, el chico se sintió más tranquilo, sin embargo sentía muchos nervios, pues era su primera vez.
Sabes algo, eres muy bello Julián se sonrojó y sonrió tímidamente. Y más cuando sonríes, ¿Puedo darte un beso?
Era inesperado escuchar al extranjero tan tierno, tan afable, Julián fue desarmado, el ogro que conocía se había ido. El chico asintió tímidamente. Patrick se acercó lentamente buscando aquellos bellos labios rosados, los entreabrió y permitió que los labios de Patrick hicieran contacto. Julián cerró los ojos y sintió la aroma de la colonia de francés, eso le gustó, el beso hizo vibrar el cuerpo del joven. Patrick separó los labios lo miró a los ojos y dijo:
Me gustas mucho, Niño, eres sencillamente el mejor y el más bello.
Me imagino que eso le dirá todos.
No niño, tú de verdad eres especial lo volvió a besar, esta vez con más pasión y fuerza, el chico se dejó vencer, permitió que la energía y las vibraciones del cuerpo de aquel hombre lo acogieran, el francés sabía hacer su parte, lo acariciaba lenta pero firmemente, él iba descubriendo en ese bello cuerpo las sensaciones y el deseo que hacía tiempo no vivía., fue retirándole la ropa despacio, cada vez que le retiraba alguna prenda él hacía un comentario incompresible para él. Patrick pudo ver el hermoso cuerpo del chico, estaba excitado, en su bóxer azul marino, estaba la fuente del poder y la belleza de ese niño. Patrick lo llevó a la cama, lo acariciaba tiernamente, lo besaba espacio que le brindaba aquel cuerpo, Julián suspiraba, estaba vencido por la pasión, fue tal el desespero del chico que indicó a su amante que se desnudara, ahora estaban ya los dos, ambos compartían del deseo y la pasión. Patrick se quitó su ropa y al realizar la conexión de cuerpo a cuerpo y sentir cada uno la tibieza y la pasión se fruncieron en un beso.
Ya era hora de descubrir que había detrás de ese bóxer. Patrick sintió y palpito con la hermosa verga de aquel chico, era un pene sencillo, limpio, sus bellos estaban alrededor de ese hermoso miembro, la lengua empezó la realizar su gestión con la punta de la misma, empezó a recorrer el perímetro de aquella. Lo que más lo excitaba era como se contorsionaba su muchacho cada vez que él realizaba una maniobra con su boca, sus dedos recorrieron sus piernas, su cuerpo, sus testículos y su pequeño ojo de pasión que tenía guardado para él. Julián, no quiso ser más el invitado, quería descubrir y formar parte del papel protagónico, sin consultarlo, se levantó y torpemente le quitó el bóxer a Patrick.
¡Dios santo! Exclamó al ver aquella gran verga ya con gotitas preseminales mostraban el norte. El chico la tocó tímidamente y sonrió- cómo hizo para que fuera tan grande.
El francés no respondió sino que se arrojó a él y lo besó, se encendió la pasión y la lujuria, su boca devoró el pene de Julián, recorría los huevos y su ano. Cuando toco la puerta Julián había perdido la cordura y el temor, ese permiso puso en alerta a Patrick y se dedicó a dilatar aquel bello esfínter, Julián pidió permiso para ensayar la mamada al francés, él giró y la verga busco los bellos labios del chico, él con susto y viendo aquel líquido, con el dedo índice de la mano derecha tomó unas gotas de aquel líquido transparente se lo llevó a sus labios y saboreó y dijo.
Jamás pensé que esto supiera rico. sonrió y permitió que Patrick lo guiara hasta la fuente de poder.
Le costó acostumbrarse a tal magnitud pero empezó a chupar como cual niño disfruta de su colombiana. Patrick volvió a lo suyo, a un hermoso 69 que disfrutaban los dos; ahora sólo se escuchaban gemidos y respiraciones alteradas y aceleradas, aquel jovencito tenía en éxtasis al francés que desistió de disfrutar por esa tarde del ano. Sentía que su torrente se iba a vaciar, y quiso advetir.
Oye niño, me voy a mojar, ¡cuidado!, - el chico no parecía escuchar seguía mamando con pasión y con su mano presionó al francés que siguiera mamando. Él obedeció, y continuaron hasta sentir que cada uno se les iba la vida por eso canales, recibiendo la fuente de vida en la boca y en las gargantas, bebieron como cual sediento sacia su necesidad. Después de limpiar cada uno la zona de placer, se separaron y se besaron, en el aliento se sentía el sabor a hombre a semen, mezcla perfecta.
Sabe usted también me gusta Dijo el chico
Si mi niño, me has conquistado.
Pero supongo que seguirá teniendo su harén
Esperemos que pasa, ¿de acuerdo?
Bueno.
Se volvieron a besar, estuvieron toda la tarde consintiéndose y acariciándose hasta llegar a una segunda vez.
Cuando terminaron permitió que el chico se marchara, bebió un poco de agua se bañó y salió a buscar algo de comer.
Oiga Usted fue llamado por Rodrigo Hoyos un exfuncionario de alto rango que se encontraba condenado por peculado por apropiación. Había sido senador y un hombre muy poderoso e influyente en la región
¿En qué le puedo servir, señor? Preguntó Patrick
Estoy harto de sus inmoralidades, respete, acá en este patio somos gente decente, voy a hablar para que lo saquen de acá, Usted es un mal ejemplo para todos, ¡Marica!
Patrick no respondió a los insultos, lo miró a los ojos se despidió, regresó a su celda, de inmediato ingresó Salvador, que era un hombre mayor 50 años, llevaba 15 años en la cárcel, era un profesional con el gatillo y estaba pagando varios homicidios, se caracterizaba por ser servil y se vendía al mejor postor, él ahora estaba trabajando para Patrick, se encargaba de la ropa, del aseo, de realizar las gestiones o mandados.
Vaya ahora mismo y dígale al cabo Jiménez que quiero hablar con él.
Si señor, puedo saber para qué
¡Salvador! ¿cuándo va aprender a obedecer y no preguntar todo lo que se le manda? ¡allé! ¡Pronto!
El cabo acudió de inmediato a la cita puesta por el francés, era el encargado de jurídica y todo lo que tenía que ver con remisiones o traslados.
cabo, siéntese por favor, ¿quiere tomar algo?
Lo que sea, -dijo el bonachón, moreno y alto oficial
Salvador le sirvió una gaseosa y le entregó el té a Patrick y se retiró.
Cabo, es molesto para mí este punto y creo que Usted puede ayudarme a solucionar, no quiero ir a molestar al Coronel porque sé que es un hombre muy ocupado. Por eso acudo a Usted.
Dígame no más señor Patrick! ¿ñeque le puedo servir?
He podido observar que el señor Rodrigo Hoyos, me parece que es un señor muy anciano, para estar en un sitio como estos, hace frío, me parece que el señor Hoyos debería estar en un sitio más cálido.
El señor Hoyos no nos ha manifestado nada.
Desde luego, él no, pero yo velo por el bienestar de todos acá. Y creo que un cambio le sentará bien
Ya comprendo el mensaje. Quiere que el señor lo traslademos
¡Aja!
¿y cuándo?
Por mí sería hoy mismo pero mañana estará bien.
Señor Patrick, es difícil, los trámites, el presupuesto, todo.
Usted es un hombre inteligente, -le entregó un sobre- ahí está la solución de presupuesto, además para que Usted pueda recrearse un poco.
Señor, no es necesario, el presu
¡Jiménez! interrumpió Patrick- guárdese su palabrería, espero que mañana a esta hora el señor esté tomando el sol. Buena tarde.
Patrick le señaló el camino al cabo.
Ya en la noche, cuando todos estaban ya en las celdas, Patrick tenía que realizar unas llamadas, terminó las llamadas y vio a un chico joven, que no lo había observado con detenimiento. Wilson sabía quién era él, el chico oportunista y acostumbrado a realizar triquiñuelas, cabello negro achinado, ojos negros, trigueño, lampiño, llevaba el torso descubierto y un jeen y unos tennis, estaba sindicado por extorsión, tenía 19 años. Patrick lo miró con la lujuria que lo caracteriza atendió el llamado del muchacho.
¿Qué quieres?
Dígale al guardia que me deje llamar
Fue hasta el guardián y le pidió que le abriera la puerta para dirigirse a las cabinas telefónicas.
Patrick lo siguió detenidamente vio con coquetería al chico y pensó que era hora de conocer más profundamente al chico.
Al minuto salió de la cabina y dijo.
No me alcanza el dinero para llamar a mi mamá, es que ella vive en Chinchiná.
¡Lo siento!- dijo despectivamente
¿Y no me va ayudar?
¿Ayudar? Y por qué tendría que ayudarte? empezó el juego
Porque Usted tiene plata y yo no
Y si le doy para la llamada, ¿en qué me beneficio yo?
Pues que ayudó al pobrecito
Sonrió Patrick y atacó.
Eso a mí no me sirve.
¿Entonces? ¿Qué quiere?
Yo te doy para que llames a tu mamá muchas veces y compres lo que quieras y yo te doy una mamada y algo más
Oigan a este man, yo no me le mido a eso
Ok. ¡Suerte!
¡Oiga espere! No me va a decir nada
No amigo, a mi nadie me pone condiciones ni me dice NO. Si quiere algo yo recibo algo y punto.
Bueno y de ¿cuándo estamos hablando?
Sacó de su bolsillo un manojo de billetes de $ 50.000
¿Y qué es lo que me va hacer? ¿Y en dónde?
Te voy hacer una mamada y algo más, y acá el guarda se fue hacer una ronda que dura 45 minutos
¿Y si alguien no ve
Nadie nos va ver, todos están ya encerrados lo empujó contra los barrotes tomó sus brazos y los extendió como quedando crucificado. Toco el bulto y percibió que estaba listo.
¿Lo tienes limpio?
¡Si! contestó titubenado
Patrick le desprendió el pantalón se los bajo, sin preámbulos también el bóxer y vio a aquella máquina, efectivamente limpia, sin circuncisión, la tomó con sus dedos y de inmediato se agachó y empezó a mamar. Wilson cerró los ojos y empezó a disfrutar los pases del francés, fue a tocarlo para guiarlo con sus manos, pero Patrick se lo impidió y ordenó que se quedara como lo había puesto. El francés disfrutaba la verga del chico, pero empezaba a alimentar el deseo del ano del chico, sus dedos hurgaban el agujero negro, Wilson se sentía en la gloria, no le importaba que estuviera pasando por su ano.
Siga chupando francés, ufff!!! Ufff!!! Aaahh ¡!! Aaaa!!
Patrick recibió la leche espesa de Wilson. Fue exprimido en su totalidad, limpió todo su pene.
Un hermano estuvo muy bien. Gracias. Se desprendió y se iba a subir los pantalones, pero fue detenido por el extranjero.
No aún no hemos terminado
¿Cómo así? Usted dijo que era una mamada
Tienes razón, yo dije que era una mamada y algo más, sigue algo más Patrick lo volteó bruscamente, el francés se desabrochó el pantalón se lo bajó, dejando el su verga lista, Wilson ya percibía lo que iba acontecer, pero ante Patrick no había nada que hacer. Patrick retomó el agujero negro, sacó de su bolsillo un líquido sprite y lo untó en su ano. De inmediato y sin ningún preámbulo y ante las protestas de Wilson, penetró de un solo golpe al chico. Patrick empezaba a moverse y a disfrutar de ese orto estrecho. Su vaivén y sus movimientos hacían que Wilson sintiera a su huésped alojada en su trasero con dolor, pero sentía un placer doloroso, un rico ardor y deseo de sentir dejarla mucho rato ahí, Patrick hacía sus movimientos sintiendo que ya era hora de inundar el canal, cuando sus primeros espasmo partían desde sus testículos y como un gallo que monta a su gallina lo tomo del cuello mordiéndolo y sus brazos se ajustaron en las manos aferradas a los barrotes para permitir que el deseo saliera. Sus piernas temblaban, sus deseos expiraban. Patrick volteó a Wilson lo besó, de nuevo tocó el pene del muchacho percatando que estaba muy mojado, se había reventado del placer. Lo miró, le guiño el ojo derecho, le puso sobre una mesa el dinero se vistió y se fue sin decir nada.
Acá tienes para que llames a tu madre y algo más
Tres de la mañana, la volante de la guardia ingresa al patio 5B, el Cabo Jiménez comandaba la patrulla, se dirigió a la celda 9 donde Rodrigo Hoyos estaba durmiendo.
Señor Rodrigo Hoyos. Levántese, y prepárese para remisión con todo.
El hombre soñoliento y sin asimilar lo que estaba pasando se despertó asustado y preguntó:
¿qué pasa? No hay ninguna orden de traslado, mis abogados no me han dicho nada.
Señor Hoyos, acá no manda los abogados, tiene 15 minutos para salir.
Hoyos se preparó y al salir gritó:
¡Francés Hijo de puta!
Sigo esperando sus valiosos comentarios.
Jeduca