Patito y la flia. ii
Sigue el desenfreno sexual de Pato con su familia, esta vez le toca a su sobrino, con el cual tiene varias aventuras muy morbosas.
PATITO Y LA FLIA. II
Paso más de una semana de la orgia con mi cuñada, mi mujer había tenido la regla y casi no habíamos tenido sexo, tampoco nos juntábamos con Cari y Alberto, pero mi mujer estaba algo ansiosa. Comenzando los últimos meses del año las visitas a casa de mi cuñada o ellos a nuestra casa comenzaron a ser más frecuentes, hasta que un domingo a la noche al irnos a acostar mi mujer en bolas me empezó a chupar la pija, le dije: seguro que me tenés que contar algo y riéndose comenzó: desde que se había hecho las gomas su sobrino le miraba las tetas cada vez que podía y obviamente ella intentaba mostrarle cada vez más, la primera vez fue en nuestra casa almorzando un domingo, mi mujer vestía un jeans y una camisa con corpiño, teniendo un par de botones sin prender se le notaba un poco las tetas. En un momento que ellos estaban dentro de la casa, ella lo paro a solas en la cocina, el resto de la familia estábamos en el patio y le dijo que dejara de mirarle las tetas, lo que el chico le respondió algo sarcástico, que no era así, que solo podía mirar una pequeña parte de sus tetas, ya que la camisa no le dejaba ver el resto. Mi mujer disimulando enfado lo tomo de una oreja y lo llevo a una pieza, cerrando la puerta, el pendejo se cago, y Pato se abrió totalmente la camisa y sacándose el corpiño le mostró las tetas, mientras se las tocaba le decía - mira para que después te hagas unas cuantas pajas.
Mi mujer comenzó a calentarse y percibió un bulto que crecía en el pantalón de Mauricio, este le dio las gracias y le dijo si dejaba que se las toque, mi mujer riéndose se cerró la camisa, y a pesar que Pato estaba deseando que se las tocara y chupara, le dijo ahora no y se fue. Demás está decir que el pendejo se encerró en el baño como una hora. El resto del día siguió igual con el pendejo tratando de verle las gomas y mi mujer con la camisa un poco más abierta mostrándole todo lo que podía y sin corpiño, cuando nos despedíamos, mi mujer en un momento que quedo a solas con su sobrino, al despedirse le pregunto cuántas pajas se había hecho, al mismo tiempo que le tocaba la pija sobre la bermudas, Él le dijo tres y aprovecho a sobarle una teta por debajo de la camisa, mi mujer le dio un par de picos y se fue, luego se reía porque al sobrino se le notaba otra vez la pija parada. Yo estaba por acabar, pero mi mujer me dijo que aguantara que faltaba que me relatara otras cosas. Después de ese encuentro el pendejo le mandaba mensajes con alguna alusión a sus tetas; y en una visita que le hizo a mi suegra, justo llego Mauricio. Mi mujer venia del gimnasio, por lo que estaba con calza, corpiño deportivo y una sudadera, en un momento que van a buscar algo a la heladera mientras mi suegra se queda en el comedor, el pendejo acorralo a mi mujer y le pidió que le mostrara otra vez las tetas, que a ella también eso la calentaba, respondiéndole que a cambio El le muestre su pija, se metieron al baño y mientras mi mujer se descubría las gomas el pibe se bajó los pantalones mostrando una gran verga erecta. Pato no se aguantó y se la agarro comenzando a hacerle una paja, mientras el sobrino paso de tocarle las tetas a chupárselas, comenzaron a besarse metiéndose las lenguas lo más posible, hasta que escucho que su madre la llamaba.
Mi mujer le dijo que ella se iba, pero que él se quedara en el baño y antes de salir del toilette, alcanzó a pasarle la lengua a la verga y mamársela un par de veces, después se volvieron a besar con mucha lengua y salió, quedándose el pibe haciéndose la paja. Hubo otras visitas esporádicas a mi casa, en donde mi mujer le mostraba lo más posible sus tetas y se saludaban dándose piquitos, rozándose en cuanto podían, en otra ocasión donde hicimos un asado en casa al medio día con mucho calor, por lo que todos estábamos vestidos con poca ropa, sobre todo mi mujer que llevaba una musculosa suelta que no le tapaba el ombligo, sin corpiño, una mini de jeans y una tanga metida en el orto. Con Mauricio estábamos haciendo el asado, vestidos solo con un pantalón corto, como estábamos todos en el patio casi no tuvieron ningún momento a solas, solo tres minutos cuando Pato estaba preparando la ensalada y su sobrino fue a buscar algo a la cocina, se puso detrás de ella y le apoyo la pija, mi mujer al sentir el miembro detrás suyo, sin darse vuelta metió la mano por dentro del pantalón y le agarro el aparato, mientras este le agarraba las tetas por debajo de la remera, estuvieron así unos minutos besándose apasionadamente, mientras el pendejo le subió la pequeña falda y corriendo el tanga se la intento meter por el culo, mi mujer le dijo que por ese agujero no, porque le faltaba lubricación y agachándose un poco guió la pija del sobrino hasta la concha donde la penetro durante un par de minutos hasta que escucharon ruidos y Mauricio se fue al baño. La que entraba era mi cuñada y riéndose, al darse cuenta de la situación comenzó a besarse y manosearse con Pato, contándole mi mujer lo que había sucedido. Pato y su sobrino esa vez tuvieron una segunda oportunidad cuando nos despedíamos, estábamos dentro de la casa saludándonos y Mauricio estaba en el patio limpiando la churrasquera, mi mujer salió y al verlo solo, se fue despacio y lo abrazo por la espalda, metiendo nuevamente la mano por debajo del pantalón le agarro la pija y comenzó a pajearlo a la vez que se daban un beso con lengua, Pato mirando para todos lados que no hubiera nadie, se puso en cuclillas y sacando la verga del pibe, se la chupo un par de minutos, luego se besaron y se retiró. Yo nunca le dije a mi mujer que los había visto esa vez. Otra de las veces fue una noche, y la única vez que pudieron estar solos fue cuando fueron a comprar helado en el auto de Mauricio, mientras este manejaba, le tocaba las tetas a Pato y la besaba, mi mujer no se quedaba atrás y le saco la pija del pantalón haciéndole la paja, pero tuvieron que parar porque estaba manejando. Al volver más de lo mismo hasta que llegaron a casa y al estacionar se besaron desesperadamente, chupándole Mauricio las gomas a mi mujer, ésta le empieza a chupar la pistola dentro del auto, mientras el pendejo le metía los dedos en la concha. Como habrá sido la mamada que a los pocos minutos el pibe acabo en la boca de Pato que se tomó toda la leche. Pero quedaba todavía el encuentro de ayer sábado, mi mujer pasó por casa de su hermana, dando por fin la casualidad, después de varios intentos, de encontrar a Liliana sola y su sobrino por llegar. Pato iba vestida con la misma ropa del asado, y habían quedado con su hermana, que, con alguna escusa, la iba a dejar sola con su sobrino. Al llegar el pibe, lo fue a recibir ella al garaje, donde se besaron con lengua y se manosearon, se puso en cuclillas y le hizo una breve mamada, quedando el pibe con la pistola parada y Pato tan caliente que olvido de taparse las gomas que se le veían en gran parte y la falda que casi no le cubría el culo. Luego pasaron a la cocina donde estaba Liliana, que al ver a su hermana toda desaliñada, les pregunto si se habían estado peleando, mientras se reía. Mauricio por la vergüenza intento irse al baño, pero Pato se lo impidió, quedándose a tomar mate con ellas con mi mujer sentada sobre su sobrino. Colocó el culo sobre la verga del pibe, que, si no fuera por la tela del pantalón de éste, hubiese tenido la pichula incrustada entre los cachetes del orto de mi mujer. También Pato lo había obligado a tomarle una de sus tetas que acariciaba disimuladamente, y cuando mi cuñada estaba por retirarse para seguir con el plan, tocan el timbre, era una tía de ellas que venía de visita, echando a perder todo lo planeado.
Tuvieron que recomponerse, Mauricio estuvo un rato con ellas y luego se fue a su pieza, las mujeres siguieron hablando y tomando mate, hasta que mi mujer haciéndose la boluda se fue a la pieza de su sobrino con la excusa de querer preguntarle algo, golpeo la puerta que estaba cerrada y entro, encontrando al pendejo viendo en Internet paginas porno y tocándose la pija por debajo del pantalón corto, mi mujer de inmediato se arrodillo y sacándole la pija se la empezó a chupar. Su sobrino se puso como loco, pero parece que estaba muy caliente y a los pocos minutos se vino en la boca de Pato que se tragó todo el semen. Siguió lamiendo la pija del chico para limpiársela, pero el miembro del pibe se puso nuevamente duro, por lo que aprovecho y subiéndose la falda y corriéndose el tanga, se sentó sobre su sobrino ensartándose la pija hasta el fondo, saco las tetas y se las dio para que las chupara, así lo cabalgo varios minutos y mientras se besaban para no hacer ruido, Pato tuvo un par de orgasmos encadenados, mientras su sobrino le echaba la leche dentro del chocho. Se quedaron unos minutos abrazados, besándose y Mauricio no dejaba de chuparle las gomas, en eso escucharon que llamaban a mi mujer, la cual se recompuso y salió, pasando por el baño para lavarse y luego sumarse a las otras mujeres para seguir la charla. Tras lo relatado demás está decir que terminamos garchando como caballos.
A mitad de la semana siguiente, siendo más de las diez y media de la noche tocan el timbre, Pato al mirar por la ventana me dice que era su sobrino y parece que viene con ganas de coger. De inmediato le pregunte si quería que me fuera y me dijo que no, que era más excitante hacer cosas delante de mí y solo tenía que hacerme el boludo. Me dio un beso y fue a abrirle. Mi mujer salió solo con una remera de básquet vieja que usa de camisón, se les salía las tetas por los costados y mostraba el nacimiento del culo, hizo pasar a Mauricio y comenzaron a besarse en el living donde el pibe le chupo las tetas y le metía el dedo en la concha y el culo, ella no se quedó atrás y sacándole la pija le hizo una breve paja y se la chupo, así estuvieron varios minutos y luego entraron al comedor donde estaba yo sentado en un sillón mirando tv. Cuando salude a Mauricio no pude dejar de ver la pistola parada debajo del pantalón, que tiempo después me confesaría que lo hizo a propósito ya que le excitaba esa situación. A mi también me calentó, habiéndole tomado el gusto a las pijas me quede tentado de agarrársela y chupársela ahí mismo y más por el tamaño del miembro. Comencé a tener una erección y más al ver a mi mujer que a pesar que se recompuso la camiseta, las tetas se veían llenas de baba y hasta la mitad de los pezones, y la mitad del culo. El sobrino se sentó en una silla de frente al tv, quedando detrás mío, mi mujer le sirvió un vaso de gaseosa y luego se sentó adrede a la derecha del pibe, dándome la espalda y tapándome la visión, de inmediato comenzó a besarlo y le saco la pija del pantalón, pajeándolo de forma lenta, el sobrino no se quedó atrás y le comenzó a manosearle las tetas y al ver que Pato se abría de piernas le metió un par de dedos en el chocho. Estuvieron así varios minutos, Pato se levantó y le trajo unas papitas fritas, aprovechando para colocarse por debajo de la mesa y chuparle la pija al pibe, hasta que mi mujer no aguanto más y levantándose se fue a la cocina, llamando al pibe después ‘para que le lleve el vaso’, Pato lo esperaba sentada en la mesada con las piernas abiertas, sin perder tiempo el pendejo le chupo varios minutos la concha y después la ensarto. En pocos minutos Mauricio le descargo toda la leche a mi mujer a la vez que ella tenía un terrible orgasmo en total silencio, yo imaginándome todo me fui al baño a hacerme una paja. Al volver al comedor Mauricio estaba sentado, ya más relajado y mi mujer estaba en el otro baño, al parecer limpiándose, al volver Pato, el pibe me saludo para irse pero Pato quería mas y le dijo que se quedara un rato más.
Mauricio se sentó en la misma silla, mientras mi mujer buscaba en la cocina otro vaso de gaseosa, al dejarcelo, se arrodillo y comenzó nuevamente a chuparcela, se puso de pie y por un costado del sillón me comenzó a acariciar mientras el sobrino le chupaba la concha y el culo. Pato me decía al oído lo que le hacía su sobrino, mientras me tocaba la pija y aveces nos besábamos, unos minutos después hizo sentarse al pendejo y se ensartó la verga de este por el orto. Yo me levante y sin mirarlos, les dije que iba al baño, aprovechando mi mujer para ponerse en pompa sobre la mesa y su sobrino ensartarla por el culo y acabarle después de varias bombeadas. Al salir del baño, luego de una señal de Pato, encontré a Mauricio sentado y bastante agitado, luego de unos minutos apareció mi mujer del baño y seguimos charlando los tres hasta que Mauricio dijo que se iba, aproveche y dije que yo también me iba a acostar, mi mujer me hizo una guiñada y acompaño al sobrino hasta la puerta, yo sabiendo que iba a pasar algo, apague las luces y el tele, para poder ver por la ventana, apagaron la luz de entrada y en la oscuridad comenzaron a besarse, nuevamente comenzó a chuparle las tetas mientras mi mujer inicio una suave paja, para pasar a chupársela. A todo esto, yo estaba mirando mientras me hacia otra paja, mi mujer apoyándose en la reja se inclinó hacia adelante y el pibe la ensarto por la concha, cogiéndosela en forma lenta mientras metía su pulgar en el culo, lubricándolo con saliva. Como ya lo tenía dilatado, le metió la verga hasta el fondo del orto, volviendo a cogérsela durante varios minutos, teniendo mi mujer un par de orgasmos encadenados.
Al estar por acabar, Pato se arrodilló y recibió en la boca la poca leche que le quedaba al pendejo, se la tragó hasta la ultima gota para luego limpiarle la pija, y se despidieron besándose y manoseándose. Al entrar mi mujer, me la cogí inmediatamente en el living, rebalsándose el orto de leche, terminando la noche con seis orgasmos y el pibe descargó tres veces!! Paso un día y a la noche siguiente, siendo más de las once de la noche Pato recibe una foto con un mensaje del sobrino, y mostrándomelo salía la pija del pibe con terrible erección rogándole que se la chupara, obviamente que ni me consulto y le envió una foto chupándose una teta y le escribió que se viniera ya a la casa, me dijo que me fuera a dormir y planeamos una sorpresa. Ella salió a recibirlo solo con una bata de baño que apenas le tapaba el culo y le cubría la mitad de sus tetas, sin prender la luz de la entrada se besaron y manosearon, el pibe le abrió la bata y comenzó a chuparle las tetas mientras ella le sacaba la pija fuera del pantalón para hacerle la paja, cuando Pato se arrodilla a chupársela pasaron unas personas por la vereda, pero esto no los amedrento y siguió mamándosela para luego entrar y ponerse a coger en el sofá del living. Comenzaron con un largo 69, donde Pato se tragó toda la leche de su sobrino y éste hizo lo mismo con los fluidos de mi mujer, ella no dejo de chupársela y cuando nuevamente estaba la verga dura, se sentó sobre ella cabalgándolo un buen rato mientras Mauricio le chupaba las tetas y le metía la lengua hasta la garganta, en un momento mi mujer se salió y dándole la espalda, se sentó nuevamente sobre la pija pero esta vez se la introdujo en el orto y ahí sí, minutos después ambos volvieron a acabar.
Descansaron unos minutos en la cocina mientras tomaban una gaseosa fresca, estando los dos en bolas no dejaron de meterse mano y besarse, donde volvió a ensartarla en la mesada y después de varios minutos, cambios de posturas y chupadas varias, el pendejo le regó las tetas con su leche. Siguieron en la cocina sin parar de manosearse y besarse, mi mujer le propuso ducharse juntos, pero con luz de vela por si entraba alguno de los niños (que no estaban). Ya en la ducha siguieron dándose y luego de chuparle la pija, el pibe la volvió a encular, en ese momento entre al baño y haciéndome el boludo, me puse a mear, encendí la luz y mi mujer asomándose por la cortina me dijo que la apagara, le hice caso y como tenía la pistola bien dura por lo que sabía que estaba pasando, le pedí que me la chupara, por lo que mientras Pato me chupaba la verga, su sobrino la enculaba detrás de la cortina, a los pocos minutos me dijo que me fuera a la cama que después la seguíamos, se puso en cuclillas y el pibe, como anteriormente hizo, le echo la leche que le quedaba en la boca y la cara. Y ahí si quedaron totalmente satisfechos, luego de despedirse del sobrino, fui yo el que le llenó la cara de leche a mi mujer.