Patito y la flia

Esta saga tiene sus comienzos en relatos de intercambios. Ahora Pato incursiona con la familia.

PATITO Y LA FLIA.

No pasó una semana que recibo una llamada de mi cuñada Liliana, hermosa mujer tres años mayor que Pato, separada hace varios años con dos hijos (mujer y hombre), veinticuatro la primera y veinte el chico. En ese entonces tenía 46 años, con un cuerpo bien formado y un destacable trasero tipo J. López, me pedía juntarnos para consultarme una cosa, le dije que sí y quedamos para el otro día en un café al salir del laburo. A Liliana siempre le tuve ganas y en varias ocasiones nos habíamos manoseados accidentalmente e incluso unos piquitos nos dimos en alguna ocasión, pero no somos de juntarnos muy seguido. Y la última vez, hace más de un mes atrás en su cumpleaños, habíamos tomado mucho, quedándonos hasta el último y al despedirnos mientras mi mujer llevaba a su madre al auto, fui a saludar a mi cuñada y al estar solos me abrazo y comenzó a besarme con lengua, yo aproveche y la agarre de las nalgas, estaba vestida con una calza, y se las sobe y la apreté contra mí, luego nos separamos al escuchar ruidos, era mi mujer que entraba nuevamente a saludarla, no sé si nos alcanzó a ver. Nos encontramos a la hora señalada, con un abrazo y un pequeño pico, estaba para matarla, unos jeans bien ajustados y una camisa que mostraba algo de sus lindas tetas. Pensando que me consultaría sobre algún tema de mi laburo, le pregunte que necesitaba, ella dijo que después me iba a decir que necesitaba, pero que me había llamado porque hace unos días me había visto con Cari en el auto y que en un momento, Cari se agacho pero no para que no la vean, sino como para chuparme la pija…, tranquilo le dije que así fue, y cuando le estaba por explicar, me dijo: imagínate si se entera Pato? Me quede sin decir nada para ver para que lado salía el tema y agrego: yo no creo que le diga nada, pero nada es gratis cuñadito, tomándome la mano me la acaricio, le dije si necesitaba guita, contestándome que no era exactamente plata. De inmediato le dije que tenía el auto en la playa a una cuadra y que eligiera el telo ella. A los cinco minutos estábamos en camino a un motel alojamiento. Nos pegamos una culiada que teníamos acumulada hacía varios años y lo que más me gusto y llamo la atención es que le gustaba que le hicieran el orto, además eyaculaba con pequeños chorritos de flujo. Llegue a casa a la noche y al momento de acostarnos mi mujer me pregunto porque había llegado tarde y le conté todo, con lujos de detalles, de inmediato se le ilumino la cara, y me dijo: eso que has soñado se te va a hacer realidad, garchar con dos hermanas…Luego de una mamada, mientras planeábamos un encuentro, mi mujer me volvió a coger, quedando totalmente agotado. A los tres días le llame a mi cuñada, citándola en mi casa a la noche que no iban a estar los niños ni mi mujer, diciéndole que la pileta que tenemos de lona de noche es hermosa y más si nos bañamos en bolas, por supuesto que accedió de inmediato.

Tipo 23:00 llego Liliana a casa, Pato en cuanto escucho el auto se escondió, apenas entro nos besamos con pasión y mucha lengua, como hacía calor yo estaba solo con la malla puesta, ella se sacó un vestido liviano quedando solo en tanga, la cual se perdida en su hermoso orto, nos fuimos manoseándonos y besándonos hasta la pileta, nos desnudamos y nos metimos, se arrodillo y empezó a chuparme la pija, yo apurándola para que llegara Pato pronto, me senté en el fondo de la pileta, la senté encima penetrándola por la concha. Era la señal para que entrara mi mujer, se apareció con un toallón enrollado y cuando dijo: Esta calentita el agua, mi cuñada se asustó y se salió de arriba mío, seguidamente Pato se sacó la toalla y quedándose en bolas entro a la pileta. Yo me pare y empecé a besarme con mi mujer, mientras que Liliana miraba sin decir nada, al minuto entendió todo, Pato se puso de rodilla y comenzó a chuparme la verga, invitando a su hermana a hacer lo mismo, las dos se turnaban para chupármela, pero con señas puse a las dos enfrentadas para que me la succionaran a la vez y con el rose de sus lenguas, mi cuñada se empezó a calentar con su hermana hasta que se dieron un beso con lengua incluyendo mi verga en el medio, mientras seguían chupando y besándose, se comenzaron a tocar. Ya estando los tres bien calientes, Pato nos sugirió seguirlo en la cama y para allá nos fuimos, me acostaron en el medio de la cama y entre las dos siguieron chupándome la pija mientras que yo le lamia la concha a mi cuñada, después esta se clavó la pija en su zorra y mi mujer me dio a probar de su concha, mientras se chupaban y besaban entre ellas. Trate de estirar lo más posible mi coito, pero no pude más y al avisarles, ambas se pusieron a chupármela de nuevo hasta que descargue, entre besos y lenguas me limpiaron bien la verga. Quedamos unos minutos descansando, yo entre las dos hermanas, entre preguntas de mi cuñada y explicaciones de mi mujer, dándole un pantallazo general de nuestra nueva vida, regañándonos mi cuñada de porque no la invitamos antes. Acto seguido mi mujer se puso a comerle la cachufla mientras le decía que ahora nos íbamos a poner al día, tras unos pocos minutos, mi cuñada tuvo otro orgasmo saltándole algo de flujo, el tercero según ella, le pidió a Pato que se acostara para chuparle el chocho, yo al verlas ya se me había parado y me empecé a coger a mi cuñada por atrás, metiéndola en su concha, al rato mi mujer se gira quedando ellas haciendo un 69 con mi cuñada arriba, que me pide que se la meta por el orto, sin hacerme rogar le chupe el culo hasta logar meter dos dedos, después metí mi pija sin ningún problemas. A las pocas bombeadas mi cuñada estallo en un terrible orgasmo, saliendo un gran chorro de flujo que mi mujer trago sin problemas, luego siguieron tres orgasmos encadenados hasta que le acabe en el culo. Mi mujer también tuvo un par de orgasmos y aparte de haberse tragado los chorros de flujo de su hermana, mientras esta estaba desmayada en la cama, Pato le chupo el culo para tomarse mi leche. Al despertarse Liliana ya eran cerca de las 4, todos dormíamos en la misma cama, se levantó intentando no hacer ruido, pero igual nos despertamos, dijo que se iba a la casa, pero la convencimos que se quedara ya que era muy tarde y al otro día era sábado. Como a las 9 de la mañana me despierto y veo a las hermanitas chupándome la pija de nuevo, comenzamos a garchar una hora más.

Luego nos ducharnos, desayunamos y me tuve que ir hacer unas cosas, más tarde mi mujer me cuenta que al estar hablado con su hermana, sale el tema de mi virilidad que era muy buena, que parecía un pendejo de 20 años, mi mujer dice que no lo puede comparar ya que todavía no se garcha a uno de veinte y mi cuñada le replica que habría que preguntarle a Mauricio, su hijo, Pato le dice que más que preguntarle habría que cogerlo para ver cuánto aguanta, se quedaron en silencio y se miraron, luego se rieron, a lo que le pregunte, te garcharías a tu sobrino?, me respondió si ya me garché a mi hermana, porque no me voy a follar a toda su flia… y me acorde de Luisa, su sobrina, que estaba tan buena como la madre, teniendo una semi erección, Pato al darse cuenta me pregunto si me calentaba que se coja a su sobrino y le respondí. A su sobrino y a toda la familia.