Patito el comienzo

Patito es mi hermosa esposa, que luego de un afortunado medicamento, cambio su forma de vida, para mi felicidad sobre todo.

PATITO - EL COMIENZO

Todo comenzó hace unos cinco años atrás, cuando mi mujer Pato, tuvo unos problemas hormonales luego de cumplir los 41 años, le hicieron una serie de estudios y luego un especialista le indico unas pastillas nuevas que debía tomar diariamente. A los pocos días su carácter y su actitud cambio radicalmente, paso de ser una mujer tímida, a liberarse totalmente, tanto en la forma de vestir, como de actuar, también su lenguaje y acciones cambiaron 100%. Yo me sentía como que me habían cambiado la mujer, que volvía a tener la mina de cuando éramos novios, fogosa y sexy, pero más madura y puta, obviamente más que contento ya que siempre he sido un salido total, de pajearme por cualquier fantasía, hasta intentar un cambio de pareja (cosa que nunca pude realizar). Si bien con Pato el sexo nunca falto, hacíamos todo rutinariamente una o dos veces por semana, si lo disfrutaba, pero mis fantasías nunca las pude realizar a pesar de haberle propuesto en varias ocasiones ir a un bar swinger o sugerirle acostarse con un conocido, lo cual terminaba en un no rotundo. Mi mujer si bien no es una diosa, se mantiene bastante bien, mide 1.68 mts., algo rellenita, unas lindas tetas de 95, pero caídas por tener que dar de mamar a dos niños y un buen culo, el cual muy pocas veces he penetrado. Uno de sus primeros cambios radicales fue comenzar a ir al gimnasio de dos días, a ir cinco veces por semana más de una hora, de comenzar a vestirse con ropa más ajustada y a mamarme la verga por lo menos una vez al día en cualquier lugar que estuviésemos. En una salida que tuvimos, era verano y se vistió con una mini y una musculosa, estaba para matarla, pero antes de salir se miró en el espejo y luego se colocó una camisa arriba, al preguntarle si le había dado frío, me dijo que no que las tetas estaban muy caídas y que sin sostén se ven mal. A lo que le insinué que una operación las arreglaría. E inmediatamente al otro día se puso en campaña para hacerse las gomas, cosa que antes ni se le cruzaría por la cabeza.

Como dije, su cambio fue tan radical que cogíamos casi a diario y era ella la que comenzaba haciéndome un pete, incluso era ella la que filmaba y tomaba foto, por suerte tengo una herramienta considerable por lo que Pato quedaba casi satisfecha. Pero en una ocasión me di cuenta que esto daba para más y ante la pregunta si le gustaría ser cogida por mi y otro más, se me quedaba mirando sin decir nada, pero riéndose como que no era mala idea. Un día que ella estaba regando el patio, era casi media noche, en verano, estaba vestida solo con una camiseta de básquet, que le cubría justo el culo, pero las tetas se les veían casi completas, debo aclarar que sus hermosos senos pasaron a medir 110 y bien parados luego de la operación. Los niños no estaban en casa y me dijo que iba a regar el jardín del frente de casa, por lo que estando yo en bóxer le dije que la miraría por la ventana por seguridad. Antes de salir y estando ambos en la cocina, se agacho y comenzó a mamármela hasta que la tuve bien parada, en tanto yo le metía dedos en su sabrosa concha. Repentinamente se detuvo y me dijo – luego la seguimos. Al estar regando, sabiendo que la miraba por la ventana y al estar en la oscuridad, la muy culiada se agachaba y me mostraba el culo y su chocho, mientras se metía los dedos y yo pajeandome en el comedor. Hasta que sin darse cuenta aparece un hombre, era un vecino de la vuelta de casa, que tiene un leve retraso pero que es muy calentón. Pato al verlo se recompuso y el muchacho le pidió agua, ella le paso la manguera sin darse cuenta que tenía una teta totalmente afuera!! Obviamente que este chico se quedó mirándole el pecho un buen rato, al darse cuenta mi mujer, ¿le pregunta – que te gusta lo que ves?, este asintió con la cabeza.

Mi mujer lentamente se cubrió parte de la teta, ya que la camiseta no se la tapaba totalmente y mientras el hombre tomaba agua se giró para hacerme señas que algo iba a hacer. Al devolverle la manguera, ella en forma inesperada moja el pantalón corto del muchacho, pidiéndole perdón y diciéndole que se le había escapado la manguera. Este muchacho diciéndole que no había pasado nada, intenta retirarse, pero mi mujer comienza pasar la mano por la parte mojada del pantalón que era justamente sobre su pene y le dice que ella se lo va a secar, se arrodilla y le baja levemente el pantalón liberando la pija morcillona, la toma con ambas manos y comienza a lamerla suavemente, el hombre comenzó a gemir a la vez que le tomaba la cabeza a mi mujer. Pato comenzó a comerse la verga entera en plena calle, mientras el muchacho le sobaba las tetas y en eso pasa un auto que los alumbra parcialmente, hecho que hizo que mi mujer despertara de su calentura y tomándolo de la pija lo llevo dentro de casa. Al ver que ellos entraban, yo me escondí para que no me vieran, entonces la turra de mi mujer al ver su camiseta mojada le dice que también la va a secar y se la saca, mostrando sus hermosas tetas, el hombre se volvió loco y comenzó a chuparle las tetas mientras Pato la hacia la paja, lo empujo haciendo que el lelo cayera sentado en el sillón y le siguió mamando la pija para luego de ponerle un forro, sentarse sobre El. Yo miraba todo haciéndome la paja, después de varios minutos y dos orgasmos de mi mujer, el tonto se vino dentro de ella, se volvió a arrodillar delante de él, le saco el forro lleno de leche y le chupo la pija hasta dejarla totalmente limpia, le dijo que termino el secado del pantalón y que se fuera, y si no le decía a nadie lo ocurrido quizás lo repetían. Luego salí de mi escondite y tuvimos otra sesión de sexo. Mi mujer era otra y me encantaba….

Al otro fin de semana le propuse ir a un bar swinger, esta vez no solo acepto, sino que me dijo que iría con la condición que yo me la garchara ahí. Se vistió como toda una puta: mini negra, musculosa blanca, donde se le notaban perfectamente los pezones ya que no llevaba corpiño, tacos altos para estilizar las hermosas piernas y una campera de jeans para taparse de los curiosos, la bombachita era del tipo hilo dental. Entramos al bar y la recepcionista nos explicó básicamente como era la distribución y las normas, habiendo tres zonas bien diferenciadas: al entrar se ubica una gran pista de baile con mezas y una gran barra, todo bien iluminado y pantalla gigante donde pasaban vídeos musicales. En la zona B, donde se debe cruzar unas puertas que están supervisadas también por unas mujeres que impiden pasar a hombres solos, es decir que si un hombre pasa por ellas debe ir en pareja o invitado por una pareja, y en donde la luz es escasa y hay mezas con sillones en forma circular y algunos televisores. Por último, la zona C, es más parecido a un hotel alojamiento, con habitaciones y camas. Nos sentamos en una meza en la primera zona para ver el ambiente, a la media hora el local estaba a la mitad y era un ambiente relajado, la mayoría eran hombres solos y algunas parejas, como ya habíamos tomado un par de tragos cada uno, le pregunte a mi mujer si pasábamos a conocer la otra zona, me dijo que sí, pero solos. En la zona B, la luz era muy tenue, luego de varios minutos se nos acostumbró la vista y los pocos televisores que habían mostraban películas porno, las mesas estaba rodeadas de sillones grandes, los cuales casi estaban todos ocupados, buscamos alguno cerca de algún televisor, ya que nos gusta ver pelis porno, pero no encontramos. Al parecer un hombre se dio cuenta y parándose nos invitó a sentarnos, como tenía el televisor bien cerca, nos sentamos con ellos, ya que era una pareja, que calculo rondarían los 50 y algo. De inmediato nos presentamos y comenzamos a hablar, nos dijeron que es la tercera vez que venían y que siempre vienen a ver películas y a veces terminaban garchando en los mismos sillones, pero ellos solos.

Nosotros le contamos que era nuestra primera vez, el hombre miraba intensamente las tetas de mi mujer, luego que ella se sacara la campera, Juan, que era su nombre, tenía 55 años, tipo normal canoso con algo de pansa igual que yo, mientras su mujer Lore, tenía 51, bastante atractiva, rubia teñida, tenía puesto un vestido largo con un tajo en el medio donde se veían sus piernas casi en totalidad y con lindo escote que mostraba parcialmente unas hermosas tetas. Mientras veíamos la peli, Pato me sobaba la pija por arriba del pantalón, mientras yo le tocaba las tetas, conversábamos amenamente y Lore al ver a mi mujer, también se animó a manosear a su marido, mientras este le manoseaba una goma a su mujer. Al terminarnos las bebidas Juan pidió champagne, bebida que pierde a mi mujer. Luego de la primera copa, Pato se animó a sacar mi pija del pantalón y hacerme la paja lentamente, yo le saque las dos tetas fuera de la musculosa y se las amasaba mientras nos dábamos terribles besos, al ver a Lore, ella estaba con el vestido subido hasta la cintura, las piernas abiertas y los dedos de su marido en la concha casi totalmente depilada, mientras ella pasó de hacerle la paja a chuparcela lentamente. Pato para no ser menos, comenzó a hacerme una mamada tambien y se colocó de rodillas sobre el sillón, apuntando en forma deliberada su culo hacia donde estaba Juan, quien se lo acaricio. Mi mujer primero se sobresaltó sorprendida, por lo que el hombre saco la mano y luego Pato le tomo la mano y se la puso directamente en el tanga para que le sobe la concha. Estuvimos así unos minutos, las mujeres mamaban las pijas de sus respectivos maridos, yo le sobaba las tetas a mi mujer y Juan metía los dedos de las conchas de ambas mujeres. Entonces Pato nos dijo que necesitaba ir al baño, por lo que se puso de pie, se arregló parcialmente y se encamino hacia allá, Lore le dijo que la acompañaba, también reacomodándose el vestido se fueron hacia los baños. Tardaron en volver y cuando lo hicieron ambas venían con las tetas afuera y pato con la falda más arriba de lo normal, sin tanga mostrando culo y concha, mientras Lore antes de sentarse se abrió el vestido mostrándonos el zorrón. Apenas llegaron nos volvieron a mamar la pija y en cuanto estaban duras, se subieron encima de nosotros. Mientras nos cabalgaban y al estar cerca, las mujeres se comenzaron a besar, yo no podía creerlo, luego Pato se puso en cuatro sobre el sillón y me dijo que se la metiera a lo perrito, mientras ella y Juan chupaban las tetas de Lore y se besaban los tres, en cuanto la mujer se salió de arriba de su marido, mi mujer comenzó a chuparle la pija en forma desaforada, entonces Lore se puso al lado mío y sacando la pija de adentro de mi mujer, me la chupo un rato, luego le chupo la concha a mi mujer y volvió a enterrar mi verga en ella, así estuvimos un rato hasta que Juan se vino en la boca de Pato que trago casi todo y se besó con la mujer de este pasándose la leche. Yo no aguante más y luego de arrodillar a ambas mujeres les esparcí mi leche a las dos, que también se convidaron entre ellas. Luego de descansar, terminarnos el champagne y nos despedimos con la promesa de volvernos a ver.