Patas Arriba XVI

"Debo de aceptar que él vive sin mí" - relato de cosas que pasan...

Un nuevo capítulo... creo que es hora de recordar a mi viejo amigo

Camilo Andrés

, uno de mis maestros (junto a

Rofacale

) en esto de escribir y en quien se basa el ya no tan pequeño Cami, desde aquí le deseo que su situación actual mejore y todo se solucione pronto, los allegados saben qué sucede, no tengo permiso para decirlo, así que no preguntéis... sin más por el momento, os dejo una aventura más de los chicos:

Patas Arriba XVI

Edu

Después de pensarlo un poco, y de un par de mentiras para mis padres, decidí ver al tío de Cami, igual no confío en el psicólogo amigo de papá, siempre ha dicho que no debo tener amigos porque querrán aprovecharse del dinero de mis padres (cosa que él hace con todo el descaro del mundo) y que el que tenga acceso a internet sólo sirve para que me estafen y me involucre en ritos satánicos porque tiene la teoría que el internet es malo y sólo sirve para cosas malas. Resumen: ese hombre tan cavernario sólo sirve para la gente que quiere vivir en la ignorancia y el pasado. Al final de cuentas pude darme a la fuga y Ricardo fue a por mí para llevarme al consultorio de Javi.

  • Hola, Ricardo, ¿cómo estás? -Javi saludó con un cálido abrazo a Ricardo y luego se dirigió a mí-: tú debes ser Edu, ¿no? -me tendió la mano, que no dudé en estrechar-, mi sobrino Cami me comentó que querrías hablar conmigo, ven bebamos un refresco en mi despacho... Ricardo, no sé cuánto tardaremos, puedes hablar con Cris o llamar a Iván, igual en un rato llegan Lucas y Didier, para que no pases sin hacer nada. Edu, ven, pasa.

Pasé a su despacho y era muy acogedor, no era solo un frío escritorio con dos sillas, tenía una zona con varias butacas entorno a una mesilla que parecía más un rincón para hablar con los colegas que otra cosa, eso demuestra lo que me habían comentado los chicos de que Javi no es un psicólogo normal, sino que él va más allá de una consulta para hablar realmente como amigos, eso me hizo sentir mucho más cómodo, porque el psicólogo amigo de padre tiene una verdadera sala de interrogatorio que envidiarían muchos gobiernos.

  • Bien, Edu, ¿qué quieres contarme?

  • Javi, hay muchas cosas que debería dejar salir, pero no es fácil, hay muchos rencores, más que dolores, y no creo que logre darte una perspectiva neutral de todo -le dije sinceramente.

  • No necesito una perspectiva neutral, sólo necesito

tu

-recalcó la palabra- perspectiva, quiero ver las cosas tal como las ves tú, sino, ¿cómo sabría lo que te duele? Anda, bebe y sé libre para hablar.

Mientras hablaba me sirvió un refresco que, con calor que hace hoy, me supo a gloria. Debo aceptar que fue un buen estimulante y se soltó mi lengua, empecé a hablar de todo lo que me fastidia, que a mis padres los veo con suerte media hora a la semana; del psicólogo al que contrataron para tenerme “a raya” según ellos; de la opresión a la que me someten con lo de tener siempre a alguien que se responsabilice de todo lo que me pueda suceder cuando salgo de casa, fruto de lo para mí es una gilipollez, que con 17 años ya soy capaz de saber con quién salgo y puedo hacerme responsable de cuidarme, a tal punto que la policía determinó cuando el ataque que, aunque tuve ayuda, bien pude defenderme de haber sido necesario, aunque fueran dos a uno. También le conté del ataque y del miedo que siento ahora cuando estoy con desconocidos o en lugares solitarios. Pude abrirme con Javi y decirle que con Ramón, Cami y sus amigos me he sentido libre y aceptado sin preguntas tontas, ni siquiera me preguntaron por mi familia, demostraron que no les interesa quiénes son mis padres o lo que tengo o dejo de tener, sólo les interesa una amistad sincera y sin temores y sin dobles intenciones.

  • Muy bien, creo que lo primero que deberías hacer es hablar con tus padres y decirles lo que piensas, imagino que ya les dijiste que no te gusta cómo te trata su amigo el psicólogo, además uno de los padres de Cami es abogado, si eso, él podría darles su opinión sobre tus salidas de casa; pero estos son temas que deberías ir tocando poco a poco, por ahora creo que es conveniente que les manifiestes lo incómodas que te resultan todas esas medidas para salir de casa y demás. También sería útil que hables con ellos de tus nuevos amigos y se los presentes, así verán que tienes una vida fuera de las redes sociales y que las usas para hablar con gente que ya conoces físicamente, eso hará que relajen un poco su idea de la “maldad” del internet, es cierto que no todas las personas que se conocen por internet son buenas, pero tampoco puede decirse que todos actúen con malas intenciones, tanto tú como tus padres deberían buscar un punto medio, ¿puedo atreverme a sugerir que les muestres tus perfiles? -me parece un poco exagerado, pero con mis padres bien podría ser lo que necesitan para entender, así que asentí-, igual creo que no sería mala idea que vuelvas a venir un par de veces más, me gustaría profundizar lo del ataque y esa desconfianza que te ha surgido ante los desconocidos y que es normal, pero debes aprender cuándo dejar de desconfiar, no todos te harán daño, hay que ser prudente para saber quiénes te cuidarán y quiénes no, pero tampoco puedes ser tan seco como para alejar a los que de verdad quieren ser tus amigos y no tienen malas intenciones, no pienses que no hay personas que te quieran, porque hay mucha más gente de la que crees que está dispuesta a tenderte la mano y ayudarte, está bien ser prudente, pero no debes desconfiar hasta de tu sombra. Anda, termina tu bebida y dime qué te parece.

Hice lo que me dijo, terminé mi refresco mientras mi mente iba a mil por hora asimilando lo que él me dijo y me di cuenta que tiene razón: mis padres necesitan pruebas firmes de que pueden confiar en mí, demostrarles que puedo elegir mis amigos por mí mismo, es hora de romper esa burbuja. Es cierto que con Ramón fue fácil confiar porque él me salvó y él me llevó a sus amigos, pero con el resto del planeta es un poco complicado diferenciar una cosa de otra. Así se lo dije y me sonrió satisfecho, me dijo que era suficiente por hoy, sacó un par de Coca-Colas más, me llevó fuera del despacho, me dio una lata a mí y la otra a Ricardo, le quise pagar la consulta, me aceptó el dinero, pero dijo que las bebidas eran cortesía de la casa, por ser amigos de Cami y porque Ricardo era amigo suyo también. Eso me dio más confianza, porque un psicólogo que tiene esos detalles demuestra que le interesa algo más que el dinero y eso es un gran punto a su favor.

Ester

Llegó el momento esperado, estamos en el piso de Aurora con un café de por medio para hablar de lo que hemos pensado y la decisión a la que hemos llegado, un momento que marcará un antes y un después en nuestra relación, no es cualquier cosa lo que va a pasar.

  • Antes de decir nada, gracias por el móvil, me vino de lujo, porque ese ladrillo que usaba antes me estaba dejando más incomunicada que otra cosa -mi chica rompió el hielo.

  • Bueno, quería mostrarte que yo también puedo darte un regalo útil, ya que tú rompiste la costumbre con un regalo romántico, ese osito con la rosa y la chocolatina...

  • Oye, ¡el regalo era sólo el osito! -me interrumpió Aurora- creo que alguien lo retocó... y eso que lo dejé dentro de tu mochila...

  • Pues yo lo encontré sobre la mochila, como si hubieses entrado y no tuvieras tiempo de más, ¿es un poco raro, no? -no entendía nada, ¿para qué alterar el regalo?

  • La verdad, sí, porque yo tuve tiempo de meterlo en tu mochila antes que entrara nadie a tu clase, es más, el aula estaba vacía cuando salí, pero bueno, lo importante es lo que vinimos a hablar, una vez que hayamos llegado a un acuerdo sobre lo nuestro, podremos enfrentar eso, ¿no crees? -me propuso Aurora.

  • Pues sí, tienes razón, si quieres, empiezo yo -me asintió en respuesta-. Hice lo que nos dijo Javi y aclaré mis ideas, me di cuenta que te amo, que quiero estar contigo, pero me da pánico el sufrimiento, sobretodo me da miedo que tú sufras, ya me han roto el corazón muchas veces, no quiero que pases por eso, no quiero verte mal, puede pasar que no funcione lo nuestro y eso me aterroriza, no me gusta la idea de que derrames una sola lágrima por mi culpa; por otro lado, veo que tú, aunque también temes que no funcione, haces todo tu esfuerzo para que funcione, no obstante, sigo pensando que el riesgo es elevado, es poner toda la carne en el asador y esperar que todo salga bien. Y...

  • No me digas tu decisión todavía -me interrumpió-, te diré primero lo que pienso: tienes toda la razón, yo quiero poner las cartas sobre la mesa, quiero correr el riesgo de abrir mi corazón y darlo todo y, como bien dijo Javi, prefiero ser optimista y hacer bien lo que sé que puedo hacer bien, poner buena cara aunque no sepa si vienen malos tiempos. Por otra parte, también he notado tu temor, tu miedo, casi diría tu pánico, a mí me afecta de igual manera, creo que lo que nos fastidia es que decidimos reaccionar a ese temor de distintas maneras, pero en el fondo vemos lo mismo: nos amamos.

  • Efectivamente, -le contesté-, yo también te amo, pero ¿cómo vamos a enfrentar esto?

  • Creo que lo primero es que ya determinamos el problema, pero esto no lo podemos solucionar solas, pienso yo, aunque me gustaría poner superar ese miedo, me gustaría romper el cascarón y sé que no será de golpe, sé que será poco a poco y lo que más ilusión me haría es poder caminar este sendero contigo, si he de ser sincera.

  • Bueno, es evidente que Javi tendrá que acompañarnos, esto no lo podemos hacer solas, pero yo estoy dispuesta a intentarlo -Ester me dio todo su apoyo en una frase-, pero hay algo que sí podemos hacer solas...

  • ¿El qué, cari? -inquirí curiosa.

  • Besarnos para sellar este acuerdo...

No pudo terminar la frase porque yo ya estaba en ello, no pensaba perder el tiempo si ella me habría un portal para darle mi corazón.

Cami

Después de su donación, noto que mi Ramón ha cerrado el capítulo de su pasado, pero creo que él necesita hacer un signo externo de despedida con Antonio, pienso que podría ayudarle, así que aprovechando que no tendremos clase porque los profesores de hoy van a ir a dar unas conferencias a León y no pudieron cambiar las clases le propuse algo a Ramón:

  • Mi amor, aprovechando que tenemos finde largo se me ocurría hacer algo... -empecé.

  • ¿Sí? ¿Qué se te ocurre, Cami? -me miró con esa cara de niño inocente que pone cuando le doy una sorpresa y que me encanta.

  • Creo que deberíamos ir a Cataluña una última vez para que te despidas de Antonio...

  • Me parece que es una buena idea, pero no tenemos que ir a Cataluña, de hecho, no sé dónde tendríamos que ir -me dijo con un poco de melancolía.

  • ¿Por qué lo dices?

  • Es sencillo, mi padre hizo tanto daño al cuerpo de Antonio cuando lo mató que al no poder darle un funeral con un ataúd abierto, su familia decidió cremarlo y me dijeron que las cenizas fueron depositadas en un lugar importante para él, pero no me dijeron dónde y la Generalitat no tiene registro de nada, sólo de la cremación, así que tampoco pude averiguar nada, ahí topé con pared. Tengo dos teorías, o está en casa de sus padres o está en el sitio donde lo mataron, pero un sitio es tan probable como el otro, así que no sabría dónde ir, también una vez mi madre mencionó en una carta que habían esparcido las cenizas en diversos sitios, por tanto, es evidente que lo que hayan hecho es ilegal porque no lo reportaron a la Generalitat y tenerlo en casa es legal y debe notificarse, así que ni idea.

  • Eso cambia algunas cosas, pero igual creo que podrás despedirte de él, ¿tienes una foto suya, no?

  • Sí, tengo una en casa, ¿por?

  • Tengo una idea, te alcanzo en tu casa.

Él se adelantó a su casa y yo pasé a pedir consejo a mi tío Javi, quien me dijo todo lo que necesitaba saber y cuando llegué a su casa le hice sacar la foto del rincón donde la tenía y la colocamos en una repisa, encendí una vela que coloqué a su lado y le dije a Ramón:

  • Toma un papel y escribe todas esas cosas que te gustaría decirle, eso que no pudiste decirle antes que muriera, pon también lo que le dirías ahora, no te cortes, así sea un tocho, escribe todo lo que sientes y, antes que digas nada, no pienso leerlo, tú tranquilo.

Se sentó un buen rato, no sé cuánto tiempo, pero buena parte de la vela había desaparecido cuando terminó, había escrito un folio por las dos caras con una letra bastante pequeña y apretada, casi no tenía espacios. Tomé la vela, le dije que trajera el papel y salimos al balcón de su casa:

  • Muy bien, ahora es el momento de que en tu mente hables con él y le digas todo eso que escribiste -dije mientras afirmaba la vela en la barandilla-, cuando estés listo, despídete de él en tu corazón y quema el papel, que tus palabras se conviertan en humo para que lleguen donde sea que él esté.

Ramón se tomó un momento para hacer lo que le dije, luego quemó el papel y, para sorpresa mía, ¡también quemó la foto! Quise pedirle una explicación, pero lo pensé mejor y decidí dejarlo tranquilo.

  • Cami, -se quiso explicar él-, quemé la foto porque, como dijiste, es hora de liberarse, no sólo yo necesito aprender a vivir sin él, también debo reconocer que él ahora vive sin mí, esté donde esté -exhaló un suspiro-. Ahora ven que ya es hora de comer, ¿no crees?

Iván

Es curioso que entraran al mismo tiempo mensajes de Aurora, Cami y Edu que quieren hablar, de inmediato Ramón contestó que quedáramos en su casa para una merienda-cena y dijo que tenía todo solucionado porque pensaba pedir reunión él también.

Lo más gracioso de todo es que yo pensaba hacerlo también, así que desperté a Ricar de su siesta y le dije el plan que había, mi chico me besó, me abrazó y siguió durmiendo tan tranquilo, esta vez fui yo quien lo miró dormir y le acaricié el pelo, ahora entiendo por qué le encanta hacerlo. Sin embargo, el tiempo pasaba, ya iba siendo hora, aunque la verdad yo me sentía cómodo y estaba contento hasta que mi hermano golpeó la puerta para preguntar si íbamos en nuestro coche, entonces supe que era hora de dejar de hacerse el remolón, le hice cosquillas a Ricar para despertarlo y le dije a Ylian que sí, que le llevaríamos y él me dijo que teníamos media hora para llegar. Por suerte Ricar ya se había despertado y me dio un par de besos mientras él elegía lo que me iba a poner, últimamente le ha dado por decir que no me visto guapo para salir y que él debe encargarse de eso, yo sé que realmente lo hace por mimarme, así que le doy el gusto, la verdad, a mí me gustan esos detalles y mientras a él le nazca hacerlo, ¿por qué no disfrutarlo?

Una vez vestidos los tres nos fuimos a casa de Ramón, donde

obviamente

estaba Cami, como era tradición, empezamos por el dueño de casa, pero él nos dijo que nada más quería vernos a todos juntos, porque hoy Cami le ayudó a nacer de nuevo y quería compartirlo con todos, simplemente estaba feliz y le apeteció invitarnos a cenar.

Luego hablaron Ester y Aurora, quienes querían decir algo bastante similar: habían tomado una decisión en su relación; si bien habían cosas que no podían controlar, estaban dispuestas a poner de su parte, a trabajar unidas para tener una vida juntas. La verdad esto me alegró mucho, porque ellas se veían muy decaídas, es como cuando Ricar y yo discutimos, faltaba una parte del grupo, faltaba la alegría de esas dos.

Finalmente le tocó a Edu hablar, por primera vez le vi sonreír de verdad, nos miró a todos con una alegría en sus ojos que nos sacó una sonrisa a todos y luego nos contó que había estado con Javi y entre otras cosas, había decidido que quería que le diéramos la oportunidad de ser amigos.

  • Esa oportunidad te la dimos cuando Ramón nos llamó para vernos el día que os conocisteis, así que no necesitas pedirla, la tienes y es por eso que estás aquí ahora -le aclaró Ylian las cosas.

  • Hay algo más qué solucionar respecto a ti, Edu -puse el dedo en la llaga-, Ricar, ¿cómo es sacar a Edu de su casa?

  • Jo, tío, es un coñazo, hay que firmar papeles de responsabilidad, presentar el DNI, firmar una declaración jurada de intenciones, luego hay que esperar a que el portero llegue con él y Edu tiene que declarar desde hace cuándo te conoce y la transcripción debíamos firmarla los dos, es un desastre, como un cuarto de hora sólo para sacarle allí, lo puede decir Joel que fue quien le trajo ahora.

  • Sólo te faltó la foto que te toma el segurata disimuladamente para incluirla en el registro, me imagino -completó mi casi cuñado.

  • No perdamos el hilo, troncos, yo iba a proponer que vayamos a hablar con ellos para que nos eliminen tanto protocolo, si vamos a estar allí casi todos los días, ¿no? -logré hacer la propuesta antes de que Joel y mi Ricar empezaran a armar jaleo.

  • Bueno, eso lo podemos intentar, -admitió Edu, que seguía con su sonrisa radiante-, se liaría parda si os viesen entrar a todos en casa, al menos me reiré; pero tendré que investigar cuando les sobrará tiempo en sus agendas para atendernos.... igual se sorprenderán cuando les muestren el registro de vuestras visitas.

Ya luego nos apeteció cenar, Cami es bueno en la cocina, aprendió bien de su padre y a Ylian se le da muy bien, lo más gracioso es que rompiendo los esquemas tradicionales, lo único que cocinan bien las chicas son las patatas bravas del chino... en fin, yo no hablo mucho, que yo pongo a hervir agua y se me quema.

Ramón

Después de cenar, cada mochuelo a su hoyuelo, así que Cami y yo pusimos todo en orden y nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos despertó el móvil de Cami, creí que era la alarma, pero no, era una llamada y mi chico me dijo que debía responder porque era de su casa:

  • Hola, papá Luis, ¿qué tal? -contestó-, sí, estoy con mi novio, ¿por qué? -algo le dijo su padre que hizo que en su cara se dibujase un gesto algo sombrío-: sí, papá, te lo paso de inmediato... mi vida -se dirigió a mí mientras me pasaba su móvil-, mi papá Luis quiere hablar contigo.

  • Hola, Ramón, buenos días -me saludó mi suegro.

  • Buenos días, don Luis... -saludé educadamente.

  • Nada de eso, si eres el novio de mi hijo, es como si fueras mi propio hijo, así que me tuteas y no me dices don, pasa de la formalidad, por favor.

  • Vale, gracias, Luis, ¿qué querías decirme? -mientras hablaba con él, Cami se sentó junto a mí en la cama, me abrazó y pude sentir un tímido beso en el cuello que me erizó todo el vello del cuerpo de lo bonito que sentí, creo que Cami descubrió un punto erógeno en mi cuerpo que no conocía.

  • Pues es que he estado pensando una cosa estos días... ¿qué edad tenías cuando tu padre te envió a ese sitio en Finisterre?

  • Tenía 16 en ese momento, ahora tengo 24, ocho años estuve allí encerrado.

  • ¿Cuando cumpliste 18 te ofrecieron salir, o te negaron la oportunidad?

  • Me dijeron que tenían orden de mi padre de no dejarme salir, me indicaron que no estaba sano todavía, que el que tuviera 18 años no les asustaba, que la ley me permitía irme, pero ellos no. Creo que no, no me dieron la oportunidad de salir de allí.

  • Vaya... ¿podéis venir a comer con nosotros? Ya de paso te traes a ese hijo mío que me gustaría verlo en casa un fin de semana -me invitó Luis entre risas.

  • Oye, sí, que mi hijo ya ni sé dónde vive, si con nosotros o con su novio -oí a Fran reírse al fondo.

  • Vale, iremos a comer con vosotros, es bueno que veáis a mi novio de vez en cuando -les contesté en el mismo tono mientras Cami se separaba de mí y me miraba con sus ojos totalmente abiertos de sorpresa-, supierais la cara que está poniendo -ahora nos reíamos los cuatro a carcajada limpia, después de bromear un poco más con eso, nos despedimos y finalicé la llamada.

No fue necesario explicarle a mi chico lo sucedido durante la llamada, porque cuando recostó su cabeza en mi cuello lo escuchaba todo perfectamente, de hecho creo que su sorpresa fue más porque le siguiera la corriente a mis suegros que por lo que decían de él, porque todos sabemos que prácticamente sólo los findes los pasamos juntos. En fin, nos metimos a la ducha, desayunamos y hicimos tiempo mientras era hora de irnos a casa de sus papás. La comida de mi suegro Fran es de lujo, creo que debería venir más seguido, aunque sólo sea para ponerme morado. Mientras tomábamos un poco de helado y Fran preparaba café Luis tocó el tema por el que nos invitó a comer:

  • Ramón, ¿qué tanto sabes de leyes? -vaya forma de empezar una conversación, ni que fuera una entrevista de trabajo.

  • Pues lo básico, que no es buena idea robar un banco, que si matas a alguien te mandan al talego y eso -la verdad, yo de abogacía ni idea, y no me molesta ser sincero porque mis suegros no me comerán vivo, ellos no se reirán de mí.

  • Bueno, supongo que conocerás un poco más, no creo que estés tan desconectado de la tele como para no saber lo que es un secuestro, ¿o me equivoco? -asentí para no interrumpirle-, bien, lo que hicieron en ese sitio al no dejarte salir cuando cumpliste 18, aunque siguieran órdenes de tu padre, es un secuestro, te retuvieron contra tu voluntad y aunque es cierto que no estabas atado a una pata de la cama tampoco podías ir donde quisieras. Eso ya me lo imaginaba, especialmente cuando hablé esa situación con Ricardo, menos mal que a él lo dejaron salir antes... en fin, lo que había estado pensando es que deberías denunciarlos, no tanto por el dinero de la indemnización, porque creo que eso no es tan importante para ti, pienso que en todo caso es necesario enseñarles que las leyes no son para romperlas, que deben respetarlas, eso les enseñará a ese tipo de gente que piensa que porque dice conocer a Dios está sobre la ley; deben entender que las leyes son para una convivencia ordenada y que nacen de Él mismo, no por broma dice la Biblia “

Dios es Amor

” y la sabiduría popular es muy clara en eso de “

donde hay orden está Dios

”, Dios mismo puso leyes a su pueblo, los Diez Mandamientos no son un invento de nadie, son leyes demasiado justas para que nazcan de la mente de cualquier persona, bueno, el que sabe de teología es Javi, no yo... sé que no quieres revivir todo lo que pasaste allí, especialmente el motivo por el que te encerraron en ese lugar. De todas maneras, estimo necesario evitar que eso le suceda a más chicos, imagino que conociste algunos en tu situación y es de imaginar que no es la única casa así en España, habrá otras, aunque sean de otras religiones y el intentar frenar sus abusos puede llevarnos incluso a instancias de la Unión Europea, imagina la de chicos que les evitarías pasar lo que tú pasaste porque unos extremistas creen que actúan en nombre de Dios, ¡ese mismo Dios que nos hizo libres para amar!

Creo que mi suegro tiene algo contra los fanáticos religiosos, algo me contó Cami del abuelo paterno de Luis, así que no me sorprende ni su reacción ni su perorata, además, supongo que Luis está pensando de la que se libró en su momento porque él supo defenderse y su padre lo apoyó. Como sea, tiene razón, ya va siendo hora de atraer la atención del gobierno sobre esos casos, es justo que cada quien sea libre de elegir su vida, nadie les impide condenar a los que piensan distinto, hasta públicamente pueden hacerlo, pero que igualmente dejen a los demás ser felices, ¿no?

  • Luis, me parece una buena idea, especialmente si logramos que aunque sea un chico no pase por eso, supongo que tendré que declarar en algún momento lo que me hicieron, además, tengo cómo contactar a los chicos que estuvieron conmigo en esa época, pero te agradecería si me mantienes lejos de todo eso dentro de lo posible, porque no quiero tener ningún contacto con mi familia, además, exceptuando que no me dejaron irme hasta que los amenacé con escaparme, por mucho que dijeran lo contrario, la verdad es que me trataron bastante bien, indudablemente mejor que mi familia, no puedo quejarme.

  • Eso es lo que se llama un testigo con identidad protegida, puedo conseguir incluso que tu testimonio sea en privado y que no tengas que ver a esa gente con la que creciste, porque para mí no son tu familia. Ya nos contaste que cerraste ese capítulo, pero a veces es necesario volver al pasado para sanar el presente y tener un futuro feliz, creo que en este caso sería bueno para ti poder sacar algo bueno de ese infierno que pasaste, yo podría por mi cuenta investigar y montar un caso, pero si tú me ayudas sería mucho más fácil y podría llevar algo directamente a la corte.

  • Bueno, en eso tienes razón, podrías hacerlo sin mí, pero como ellos solían decir, “

Dios es capaz de sacar cosas buenas de las malas

” y yo no pienso estorbar en eso, cuenta conmigo, pero por favor, evítame el mal trago con mi familia, que mi padre es capaz de dispararme en plena corte.

  • Hablando de eso, veo que le tienes un pánico horrible a ese hombre, pensaba hacer una demanda concreta por tu caso y así empezar la bola de nieve que se llevará todo ese tinglado, eso servirá para que a él le pongan medidas cautelares respecto a ti y no pueda acercársete y, si ganamos, eso será permanente, ¿qué te parece?

  • Creo que...

  • El café está listo, si alguien quiere tabaco, aquí hay -me interrumpió Fran.

  • Joder, guapo, bien sabes que no me gusta que fumes, en fin, dame uno anda, que al menos así no será sólo tu boca la que sepa a tabaco -por un momento pensé que era el inicio de una bronca, pero la sonrisa resignada de Cami me decía que era algo habitual en ellos.

  • Pero si fumo cada muerte de obispo, no te pongas así... -me dieron muchas ganas de reírme los pucheros que hacía Fran.

  • ¿Por eso le preguntas a Javi cada vez que viene si ha muerto algún obispo en el planeta? -le reprochaba Luis con bastante dificultad para disimular que se estaba tronchando de la risa.

  • No pienses mal de ellos, -intervino Cami-, sólo fuman cuando se pasan con el licor de hierbas o el pacharán o cuando están festejando algo... supongo que están contentos porque ya sabes lo que piensa mi papá Luis de los fanáticos religiosos.

  • Sólo oí el final, supongo que mi hijo se explicó bien, -dijo Luis que en ese momento se separaba de los labios de Fran-, odio, y mucho, los fanatismos religiosos, Dios nos hizo como somos y así nos ama, incluido lo bueno y lo malo, nuestros defectos o locuras, esas personas no buscan que te acerques a Dios, buscan que te metas en su estúpido esquema de lo que debes ser, ¿dónde puñetas queda la libertad con que Dios nos creó?

  • Ya vale, Luis -lo paró en seco Fran-, no te calientes, que todos estamos de acuerdo en eso, ahora deja a los chicos hacer lo que sea que hacen los chicos ahora, no seas mal tercio, anda.

Joel

Me alegró que Ylian viniera a pasar el finde conmigo, me gustaría hablar con él de algunas cosas y mejor estar solitos y sin presiones, porque no es algo fácil para mí abrirme y dejar de actuar como el chico malote y rebelde que generalmente pretendo que todos crean que soy, sin embargo, quiero que Ylian me conozca tal cual soy, no la máscara que ven todos en la universidad. Acabamos de despertar después de la cena en casa de Ramón y descubrí que dormí con él abrazado, así que salió de mi corazón hacer algo y lo hice: le di un beso con todo mi cariño en su rubio pelo y lo apreté fuertemente contra mí. No sé si estaba despierto o lo desperté, la cuestión es que me acarició el pecho, levantó su hermoso rostro y me besó, un beso dulce, tierno y lleno de sentimiento que me derritió por completo.

  • Esto sí que son buenos días, Ylian -le dije cuando nos separamos.

  • Te lo ganas a pulso por guapo -me contestó mientras me volvía a besar.

  • Jo, que es sábado y apenas son las 7 -no había visto la hora hasta ese momento-, yo no salgo de la cama tan de madrugada ni a tiros, así que ni pienses en moverme de aquí.

  • Pensaba moverte, pero porque quiero subir mi cabeza de tu pecho a tu hombro, que así estamos más cómodos y se ve mejor la tele... -no sé si mi hermoso novio iba a decir algo más, pero sus ojos verdes tenían un brillo tan bello hoy que no me quedó de otra que besarlo, ya no podía contenerme más.

Aunque lo intentamos, ya no pudimos dormir más, así que encendí mi tele y, como era obvio, no había absolutamente nada que ver, tal parece que todo conspira para darme un momento para hablar con Ylian, así que lo aprovecharé:

  • Mi vida, hay algo de lo que me gustaría hablarte -dije mientras apagaba la tele.

  • Pues ya que apagaste la tele, soy todo oídos -me contestó con cara de sorpresa mi novio.

  • Habrás notado que en la facultad yo soy uno y contigo soy otro, ¿no? -quise empezar por lo obvio.

  • Vaya que sí, con tus colegas eres el malote y en clases te comportas como un rebelde sin causa; pero mírate ahora, eres lindo, tierno, detallista, pareces otro -empezó Ylian y antes de que me pusiera más rojo de lo que ya estaba, lo callé con un beso, decía cosas demasiado bonitas.

  • Pues eso tiene un motivo -le dije en cuanto terminó el beso-, yo antes era un poco como tú antes de Alexei: era un niño sensible, amigable y buena gente, hasta que sucedió lo que sucedió... pero empiezo por el inicio, así entenderás bien todo.

  • Te lo agradezco, porque no entiendo dónde quieres llegar -Ylian me miraba con una inocencia en sus ojos que me derretía y que me daba ánimo y confianza para continuar.

  • Bueno, verás, yo no me había planteado mi sexualidad hasta los 15 años, simplemente no pensaba en ello, además, mis padres siempre decían que no debía tener pareja hasta después de los 18, con lo que me daba igual, no me fijaba en nadie. Pero las hormonas son las hormonas y aunque no estés buscando a alguien siempre terminas haciendo notas mentales si ves una persona que te atrae. Pues la mayoría de mis notas eran sobre chicos y, como todo adolescente, bastante guarras, pero mis compañeros todos hablaban de chicas y de fantasías descabelladas, que más que excitarme me daban asco de ver cómo menospreciaban a las mujeres. Así me fui dando cuenta que yo no era como mis amigos, notaba que yo no trataba a las mujeres como objetos sexuales, es más, no me atraían, pero los chicos eran otra historia, ya sabes que en la pubertad tienes erecciones aunque no quieras, pues tenía que tener mucho cuidado en gimnasia o en las piscinas, mis colegas de entonces no pasaban por eso y suponía que se reirían de mí. Más o menos un año después, cuando ya tenía 16, era verano y estaba en la playa, habían ido mis colegas del insti y estábamos en un chiringuito haciendo planes para meternos al gym cuando me quedé viendo que un chaval de unos 18 o 19 me hacía gestos desde el otro lado de la barra, era evidente que quería hablar conmigo. Con eso en la cabeza me pedí una bebida cuando los colegas empezaron a decir que deberíamos volver para la comida, eso me daría tiempo para hablar con ese joven. Me dejaron solo y él se acercó, dijo llamarse Evans, eso fue en una playa de Inglaterra y él era galés, era un chico de cabello castaño, con los ojos azules y era bastante alto, además, iba sin camisa y en su lampiño torso se marcaban unos músculos que a un puberto como yo daban mucha envidia y que mis hormonas veían más que apetecibles, él me dijo cosas que nunca habría siquiera podido imaginar, a tal punto que no podía levantarme de la mesa sin ponerme en evidencia, terminé prometiéndole que esa noche le vería y a como pude llegué con mi familia para comer.

  • ¿Qué pasó con Evans? -mi novio me animó a seguir porque hice una pausa para tomar aire y que creo que él interpretó como que no sabía cómo continuar.

  • A la familia no le hizo gracia que no cenase con ellos esa primera noche, a la peña no le importó porque pensaron que había ligado, sobre todo porque me había quedado solo en el chiringuito, lo que nadie sabía era que vería a Evans. En fin, me endulzó el oído y terminé dándole mi primer beso y no sólo eso -Ylian secó una lágrima que caía por mi rostro-, él me convenció y me llevó a una playa desierta y le di mi virginidad, es la única vez en mi vida que fui pasivo y me trató como una mierda, me dolió en el alma, me trató como un juguete y empezamos a tener una especie de amor de verano. Al terminar las vacaciones yo me volví a Londres y un par de meses después nos vinimos a vivir a Madrid. No lo volví a ver y me rompió el corazón, por eso decidí que nadie volvería a llegar a mi corazón, nadie me conocería de verdad, a menos que fuera alguien con quien quiera compartir toda mi vida, alguien que me importe lo suficiente para que necesite apagar mis defensas, ahora, cuatro años después, siento que tú eres esa persona, capaz de romper mis barreras y con quien quiero compartir mi vida, no me interesa más que eso para poder abrirme, cuando menos en privado, porque no pienso permitir que la gente que no me conoce llegue a saber que tengo sangre en las venas.

-

Moya lyubov'

-me dijo Ylian y no lo entendí-, en ruso es “

mi amor

” -menos mal que me lo aclaró-, tú ya sabes todo lo que me hizo Alexei, eso sólo sabía Cami y porque es como un mellizo para mí, se lo conté a los chicos por lo que pasó en durante el verano, lo del ataque y las conferencias, sino, no lo sabría nadie, no es algo que yo esté muy dispuesto a contar, de hecho, no creo que se lo llegue a contar a Edu a menos que llegue a ser indispensable. Pero lo importante es que ya estamos pares, porque yo te conté cosas de Alexei que nadie sabe, sólo tú... -me dio igual su explicación, yo necesitaba besar a mi hermoso novio de ojos verdes y mirada sincera, cuando nos separamos, cambió de tema-: me alegra, por cierto, que tus padres se tomaran tan bien el que seas gay...

  • Eso es otro tema -me vi obligado a corregirle-, sólo lo sabe mi abuelo y no me dijo nada porque es muy de mente abierta, dice que él no se meterá en una decisión que es mía, que si así soy feliz, él me apoyará, pero no me dirá lo que debo elegir. De hecho, se lo confesé cuando dejaste tu dibujo aquí y quise hacerte el regalo, si no, probablemente no le habría dicho nada.

  • Ese regalo me encantó y de hecho se me olvidó agradecerle... -Ylian se puso un poco triste.

  • Oye, no te pongas triste, te prometo que hoy en la comida le podrás agradecer... porque te presentaré a mis padres como mi novio y sabrán que soy gay, tus hermosos ojos no me dejan esconderme más de ellos, me impulsan a gritar al mundo que ¡me haces el universitario más feliz del mundo!

Ylian me besó y no supe más de mí hasta que mi abuelo tocó la puerta de la habitación y me alertó que debíamos disimular que Ylian durmió conmigo o mis padres sabrían todo sin que les dijera. Nos vestimos y le hicimos caso, luego bajamos a desayunar como si nada. Para la comida, hice la presentación oficial:

  • Ylian, ya los viste esta mañana, estos son mis padres: John y Belén; a mi abuelo William ya lo conocías... -mis padres lo saludaron cordialmente, como dicta la ética inglesa y mi abuelo le hizo un gesto de saludo más familiar-, papás, abuelo, este es Ylian es parte de mi nuevo grupo de amigos, los que vinieron el verano y... -me estaban ganando los nervios y no sabía cómo continuar-, Ylian es... es... er... Ylian es... es... ¡Ylian es mi novio! Vaya, ya lo dije.

Me esperaba sorpresa, decepción, malas caras, un golpe en la mesa, pero no, ellos tenían la misma cara tranquila que mi abuelo, mi madre terminó de servir el postre, mi padre ponía en orden los platos para evitar que se cayeran y, cuando se aseguró que no pasaría nada, se dignó decir algo:

  • Bueno, yo ya me olía algo, Ylian, no somos tan tontos, sabemos bien que dormisteis en la misma cama, por mucho que hicierais el papel de dormir separados, si Joel ya te quiere como novio, nosotros nos alegramos y te damos la bienvenida en la familia, seré inglés, pero no soy tan victoriano como para no querer a mi hijo como es.

  • Además, después de cuatro años es bonito saber que sales con alguien -¿cómo coño mis padres saben de Evans? ¿y cómo es que mamá habla de ello como si nada?-, sólo os haremos una petición... si llegáis a casaros, queremos al menos un nieto, ¿vale?

Casi nos tronchamos de risa con ese comentario de mi madre, vale, se lo tomaron mucho mejor de lo que pensaba, pero ya eso de planearnos hijos, es un poco exagerado, aunque me interesa más saber cómo se enteraron de Evans, si según yo nadie lo sabía.

  • Mama, papa, no hablemos de hijos todavía, que somos todavía muy jóvenes para dar un paso tan serio, aunque estemos totalmente seguros de vivir toda la vida juntos, dejemos eso para cuando podamos con ello, por ahora, aclaradme una cosa: ¿cómo supisteis de Evans?

  • Eso es

mea culpa

-explicó mi abuelo-, un día que te escapaste con él yo estaba paseando por allí, no diré lo que hacía, pero te vi con él, sólo te vi besarlo, no te preocupes, no sé si pasó algo más, pero bueno, al menos supimos que salías con alguien, ya nos preocupaba un poco que no dabas señales de pensar en tener algo más serio que tus colegas que tampoco es que fueran muy cercanos contigo. Bueno, pero eso no pasó a más, yo sabía que era sólo un amor de verano. No como este caso, desde que hablamos Ylian y yo sobre el Titanic supe muy bien que te quería y por eso le di las fotos originales para tu regalo... por cierto, felicidades por vuestro noviazgo.

  • Gracias, don William -le contestó Ylian-, ¡ese fue el mejor regalo que me han hecho en la vida!

  • Un momento -intervino mi padre-, ¿cuál regalo?

  • Recordáis que vino con Cami al inicio del verano, ¿no? -mis padres, que estaban sorprendidos, asintieron-, pues hizo el mejor que he visto del Titanic, el barco le chifla, es una imagen totalmente artística, hizo un dibujo donde se ve el transatlántico en su totalidad y al fondo se insinúa el iceberg contra el cielo, es un dibujo hermoso y se lo mostré al abuelo, a eso se refiere cuando dice que ya conocía a Ylian. Ahora entiendo por qué apoyó mi idea del regalo: mi idea era ponerle un marco al dibujo similar a los que usaban en el barco y mi abuelo me regaló dos fotos originales para completar el regalo, pensé que lo había impresionado el amor de Ylian por el barco, pero parece que pensó que todo quedaría en familia al final de cuentas.

Nos reímos un poco y la comida transcurrió sin nada más serio que unas cuantas bromas sobre nuestra perspectivas de vida, fue un día bastante alegre para todos y debo reconocer que el haberme sincerado con mis padres me hace sentirme libre y feliz de estar con Ylian, creo que en este momento no existe nadie más contento que yo, especialmente cuando veo los ojos de Ylian brillar de emoción y alegría como en estos momentos.

Edu

Bueno, he estado dándole vueltas a lo que hablé con Javi el otro día, sobre hablar con mis padres, cosa que hice y no les hizo ni pizca de gracia, pero cuando vieron que podía decirles dónde y cuándo conocí a todos mis contactos de las redes sociales y que en mis perfiles no hay nada “comprometedor” decidieron no darme más la lata con ello, incluso me prometieron hacer un sitio en su agenda para hablar con la peña, algo les pasa a esos dos, sólo espero que vean que lo que quiero es mi libertad, no me estoy rebelando contra ellos, sólo quiero que me dejen a mi bola.

Otra determinación que tomé es que por ahora no me implicaré en nada con nadie, en este momento prefiero resolver mis problemas internos y luego veremos qué sucede con el corazón, no podré tomarme en serio una pareja si yo no sé lo que siento, si no soy capaz de solucionar mi vida y darme por completo por alguien que valga mi corazón, me gustaría resolver todos esos conflictos con Javi antes de dar un paso serio en ese tema. Hablando de Javi, mis padres estaban sorprendidos por mi decisión de hablar con ellos y me preguntaron de dónde venía, así que les tuve de contar de Javi y accedieron a que cambiara de psicólogo, algo raro les pasa a esos dos, en fin, al menos han ido cediendo en lo que tengo razón, porque tal como Javi me aconsejó, les he demostrado que no es puro capricho.

Aurora

Mira tú por donde, yo que voy saliendo de clase y que me entra un mensaje al whatsapp, pensé que sería Ester para comer juntas, pero no, era de un número que no conozco, sin embargo, era muy claro:

O dejas al amor de mi vida o atente a las consecuencias

¿Qué narices es esto? ¿quién está detrás de todo esto? ¿qué pretende con amenazas para que deje a Ester? Esto no tiene ni pies ni cabeza, por ahora no le daré importancia, pero si esto sigue, lo hablaré con Ester, ella tendrá idea de quien es y si eso, tendremos que pedirle a Cami que nos contacte con su padre el abogado, para poner fin a todo esto. Por ahora, lo mismo me da.

Anderson

No tengo ni pajolera idea de por qué me hacen esto a mí, digo, ni a Gandalf le tocaba dar tan malas noticias, al menos él podía proponer una solución, pero yo ni eso. Como sea, lo que se supone que debo contar: esta mañana me llegó una carta de doña Flor, la madre de Tavo, el sólo ver la carta en el buzón me provocó una de las mayores sorpresas en años, pero cuando la abrí fue todavía peor:

San José, 28 de setiembre

Querido Anderson:

Sé que hace mucho no teníamos contacto con ustedes, habíamos decidido dejarlos vivir su vida, pero en este momento eso no tiene la menor importancia. Le escribo porque hay algo que mi hijo Tavo debería saber, pero no sé cómo decírselo, por eso le envío esta carta, sé que me será más fácil decírselo a usted y que me podrá ayudar a darle la noticia a mi hijo, que tarde o temprano se enterará.

Lo que sucede es algo grave, una noticia que nunca esperé tener que dar, sin embargo, el momento llegó y es justo que Tavo lo sepa por alguien que lo quiera y no por un frío abogado que ni lo conoce. Mi amado esposo tuvo un infarto y lamentablemente falleció el día de ayer, sé que me ayudará a darle la noticia a Tavo, que además es el albacea del testamento de mi difunto esposo, por lo que en cualquier momento recibirá la llamada del abogado citándolo aquí para que dé lectura a la última voluntad de mi marido ya que sólo él tiene el documento y la ley de este país recomienda hacer la lectura lo antes posible, por lo que he solicitado agilizar el trámite, pero me informó el abogado que sólo Tavo puede hacerlo y que todo depende de la facilidad con que él pueda presentarse aquí más que los plazos que pudiera haber establecido mi esposo en el documento.

Agradeciendo su amabilidad y sabiendo que sabrá manejar la situación mejor que yo,

Flor Rojas, viuda de Rodríguez.

Coño, que esto es una bomba que destrozará al pobre Tavo, en fin, a ver cómo se lo digo. Después de valorarlo un poco, definitivamente necesitaré a Javi, Fran y Luis y, obviamente, a Dani para darle apoyo a Tavo, que encima el pobre tendrá que salir del país en cero coma. Lo realmente jodido es que Dani no la tendrá tan fácil para acompañarle, porque las clases ya comenzaron y no es fácil que le den permiso, los demás somos autónomos y si es el caso, podemos cerrar el

chinamo

para apoyarle, pero estoy más que seguro que lo que más necesitará es a su esposo junto a él, en fin, convocaré una reunión de la peña, será mejor que Sara y Manu vengan también, porque debemos darle todo nuestro apoyo... esto será como reunir a los mosqueteros veinte años después.

Continuará...

Creo que ya sólo me resta agradeceros por leer, comentar y valorar, os recuerdo que alguien publica por mí, así que no siempre puedo responder los comentarios, aunque generalmente los leo jejejeje

Os propongo un par de temas para que penséis un poco mientras publico un nuevo cap (las ideas por correo o facebook serán muy tomadas en cuenta jejeje): ¿por qué los padres de Edu no tienen problema en que tenga amigos?, ¿por qué Aurora recibe esos mensajes y quién los envía? y... ¿qué se me ocurrirá esta vez?