Patas arriba II
"me encanta estar con él, verlo, sentirlo cerca, aunque se me seque la boca, mi corazón se ponga a mil y me cueste dominar a mi boca para no decirle lo que siento" relato de cosas que pasan...
Acá está la segunda parte de esta historia, tampoco tiene sexo, pero esta historia tiene su propio ritmo y por ahora es inútil apresurarlo, en todo caso, no es la primera ni la última historia en que sucede, pero aunque parezca que en esta etapa he logrado lo que nunca pude hacer: dar el tiempo correcto a las cosas, así que esta historia no tendrá sobresaltos ni brincos bruscos en el tiempo, todo estará en su lugar... creo. Sin más, os dejo la historia:
Patas arriba
Iván
El paseo desde el insti a mi casa fue curioso, porque yo iba pensando en lo que me dijo don Dani y tal parecía que fuese lo que fuera lo que Ricardo habló con él, también lo dejó pensando, porque él iba a su bola y no me hablaba, pero a un par de calles de mi casa fue cuando abrió la boca:
¡Jolín! –exclamó.
¿Qué pasa, tío? –me llamó la atención su exclamación, aunque bien podría ser que se dejó algo en el insti.
Se me olvidó comprarte tu revista, iba tan distraído con otras cosas –efectivamente, don Dani lo dejó pensando-, que pasamos frente al quiosco y no la compré, ahora te dejo en casa y subo corriendo a comprarla.
Que no, tío, que no hace falta, ya bastante haces con acompañarme, Ricardo, de verdad, no hace falta que me compres nada –está bien, lo admito, me gusta estar cerca de él y me encanta que tenga esos detalles conmigo, pero no puedo permitirlo más, porque terminaré sintiendo más de lo que ya siento y es una quimera, él jamás me hará caso, de eso estoy seguro.
Puede que no haga falta, pero quiero hacerlo, ya te lo dije en la mañana, son cosas que me nace hacer y prefiero no refrenar un impulso cuando es para algo bueno, además, no te preguntaba, te contaba lo que me pasaba en la cabeza en este momento.
Bueno, al parecer eres más testarudo que yo –que ya me daba por vencido sin empezar a intentar luchar por él-, compra la revista, pero comes en casa y no acepto negativas, ¿de acuerdo?
Vale, te doy mi palabra, comeré en tu casa.
En eso llegamos a mi edificio y el portero me abrió y llamó el ascensor mientras Ricardo me acercaba para poder subir. Llegamos a casa, Ricardo se aseguró que estuviera cómodo, me dio el mando de la tele, me ordenó que no me moviese de allí y se fue a comprar la revista.
Mientras tanto, he de contaros que hay una chica en casa que nos ayuda con la limpieza y la cocina, Maripaz siempre ha estado a cargo del orden de la casa, al menos desde que yo me acuerdo y se sorprendió cuando le dije que había invitado a un amigo a comer, normalmente comía solo o con la familia, era la primera vez que invitaba a alguien en casa y aunque eso la sorprendía, lo hacía para bien.
Joven Iván… -empezó.
No me gusta que me trates así, Maripaz, que no eres una esclava, eres una chica que tiene la amabilidad de ayudarnos, así que pasa del protocolo conmigo, por favor –odio ese trato, me parece de corte victoriana o de culebrón de quinta.
Perdone, Iván, hoy sus padres comerán fuera, así que puse dos puestos en la mesa porque pensé acompañarle para que no comiera solo, por lo que todo está listo.
Puedes tutearme, Maripaz, ¿quieres? Y no, entonces falta un puesto, si yo no debo comer solo, tú tampoco.
Gracias Iván, pero ya que tienes visita, ¿no crees que es mejor que me quede al margen?
No, tú eres parte de la familia, Maripaz, y si no comes con nosotros, ninguno comerá, porque aquí no hay márgenes, además, es sólo un colega del insti, no es una visita formal ni nada, es sólo mi manera de agradecerle lo que ha hecho por mí desde el accidente.
Vale, vale, me convenciste, comeré con vosotros, pero no me pidas más, que tengo trabajo qué hacer.
Como quieras, al menos comerás y bien.
Me voy a poner el sitio en la mesa –dijo Maripaz antes de que siguiera con el sermón.
Ricardo
Salí corriendo de su casa, espero que creyera que era por la prisa de comprarle la revista, pero no es sólo eso, es que no puede ser que sienta esto: ¿cómo puedes sentir cariño por un hombre? Vale, digamos que lo veo como un hermano, pero yo me paso la mitad del tiempo tratando de matar a mis hermanos, en cambio con él es distinto, supongo que el accidente creó un vínculo de amistad diferente, mejor llamo a ese psicólogo que me recomendó don Dani, no entiendo nada, no sé qué pasa aquí, pero me asusta, no suelo preocuparme por nadie, ¡menos por alguien que no me he molestado en conocer en tantos años!
En fin, compré la revista y volví a su casa, como el portero me vio llegar con él, no me preguntó dónde iba, sólo me dejó pasar y al llegar le di la revista y luego le llevé a la mesa para que comiéramos, me alegró que estuviera la doméstica, sino habría sido un poco incómodo los dos solos, no sé, podría malinterpretarse y no quiero correr riesgos.
Comimos a gusto, no se puede negar que la cocina de esa casa es excelente, y cuando Maripaz se levantó para seguir con sus deberes yo hice amago de irme y por dicha Iván no me detuvo, no pienso que deba compartir tiempo con él.
Iván
No quería que se fuera, pero si le pedía que se quedase no sabría si me dominaría, su sola presencia me trastorna, me haces sentir cosas que nadie ha logrado jamás, es cierto, es el primer chico que me planteo que podría decirle algo, pero creo eso es más calentura que otra cosa, la verdad es que Ricardo me gusta, pero es hetero, no se fijará en mí, definitivamente necesito ese psicólogo que me recomendó don Dani, requiero ayuda profesional.
Javi
Es extraño volver a narrar una historia, pero se siente bien, es como dejar de ser un fósil del pasado… en fin, que me pongo nostálgico. Os haré un resumen de mi vida antes de continuar: ya todos conocéis mi historia, y la de mis amigos, vamos, lo que no sabéis es que después de lo que se narró me di cuenta de que lo mío es ayudar a los demás, vale, como cura parece que no, pero hay otras opciones, así que me decanté por la psicología, me parece que es una disciplina en la que podría aportar algo. En fin, que Dani tuvo que dejar el periodismo porque nadie quería que un gay les hiciera sus reportajes, así que apeló a su segunda opción y ahora es profesor de historia, aunque curiosamente nadie se imagina que el chico que lo recoge a diario no es otro que Tavo, su esposo, pese a todo el escándalo de hace unos años, nadie lo asocia con el reportero, nunca entenderé esta sociedad.
Lo mejor de la situación es que Dani no dejó de ser feliz, al contrario, encontró otra manera de realizarse y continuar su vida sin que le afecte la opinión de los demás, aunque las pasaron canutas cuando Dani se quedó sin sueldo y además tenía que pagarse la universidad, pero salimos adelante.
Vaya, como siempre, no puedo evitar enrollarme, ya veo por qué Fran dice que puedo llegar a ser un plasta… en fin, a lo que voy, hace como un mes Dani me llamó y me dijo que le había recomendado a dos alumnos que me vieran, como él le recomienda eso a todos sus estudiantes, no le di mucha importancia, nunca ha venido ninguno, hasta ahora, los dos chicos, Iván y Ricardo son sus nombres, me llamaron para pedir cita, como son alumnos de Dani, son pacientes de prioridad, así que les hice hueco esta semana, justo después de las consultas de Lucas y Didier, una joven pareja gay que necesita dejar el pasado atrás.
Iván
Bueno, esperé a no tener que usar esta puñetera silla para llamar al doctor López, así no tendré que contarle a nadie dónde voy cuando voy a consulta con él. Por dicha del accidente me recuperé bien, no tuve grandes consecuencias, en todo caso fue una maravilla dejar la puñetera silla, mamochka estaba tan contenta que me dejó conducir el coche de camino a casa, ya estoy dando las clases prácticas y sólo espero cumplir los 18 para hacer el examen práctico.
El primer día que llegué a la consulta iba saliendo una pareja de chicos, se veían como de mi edad, aunque uno parecía irlandés y se veía un poco mayor, pero nada del otro mundo, aunque iban tomados de la mano, así que para mí era más que evidente, se presentaron como Lucas y Didier y me dijeron que no me preocupara, que Javier era un excelente psicólogo y que hace maravillas.
¿Iván Pérez? Pasa, por favor –me dijo el psicólogo-, veo que ya conociste a Lucas y Didier, son bonita pareja, ¿verdad?
Doctor, ¿usted no tiene problema con parejas homosexuales?
¿Por qué iba a tenerlo, Iván? Si dos personas se aman, no veo por qué separarles, pero no creo que vinieras a hablar de Lucas y Didier, dime, ¿en qué te puedo ayudar?
Puff, el momento de la verdad, ahora tengo que confesar de nuevo lo que siento, hoy es un día como cualquier otro, es un martes y no le veo nada de malo a que sea 13, así que tomé aire y hablé:
Bueno, doctor…
Mi nombre es Javier y me puedes decir Javi y tutearme, Iván, estoy para ayudarte y eso hacen los amigos, los doctores te curan, pero Dani me dijo que no necesitas una cura, sino un amigo con quien puedas hablar libremente.
Eso es cierto, Javi, no sé qué tanto hablaste con don Dani, pero te contaré todo desde el inicio: mis padres son diplomáticos, se conocieron en Rusia cuando trabajaron en la Embajada en ese país y cuando se casaron decidieron vivir aquí y mi padre trabaja en la Cancillería y mi madre es parte del personal permanente de la Embajada de Rusia aquí, todo está bien en casa… para ellos –ahora venía lo delicado y no sé cómo decirlo, pero por la cara de Javi juraría que lo que espera es que sea directo y sencillo-, la verdad es que soy gay, lo acepté hace dos años y soy feliz así y no tengo problema con ello, la situación en mi casa es que mamá es muy de respetar la ley rusa en casa y justo ahora que había reunido valor para hablar con mis padres salió la ley Putin y ahora la homosexualidad es tabú en casa. Pero no vine por eso…
Bueno, Dani no me dijo más que el hecho de que necesitabas desahogarte, él no viola la confidencialidad entre profesor y alumno, puede que nos conozcamos desde hace años, pero él es un profesional –eso me tranquilizó bastante, si ni siquiera con el psicólogo que me refirió habló algo, entonces nadie sabría lo que estaba hablando-, ahora, si ya te aceptaste, entonces lo que queda por hacer es decirlo en público y que pase lo que tenga que pasar, la ley Putin lo que dice es que no se le puede decir a los niños que ser gay está bien, pero tú no eres un niño, aunque todavía te quedan algunos meses de minoría de edad; en todo caso, no vas a decir que esté bien o mal, sólo dirás que eres gay, eso no lo puede prohibir nadie –la verdad, Javi me tranquilizó, tiene razón, si hablo en casa no falto a la ley Putin, faltarían ellos si me dijeran algo, así que si mamá no quiere contradecirse no me puede decir nada-, pero si no viniste por eso, entonces, ¿qué es lo que te inquieta?
Lo que me inquieta es que me está gustando un compañero de clase y es evidente que no es gay ni se plantea salir con un chico, no es la primera vez que me pasa, pero siento que es distinto porque con él no me puedo refrenar, él me salvó la vida hace tres meses cuando llamó la ambulancia después de que me atropellaran, me cuidó hasta que me recuperé por completo y nunca habíamos sido amigos ni nada, sólo compañeros de clase, pero me encanta estar con él, verlo, sentirlo cerca, aunque se me seque la boca, mi corazón se ponga a mil y me cueste dominar a mi boca para no decirle lo que siento, pero no sé cuánto tiempo pueda no decirle nada, es demasiado complicado para mí.
Es sencillo, mi querido Iván, si no lo intentas, jamás lo lograrás, tu propio profesor te puede contar sobre nuestros mejores amigos y cómo les ayudó a superar la timidez, creo que tu miedo es que te rechace, no al aceptarte como gay, por tanto me parece que lo mejor que podrías hacer es buscar un momento adecuado, dices que se ha vuelto cercano a ti, aprovecha eso y en un momento que estén a solas puedes preguntarle sobre la homosexualidad, trata de ir conociendo esa parte de él, sólo necesitas a acercarte a él y conocerle más a profundidad, así lograrás dos cosas: saber lo que él piensa realmente y si lo amas de verdad.
¿Crees que funcionará, Javi?
Estoy seguro al cien por ciento, de que funcionará, funcionará, lo que no sé es si te guste el resultado, pero siempre es bueno conocer la verdad.
Bueno, ya sé lo que hacer, pero hay algo que me llamó la atención cuando hablé con don Dani y que personalmente me dejó pensando, aunque igual son tonterías mías…
Bueno, Iván, estamos aquí para hablar de tus cosas personales y buscarle sentido a tus tonterías, por lo que no temas decir o preguntar lo que quieras.
Es que don Dani me dio un papelito para tu secretaria que ponía “alumno de Dani, trato especial” y no lo entendí, ¿los psicólogos tenéis un trato “especial”?
¿No ha cambiado eso? –Javi se reía, de hecho necesito beber agua para detener la risa- le dije mil veces que eso se entiende mal: debería poner “atender urgente” y no eso de trato “especial”, Dani y yo somos amigos desde hace muchos años y yo le dije que atendería sus alumnos, así que por eso os da esos papelitos, para que mi secretaria esté al tanto, porque vuestras consultas se colocan lo más pronto posible, no es trato especial con respecto a las demás personas que vienen por acá, sino que se trata de daros prioridad porque sois jóvenes y no me gusta veros sufrir por cosas que tienen solución. En todo caso, creo que mejor lo dejamos aquí por hoy y cuando vengas la otra semana vemos qué has descubierto de tu amigo, también te recomiendo que le pidas a Dani que te cuente cómo ayudó a Fran, ¿te parece?
Muchas gracias, Javi, nos vemos la próxima semana, entonces.
Me retiré y coordiné la consulta para el miércoles de la siguiente semana. Lo más difícil de lo que me recomendó Javi es que pasaré mucho tiempo con Ricardo y espero poder contenerme y no hacer nada imprudente, al menos por ahora, pero por qué Javi hablaba tanto de don Dani, se ve que son amigos desde jóvenes, pero ¿qué será lo que quiere que me cuente?
Continuará!!!!
Espero que os haya gustado y como siempre, espero vuestros comentarios y valoraciones, donde podéis dejarme vuestras opiniones e incluso proponerme cosas que tal vez veáis incluidas en la historia, que la escribís vosotros junto a mi.
P.S.: mi amor, mi vida, gracias a esta historia te conocí y a partir de ahora está dedicada a ti, te amo.