Patas arriba I

"esa persona que está más allá de lo que llamas tus posibilidades lo está porque no te atreves a intentarlo" relato de cosas que pasan...

La única ventaja de no tener trabajo es que te sobra el tiempo para escribir a gusto y anoche la dama Inspiración vio a hacerme una visita... me acosté a las 5 a.m., pero aquí lo tenéis, una pequeña joya fruto de mi imaginación y mi teclado, os adelanto que es sólo una introducción y que por tanto no tiene nada de sexo, aunque espero que pese a eso os guste:

Patas arriba

Iván

¡Cómo odio esto de no poder decir lo que pienso! ¡Joder! ¿Qué más da que sea gay? Pero no, tengo que quedarme calladito y no puedo decirlo ni a la familia, ¿es que mamá no se ha dado cuenta de que ya calló el comunismo? Es más, ¿mamá no sabe que ya no vive en Rusia?

En fin, que me tengo que quedar más callado que un muro, todo porque en Rusia salió una ley homofóbica que prohíbe decirle a un niño que las relaciones homosexuales están bien, pero ¿acaso están mal? Yo no le veo nada malo a que me guste un chico, pero claro, mamá, diplomática de carrera que se casó con un colega de la embajada española determinó que el mejor de los dos países para vivir es España, pero que las leyes rusas deben respetarse en casa ¿es que está loca? En fin, que mejor no le digo a nadie que soy gay y me evito problemas en casa, no es normal que un chico de 17 años, 1.78 metros de altura, ojos azules, piel blanca y cara bonita sea gay, no, un chico así debe pasarse la vida ligando con cuanta chica se le cruce por la calle ¡vamos, hombre! Yo nací español y la ley de este país dice que si me gusta un chico puedo decirlo, pero no, cada vez que sale algo relacionado con la homosexualidad en las noticias hay que ver a mamá diciendo que acá debería implementarse esa ley, ¡con lo que me costó reunir valor para confesarlo! ¿No puedo ir y partirle la cara al Putin? Digo, por fin reuní la entereza para hablar en casa y el gilipollas lo arruina todo.

Bueno, ya basta, mejor termino de desayunar para irme al insti, que no es plan llegar tarde.

Ricardo

Bueno, un día más de insti, a ponerse algo decente, por si aparece alguna chica guapa por la calle y a tirar ¡hala! Que no puedo quedarme por siempre en la cama, un chico como yo, de 1.82 metros, ojos negros, piel morena, cabello castaño oscuro y con la fama que tengo entre las chicas no puedo darme el lujo de andar por ahí con cualquier ropa, no, por mucho que hoy sea un día como cualquier otro, nunca se sabe cuándo puedes ligar.

Bueno, ya vestido a desayunar una de esas maravillosas tostadas que hace mi madre y a funcionar por la calle, que ya voy tarde.

Iván

  • Queda claro, por tanto que en el año… -vaya coñazo de clase de historia, no es que no me guste la historia, es que el profesor es un rollo del siglo de la polka y a mí lo que me interesa saber es cómo reaccionarían mis padres si supieran que me gustan los chicos y no las chicas, aunque supongo que si a esta edad no he tenido novia, algo han de sospechar-… por tanto, Iván, imagino que podrás decir a la clase exactamente cuál fue el detonante principal para pasar de la “paz armada” imperante desde la derrota en Waterloo de Napoleón a la I Guerra Mundial, ¿o me equivoco?

  • Disculpe, don Daniel, ¿me puede repetir la pegunta? No es por excusarme, pero pensaba en otra cosa en este momento.

  • La pregunta es sencilla, joven: ¿cuál es el detonante de la Gran Guerra, o I Guerra Mundial, además, por su desfachatez, quiero un ensayo de dos caras acerca de las implicaciones de esta guerra en la vida actual y otro de una cara que relacione lo que usted estaba pensando con el tema de esta clase.

  • Perdone, don Daniel, si fui descarado, el principal detonante de la Gran Guerra fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austro-húngaro en Sarajevo, Bosnia y se consideró mundial por la intervención de los americanos al final de la Guerra y por la participación de las colonia asiáticas, oceánicas y africanas en la disputa, lo que hizo que se movilizaran los cinco continentes en un período muy corto: casi cinco años.

  • Excelente, como siempre, sus conocimientos de Historia son ejemplares, pero igualmente quiero los dos ensayos para la próxima clase, así aprende a estar atento y si se repite el caso, me veré obligado a expulsarlo de mi clase.

Daniel Rojas es el profesor de Historia y es muy majo, excepto cuando te pilla en las nubes, como me acaba de pasar, menos mal que puedo relacionar lo que pensaba de la ley Putin con la Revolución Bolchevique que provocó la salida de Rusia de la guerra en 1916, pero claro, mis compañeros se reían en voz baja porque es la primera vez que me asignan deberes en Historia, con don Pepe nunca me había pasado eso.

Por suerte era la última hora de clase, así que simplemente cuando sonó la campana que señalaba el fin de clase me puse a recoger mis cosas tranquilamente y pude notar que don Pepe se me acercó:

  • Iván, lo de hoy ha sido muy extraño, generalmente eres el único que me presta atención y sospecho que tiene algo que ver con tu afición a la Historia, no puedo retirarte los deberes que ya te asigné en frente de todos, pero si tienes algún problema capaz de distraerte de tu clase favorita y necesitas con quién hablar, recuerda que además soy el tutor de la clase, puedes acudir a mi despacho cuando quieras hablar y desahogarte, no te garantizo una solución, pero te prometo alguien que te escuche, ¿entendiste?

  • Muchas gracias, don Daniel, lo tendré en cuenta, pero no se preocupe usted, no volverá ocurrir –me disculpé sinceramente, es cierto, es de mis clases favoritas y nunca perdía palabra, por lo que de verdad era algo demasiado extraño para todos, incluso para mí.

  • Muy bien, nos vemos mañana en clase, entonces.

  • Hasta mañana, profesor.

Una vez que el profe se hubo ido noté que había alguien más en la clase: Ricardo. No me molesta que haya oído lo que me dijo el profesor, sólo que era la guinda del pastel del día de cosas extrañas que el chaval que siempre sale corriendo porque ha quedado con alguna chica se retrasase, supuse que se le había olvidado algo o que ya había salido con todas las mujeres del insti, así que me despedí con un gesto de la mano y salí.

Ricardo

Bueno, me imagino que don Dani querría pedirle una explicación por la falta de hoy a Iván, pero me importa poco, sólo me devolví por mi móvil que lo puse debajo de la mesa para que no me viera don Dani y se me olvidó cogerlo, así que tampoco me importó, en fin que me tuve que esperar a que don Dani saliera del aula para coger mi móvil sin que se diera cuenta de que lo usaba en clase, por lo que cuando ya hube terminado lo que iba a hacer, Iván iba un poco por delante de mí, lo que fue una suerte para él.

Iván caminaba con prisa, como casi siempre, y ya estaba cruzando el paso de cebra frente al insti cuando un coche pasó pitando, se saltó la luz roja y le metió un guantazo del doce que le hizo botar como un muñeco de trapo. El coche se dio a la fuga, el gilipollas ni siquiera frenó, no había nadie más en la calle, ni siquiera se veía nadie del personal del insti, cosa que no es de extrañar, porque la salida del parking está por atrás, de modo que no había nadie que le ayudase y yo no podía dejarle allí, no sé ni en qué momento, pero llamé al 112 y pronto llegó la ambulancia a por él, yo decidí acompañarles para poder avisar a su familia. Pese al golpe, Iván estaba consciente, por lo que pude pedirle su móvil para llamar a sus padres, así que de inmediato pregunté a uno de los paramédicos a cuál hospital nos llevaban y cuando me disponía a llamar Iván me indicó que avisase a su padre y eso hice, quedamos de vernos en el centro médico.

Una vez que llegó la ambulancia me tuve que quedar en la sala de espera mientras revisaban a Iván para ver qué tanto daño le había hecho el atropello y la verdad, esperar no es lo mío, ya iba a tomarme el segundo café cuando llegaron sus padres, lo que al menos me despejó un poco, porque hube de hacerles un recuento de lo que pasó y eso me hizo tener de qué ocuparme, por lo menos mientras el doctor llegaba a dar el parte.

Finalmente apareció el médico encargado de urgencias y nos dio el parte: Iván tenía dos costillas y una pierna rota, así que tendría que estar un par de meses en cama, ya fuera en casa o en hospital, finalmente sus padres decidieron que lo mejor era que se quedara hospitalizado, sería una pasta, pero tal como les aconsejó el galeno, lo mejor era no moverlo y además así se evitaría cualquier problema derivado que tuviese el accidente.

El especialista no había llegado al final del pasillo cuando aparecieron un par de polis preguntando por la familia de Iván y les dijeron que la fiscalía abriría un proceso por intento de homicidio, dar con el culpable sería fácil, ya que por ser zona escolar el semáforo tenía cámara, lo que era un buen inicio, entonces preguntaron si ellos habían presenciado el suceso y les contestaron que no, pero que yo sí, así que tuve que rendir declaración de lo poco que había visto.

Después de que me tomasen declaración en la misma sala de estar y que la hube firmado, los polis se retiraron y ya estaba yo por darme el piro cuando llegó una enfermera diciendo que Iván quería verme. La seguí.

  • Jopé, tío, menudo susto –intenté subirle el ánimo.

  • Pues ya ves, al menos estabas allí, muchas gracias, Ricardo, te debo una grande.

  • No es nada, tronco, para eso estamos, así que ya sabes –le dejé su móvil en la mesilla-, te grabé mi número por si necesitas algo, además que no creo que te dejen sin deberes, así que prometo ayudarte en lo que pueda, ¿va?

-  Va, me parece de lujo –Iván me tendió su mano, se la estreché y le dije que allí estaban sus padres, así que mejor me retiraba para que estuviera con ellos, pero que le visitaría al día siguiente.

Iván

Cuando papá y mamá entraron en la habitación todo fue muy distinto, Ricardo fue muy cortés y hasta parecía que fuéramos amigos, lo que me permitió descubrir que es una persona muy optimista y que sabía que todo saldría bien, lo que me reconfortó bastante. Pero mis padres lo primero que hicieron fue echarme la bronca por no fijarme al cruzar, ¡pero si el semáforo estaba en rojo! El coche apareció de la nada y me pasó por encima sin siquiera avisar, ¿qué querían?

  • ¿Qué os ha dicho el médico?

  • Que necesitarás dos meses de reposo absoluto para que se te curen bien las dos costillas que te rompiste, lo que de paso te evitará ir por allí con la escayola de la pierna, pero todo estará bien –me informó papá.

  • Así que decidimos que te recuperes acá, el doctor nos dijo que lo mejor es que no te muevas y si te llevamos a casa estamos seguros que no pararás, así que nada, aquí te controlarán y te curarás bien –me dijo mamá.

  • ¿Sabéis lo horrible que son los hospitales? ¿Dos meses aquí dentro? ¿Y el insti? –no es que me preocupase demasiado, pero cualquier pretexto era bueno para salir de allí.

  • Bueno, ya nos están preparando los documentos que tenemos que presentarle a don Dani para que conste por qué no irás a clase este tiempo y estoy segura que tus compañeros te ayudarán con los deberes, al menos tu amigo Ricardo se ve majo… -vaya, mamá me cortó el rollo con su sermón y ahora que lo pienso, ¿para qué se quedó Ricardo? No creo que fuera para que le diera las gracias, ¿o sí?

  • Mamochka, ¿crees que me dejen tener el portátil aquí? Me aburriría… mucho –estuve por soltar un “de cojones”, expresión que no creo que les haga gracia-, además así podría hacer los deberes y enviarlos por correo o algo…

  • Tienes razón, hijo, hablaremos con el encargado –yo esperaba que me contestara mamá, pero no, fue papá quién habló.

Al final mis padres se retiraron y no me quedó de otra que dormir, o al menos intentarlo en un sitio donde se encienden las luces a cada nada cuando hacen rondas para ver tu estado.

Ricardo

Bueno, cumplí mi promesa y al día siguiente después de la última clase me dirigí al hospital e ingresé a la habitación de Iván.

  • Hola, tronco, ¿qué pasa?

  • Pues nada, aquí más aburrido que ná, deseando irme, pero tengo que estar dos meses más aquí metido…

  • Ya, si nos lo ha contado don Dani –no consideré prudente decirle que sus padres me lo habían dicho el día anterior-, dos meses en cama, bueno, ya encontrarás algo con qué divertirte, al menos hoy no nos han dejado deberes y don Dani me pidió que te dijera que no hace falta que hagas los ensayos, al menos no en estas circunstancias.

  • Pues gracias por el mensaje, chaval, eso me quita un peso de encima, al menos no seré impuntual con él, ya sabes, es mi clase favorita y que me pillase con los pantalones abajo fue un marrón gordo.

  • Hablando de tu asignatura favorita, supuse que tus padres no habían tenido tiempo de nada, así que pasé a un quiosco y me dijeron que es la mejor revista del género, espero que te guste –le tendí una revista de historia que le había comprado, no me preguntéis por qué-, aunque si no te gusta imagino que me la pueden cambiar o algo.

  • Gracias, Ricardo, no debiste molestarte, además, esta revista me encanta, siempre la compro y todavía no había podido comprar este número, así que me viene de lujo, gracias de nuevo –me pareció que Iván si había sonrojado, pero no diría nada, porque no entiendo el por qué y supongo que en todo caso, hasta ahora hablamos, así que lo dejaré que él me cuente sus cosas, no está como para pedirle más.

  • No es nada, tío, que sé que también harías lo mismo si la cosa fuera al revés.

  • En eso tienes razón, chaval, aunque la verdad, como nunca hablábamos, no me esperaba que fueras tan buena gente.

  • Nunca hablamos porque no eres chica, pero nunca me caíste mal, alguna vez te he envidiado por lo bien que se te da lo de estudiar, pero te considero uno de mis colegas y con los que aprecio suelo ser buena gente.

Ambos soltamos la risa con mi discurso y después de un rato me fui, tampoco quería agotarle ni pretendía que me pidieran que me retirara, así que lo dejé con la revista y me di el piro.

Iván

Han pasado ya los dos meses, el médico dice que estoy curado, pero que quiere que use una silla de ruedas mientras hago la terapia para volver a estar al 100% como antes, no quiere correr riesgos, lo malo es que eso llevará al menos un mes y aunque ahora papá o mamochka me llevarán al insti, igual me saldrán callos en las manos de andar de un sitio a otro.

De estos dos meses varias cosas me han impresionado, dos de ellas: estuve al día con el insti, los profesores, especialmente don Dani, me enviaban correos preguntando cómo me sentía y con los deberes; lo segundo fue que Ricardo vino todos los días puntualmente para ayudarme y asegurarme que entendía todo, además, me compró más revistas y era muy atento conmigo, tanto que empecé a verlo con otros ojos, la verdad es un chico guapo, eso siempre lo he sabido, pero ¿es un chico lindo con el que pueda intentar algo? Siempre ha sido tan… heterosexual, no sé, siempre está con chicas, no creo que sea siquiera bisexual, así que creo que es otra cosa que tendré que callar.

Hoy es el primer día que voy a clases desde el accidente, que no se resolvió porque el coche era robado y lo encontraron abandonado en una carretera secundaria pocos días después de que me atropellasen. Mamochka me ayudó a subir al coche, pero vaya sorpresa nos llevamos cuando llegamos y vimos que Ricardo nos estaba esperando para llevarme al salón de clase. ¿He mencionado que además de lindo es tremendamente detallista? Es un gran chico y cada vez me gusta más, no sé qué haré, pero no creo que esto esté bien: me gusta un chico que jamás se fijará en mí porque él es tan hetero como yo homosexual, paradojas de la vida.

Ricardo

¿Cómo no iba a esperarlo a la entrada? Es su primer día desde el accidente y encima tiene que venir en esa condenada silla, si al menos pudiera caminar por su cuenta… pero no, el médico no quiere arriesgar nada, así que hala, a usar la sillita de las narices, bueno, al menos me encargaré de que su primer día no sea tan desastroso como podría ser.

Hay una cosa que me asusta: es cierto que con mis amigos suelo ser así de detallista, pero hay un yo-que-sé, un qué-se-yo, que me hace ser más dedicado con él, lo trato con el mismo cariño que he tenido con mis novias, puede que más, incluso, pero no tiene sentido, no es una chica, no puede ser, es antinatural, es malo.

Toda esa mañana fui su chófer y le llevé a todo sitio, incluso al baño, mis colegas estaban flipando, yo no soy tan exageradamente cuidadoso con nadie, pero qué le voy a hacer, me nace hacerlo y es de esos impulsos que es mejor no refrenar.

Me asombró cuando al terminar las clases me dijo que su madre le había puesto un SMS que no le podrían ir a recoger, lo que significaría que tendría que coger un taxi, pero que antes quería hablar con don Dani, como yo también quería pedirle consejo sobre lo que estoy sintiendo, estuve de acuerdo, pero le dije que yo también quería hablar con el tutor y que si tendría problema esperándome, pero él estuvo de acuerdo, incluso Iván me pidió que hablara primero con el profesor.

  • Don Dani, ¿puedo pasar?

  • Claro, Ricardo, pasa. ¿En qué puedo ayudarte? No es común verte aquí.

  • Lamento eso, profesor, sé que debería aplicarme más, pero esta vez vengo por algo personal, usted nos ha dicho que siempre al menos nos escuchará, así que he venido a pedirle consejo, aunque si está muy ocupado… -estaba nervioso y eso es todavía más raro en mí, así que don Dani me miraba sorprendido.

  • Tranquilo, lo que estaba haciendo puede esperar, realmente lo que me dices me intriga mucho, nunca habías venido a verme y ahora me dices que es algo que necesitas decir en voz alta, pues adelante, no te cortes y si te puedo dar algún consejo, cuando termines de hablar te lo diré.

  • Gracias, don Dani, es algo sencillo, pero a mí se me hace un mundo: estoy confundido, creo que me gusta alguien, pero nunca me había fijado en esa persona y me parece que está más allá de mis posibilidades, pero es algo que mis padres no entenderían y que no quiero hablar con ellos, no sé si me explico –me sinceré con don Dani.

  • Bueno, un dilema de amor, no es la primera vez que lo veo, pero nunca es fácil de resolver, tienes razón, es algo sencillo, mi consejo es que no dejes pasar la oportunidad, esa persona que está más allá de lo que llamas tus posibilidades lo está porque no te atreves a intentarlo, pero claro, esa es mi opinión, si quieres, te puedo recomendar un profesional: un viejo amigo, es psicólogo de profesión y tiene mucha experiencia en estos temas, se llama Javier López y estoy completamente seguro de que al menos podrá darte algo de luz, acá tienes su tarjeta –dijo me tendía la tarjeta del médico y un papel que por lo visto tenía ya preparado para estos casos, ponía: “alumno de Dani, trato especial”. Por lo visto, sí que eran cercanos, pero bueno, por ahora pensaré lo que me dijo “si está más allá de mis posibilidades es porque no me atrevo a intentarlo”, nunca me dijo que estaba mal, es cierto que no le dije que era un chico, pero igualmente no hizo la salvedad.

  • Gracias, profesor –le dije mientras me retiraba-, por cierto, Iván también quiere verle.

  • Dile que pase, gracias.

Iván

Lo que fuese que Ricardo quería hablar con don Dani fue rápido, no fueron ni diez minutos, la cuestión es que salió y me dijo que el profe me esperaba y me llevó dentro, luego salió para que pudiera hablar libremente:

  • Don Dani, ya sé que es raro que yo venga aquí cuando con su asignatura es con la que menos tengo problemas, pero me gustaría entregarle esto –saqué de mi mochila los dos ensayos que me había encargado el día del accidente, como hoy no tuvimos clase con él no se los pude dar antes-, además que quisiera hablar con usted de algo personal que no puedo hablar en casa usted me dijo que podía hacerlo, creo.

  • Te lo dije y lo mantengo, pero no hacía falta que hicieras estos trabajos, te darán puntos extra, en todo caso, los leeré con calma, sueles ser muy exacto, Iván, pero ahora te escucho, ¿qué es lo que no puedes hablar en casa?

  • Profesor, usted conoce mi familia, sabe cómo es mi madre, que en casa impera la ley rusa y por tanto, esto no lo sabe nadie y cuento con su discreción –don Dani asintió para asegurarme que no diría nada, pero no habló para no quitarme el impulso-, pues bien, soy gay, lo acepté hace un par de años, me gustan los hombres y soy feliz así, pero me está gustando alguien que es inalcanzable, un chico que jamás me hará caso porque es heterosexual y jamás se fijaría en otro hombre, no sé qué hacer, don Dani.

  • Iván, es una situación delicada, sin duda, sobre todo porque no puedes hablar en tu casa, yo no diré nada, existe la confidencialidad profesor-alumno, quédate tranquilo, pero creo que necesitas un profesional para que te ayude, más que todo a enfrentar el ambiente en tu casa, -me decía el profe-, te voy a recomendar a un psicólogo amigo mío, él tiene mucha experiencia en este tema, sobre todo en lo relativo a enfrentar al mundo después de aceptarse uno mismo –me dio una tarjeta y un papelito que ponía “alumno de Dani, trato especial”, cosa que no entendí, ¿cómo un psicólogo da un trato especial?

  • Muchas gracias, profesor, ya no le quito más tiempo, muchas gracias.

  • Es un placer ayudarte y un honor que confíes en mí, Iván, cuando quieras, puedes venir, no lo dudes –me dijo mientras me abría la puerta.

Salí del despacho y ahí estaba Ricardo esperándome, le dije que ya me iría, que sólo esperaría en la calle a que pasara un taxi, Ricardo me dijo que como quisiera, pero que él me dejaba en casa, que no quería que nada me pasara. Yo vivo cerca del insti, así que realmente pensaba irme en la silla, pero con Ricardo allí no podía, no me dejaría moverme si no me llevaba, por suerte él mismo me propuso hacer el paseo y como era lo que pensaba hacer, accedí, aunque no me hace ninguna gracia hablar con alguien que no veo, pero desde luego era mejor que nada.

Continuará...

Sí, esta historia no está terminada, como siempre, os recuerdo que no pretendo que os hagáis una paja leyéndome, lo que quiero es que reflexionéis sobre lo posible que es amar y ser amado, que podais llegar a ese punto donde dices "si ese personaje pudo, yo también" y que os animéis. Hala, espero que os guste, os veo en los comentarios!!!!