Pastillas Milagrosas (1)

Gran compra y maravillosos resultados

Ok, este es el relato de algo que sucedió hace bastantes años atrás. Yo vivía en una ciudad mas bien pequeña, no la nombrare por motivos obvios.

Vivía en una casa promedio, familia promedio y todo iba viento en popa. En ese minuto tenia 18 años recién cumplidos que esperaban salir a ver la luz. Me describiré como era en ese momento para darles una idea de como e movía en el mundo.

Soy y siempre he sido mas bien alta para lo cánones comunes en mi país. Mido 1,70 y eso bastaba para ser del porte de los chicos de mi edad por lo que siempre me acostumbre a salir con chicos mayores para no parecer Gulliver a su lado. Tengo el pelo hasta la altura de la cadera y rizado desde los oídos y pelirrojo natural, ya sabes furia y fuego y toda la nadería que se atribuye al color de pelo, y es que ese aspecto soy muy parecida a lo que el refrán de "Pelo de fuego, desastre e incendio" se refiere.

Mi cara es mona, tengo ojos enormes y son pardos, nariz pequeña y respingona , labios carnosos y una lengua algo juguetona, si saben a lo que me refiero.

Mi cuerpo no esta mal, soy espigada y delgada pero tiendo a acumular un poco de grasita en las caderas, por lo que generalmente tengo una figura de la que, halagos aparte, me aprovecho muy bien. Mis pechos son grandes, pero balanceados a mi estructura, con unos 55 de cintura y la misma medida de cadera que de busto me parece que tengo buena figura. Mi culito es respingón debido a los años de ballet y yoga que he hecho. Mis piernas están torneadas y perfectamente modeladas por los tacones que uso a diario.

Socialmente, desde toda la escuela secundaria, fui la reina abeja del colegio, los chicos babeaban y me divertía con ello mientras que las chicas me odiaban o me querían a su lado.

Desde siempre me atrajo la onda bisexual, y es que era común que en ultimo año terminara la noche con alguien de cualquier sexo a mi lado. No tenia problemas, obviamente me protegía de enfermedades y del embarazo y la pasaba de maravillas.

En esas fechas llego a alojar a mi casa una ahijada de mis padres, ella vivía en un pueblo francamente pasado de alto en el desarrollo tecnológico en donde apenas habían una docena de coches y todo era muy a la antigua. Esta chica llego para mi ultimo año, tenia mi misma edad pero había ingresado mas tarde al colegio cuando niña y por eso iba retrasada. Aun recuerdo el primer día que vi a Claudia.

Era bajita, 1,60 de alto y con suerte me llegaba a los hombros, por lo que se me hacia muy divertido abrazarla ya que mis pechos llegaban exactamente a su cara y se tornaba de un rosa furioso bastante mono.

Era delgada y no muy llena de curvas, era mas bien normalita de busto pero tenia un culito respingón que me sirvió de inspiración en mis noches mas solitarias. Su cara era mas parecida a la de un caballo por su delgadez y su pelo caía sin ton ni son, negro azabache hasta media espalda.

Siempre me pareció extraño que no invitara a chicos a la casa y, aunque ambas estudiábamos en un colegio de congregación absolutamente femenino, sabia por experiencia lo fácil que era conseguir a un chico para salir o divertirse un rato. Tanto así que algo pintaba diferente a como se veía. Varias veces también me le insinué al salir del baño o antes de acostarme pasaba a adrarle las buenas noches en mis mini pijamas para ver si sus gustos eran las chicas. Y nada

Un día y ya bastante frustrada, por que me había encaprichado y quería tenerla a ella precisamente dando un largo viaje por mi mitad inferior que me metí a una pagina de relatos. La leía constantemente ya que siempre me había atraído la dominación y el control mental, pero como quien tenia el poder. Nunca me había animado a tener un sumiso (ya que había probado con amos/as y no me había satisfecho por lo que sabia que mi sitio era el de mandar), pero estaba segura que la culona de mi capricho calzaría perfecto. Encontré paginas de fanfarrones con súper poderes y tonterías que de verdad daban mas risa que morbo hasta pillar uno en donde te explicaban como hacer la hipnosis.

Abrí mi buscador para mas información y en una de las paginas mas serias que encontré, vendían unas pastillas que bajaban los neurotransmisores y un CD con frases subliminales para principiantes. Excitada y emocionada ante la idea lo compre con mi tarjeta, cortesía de papa. Planee bien mi siguiente jugada. Como mis dos padres salían a trabajar a jornada completa y al ser ultimo año tenia clases algunos días y otros no, le haría escuchar el CD en algún rato que certificadamente estuviéramos solas mas de una hora, que era el tiempo en que la pastilla y el CD demoraban en hacer efecto. Día a Día planeaba todo al revés y al derecho y con la compra en mis manos me "senté" a esperar la oportunidad.

Esta se presento un día que no había clases en el cole y que convencí a Claudia de no avisarles a mis padres, ya que de hacerlo planeaban algo para no dejarnos "aburridas" en casa. Cuando me hizo caso le dije que hiciera como un día normal a ella, ya que ese día de la semana (miércoles) por horario no tenia clases. Una vez se fueron ambos, espere diez minutos por si se aparecían a recoger algo o percances así. Luego serví el desayuno para ambas y en su té disolví la pastilla. La receta decía que actuaba mejor en bebidas calientes.

Luego del desayuno le dije si quería ver mi CD nuevo, y ella mas bien por cortesía que interés acepto. Puse la grabación en su computador y unos audífonos con extractor de sonido en sus oídos. La grabación empezaría con una melodía que ordenaba no sacarse los audífonos hasta terminar, por lo que estaba segura de que la escucharía completa. A los dos minutos ya había perdido la mirada y su cara se iba quedando neutra mientras, de seguro, realizaba ordenes de la grabación. Estas eran: mueve la mano, saca un pie del zapato, súbete la pollera, caliéntate, cálmate, cierra los ojos, ábrelos, tócate un seno, relájate y córrete, en ese orden; venían escritos en el empaque del CD y encantada veía como se sucedían unos a otros con 6 minutos de duración cada uno, y la ultima me deje impresionada era la corrida múltiple mas larga que había visto en mi vida. El instructivo decía que después de esta ultima el cerebro era como masilla en mis manos y que no olvidara despertar a la paciente y si era de mi preferencia hacerle olvidar el transe.

Una vez termino de correrse le saque los audífonos y decidí hacer una prueba. Deje todo como para hacerle suponer después de que se había quedado dormida en vez de quedar a mi merced.

Yo: Dime tu nombre? Y no olvides decir señora o ama con tu respuesta.

C: Claudia Valentina ama.

Y: Error, tu nombre durante las sesiones será culona folla coños, esta claro?

C: Si señora.

Y:Perfecto, entonces tu nombre es?

C:Culona folla coños, ama.

Y:Tu mayor meta

C:Complacer a quien se apiade de domarme

Y:Muy bien, qué tendré que hacer si no lo haces?

C:Castigarme como usted desee hasta quedar satisfecha.

Y:Perfecto, ahora recuéstate y préstame toda tu atención. Te despertaras y recordaras haberte quedado dormida después del desayuno. No recordaras nada mas a excepción de eso. Cada vez que yo te diga "Culona" volveras a entrar en este trance, entendido?

C:Si ama

Y:Entonces, cuando pegue un portazo empezaras a despertar lentamente y recordaras las ordenes.

Me empecé a salir de la pieza dejándola en una pose que pasaría perfectamente como de siesta y cerré de golpe la puerta. A los 5 minutos estaba de nuevo en la sala diciendo que se encontraba cansada y que de seguro por eso se había dormido. Le sonreí y dije que no se ocupara, que faltaba poco para el almuerzo.

Llegada la hora la llame y quise poner a prueba a la chica, puse su plato de comida en frente de ella y le susurre al oído "buen provecho Culona". El resultado fue automático, dejo de moverse con los ojos abiertos y perdidos en espera de una orden.