Pasiones cruzadas 3

Águeda y las madrinas del infierno

AGUEDA

Firmé un poder con Águeda, para no tener que volver a ver a Susana y fijamos una serie de reuniones. La primera de ellas fue muy intensa. Pidió realizarla en mi domicilio dado que los temas a tratar eran muy delicados e incluían cuestiones personales.

La fijamos para el Sábado siguiente a la mañana y le pedí a Carmen, mi cuñada, si podía quedarse ese fin de semana con mis hijos. Como ella no tiene niños y adora a sus sobrinos aceptó encantada. Mi relación con el resto de las mujeres de la familia siempre fué muy buena y supuestamente no tendría que verse afectada por mi separación de Susana.

Águeda llegó a primera hora de la tarde, después de almorzar. Vestía una falda amplia levemente sobre las rodillas y una camisa abotonada que insinuaba unas buenas tetas. Era una mujer elegante de mi edad, con un rostro bonito y mirada aguda.

Nos sentamos en el sillón grande y me pidió ver primero el video de todo lo que la afectaba en la parte comercial.  Después de verlo en detalle y siendo una gran profesional como es, llegó a la conclusión de que, si bien hubo una deslealtad, en no comunicar que esos casos serían tomados por ellos, no afectaba al estudio de su padre, ya que él no era partícipe de aceptarlos.

No tanto así lo del famoso inversor que desencadenó la infidelidad. Era claro que las artes desplegadas por Susana para lograr la contratación de esa cuenta habían sido brillantes y bien podría haberlo hecho en favor del estudio donde trabajaba.

Cuando me pidió lo que siguió después de la partida del cliente, la cosa cambió, se puso tensa y algunas lágrimas empezaron a asomar de sus ojos. Me acerqué a ella y cruzando un brazo por su espalda la tomé del hombro y la acerqué a mí. Apoyó la cabeza en mi hombro y comentó.

  • Es indignante. ¿Y tú tuviste que ver todo esto en directo?
  • Así es, pero no me afectó tanto como a tí ahora, es como si lo estuviera esperando.
  • Admiro tu frialdad, no es fácil aceptar algo así.
  • Susana lleva años buscando al hombre de sus sueños. El que cumpla sus ideales de búsqueda del éxito. Y lo encontró en la persona menos apropiada.
  • Y por qué no lo hablaste con ella antes.
  • No sé. Quizás por desidia. Susana era como un vecino que no molesta. No se involucraba en nada de lo nuestro, pero tampoco jodía. Teníamos algunas migajas de intimidad y con eso me conformaba.
  • Lo que sí queda demostrado con ella, es que la afirmación de que el  instinto maternal es innato en todas las mujeres, es un cuento. Para Susana sus hijos son un mueble más.
  • Y lo que siguió después, ¿a qué se debió?, porque la forma en que se sometió a esos tipos no es propia de alguien que se valora a sí mismo.
  • Eso para mí es un misterio, una parte de su vida que mantenía oculta y por lo visto una actitud reiterada, como si fuera una doble personalidad. Míralo desde el principio y después me das tu opinión . Mientras tanto sigo preparando las cosas para la mudanza. No es algo que me  agrade ver.

Dos horas después, terminada la filmación, me acerqué y le pregunté…

  • ¿Llegaste a alguna conclusión ?
  • De ella no, pero de mí sí. Estoy muy excitada.

La miré sorprendido y ví que sus pezones amenazaban con desgarrar la tela de su camisa. Me senté a su lado, me acerqué a su cara despacio y nos perdimos en los labios del otro en un beso profundo y sensual. Nuestras manos no se quedaron quietas. Mientras yo abrí su camisa y metí la mía bajo la copa de su corpiño, ella desabrochó mi bragueta y pajeó mi polla con delicadeza.

Sin dejar de besarla, metí la mano bajo su pollera y suavemente le saque las bragas. Ella me correspondió terminando de bajar mis pantalones. Sin más juegos previos y sin separar su boca de la mía, se las ingenió para cruzar su pierna sobre mi regazo y lentamente se introdujo mi polla en su coño.

Fué un polvo distinto lleno de sentimientos encontrados, de pasión extraña mezcla de revancha y excitación. Cuando alcanzamos el orgasmo -ella poco antes que yo- nos quedamos abrazados un rato más, sin dejar de jugar con nuestras lenguas, ora en una boca ora en la otra.

Finalmente se separó y apoyó su mejilla en mi hombro, sin desclavarse de mi menguante intimidad.

  • ¿Esto fue un error?
  • No lo creo, ambos estamos dolidos, y por algún lado debíamos canalizarlo. No me arrepiento, además me ha encantado.
  • A mi también, pero no debe repetirse. Afectaría nuestra relación profesional.
  • Estoy de acuerdo.

El resto de la tarde, la dedicamos a ajustar los detalles de la demanda. Estaba claro que a su esposo lo iba a dejar en la calle y lo iba a destruir profesionalmente, pero le pedí que en el caso de Susana lo circunscribiera a hacerla dejar el estudio, presionarla para lograr el divorcio consensuado y lograr la custodia permanente de mis hijos. Después de todo a pesar de su traición como amiga, era solo una empleada del macarra de su jefe. Y tenía un plan para ella.

Nos despedimos con un beso cálido y quedamos de acuerdo en las fechas para las próximas reuniones, donde nos pasamos por el forro lo de no volver a repetir. Finalmente reuní a los niños, les dije la verdad obviando detalles escabrosos y al poco tiempo estaba divorciado.

Aprovechando el receso escolar de verano y que los chicos empezaban la escuela secundaria en un nuevo instituto, nos mudamos a la casa nueva.

Después de un lavado de cara, puse en alquiler la casa de mis padres. Atrás quedaba una etapa de mi vida.

LA CASA

Recostado en una tumbona tomando sol, recorría la casa con la vista y recordaba todo el proceso que derivó en concretar el sueño de mis queridos padres.

La casa, de alguna manera, los debía representar. Ellos eran gente simple y práctica. Llanos y sin vueltas. Gente totalmente cristalina.Estos simples conceptos traducidos a lenguaje técnico, debían definir el proyecto al cual me dediqué con mucho cariño y esmero.

El lote estaba ubicado sobre una colina desde la que se veía el pueblo. Era el último al borde de dos barrancos, cuyas laderas miraban al Norte y el Oeste haciendo esquina, medía treinta metros en el frente sobre la ruta y cuarenta de fondo entre la ruta y el barranco Oeste.

Una casa totalmente cristalina e iluminada, debería mirar al barranco norte, los dormitorios acristalados repartidos, este,norte, oeste; para seguir al sol. Y las paredes ciegas, debían ser útiles para bloquear los vientos fríos del sur. Con esa idea básica delinee el lote.

En mi proyecto, dividí el ancho del terreno en tres volúmenes de diez metros de ancho por todo el largo. Ubiqué la piscina y los solariums, sobre el barranco norte, para lograr el efecto de borde infinito, recibir todo el sol, y que no tapara la casa. El volumen central sería la casa propiamente dicha, con sus zonas de estar/cocina/comedor en planta baja y dormitorios en la superior. Ambos conectados por una gran escalera central.

Este volumen estaría separado por un parque de diez metros del muro frontal, ocuparía quince metros de largo y dejaría quince metros libres en el fondo mirando el barranco oeste para  ubicar parrillas y solarium.

Todos los dormitorios y baños estarían ubicados en la periferia superior, siguiendo el contorno de la casa y reservaria para mi dormitorio, todo el contrafrente oeste con un gran balcón terraza. Amo contemplar el ocaso.

Finalmente el tercer volumen, sería un gran tubo rectangular de hormigón, de diez metros de ancho, tres de alto y todo el largo del terreno, conteniendo el garaje, el trastero, el lavadero, un gym y finalmente mi estudio y una sala de audiencia acristalados ambos con vista al barranco oeste.

Sobre este tubo, estarían las habitaciones de servicio e invitados con sus baños, por lo que a mis queridos y gorditos vecinos, les quedaría un hermoso paredón de seis metros de altura, tapando todo el sol de su parque y piscina.

Parece una maldad, pero todo tiene una explicación.

LOS VECINOS

El verano que los niños cumplieron nueve años, las tías se los llevaron a su casa de la playa para que lo pasaran con sus primas. Yo iría cada tanto a verlos y su madre de acuerdo a como se le cantara.

Como había acumulado capital suficiente decidí encarar la construcción de la casa de la colina. Cuando el primer lunes de Diciembre me acerqué al lugar, me encontré con el terreno cercado por un paredón con un portón doble de acceso. Me trepé y vi que todo el espacio estaba sembrado con césped prolijamente cortado, con tumbonas y hamacas desplegadas y rematando el paisaje, una mesada con un gran fogón y parrilla en el ángulo formado por los dos barrancos. Todo como continuación del parque y piscina de la casa vecina, que claramente era utilizada los fines de semana.

Para evitar encontronazos me acerqué al palacio municipal, exhibí las escrituras y pedí la asistencia de un agrimensor. Se presentó a primera hora, rompió el candado que cerraba el portón y delimitó mi terreno, verificando que no casualmente el borde de la piscina delineaba perfectamente, la división de los dos lotes. Me dejó el informe y un formulario por si deseaba hacer la denuncia por usurpación.

A media mañana, llamé a una empresa de casas prefabricadas de madera, que al otro día me instaló una vivienda provisoria muy cómoda de diez metros por diez, sobre el ángulo de los barrancos quedando el fogón, la mesada y la parrilla en su interior, junto con la mesa y las sillas. Solo necesitaba agregar una cama, y conectar el baño a la cloaca y el agua corriente. El gas de la cocina formaba parte de la instalación ya existente. Ese mismo día solicité la conexión eléctrica independiente y retiré el cable que venía de la casa vecina. Finalmente hice colocar una división de madera entre los dos terreno coincidente con la demarcación del agrimensor.

El sábado a la mañana me despertaron los golpes en la puerta de la casita. Me asomé y me encontré con dos hombres gordos y retacones de unos treinta años, reclamando a los gritos por la usurpación de la propiedad y la apropiación de sus pertenencias, augurándome las siete plagas, si no me retiraba inmediatamente. Habían entrado por el portón que había quedado sin candado.

Saqué la pala, mostrándola amenazadoramente y salieron disparados. Una hora después, apareció la policía. Un chulo de uniforme seguido de una bonita y frágil compañera, había abierto el portón y me gritaba desde la calle, envalentonado por mi imagen de pelo enmarañado y larga barba, pantalones cortados y torso descubierto.

En ese momento estaba echado en el piso ,marcando todos los niveles del terreno y no le presté atención. Completamente alterado intentó entrar, era evidente que estaba fardando frente a su compañera que extrañamente estaba como cohibida y miraba al piso. Ese fué el momento en que me pare con la pala en la mano.

  • Le advierto que está entrando en propiedad privada sin una orden judicial, no me hago responsable de su seguridad.

Se paró en seco irritado.

  • Pero esta no es su propiedad.
  • Demuéstrelo.

Lo desafié fríamente y seguí con lo mío.

El lunes a media mañana. Se presentaron tres patrullas. De una de ellas bajó una rubia hermosa vestida muy sobria con traje de pantalones y el pelo recogido en una coleta. Sus grandes ojos verdes, enmarcados por unos lentes de carey, parecían brillar.

Abrieron el portón e ingresó acompañada de dos agentes armados. Se presentó como Blanca Perez y era la jueza encargada de verificar la usurpación del lote por mi parte, según denunciaron los vecinos.  Se paró en medio del terreno y empezó a hacer fotografiar todo el contenido. Finalmente me conminó a que me acerque y me leyó un escrito, donde me decía que según documentos que el vecino le había presentado, demostrando su titularidad, procedía el desalojo y mi detención por usurpación.

La miré a los ojos.

  • Seguro quieres seguir con esto? Te estás exponiendo al ridículo.
  • ¿Qué dice? ¿Cómo se atreve?
  • Que esos documentos que te han presentado son falsos.
  • ¿Y seguro que usted tiene los correctos, no es así? Muéstremelos.

Me mandó a buscarlos, acompañado por Clara, la asustada agente del primer día.

  • No me  tengas miedo, pasa tu, yo te indico desde la ventana.

Así lo hizo y se los entregó a la jueza. Después de ver todo, incluida la declaración del agrimensor, la rubia estaba pálida.

  • ¿Quiere mis datos para hacer una denuncia contra mi persona?
  • Nunca lo haría, te han engañado. Me conformo con que ayudes a esa chica, su compañero es un corrupto y está abusando de ella.
  • ¿Como sabe eso? Es muy grave su denuncia.
  • Tu solo ofrécele protección y habla con ella.

Finalmente una tarde pasaron las dos a agradecerme la ayuda y me confirmaron que su compañero Jorge, la estaba extorsionando sexualmente por unos videos que le robó de su teléfono. Lo habían dado de baja y puesto preso. Descubrieron que estaba a sueldo del vecino, que se dedicaría a compra y venta de coches robados, pero que nunca se lo pudieron probar.

Lo que sí le cayó fue una denuncia por falsificación de títulos, que por su influencia, quedó en la nada.

El resto del mes presenté los planos y contraté a la hormigonera para el dos de enero. Después de pasar las fiestas con los niños y apenas hablar con mi mujer que recién apareció a la hora del brindis. Aproveché que el vecino se fue de vacaciones e hice levantar el paredón, techo y paredes, que formaban el tubo de hormigón, que sería en el futuro el bloque de garage y servicios. Dejando los pelos de hierro para la pared superior.

Para el 15 de Enero la pared estaba completa y para fin de mes desencofrada y revestida del lado del vecino.

El tubo multipropósito estaba terminado con su piso y  revestimiento, con los portones colocados, junto con todo el muro frontal revestido en piedra, con la puerta de entrada a la futura casa con acceso digital y el portón del garaje instalados.

Cuando el 1 de febrero volvieron, se encontraron con un bloque de seis metros de altura tapando el sol, justo al borde de su piscina y todo a lo largo de su terreno.

Estaba transportando todo lo que guardaba en la casita, para ponerlo bajo el techo del futuro garaje, cuando golpearon la puerta de calle y atendí.

Tres mujeres playboy con pantalones minúsculos y tops,marcando curvas de escándalo, se colaron furiosas y a los gritos.

LAS VECINAS

Las tres mujeres playboy resultaron ser las parejas del mafioso y sus hijos. Típicas mujeres advenedizas de hombres adinerados sin escrúpulos.

  • ¿Quién eres tú, que vienes a arruinar nuestra vida? ¿Donde se supone que tomemos sol ahora?
  • Ja, ja, ja. Pues aquí.
  • ¿Crees que porque nuestras parejas no tienen cojones, a nosotras nos vas a llevar por delante ?
  • Ja, ja, ja, Cojones no tienen es verdad. Pero pueden tomar sol aquí.
  • ¿Como dices ? Preguntaron sorprendidas.
  • Que pueden tomar sol aquí, tengan esto.

Les alcancé a las muchachas sorprendidas, un papel con el código del acceso digital de la puerta de ingreso al terreno.

  • Y con eso ganamos dos cosas, me alegran la vista y se sacan de encima por un rato a los gordos babosos, que por cierto no están invitados. De paso me cuidan las cosas cuando yo no esté.

Todavía tenía atragantado lo de la visita del policía corrupto.

Las carcajadas de las hembras se escuchaban en toda la comarca, me dieron un beso de agradecimiento y se presentaron. Mary de treinta y cinco años, pareja de José de sesenta, Bety y July, de veinticinco años cada una de ellas, parejas de Pedro y Pablo, los hijos de José. Eran tres venezolanas voluptuosas muy bonitas que trabajaban en la agencia de autos y que por conveniencia económica, terminaron de pareja de los gordos.

Desde ese día fueron mi compañía todas las tardes, y cuando cargaba y descargaba bolsas vestido solo con pantalones cortos, sentía sus miradas cachondas sobre la piel. Finalmente llegó marzo, dejé todo en mano de la constructora y me volví a mi casa para preparar a mis niños para el nuevo año escolar, dejándole encargado a las vecinas que me vigilen la obra, lo que aceptaron contentas.

LAS MADRINAS DEL INFIERNO

Recordaba con una sonrisa los comienzos de la obra, tirado en una tumbona mirando a los niños jugar en el agua, cuando sonó la campanilla de entrada. Sin esperar a que atendiera, se abrió la puerta de calle y entraron las vecinas a los gritos con viandas y bebidas a festejar la inauguración,

Cuando se sacaron los vestidos, quedando con minúsculos bikinis brasileras, a mis hijos de doce años y bastante desarrollados, para su edad, se le salieron los ojos de la cara y las muchachas se dieron cuenta. Para su desesperación las ninfas se tiraron al agua y se pasaron toda la tarde achuchándolos y dándoles besos y abrazos.

A las pocas semanas se habían convertido en madrinas de facto y consejeras de los adolescentes que las adoraban. Se pasaron el resto del mes en casa bañándose en la piscina, tomando sol, y cocinando. Compartiendo muchas horas con nosotros para disgusto de sus parejas.

Para mediados de Enero, mis hijos estaban de vacaciones con sus primas cuando escuche gritos desde la calle, salí a ver qué pasaba y me encontré con Mary, la mayor de ellas y pareja del padre de los vecinos, caída en el piso llorando mientras el maromo pisoteaba y pateaba todas las viandas que estaba trayendo a casa.

  • Vas a dejar de burlarte puta, en casa no lavabas un plato y ahora cocinas para el vecino. Te voy a matar, a ti y a las putas de tus amigas.

Me acerqué a él y nada más verme, salió corriendo y se metió en su casa. Al otro día mientras sus parejas trabajaban, las tres mujeres se mudaron a la mía con todas sus cosas. Y empezaron a trabajar para mí.

Esa noche estaba desnudo apoyado en la baranda del balcón de mi dormitorio, disfrutando de la brisa que llegaba del oeste, cuando un cuerpo desnudo de mujer me abrazó por detrás, apoyando sus tersas tetas a mi espalda, llevando una mano a mi pecho y la otra a mi polla. que rápidamente se puso dura mientras me mordía el hombro.

  • Dios mío, qué placer, cuánto hace que no pruebo carne joven, y esta es de la buena, hmmm..

Me dio la vuelta, se puso en cuclillas y se tragó media polla. Mary empezó un subi baja rítmico delicioso, mientras me pajeaba con una mano y se frotaba el coño con la otra. Y yo que venía a dieta desde un tiempo atrás, me corrí como una fuente pocos minutos después. La levanté de las axilas y la besé en la boca, compartiendo los restos de mi corrida. La llevé hasta la cama a trompicones sin dejar de besarla.

Caímos abrazados con ella debajo mío, y sin juegos previos metí mi polla en su coño en medio de sus gemidos. Fuimos incrementando el ritmo de la follada hasta explotar en un orgasmo conjunto, ahogando nuestros gritos en la boca del otro.

Estuvimos follando hasta quedar dormidos uno en brazos del otro. Desde ese día, Mary se convirtió en mi ama de llaves y amante ocasional. Las otras dos muchachas, se dividieron las tareas de la casa y la atención de los niños a la vuelta de sus vacaciones, sin la necesidad de mi intervención. Por primera vez en su vida, supieron del cariño de una mujer.

El primer lunes de Febrero se presentó soleado y caluroso, estaba tirando unos largos en la piscina, cuando, coincidente con el fin de la feria judicial, recibí la visita de Águeda, que retomaba la actividad después de sus vacaciones, trayendo unos documentos para firmar, referentes al divorcio.

Se asomó sonriente al borde de la piscina vestida con un fino vestido estampado que le hacía una figura deliciosa. Era rubia como mi ex, pero de ojos color miel, delgada, alta y con un  cuerpo tonificado que delataba una gran dedicación al gimnasio.

  • No sabes la envidia que me das con el calor que hace.
  • Pues no lo pienses mas y ven, tengo una oferta que tratar contigo.
  • Pues lo haría con gusto, no tengo mucho trabajo estas semanas, pero no he venido preparada.
  • Dile a Mary que te enseñe sus bañadores, y que te facilite alguno.

Mientras ella iba con Mary a ver si le iba alguno, pensaba el trato que pensaba proponerle. En los últimos años mi negocio de sistemas de seguridad monitoreado había progresado a un nivel, que requería asistencia profesional dada la complejidad creciente de los contratos.

Había equipado el piso más alto, de los dos que había comprado,en el edificio de la colina, como sala de servidores y construido un departamento pequeño con todas las comodidades, para el servicio técnico que se turnaba las veinticuatro horas. Todos eran becarios de universidades tecnológicas, comandados por un friki que había asociado.

Al ser el último piso del edificio, había negociado con el resto del consorcio la ocupación de la terraza para la instalación de antenas para obtener conexión satelital, paneles solares y generadores de emergencia para asegurar la provisión de energía. A cambio les proveía de internet gratuita, y electricidad de emergencia para los ascensores y pasillos en caso de corte de energía.

La segunda concesión, fué la exclusividad de uso, de uno de los cuatro ascensores, directo desde el garaje del subsuelo, a cambio de la puesta a punto de los otros tres.

El otro piso estaba dedicado exclusivamente a los programadores, sala de reuniones, y oficinas comerciales. Al igual que el superior, las trabajadoras eran becarias y las jefas de programación y administración dos egresadas brillantes asociadas al proyecto.

Todo lo referente al hardware, lo manejabamos con empresas externas. Habíamos logrado un nivel de expansión que para mí era suficiente, por lo que de ahora en adelante, solo nos dedicaremos a mejorar los sistemas, actualizar los equipos y cambiar clientes problemáticos por otros de mejor nivel.

El nombre de la empresa estaba dedicado a mis dos grandes amores, mis mellizos, Hector Ignacio y Gabriel Hugo. HIGH Security Systems. HSS.

La instalación de los sistemas de alarmas, con monitoreo de seguridad interior optativa había tenido un éxito explosivo. Sumado a todos los programas anti hacker y  antivirus de las plataformas comerciales me generaban una fuente de ingresos más que suficiente para mis pretensiones. Había vendido mi vieja Van y había comprado una camioneta 4x4 para uso familiar y un auto deportivo para uso individual.

Ese tipo de trabajo involucra mucha información confidencial, por lo que necesitaba un estudio jurídico de confianza para asesorarme en mis contratos y un estudio contable para auditar la parte comercial. Para todo esto, el estudio de Agueda me venía como anillo al dedo.

Cuando apareció de nuevo, tenía el rostro completamente congestionado y traía puesto un bikini negro que quitaba el aliento.

  • No me mires con esa cara que es lo mas decente que tenían. Vaya golfas tienes de asistentes en tu casa.
  • ¿Pero qué dices? Ja ja ja si solo son unas niñas buenas.
  • Pues con esas niñas, te vas directo al infierno.

Para cuando le expliqué todo el negocio, tenía los ojos como platos. No aceptó de inmediato por cortesía hacia su padre, pero lo haría seguro. Me miró raro, fue a decir algo pero se contuvo.

  • Habla, que no me como a nadie.
  • Es que no entiendo a Susana, liarse con un golfo casado, tirar por la borda su desarrollo profesional en el estudio y el futuro familiar a tu lado, siendo el puto dueño de HSS es de locos.
  • Ese es el otro pedido, no quiero que ella quede a la deriva, ni que caiga en manos de los negocios turbios de su padre, no deja de ser la madre de mis hijos y es una gran trabajadora, tanto que ha desarrollado toda una empresa solo con el descarte de la tuya.
  • Quiero que le ofrezcas seguir con su empresa, pero como una subsidiaria de la tuya, y exclusivamente bajo tu mando y control. Eso, con lo orgullosa que es, será un gran castigo para ella. Ganas tú y ganan mis hijos. Su madre no terminará en la puta calle, o con la mafia.
  • ¿Y si no acepta?
  • Pues eso, la puta calle. La amenazas con destruirla profesionalmente con las pruebas que tienes. Eso sería intolerable para su ego, te puedo asegurar que va a aceptar Por supuesto, la oferta no incluye a Marcos.
  • Imagino que la propuesta es el paquete completo.
  • Asi es.
  • Lo imaginaba. Es un trago amargo, pero me conviene. Y ahora entiendo menos a Susana. No es fácil encontrar alguien como tú.
  • No te equivoques, tengo gran parte de culpa en lo que pasó. No en el engaño en sí. Pero sí en haber llegado tan lejos solo por no cortar a tiempo.
  • Bueno... basta de hablar de negocios y métete al agua.

Pasamos todo el día juntos entre risas y achuchones, cuando a media tarde se nos unieron mis tres asistentes con sus bañadores brasileños. se mataba de risa.

  • Ja, ja , ja. Llegaron las nenas del infierno.

Y sin pedir permiso, se tiraron al agua y empezaron a zamarrearnos.

  • A ver esas risas, no sean siesos. Hay que ver que estirados son por esta tierra.

Y Mary se me tiró encima para hacerme ahogadillas, mientras Bety y July fueron por Águeda. Cuando me quise acordar estábamos todos en pelotas y mientras Mary me comía la boca ensartada en mi polla, las otras dos habían llevado a la abogada a una tumbona, y mientras una le comía el coño, la otra le chupaba las tetas.

Escuchamos el orgasmo de Águeda, lo que gatilló el de Mary. Se separó de mí con una sonrisa y me llevó fuera del agua junto a mi nueva abogada. Al vernos llegar, las chicas se separaron y cuando me subí entre las piernas de Águeda, se fueron adentro para darnos intimidad.

Me acerqué despacio y apoyé mi glande en su hambrienta abertura, esperando una señal. Señal que me llegó con la subida de su cadera. Fuí entrando despacio, mirándola a los ojos. Cuando chocaron nuestros vientres, empezamos a movernos acompasadamente sin dejar de mirarnos y cuando alcanzamos la cumbre nos perdimos en un beso muy sentido.

Cuando nuestra agitación dio paso al raciocinio, ella estaba echada sobre mi cuerpo, con su mejilla apoyada en mi pecho.

  • ¿Siempre rompes tus promesas ?
  • No siempre, pero lo tuyo es un caso especial, me gustas mucho. ¿Y tú?
  • Tampoco soy de romper promesas y también me gustas, pero la verdadera razón, es que esas zorras que tienes en casa, ya me habían puesto cachonda perdida probándonos los bañadores.
  • Ja, ja ja. Las nenas del infierno.

El resto del mes hasta la vuelta de los mellis. Águeda lo pasó en casa.

LA OFERTA

Fuí al estudio, como vaca al matadero. Mientras esperaba en la que fue mi oficina y me daba cuenta de la forma en que había dinamitado tantos años de esfuerzo, se me formaba un nudo en el estómago. Pero cuando entró Águeda con una sonrisa fue peor.

Cuando terminó su propuesta, me tomé un tiempo para analizarla y no le encontraba la trampa. Por lo que no tuve más remedio que preguntarle.

  • Imagino que no tengo mucha más alternativa que aceptar.
  • Imaginas bien, a menos que quieras afrontar las consecuencias.
  • Es que no encuentro donde está la trampa.
  • Porque no la hay.
  • ¿Y por qué eres tan generosa conmigo, después de lo que te hice?.
  • En primer lugar no es que sea generosa, es algo que me impone un cliente para aceptar darme la representación de sus negocios, y en segundo lugar porque me has hecho un favor.
  • Y se puede saber quien es ese cliente tan bondadoso conmigo ?
  • Si, por supuesto. Es Luis
  • Ja ja ja ja . No me jodas, tan valiosa es la representación de la verdulería de su barrio, ja, ja, ja. Vamos dime la verdad.
  • ¿Está bien, conoces HSS?

  • Como no la voy a conocer, es la puta empresa, que instaló la alarma que arruinó mi vida.

  • Y también la principal proveedora de servicios de seguridad para transacciones interbancarias y personales.

  • Me alegro por ellos, pero a mi me la suda, a menos que me quieran compensar por la putada que me hicieron.
  • Algo así, Luis es el propietario.

Me quedé helada, una avalancha de emociones encontradas me llevaron a realizarle dos preguntas

  • ¿Y cuál es el favor que te hice?
  • Me sacaste de mi lado un cretino y me diste acceso a un hombre maravilloso.

Su respuesta me llevó a la temida segunda pregunta…

  • ¿Te estás tirando a Luis ?

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