Pasiones cruzadas 2

Marcos y el derrumbe

MARCOS

Con el dinero del seguro de mi padre, la gran indemnización pagada por la compañía cervecera y mis ingresos por los desarrollos tecnológicos, pudimos seguir adelante, criando a los mellizos, viviendo en la misma casa y estudiando.

Los ingresos por la explotación del campito de olivares, iban todos a capitalizar mi empresa. Como un rubro anexo a mis desarrollos, fui incursionando en sistemas inteligentes de protección profesional y domiciliaria.

La base del desarrollo, se fundamentaba en instalaciones de seguridad monitoreadas las veinticuatro horas del día, una novedad en esos momentos y que, según el nivel del usuario que realiza la desactivación de la alarma, provoca que las cámaras de vigilancia interiores, queden activadas o no.

La base del desarrollo permite que si un usuario desactiva el sistema con el código general, sus actividades  queden grabadas en la nube y puedan ser monitoreadas a la distancia, tanto por los operadores de la central, como por el administrador de la instalación. Un sistema amigable útil para para controlar el desempeño tanto de una niñera como del empleado de una fábrica. Si se desactiva con un nivel superior por el propietario de una vivienda, las cámaras se desconectan total o parcialmente para preservar la privacidad.

La primera instalación de prueba y ajuste la realicé en mi casita de la playa y de esa manera, de paso, proveerla de seguridad y protegerla de intrusos. Una vez comprobada la estabilidad del sistema, la instalé en nuestra casa y la comencé a comercializar. Susana nunca se interesó por estos avances y solo utilizaba el código general, ya que solo debía usarlo cuando llegaba a deshoras y la alarma ya estaba conectada.

Los años fueron pasando y ambos terminamos nuestras carreras con notas brillantes. Susana rápidamente comenzó a trabajar en un importante estudio propiedad del padre de una gran amiga suya y yo como siempre, trabajando en mis desarrollos tecnológicos y dedicado a full a cuidar a mis hijos. Mi empresa estaba creciendo, y los sistemas se vendían bien.

Supervisaba personalmente el avance de las instalaciones durante las horas que los chicos permanecían en la escuela y el resto del trabajo lo hacía desde casa on line, en contacto con los cerebritos de la central.

Además no dejaba de ayudar a mis vecinos con sus programillas para manejar sus pequeños negocios, lo que me aportaba las mejores carnes, el mejor pan y los más ricos quesos y fiambres, además de su eterno agradecimiento y amistad.

Nuestra convivencia se sostenía respetando las condiciones impuestas por su padre para los gastos, las impuestas por Susana para el sexo y las exigidas por mí para la crianza de los niños. Poco a poco nos fuimos convirtiendo solo en compañeros de piso con derecho a roce.

Como llevábamos cuentas separadas, nadie sabía lo que ganaba el otro. Susana estaba convencida que mis ganancias provenían de las chapuzas a los vecinos y me tomaba por una especie de chacha. Creo que eso cimentó la base de lo que después sucedió, fue perdiendo el respeto por mi persona. Como si no cuadrara en su ideal de hombre

Se resignaba a que mi camioneta familiar tuviera diez años, pero  le disgustaba a pesar de que funcionaba perfectamente. Toleraba que veraneamos en la casita de la playa, pero añoraba Ibiza o Saint Tropez. Soportaba verme siempre de vaqueros y remera, con barba de varios días y el pelo largo, pero se babeaba cuando veía a un CEO con traje Armani. Su única exigencia intransigente, era que los niños fueran a un colegio de élite. Exigencia que yo acepté, pero cambiando el concepto, de élite social por el de élite educativa.

Nuestro nivel de vida era de clase media y a mi me alcanzaba, además necesitaba todo el excedente para afianzar a mi empresa, Todo los ingresos sobrantes, despuès de afrontar esos gastos estrictamente necesarios, se fueron acumulando y los utilicé para la compra de dos pisos elevados en una torre antigua de la ciudad, donde instalaría el cuartel central de mi empresa, que ahora funcionaba en un montón de pequeños talleres desperdigados.

También comencé a planificar la construcción de la casa del sueño de mis padres en el terreno sobre la colina. De alguna forma debía lograr, que esa casa los represente. Una forma de homenaje a lo que fueron en vida.

Si alguna vez mi esposa, en lugar de despreciarme, se hubiera preocupado por saber algo de mis planes, se los hubiera contado. Se hubiera llevado una sorpresa tal, que quizás, solo quizás, la hubieran salvado de cometer el mayor error de su vida. Y digo quizás, porque para ese entonces su imagen de mi persona, estaba muy desvalorizada y yo no hice nada para cambiarla. Estaba muy orgulloso de mis logros y el camino empleado para alcanzarlos. Ella en cambio, eligió el camino equivocado.

Susana utilizó el excedente de sus ingresos, para alimentar unas de sus pasiones, su imagen personal. No dudaba en comprar los mejores vestidos, carteras y zapatos. Un Audi Q3 último modelo y un departamento en el centro que puso a nombre de su madre. De esa compra me enteré porque instaló el mismo sistema de alarma que teníamos en nuestra casa, utilizando su nombre y aprovechando el  código de descuento de usuarios preferenciales, sin saber que esa empresa era mía.

En su afán de ganar dinero cada día trabajaba más horas, a los niños los veía normalmente, sólo los fines de semana. Así y todo, los mellizos fueron creciendo sanos y fuertes para mi orgullo, desarrollando un gran físico producto del duro entrenamiento en artes marciales al que los fui sometiendo desde pequeños. Poseían la belleza y los ojos de su madre y la inteligencia de ambos.

Pronto se destacaron en sus estudios por su rendimiento, su habilidad para los deportes, pero sobre todo por su sociabilidad. Teniendo todo para ser los más populares siempre se mantuvieron alejados de esos grupos, debido a su educación.

Susana se dedicó a full a su carrera y en poco tiempo se convirtió en una estrella del estudio, con una carrera prometedora y unos ingresos muy jugosos, lo que le permitía, dado los pocos gasto de su casa, comprar  con su sobrante las mejores ropas, tener el mejor auto, pagar el mejor gimnasio y mantener su imagen en lo más alto de su entorno.

Con bajo perfil fuí creciendo en el mundillo de la seguridad y producto de mis contactos con la banca, fuí invirtiendo mi sobrante con buenos dividendos. Repartía mi tiempo entre mis desarrollos y la crianza de mis hijos. Los levantaba, les daba el desayuno y los llevaba a la escuela antes que su madre se levantara. Los traía para comer al mediodía los volvía a llevar y los retiraba a la tarde, vigilaba sus tareas y nos entrenábamos juntos. Finalmente los acostaba después de cenar, antes de que llegara su madre.

Nuestra vida íntima era escasa pero satisfactoria, ninguno se la negaba al otro si lo buscaba. Pero el cansancio del intenso ajetreo que nos envolvía, sumado a la poca pasión que nos unía, hacía que esas ocasiones fueran pocas.

La limpieza de la casa y la comida de la familia, estaban a cargo de una vecina y las realizaba por la mañana, dejándonos las viandas preparadas en la heladera para el almuerzo y la cena. Sólo salíamos algunos fines de semana que Susana no traía su trabajo a casa, y nada mas que para visitar a sus padres. Esas visitas eran otro hito en nuestra relación.

Marta y Juana esposas de Pedro y Ramón, tenían la misma edad, un año más que nosotros, y una niña cada una, de la misma edad que los nuestros. Los primos se adoraban y disfrutaban cada minuto que pasaban juntos. Carmen en cambio, no tenía hijos y estaba casada con Lucio, un oscuro chupaculos de mi suegro, de la misma edad de Ramón.

Lo curioso de esas tardes de verano, era que me las pasaba charlando y jugando con los niños y mis cuñadas, mientras mi mujer hablaba de negocios con su padre y sus hermanos. Muchas veces, sobre todo en verano, pasábamos los fines de semana completos, durmiendo allí inclusive, más de una vez.

Hemos llegado a estar una semana de vacaciones completa, donde solo me ví con mi esposa a la hora de dormir, en cambio pasaba largas horas conversando con las otras mujeres, ayudando a cocinar y jugando con los niños que me usaban a su antojo.

No tardé en ganarme el apodo de mariquita de parte de los machos de la familia, dicho a mis espaldas por supuesto, situación a la que contribuían las mujeres al hacer topless en mis narices para provocarme, sin que yo me inmutara haciendo acopio de una gran fuerza de voluntad.

Todas estaban para mojar pan, pero yo sabía que solo era un juego entre ellas y yo, en las narices de la parte ejecutiva de la familia. Solían pedirme que les pase bronceador en la espalda puestas unas al lado de las otras como en la cubierta de un barco, sin corpiño y con las mallas metidas entre las nalgas, mientras miraban de reojo a ver si lograban empalmarme.

Esto  causaba la hilaridad de los varones que me veían como una especie de eunuco, mientras yo me empachaba amasando esos soberbios culos, lo cual provocaba el enojo de mi esposa, suponiendo mi humillación.

Se acercaba el fin de la escuela primaria y los mellis respondían de maravilla. Mi orgullo al verlos tan bien preparados para la etapa que debían encarar el próximo año, sumado al buen funcionamiento de la empresa y a la fría pero estable situación familiar, me tenían satisfecho.

Todo dió un giro dramático el día en que entró a trabajar en el estudio de mi mujer, el esposo de su amiga Águeda, el rubio ambicioso, guaperas y cachas de Marcos, como jefe de mi esposa

Gran cazador de féminas como era, rápidamente le echó el ojo a mi mujer que era una hembra en su máximo esplendor. Y eso a ella le encantaba. Un tipo voraz, implacable y prácticamente sin escrúpulos. Era su ideal masculino, se avecinaba tormenta y yo lo entendí en seguida. Solo podía salvar el desastre, el hecho de que fuera el marido de su amiga y que eso dañara su otra gran pasión. Su imagen profesional

De entrada Marcos empezó una carrera para que su equipo tuviera los mejores casos. Luego llegó la presión sobre su gente, para que los ganara. Las horas de trabajo aumentaron exponencialmente y empezaron a incluir viajes de fin de semana del guaperas con mi esposa, a alguna localidad del interior del país, en la búsqueda de los casos más jugosos.

Los niños pasaron de ver poco a su madre, a directamente, no verla. Y lo peor era que el poco tiempo que compartía con nosotros, se la pasaba hablando embobada sobre el empuje de su jefe y nos pedía paciencia por sus horarios.

Al tiempo me informaron, que se había solicitado una ampliación del sistema de alarma del departamento de Susana para cubrir el departamento vecino que casualmente estaba a  nombre del voraz guaperas.

Rompiendo mis normas de ética, procedí a configurar las cámaras de esas dos locaciones, para vigilancia remota accesible solo para mi nivel de acceso, que era el máximo. Pronto descubrì, que Susana y Marcos estaban rapiñando todos los casos chicos que el estudio de su amiga desechaba, para atenderlos ellos en su estudio paralelo. Todas las tardes, las pasaban trabajando allí, desde las 6 hasta las diez, además de los fines de semana donde supuestamente estaban de viaje, cuando en realidad estaban encerrados trabajando.

Pronto su codicia los llevó directamente a sugerirle a los clientes chicos del estudio de Águeda que en el estudio de Marcos los podían atender mejor y de forma más económica. El día que todo se empezó a derrumbar lograron su primer cliente grande. Una compañía de inversiones, tras la cual había estado el estudio de Águeda durante muchos años.

Ese día Susana no se había presentado a trabajar en el estudio grande y a mediodía se presentó en el de Marcos, perfectamente maquillada y peinada. Ataviada con un vestido ajustado e indecentemente corto que le quedaba como los dioses. Intuí que finalmente, ése sería el día que decantaría el derrumbe.

El cliente no tuvo ninguna chance de rechazar la propuesta, ni siquiera la leyó, mareado como estaba por las piernas de Susana. Si le hubieran presentado su sentencia de muerte, la habría firmado igual.

A las seis de la tarde, después de cerrar la puerta cuando el cliente se retiró, se fundieron en un abrazo de alegría, para después de separarse y mirarse a los ojos, prenderse en un beso infernal, que solo blanqueó una atracción mutua,que a esa altura era incontrolable

Sin dejar de besarla, Marcos la fue llevando hacia atrás, para terminar acostándola sobre su escritorio. Subirle el vestido, bajarse pantalón y boxers, ladear el tanga y perforarle el coño, fue coser y cantar. Susana, con toda la excitación acumulada explotó en un orgasmo explosivo como nunca creí que mi mujer pudiera tener.

Sin dejar de besarse y acariciarse se fueron poniendo de pie. Mirándose a los ojos se fueron desnudando y tomándola de la mano Marcos la llevó al sillón donde la hizo sentarse, ofreciendo su falo endurecido para el  atracón de la hembra.

Ante mis ojos estupefactos, Susana sin dudarlo, se lo metió en la boca y cuando el macho explotó entre gritos, para mi asombro se lo tragó golosa. No tardó Marcos en devolverle la atención y tragarse todos sus jugos después del segundo orgasmo de mi esposa.

Sin dejarla descansar de su corrida, la puso en cuatro mirando la pared y la ensartó con furia, como toda respuesta Susana respondía moviendo la cadera enloquecida. El macho saciado después de la primera acabada, tuvo resto para sacarle dos orgasmos más, antes de llenarle el coño de lefa en medio de expansivas expresiones de placer de ambos infieles.

Estuvieron follando como descosidos y prodigándose orgasmos durante más de una hora, en una secuencia continua, sin condón ni protección alguna. Cuando finalmente se separaron y Marcos fue a lavarse al baño. Susana tomó el teléfono y me llamó.

Apagué las cámaras, verifiqué que el video quedara guardado en la nube y atendí conmovido, no es que no me esperara algo así, pero verlo en vivo y en directo me pegó. Mi vida acababa de cambiar. Y la suya se empezaba a derrumbar

EL DERRUMBE

  • Hola ¿Luís?

  • Si. Dime

  • Mira, me vas a tener que disculpar, pero he tenido una semana terrible y necesito tomarme un descanso. Me voy a la casa de la playa a pasar el fin de semana con mi prima. Vuelvo el Domingo a la mañana.

  • O.K. De acuerdo, que te relajes y lo disfrutes.

Estaba muy confundida por lo que acababa de pasar en la oficina y el llamado me puso peor. ¿Cómo podía ser posible que Luis no reaccionara?. Más pasaba de él, menos le importaba, como si lo único que le interesara fueran sus putos y mediocres clientes y hacer de chacha. ¿Como se puede tener tan poca sangre?.

Para colmo me acababa de comprar un problema mayor, me había follado al marido de mi amiga, sin condón y me había acabado dentro. Por suerte recién se había retirado mi regla y esperaba no tener problemas otra vez por ese lado. Las pastillas no eran una opción para mí.

Ese hombre me arrastró a una espiral de adrenalina, que no supe parar, y cuando por fin logramos nuestro primer cliente grande. No me pude contener. Si bien todos habíamos trabajado para ese objetivo, sin su empuje no lo habríamos logrado. Y eso para mi era droga dura. Todo lo que puedo esperar del hombre que merezca estar a mi lado. Nunca tuve una relación sexual que me transportara tan alto como la de esta noche, ni siquiera la de mi desliz.

Ahora la traición a mi amiga era completa, no solo le robamos a sus clientes, sino que también le follé al marido. Necesitaba pensar cómo iba a seguir mi vida a partir de ahora. No nos podíamos permitir un escándalo de esa naturaleza justo cuando empezábamos a crecer. Por eso llamé a mi prima para pasar el sábado juntas y aclarar un poco mis ideas, mi relación con Luis ya no tenía sentido.

La vida me estaba ofreciendo oportunidades que no podía desaprovechar. No podía seguir al lado de un mediocre pasota. Debía terminar con todo de una vez y para eso necesitaba hablar con la única confidente leal que me quedaba. De hecho era la guardiana del mayor de mis secretos.

Me había asomado tantas veces al abismo, había coqueteado tanto con el vértigo de su morbosa profundidad infinita, que no me di cuenta que el abismo me estaba esperando.

Partí hacia nuestra casita de la costa esa misma tarde, a las diez de la noche saqué la alarma y entré. A la media hora llegó ella y como de costumbre nos saludamos abrazandonos y saltando a los gritos.

  • Chica, como estas vestida hoy, me cambio y nos vamos.

  • No Gra. Estoy muy cansada, necesito relajarme.

  • Qué mejor manera que con unos buenos tragos.

Se metió corriendo en mi dormitorio con su valija, cuando salió con un vestido negro de lycra que apenas le tapaba el tanga y tacos de diez centímetros, supe que la noche iba a ser movida.

Estábamos para salir cuando la ví manipular con el teléfono. Cinco minutos después llamaron a la puerta y fue corriendo a abrir.

  • ¡SORPRESAAA!

Y dió paso a Juan y Pepe que nos abrazaron levantándonos del piso. Habían pasado diez años y estaban más fuertes que antes.

Nos fuimos a un bar de copas y baile que solíamos frecuentar de solteras con nuestros novios, como era Viernes a la noche pero fuera de temporada. La cantidad de gente era aceptable y toda de nuestra edad o un poco más joven.

Tragos, porros, bachatas y reggaeton me hicieron olvidar de momento de todos mis dilemas existenciales. A las dos de la madrugada, cuando ya desfasábamos más de la cuenta, hasta había gente filmando el espectáculo obsceno que estábamos dando. Finalmente nos fuimos caminando para casa, cantando a los gritos por las calles desiertas.

Nada más entrar tiramos los zapatos de tacones altos para alivio de nuestras piernas. Fuimos con mi prima a aliviar la vejiga y al volver, los chicos nos estaban esperando vestidos solo con los boxers y unas rayas blancas sobre la mesita ratona de vidrio. Gra y yo nos miramos con una sonrisa, nos sacamos los vestidos por la cabeza quedándonos solo con el tanga y corrimos a aspirar la nuestra.

En pleno impacto de la droga en nuestro cerebro, vimos entre carcajadas a sus primos parados juntos, completamente desnudos, agarrados de la mano de cara al sillón y con la verga dura. Corrimos entre risas a sentarnos delante de ellos y tragarnos cada una la polla que nos tocaba. En mi caso como siempre, la de Juan.

Los hicimos acabar casi al mismo tiempo tragándonos todo lo que largaron y sin perder casi dureza gracias a la droga. Les dejamos las pollas bien limpias a lametones y nos tiramos para atrás con las piernas abiertas esperando devolución de favores. Cosa que no tuvimos que decir dos veces, para que nuestras parejas se lanzaran hambrientas por nuestros coños.

Cuando alcanzamos el orgasmo, nos levantaron las piernas sobre sus hombros y nos pegaron unos pollazos que nos hicieron gritar como locas. Estuvieron martillando como media hora y no se la cantidad de orgasmos que nos sacaron, pero cuando ellos acabaron, nos inundaron el coño de lefa.

Una vez relajados nos fuimos al dormitorio, donde después de un largo misionero quedamos rendidos. A la mañana temprano cuándo desperté con una resaca brutal. Juan estaba sentado desnudo en el sillón de lectura de Luis.

  • ¿A qué hora debes volver ?

  • Ya debería estar saliendo ¿Porque preguntas ?

  • Porque este sillón me ha dado una idea.

Se levantó de la cama, me puso boca abajo y me dió una rayita para que aspirara. Mientras lo hacía y sentía un subidón total, él me lubricaba el culo con una crema que había traído del baño.

Cuando estuvo satisfecho, tomó mi teléfono y me llevó de la mano al sillón. Se sentó y me indicó que me empalara sola, de espaldas a él. Una vez que lo logré, me subió las piernas a los apoyabrazos y me dió el teléfono.

  • Guau, este culito cada día está mejor. ¿Sabe tu esposo que este culito me pertenece?

  • Uff... No, pero él nunca lo ha catado

  • ¿Y sabe que los mellizos son mis hijos?

  • Tampoco... Eso lo mataría.

  • Buena información, algún día se lo diremos. Llámalo y dile que vas a llegar más tarde.

Y así ensartada, y expuesta, con las piernas abiertas mientras él me magreaba las tetas, me mordía el cuello y me masajeaba el clítoris lo llamé.

  • Hola... ¿hmmm...Luiíís ?

  • ¿Que te pasa ?

  • Hmmm..me he levantado con resaca..hmmm. Voy más tarde.

  • O.K.  Cuídate.

Y el sangre de horchata cortó. Así, sin preguntar nada. Cabrera me giré y le comí la boca a Juan, mientras él, sin dejar de jugar con las manos en mi coño y en mis tetas, me estaba llevando al paraíso. Cuando creí que ya lo había vivido todo, se abrió la puerta y apareció mi prima enfrente mío. Y detrás de ella Pepe. Los dos en pelotas

  • Vaya, vaya. No pierden el tiempo.

Y sin decir nada más se arrodilló y se amorró a mi cueva, mientras Pepe detrás suyo la empaló. Creí morir del gusto, pero cuando ella explotó y se retiró dejando lugar a Pepe que me ensartó la polla en el coño, alcancé el Nirvana. Los dos machos sincronizados me transportaron a un orgasmo continuo tan brutal, que cuando ellos explotaron dentro mío, me desmayé.

Cuando desperté, estaba sola en la cama, tapada con una sábana. Me levanté confundida y dolorida, me dí una ducha. Me vestí, preparé mi equipaje y salí del dormitorio rumbo a la calle.

Al pasar por la sala, Graciela saltaba en el sillón, ensartada por los dos incansables machos. Me acerqué a ellos, les dí un beso en la boca a cada uno y me fuí. Llegué a casa, y al entrar, me encontré con un montón de bolsas y valijas en la entrada y Luis sentado en el sillón individual mirándome de frente.

  • ¿Se puede saber qué es esto ?

  • Todas tus cosas, te estás yendo de esta casa.

  • ¿Pero tú eres gilipollas o qué te pasa?¿Te olvidas con quién estás hablando ?

  • Tiré el órdago con un escalofrío en el cuerpo.

Anoche me llamaron mis amigos de la costa y me mandaron un video donde se te ve bailando borracha fumando porros y refregandote con un maromo, violando todas las cláusulas del acuerdo que nos hizo firmar tu padre. Así que desde ya te aviso que te voy a pedir el divorcio.

  • Y yo te aviso, que eran mis primos, y que no me puedes echar de la casa.

  • Tú sabrás si prefieres un acuerdo o un divorcio conflictivo. No me provoques porque te puedes arrepentir, no pienso retroceder y te voy a retirar la custodia de tus hijos, no te los mereces. Ahh y te recuerdo que la casa es mía.

Así fue como llamé a un flete, cargué todas mis cosas y volví a la casa de mis padres, cagándome en mi marido y en las ideas de mi padre. Al llegar me estaba esperando Carmen, mi hermana menor preocupada, Luis le había avisado. Siempre se llevaron bien.

Media hora más tarde, la familia en pleno estaba puteando a mi marido y planeando mil formas de vengar la ofensa. Finalmente, por insistencia de mi madre, decidieron que mi hermana y mis cuñadas, que eran las que mejor se llevaban con él, lo convencieran de armar una reunión familiar para tratar de solucionar las cosas.

Mi madre sostenía que no era cuestión de arruinar una relación de toda una vida, por una noche de fiesta con familiares y unas cláusulas estúpidas puestas por el soberbio de mi padre.

Finalmente accedió, pero puso como condición que se realizara en el audiocine de la casa de mis padres, donde solíamos ver las películas familiares, que concurrieran todos mis hermanos con sus parejas y que no faltara mi prima con su esposo y sus dos primos.

También solicitó que Águeda, mi amiga y dueña del estudio donde trabajaba, oficiara como mediadora. Quizas por tener el culo sucio o porque sabía que Luis podía ser pasota, pero de estúpido no tenía un pelo, tuve un mal presentimiento.

Hablé con Águeda el Lunes, le conté lo sucedido y aceptó. Pero me adelantó que si las cláusulas del contrato prematrimonial eran como decía Luis y la filmación fue realizada en un lugar público, no tenía muchas opciones a mi favor, salvo pelearle la custodia de los niños.

Me aferré a ello como un clavo ardiendo, La obsesión de Luis por los mellizos era tan grande que era capaz de sacrificar cualquier cosa con tal de no dejarlos de ver un solo día.

También llamé a Graciela para que me diera una mano y aceptó encantada.

Llamé a Marcos, le conté el problema y  le pedí que por favor aparcara lo que pasó entre nosotros para charlarlo más adelante, porque sabía que teníamos mucha química y ya no lo íbamos a poder parar. También le solicité que me excusara de nuestro estudio por unos días.

Finalmente llegó el sábado a las tres de la tarde, la hora fijada para el encuentro y Luis apareció acompañado de dos maromos grandes como armarios.

  • ¿Quiénes son estos tipos Luis ?

Un reaseguro de que los mafiosos de tu padre y hermanos no han armado una encerrona. Y de que nadie se va a ir de la reunión hasta que se termine.

El segundo comentario, reavivó mi mal presentimiento.

Finalmente Luis colocó a mis padres y Ägueda, junto a mis hermanos en la fila delantera, mis cuñados en la segunda y en la última mi prima con su marido y sus dos primos, que miraban al cornudo con una sonrisa condescendiente. Los roperos se quedaron parados junto a la puerta y los niños se quedaron en el parque, vigilados por el personal de servicio.

En el frente, sentados en dos sillas, él y yo mirando a la familia.

  • Comienza tú, me indicó Águeda

  • Luis no comprende el sacrificio que estoy haciendo para garantizar el futuro de nuestros hijos. Sé que he estado muy ocupada últimamente, pero es por el bienestar de la familia. La fiesta del sábado pasado, fué una reunión familiar con los primos, para desestresarme un poco.

  • Es verdad que tomamos mucho y fumamos algún porro, pero todo en familia, sin ánimo de ofender a nadie. Y muestra de ello, es que como estábamos pasadas de copas nos acompañaron a casa para asegurarse de que lleguemos bien. No se rompen diez años de matrimonio por eso, nadie es un drogadicto por un porro, ni voy a permitir que me saquen a mis hijos.

  • ¿Qué tienes que decir a eso Luis?, volvió a preguntar mi amiga.

  • El futuro de nuestros hijos se garantiza preocupándose por su salud y educación, cosa de las que Susana nunca se ocupó. Convivir día a día dándoles amor y valores, escuchando sus inquietudes y compartiendo sus juegos. Ella pasa semanas enteras sin verlos.

  • El bienestar económico que le preocupa es solo el suyo personal y el de poder mantener sus vicios caros. Lo del esfuerzo laboral es una patraña. Me consta que sale de su trabajo en horario y que el resto del tiempo lo pasa en el departamento que comparte con su amante. Así como muchos fines de semanas en los que finge estar trabajando y los pasa con él.

Todos los presentes me miraban alucinados. Águeda, la primera. Tenía que reaccionar...

  • ¡No puedo creer que inventes esa patraña!

Grite desesperada viendo que mi mundo se derrumbaba. Y en el momento en que sacó el control remoto del equipo de video y le dió play, supe que enfrentarme a él había sido la cosa más estúpida que había hecho en mi vida.

En la pantalla apareció la filmación desde el momento en que le comí la boca al marido de mi amiga, hasta mi llamada telefónica, pasando detalladamente por el brutal polvo que nos echamos esa tarde. Cuando terminó el video, Águeda lloraba, mi padre transpiraba, mi madre se apantallaba, mi hermana me miraba con reproche y mis hermanos se acomodaban la polla. Para peor, como llegándome de muy lejos, la voz de Luis continuó imperturbable.

  • En cuanto a la fiesta familiar con  sus queridos primos aquí presentes, y la afirmación de que no se puede hablar de adicciones...

Cuando dió play otra vez, supe que estaba perdida, en la pantalla apareció la escena desde el momento que esnifé coca boca abajo en la cama, mientras Juan me preparaba el culo, hasta el momento de mi doble penetración, acompañada en simultáneo, por las imágenes en una ventana anexa, de la doble penetracion a mi prima. El estupor de los presentes llegó a un límite por el audio claro y detallado de lo que allí se decía. En medio del escándalo y los gritos, la voz de Luis se impuso.

  • Si para el fin de la semana próximo, no tengo los papeles del divorcio firmados, con la custodia completa de mis hijos, qué es lo único que reclamo, estas imágenes suben a la red, van a todos los contactos profesionales y familiares de Susana y la película completa filmada en la casa de la playa, que dura más de dos horas, a la página porno más visitada.

  • Por último, ya que ha quedado demostrado en esta filmación, que estas reuniones sexuales con sus primos son reiteradas y se pone en duda mi paternidad, les dejo la constancia de un estudio de ADN que realizó mi padre apenas nacieron, que la confirma.-. Se vé que él vió en mi esposa la zorra que yo no supe ver.

Luego se dirigió a mí.

  • Cuando me juraste que tu respeto hacia ti misma, te impediría ser infiel, te creí, por eso nunca te controlé. Nunca imaginé lo puta que podrías llegar a ser. No me jode tanto que rompieras un matrimonio que casi no existía, como el hecho de haber estado toda una vida al lado de una desconocida.

En el tumulto que siguió alcancé a escuchar a mi padre

  • Esas filmaciones son ilegales y violan la intimidad de mi hija y además filmadas en una propiedad privada. Haces lo que dices y te comes un juicio que no te salva ni tu madre.

Mi familia asentía aliviada, pero no conocían a Luis.

  • No pretendo dañar a nadie. Solo sacar a mis hijos de las cercanías de una mala persona. Pero le contesto que esa casa es mía, que las imágenes son de las cámaras de seguridad que se instalaron en su momento con el consentimiento de su hija y que lo que han detectado es una intrusión de personas no autorizadas, dado que el nivel de desactivación utilizado, no las canceló.

  • Además esas imágenes ya han sido vistas por el personal de la compañía y están en la nube del sistema.

  • Con respecto a la privacidad en el departamento de Susana. Le comento que para abaratar costos, hizo instalar el mismo sistema como ampliación del que tenemos en casa y del cual soy el administrador, Y por lo tanto el acceso a las filmaciones me corresponde.

  • En cuanto a tí Susana, no pretendía joderte la vida, el problema era solo entre tu y yo, te advertí que no me provoques, pero tu soberbia pudo más. Como imagino que Marcos será tu abogado, me atrevo a pedirle a Águeda que sea el mío y por supuesto pongo a su disposición todo el material filmográfico que desee, inclusive el de las transacciones de su esposo esquilmando su patrimonio.

Y por supuesto, mi ex amiga aceptó y a los treinta y un años mi vida se fué a la mierda.

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