Pasión y lujuria en la Barceloneta
El Testerotico69 participa en el ejercicio narrando una noche redonda de sexo, discoteca y playa.
Aquella noche de verano Sonia y yo, habíamos hablado de ir a la discoteca para pasar una noche inolvidable.
Cuando fui a buscarla y la vi, mi corazón se aceleró, llevaba su corto vestido rosa con escote hasta el ombligo, de seda, con piedras adornando la zona de sus pechos. Cuando me besó noté que esa iba a ser una noche especial…
En el trayecto en coche, Sonia cantaba contenta mirándome con pasión, la ventanilla bajada y sus pezones que se erizaban a través del vestido. Acariciaba mi mano, acariciaba el cambio de marchas como si estuviera acariciando mi sexo…sonaba Shakira y su “loca, loca, loca”, ella se contoneaba y se mordía el labio mientras me miraba…su media melena castaña, sus grandes ojos marrones, su cuerpo pequeño pero sugerente…
Al llegar al aparcamiento y sin soltar prenda, metió su lengua en mi boca, uniendo nuestros labios en un sin fin de besos…de repente me miró y con mirada lasciva me dijo:
- “Esto no me hará falta esta noche”
De repente se arrugó el vestido y se quitó el tanga negro, me lo puso en la mano y salió del coche camino de la discoteca.
Mi excitación no tenía freno, mi sexo crecía mientras la veía alejarse, su tanga en mi coche, en mi mano, en mi boca…
La noche de música transcurrió pasionalmente, ella bailaba sin parar, daba vueltas, habiendo momentos en que su culo quedaba al medio descubierto, entonces Sonia me miraba como si pensara:
“…la poca luz me protege pero tu sabes que no llevo nada”.
Nos acariciábamos, nos besábamos, mi mano acariciaba su vestido de seda, hasta que mi pasión no pudo más y mientras adentraba mi lengua en su boca, apreté su culo con mi mano…entonces me miró y metió su mano en mi pantalón. Rodeados de gente, en las tinieblas de la discoteca, su mano acariciaba mi sexo, mientras mi mano se introducía por su vestido. Se giraba y ponía su culo en movimiento junto a mi pantalón con mi sexo a punto de explotar ella bailaba…entonces le agarré sus pechos, le giré la cara y mi lengua se introdujo en su boca…mientras ella subía su vestido dejando su culo en total contacto con mi pantalón…
La gente no se daba cuenta, bailaban como locos sin darse cuenta de la pasión que les rodeaba, eso hacía que nos excitáramos más, su clítoris estaba húmedo y yo lo acariciaba a la mínima que podía.
Mientras bailábamos mis dedos la penetraban, chupándolos con pasión y desenfreno incluso a ella le gustaba sentir su sabor…
De repente me cogió la mano y me llevó al lado de los lavabos de chicas, donde la oscuridad se hacía enorme, mientras me besaba me iba desabrochando el pantalón, entonces me miró y me dijo:
- “Ahora soy yo quien quiero sentir tu sabor”
Se agachó y empezó a besar mi miembro, a morderlo, a chupar la punta, me miraba con pasión, sus movimientos con la boca, masturbaban mi sexo, su lengua caminaba alrededor de él mientras mis manos cogían su cabeza para acelerar su movimiento…sin darnos cuenta que una chica estuvo todo el rato mirándonos…pero al darnos cuenta eso hacía que nos excitáramos más, ella nos miraba mientras la saliva de Sonia y mis fluidos compartían su boca como casa…
De repente se levantó y me susurró que no quería que me corriera aún…miramos a la extraña, nos sonreímos y la dejamos en su oscuridad…
Yo no podía hacer más que seguir a Sonia mirando su cuerpo, imaginando su desnudez…salimos de la discoteca y fuimos a la playa, corriendo hacia el agua ella se quitó el vestido quedando totalmente desnuda, a la poca gente que había no le importaba nuestra locura. Me quité la ropa y la seguí al Mar Mediterráneo.
Dentro del agua nuestra pasión creció, ella me acariciaba mi sexo, yo mordía sus pezones, redondos, hermosos, empitonados…la saqué del agua y me propuse a recorrer su cuerpo desnudo con la lengua, estirados en la arena, mi lengua la penetraba, y recorría su clítoris mientras Sonia se retorcía de placer, la espesura de la noche hacía que la gente que había en la arena fuesen como espectadores perdidos en la oscuridad…al llegar el momento mi sexo penetró su vagina, y Sonia sentada encima mío cabalgaba con gemidos de placer perdidos en la noche…hasta corrernos en la oscuridad.
Nuestra pasión, el calor de la noche de verano, la excitación de sabernos vistos y sobretodo nuestros cuerpos unidos desnudos en la noche, convirtieron la velada en inolvidable para Sonia, para la gente de la playa, para la chica del lavabo y sobretodo para mí.