Pasion oculta

Cuando una vieja pasion vuelve de nuevo a tu vida.

Ella sabía que hoy vendría, eso alegraba su día consideradamente sin darse de cuenta...ese simple echo era para ella el detonante de alegría y de una sonrisa estúpida en su cara, pero lo que ella no sabía era que ese día iba a ser más que un buen día….

Erika era una chica sencilla incluso tímida aunque en el fondo era una caja de sorpresas con muchas cosas que sorprenderían a la más perversa imaginación, su cuerpo ni de lejos se acercaba  a la perfección, no era la típica chica de veintisiete años delicada y grácil, más bien era lo que tiernamente se llama chica rellenita pero aun así tenía algo que la hacía destacar, poseía una cara angelical o eso le decían, un fino cabello oscuro y unas curvas insinuantes y atrayentes.

Alexis, era un hombre atlético, de piel morena,  con unos grandes ojos penetrantes y unos labios muy deseables, pero esas no eran de sus mejores virtudes, tenía algo que hacía que llamara la atención sobre el mundo, tal vez sería su gran aptitud ante el mundo, despreocupada aunque atenta a la vez, o su manera de optimizar las cosas sin ninguna dificultad  aunque su imaginación era una gran característica de Alexis, cosa que desde siempre había impactado a Erika.

Ellos dos se conocían de hace bastantes años, la verdad  aunque su amistad  era de años, eran dos desconocidos ya que hasta ese instante por razones de destino o decisiones distintas lo suyo había quedado en una amistad  superflua en la que sabían del otro lo mínimo.

Hasta que un día de Mayo, por casualidades del destino se tropezaron  a la salida de un cine, ella se sorprendió gratamente incluso se denotaba en su cara una picaría innata en ella incluso extraña, Erika sabía que era el quien le producía esa lasciva mirada ya que desde el día que le conoció el provocaba en ella cosas que ni se atrevía  a imaginar, y lo seguía haciendo, en la sonrió, y estuvieron preguntándose por sus vidas  con ingenuidad, incluso amistosamente quedaron en tomar un café y recordar viejos tiempos.

Llego el día en el que quedaron para tomar ese deseado café, era un acalorado sábado en el que las calles estaban desiertas y cual mejor plan era refrescarse, llegadas las cuatro de la tarde quedaron en una pequeña cafetería cerca de casa de Erika charlaron amenamente  con amiguismo y cómos si el tiempo no habría hecho mella en su conexión incluso era más fluida que antes, el tiempo paso, Erika le había comentado a Alexis en su conversación que tenía problemas con la conexión del televisor y como buen manitas Alexis se ofreció ayudarla, caía la tarde y subieron al apartamento de Erika para intentar solucionar la avería, ella vivía en un pequeño  pero acogedor apartamento , Alexis se puso manos a la obra…

Erika se sorprendió por la influencia sexual que el aun después de tanto tiempo aun ejercía en ella, el tiempo no había disminuido la atracción que le provocaba ese hombre con su sonrisa pícara y lasciva, hacía que ella imaginara cosas que ningún hombre había hecho que se planteara nunca, pero su timidez la frenaba. Alexis no era un hombre frenado aunque si respetuoso, desprendía un seguridad y confianza, lo que resultaba más atractivo aun, llevaban como dos ligeras aunque refrescantes cervezas cosa que a Erika había conseguido achispar, ella temblaba al tenerlo tan cerca y sentía frustración por no ser lo suficientemente valiente para abordarlo y hacerle saber lo que le  provocaba  en su cuerpo y en su imaginación.

Conforme pasaba el tiempo Erika se sentía más confiada ya que el hacía que todo fuera tan normal entre ellos,  pero aun así se debatía en hacerlo o no, cosa que debía decidir ya porque Alexis ya estaba terminando de arreglar la conexión y dudaba de que existiera otra oportunidad de poder estar tan cerca suya. Ella decidió ser valiente y decidió hacerlo, se acercó Alexis por la espalda, esa fuerte espalda que a ella tanto le provocaba y le acaricio suavemente su fornido y descubierto brazo, cosa que sorprendió Alexis pero no desagrado. El siguió con su trabajo ya que pensó que sería un rose sin importancia, pero se quedó con la duda, Erika al ver que no surtió efecto decidió ser más directa, un tanto pizpireta a causa de las cervezas, decidió juguetear con su negro pelo, Alexis estupefacto se levantó y la miro a los ojos y con una sonrisa pícara se acercó a su cuello desprendiendo su aliento sobre ella y llegando hasta su oído y le susurro, ¿te atreves?, ella se sonrojo y sonrió asintiendo, aunque tiernamente asustada.

Alexis cogió a Erika  de espaldas y abrazándola la condujo hasta el sofá donde de pie, lentamente comenzó a desnudarla , se desprendió de su fina camiseta de tirantes azul dejando al descubierto sus grandes y voluptuosos pechos, ella temblaba pero deseaba que siguiera, hizo un intento de desnudarle a él, pero él se negó y prosiguió bajándole lentamente unos pequeños shorts negros que alegremente dejaban ver su pequeño tanga de encaje negro, dejando así al descubierto sus blancas  y tersas nalgas, el  las acariciaba como si no tuvieran fin y produciendo que Erika expirara  jadeos insinuantes de que aquello le encantaba aunque la vergüenza le frenara, semidesnuda la tumbo en el sofá cosa que ella no entendía pero accedió, se desprendió de su sujetador y el lentamente se deshizo de su tanga dejando completamente desnuda  a Erika tumbada en el sofá indefensa pero expectante, no sabía cómo reaccionar y el pudor la paralizaba.

El comenzó a deslizar su mano por su cuerpo tembloroso, ella quería parar pero no había marcha atrás ya estaba a su merced, solo deseaba que la besara apasionadamente y deleitarse con su cuerpo, pero el  con paciencia consiguió hacer que su temperatura se elevase todavía más y hacerle perder la paciencia dejando su pudor atrás, incluso. Seguía deslizando su mano y recorriendo toda su anatomía con una sola mano alternándolo con una mirada picara y sexual que no podía mantener, bajo a su altura y besándola sin freno consiguió que Erika dejara de pensar y solo sintiera, esa lengua húmeda hacia que se convirtiera en una mujer apasionada y  activa a la cual no había manera de parar, pero él no accedía y solo se deleitaba con su cuerpo, dejo de besarla para pasar a recorrer su cuello, deslizando su caliente lengua por sus grandes pechos que dejaban ver unos grandes pezones, con los cuales Alexis disfrutaba jugueteando, lamiéndolos, y estrujándolos con fuerza cosa que a ella hacia gemir y excitar sin remedio. Sus ganas parecían que no tenían freno y prosiguió bajando por su costado beso a beso hasta llegar a su ingle la cual recorrió incluso saboreando los pequeños lunares que había en ellas , suavemente abrió las piernas de Erika,  en un tono imperceptible aseguraba que no quería pero no hacía nada pro frenar la pasión de Alexis ya que en el fondo lo deseaba, el recorrió todo su miembro poco  a poco viendo como ella se retorcía de placer introdujo su húmeda lengua y comprobó que Erika supuraba placer a borbotones, eso a él le fascinaba y decidió proseguir jugueteando con su sexo recorriendo de arriba abajo , él lo apretaba lo saboreaba y lo succionaba con ganas como si de un manjar se tratara a lo que ella reaccionaba con unos gemidos que nunca había expresado.

Erika decidió tomar las riendas, y se levantó espantada por esa sensación que nunca había experimentado, lo agarro y decidió desnudarlo, a la vez que observaba su anatomía que tanto la humedecía, empezó desgarrando su negra camiseta de tirantes dejándolo sorprendido, prosiguió con su cinturón de aquel pantalón corto del que poco tardo en deshacerse, dejándolo semidesnudo lo sentó y poco a poco bajo sus elásticos boxes dejándolo desnudo, ella le sonrió y comenzó a besarle sin control como si no hubiera nada más en ese momento, besando poco a poco su torso llego a su pene que endurecido empezó a lamer con placer haciendo que el suspirara, lo introdujo en su boca ardiente  la cual no quería parar de succionar y lentamente hizo que Alexis gimiera y pidiera más, el  retiraba  su pelo poco a poco, ya que le provocaba verla, Erika paro y subió a darle un beso mientras el sentado en el sofá ella subió a horcajadas, sintiendo su miembro duro cerca de su clítoris frotándolo con ganas,  jugueteaba con ella mientras lamia sus duros pezones, y sin darse de cuenta introdujo su gran  y erecto pene dentro de ella, haciendo sentirla inundada de placer y sorprendida. Consiguió sentirse cómoda y desenvuelta ante aquello y comenzó a mover su cuerpo  de arriba abajo, intensamente el agarraba sus nalgas fuertemente mientras la  azotaba con cariño , cosa que no la desagrado, y sublevo  sus ganas de proseguir, su ritmo aumentaba mientras oía como el jadeaba y decía cuanto le gustaba ese momento, ella sentada sobre el parecía que no tenía freno oírle cerca jadear y sentirlo hizo que Erika llegara al clímax sin darse de cuenta experimentando algo que no creía que existía, el siguió sin cesar tumbándola en el sofá se posó sobre ella penetrándola suavemente aunque con fuerza sujetando su piernas sobre el ,mientras la miraba la penetraba  a la vez haciéndola sentir extrañamente sensual, Alexis cada vez gemía con más fuerza y aumentaba su ritmo y el de ella, llegando así a una explosión de placer que a ella le encanto y que nunca olvidaría. Él se posó sobre ella susurrándola que estaba sorprendido a lo que ella se sonrojo y sonrió.

Pasado los días, Erika rememoraba ese día como si fuese reciente sabiendo que Alexis, había conseguido hacerla sentir una mujer diferente, plena y sensual, descubriendo una nueva Erika.