Pasion latina (cubano)

Desde que probé a un latino no puedo estar sin ser follado por ellos.

PASION LATINA (cubano)

Mi debilidad son los latinos desde que estuve con uno de ellos y probé su verga. Desde entonces son muchos los latinos de diferentes países que me han cogido y yo los he disfrutado. Me encanta ser follado por esos hombres. Si eres latino dímelo

Recuerdo que era viernes, había salido a cenar con unos amigos y después de despedirnos me fui a un local gay que en el sótano tiene cuarto oscuro. El local no estaba muy concurrido, apenas 30 ó 40 personas, me pedí una cerveza y baje las escaleras hacia el cuarto oscuro.

Entré, apenas si veía nada, pero un olor a macho, a sudor, a sexo… me invadió e hizo que me sintiese excitado por momentos. Me guiaba por el sonido, por los gemidos apagados que se escuchaban.

Poco a poco en medio de la oscuridad iban emergiendo sombras; allá aparecían dos sombras abrazadas, besándose…. En otro extremo se oían gemidos y el chocar del vaiven de una verga entrando en un culo.

MMMMMm, poco a poco mi excitación iba en aumento y el deseo de mamar verga y ser follado aumentaba.

Algún roce por acá, alguien que me tocaba el culo o los pezones, pero nada de mayor importancia, parecía que esa noche no iba a tener mi premio, hasta que sentí como me rodeaban unos brazos, sentí el aliento de una boca y su lengua recorriendo mi cuello, sus manos se fueron apoderando de mis pechos; la verdad es que soy gordito, pero debió gustarle pues me sobaba con fuerza los pezones y me los pellizcaba.

Me dio la vuelta, yo seguía sin verle bien la cara, pero era más grande que yo y también era gordito.

Nuestras cabezas se acercaron y nuestras bocas se unieron, nuestras lenguas se buscaron en un beso apasionado, se oía el ruido que hacían nuestros labios al chocar, nuestras lenguas se buscaban en un beso húmedo y sin fin.

_ ¿vamos a un reservado? Y sin esperar mi respuesta me abrazó y me dirigió a uno de los reservados. Antes de entrar lo vi, sólo un momento, era bien lindo, mulato, pelo negro y ensortijado. Su aroma era el de un macho deseoso de meterla, y en ese momento yo iba a ser su yegua.

Entramos y cerramos la puerta, una vez solos y a resguardo de miradas indiscretas nos desnudamos, por fin sentí el calor de su cuerpo, transpiraba deseo, vicio… y yo sólo deseaba complacerlo. Nuestras bocas se unieron ahora con fuerza, con desesperación, buscándose; sus manos me rodeaban el cuello fuertemente, haciendo que me fuese bajando hasta ponerme de rodillas, hasta llegar a la altura de su polla, mmmmm olía delicioso, estaba toda dura, con el capullo descubierto, brillante por el precum que salía por su calentura. No lo dudé, y engullí esa verga de una, de una sola me la metí hasta el fondo, hasta que mi nariz se hundió en su vello, con mi labio inferior rozaba sus huevos, y con mi lengua jugueteaba con su capullo, lo recorría; empecé a masturbarlo con mi boca al mismo tiempo que él me cogía de la nuca, me acariciaba el pelo y me daba pequeños empujones animándome a tragarla entera.

Poco a poco esa verga se llenó de mi saliva y entraba hasta mi garganta, llenándome la boca por completo, sintiendo como me llegaba hasta la campanilla, la gocé, la disfruté, la recorría con mis labios, la acariciaba con mi lengua y escuchaba los gemidos apagados de mi macho, cada vez más seguidos, cada vez apretándome más fuerte la cabeza, cogiendo mi pelo, haciéndome tragar entera esa vergota. Sabía lo que iba a pasar y lo deseaba, por eso apreté bien mis labios a su verga y mi lengua se aplicaba a su glande, abría la boca dejando que me la clavase hasta el fondo.

Ahhhhhhhhhhhhhh

Fue el anuncio de una corrida que me lleno la boca, sentí una, dos, tres… descargas de leche, caliente, que inundó mi boca y que me costó tragar, en ese momento enloquecí, ese sabor me cegó y tragué toda su descarga, aún iba y venía con mi boca, hasta que ya no salió una gota más, hasta que volví a dejar esa polla limpia, y a notar como bajaba la presión de sus manos, ahora sólo me acariciaba y notaba como el sudor recorria sus piernas, su respiración era agitada y yo me sentía lleno.

-mmmmmm, joder, ¡cómo te la comes!

Sonreí.

¿salimos?, asentí y salimos del reservado. Una vez fuera lo vi bien.

¿de dónde eres?- le pregunté.

Soy cubano.

Uff, cubano, siempre había escuchado lo buenos que eran los cubanos y yo se la había mamado, y que rica me supo esa mamada.

Allá estuvimos hablando, me presentó a algunos de sus amigos. La verdad es que no me hubiese importado desaparecer con alguno de sus amigos por el cuarto oscuro, pues después de tragar esa leche se despertó en mi el deseo que toda zorra lleva dentro.

Pero no podía moverme, estábamos sentados y él me abrazaba.

-¿tienes sitio?, lo miré asombrado, no me esperaba esa propuesta, pero le dije que si y salimos de allá. El camino se me hizo interminable hasta que llegamos a casa, apenás si hablamos. El estaba de vacaciones en Barcelona y trabajaba en Valencia.

Entramos en casa y nos fuimos directos a la cama, no encendimos la luz, no hacía falta que nos viésemos, sabíamos lo que queríamos.

-tú me has hecho disfrutar, ahora me toca a mi. Y diciéndome esto me puso boca abajo, me separó las piernas, abrió mis nalgas con sus manos y hundió su lengua en mi agujero, me mordisqueó y con cada lamida se me escapaba la vida, sentía que me moría de placer, me temblaba el cuerpo, se me erizaba la piel, y tenía que morder la almohada para no gritar.

Perdí la visión, no veía nada, sólo notaba como su boca se aplicaba en mi ano y me metía esa lengua que yo sentía caliente y húmeda. Nunca me metió un dedo. Yo cada vez, me arqueaba más y separaba más mis piernas para que llegase más hondo, y él por si parte me abría las nalgas dejando mi ano totalmente al descubierto. Después de un rato que me pareció estar en el paraíso fue subiendo por mi espalda, me fue recorriendo con su lengua hasta llegar a mi cuello, deteniéndose en mi nuca, mordisqueándome la oreja, haciendo que mi piel se erizase y a mi me vinieses escalofríos de placer. Sin darme cuenta culeaba, levantaba mis nalgas pidiendo guerra, ronroneaba como una gata en celo quería sentir a mi hombre, ser suyo. Ël seguía recorriendo con su boca mi nuca y con una mano separaba mis cachetes, mientras con la otra se pajeaba y frotaba su verga con mi ano, cada vez esos roces eran mayores, me daba puntadas con su pene y yo levantaba más mis caderas para facilitarle el sentirlo más.

Ahhhhhhhh, dije al sentir como me mordía el cuello con fuerza, como un vampiro, haciendo que gimiese de placer. En ese momento, cuando el corazón se me disparaba en mil latidos sentí como entraba dentro de mi, no me dolió, sólo sentí como me entraba de una, hasta llenarme por completo con esa barra da carne ardiendo, hasta sentir sus pelotas en mi culo y todo su peso encima de mi. Fue una estocada certera, un solo movimiento que me atravesó e hizo que diese un grito de placer.

Empezó él a follarme fuerte, sus manos apoyadas, levantando todo su cuerpo, moviendo sus caderas arriba y abajo haciendo que esa polla saliese entera para volverse a meter dentro. Sentía mi culo abrirse para recibirla y lo notaba caliente, mojado y culeaba para abrirme más, para buscarla..

Me dio la vuelta y nos miramos en la oscuridad, yo sudaba y en mi culo notaba contracciones, parecía que pedía más; él me levantó las piernas y colocando su polla en la entrada apretó enterrándomela de nuevo totalmente. Me dolía, pero el placer de ser follado de esa forma me hacía gozar como una puta, quería que me follase así, pero las palabras no me salían, sólo gemía, cada vez que la enterraba en mi me rompía y me hacía gritar, nunca me habían follado así y lo estaba disfrutando. Sus vaivenes me enloquecían y él no paraba, nunca bajo el ritmo que había impreso a sus penetradas.

Mi culo, totalmente abierto aceptaba su polla con ansia. Estábamos sudando. Me volvió a mover, esta vez me puso de lado y siguió follándome, no podía más …. Nunca habían estado follándome de esa forma tanto tiempo. Cuando me entraba esa polla hacía un chops, chops que se oía por toda la habitación.

Mis gemidos eran cada vez mayores, el culo me ardía, parecía que se iba a incendiar, pero yo no podía parar de culear, de poner mi culo lo más abierto posible y de mover mis caderas para sentir como me partía es polla.

Las sábanas estaban empapadas de nuestro sudor, sus embites eran cada vez más fuertes, su respiración más entrecortada y mis gemidos ya debían haber despertado a todos los vecinos. Notaba cómo se tensaron todos sus músculos, cómo me la dejaba dentro con más fuerza.

Uhmmmmm, ahggggg. Joder!!!!!!!!! Y quedándose quieto noté como descargaba toda su leche dentro de mis entrañas. Parecía que no se había corrido en toda su vida. Su polla vibrava dentro de mi, él de derrumbó en mi espalda y pude sentir los latidos acelerados de cu corazón.

No me sacó su polla de mi culo, y así cómo estábamos nos quedamos dormidos, abrazados. Yo más feliz que nunca, pues nunca me habían follado así. Me sentí toda una hembra, eso si, bien zorra.

Con el sonido del despertador nos tuvimos que levantar, se vistió, me besó con el beso más dulce que jamás me han dado y se despidió de mi dejándome deseoso de probar de nuevo esa miel que me dio durante más de una hora.

Desde entonces cada vez que veo un latino mi culo late pidiéndome guerra. Muchos son los paises que han pasado por mi culo (ecuador, perú, argentina, bolivia, honduras, chile, republica dominicana, brasil.). pero eso son otras historias.