Pasión incontrolada 6

Un paseo con sorpresa.

Hacía un día estupendo! Cielo despejado, mucho sol pero se estaba bien. Decidí pasear por la playa, descalza y el agua en mis pies sería genial para despejar mi cabeza un poco de la rutina. Era miércoles y no había casi nadie. Estaba vacía la playa. Me resultaba raro pasear sola por la playa, era un tanto extraño pero agradable.

Habían bastante rocas y vi un lugar que habían unas y se me ocurrió la idea de desnudarme, estaba bien escondida y queria poner mi cuerpo moreno 100%! Creí que estaba sola.. Al desnudarme miré bien si había alguien, no vi nada y me desnudé. Me acosté sobre la arena y dejé que el sol quemara mi piel.

Que gusto era estar desnuda sobre mi toalla, el sol ardiendo por todo mi cuerpo y la brisa paseaba cada centímetro de mí. Era fantástico. Relajaba mucho y cerré los ojos.

En un momento escuché un ruido. Me asusté!

-¿Quién hay?

Detrás de una roca apareció una chica, desnuda también y con cara de haberla molestado pero todavia no me había visto, solo se levantó para vestirse e irse-

-Dios! Perdona no sabía que estabas aquí no vi nada, creí estar sola perdón.-Dije recogiendo mis cosas

Cuando me vió se quedó parada, dejando lo que estaba haciendo y sonrió.

-¿Estás sola?

-Si si pero ya me voy- Le dije pero tenía un cuerpo espectacular y no podía evitar mirarla de arriba a bajo.

Se levantó y puso su toalla al lado de la mía al darse cuenta en la forma en que la miraba, le gustaba.

-¿Puedo acompañarte?

-Ah pues, claro. Creí que te había molestado.

-La verdad es que sí me molestó que me interrumpieran pero a ti te dejo-.Dijo mientras me miraba la boca y se mordia el labio.

-Estupendo-Le devolví la sonrisa y también me mordí el labio.

-Soy Janet, encantada.

-Alba- Le di dos besos muy cerca de su boca y me despedí de su cara lentamente.

-Dime Alba, sueles hacer esto?

-Nunca me había pasado por la cabeza, pero hace un día estupendo y paseando se me ocurrió la idea, ¿Y tú? Porque entonces me plantearía de hacerlo mas veces- Dije mirandola entera y echándome crema en las piernas.

Puso una sonrisa de oreja a oreja y con la mirada me comió entera.

-Pues creo que ahora me plantearé de hacerlo más a menudo.

Sonreí.

Me ayudó a echarme crema. Me puse cara abajo y se sentó en mi culo. Con las dos manos abiertas llenas de crema acariciaba mi espalda deliciosamente. Rozándome con los dedos mis bellos se pusieron de punta! Me acariciaba el cuello de una forma tan... tan alucinante, sabía hacerlo a la perfección. Me estaba poniendo muy tonta con sus caricias. Después de un rato de caricias su cuerpo se apoyó en mi. Su mano se apoyo en la toalla cerca de mi cara y con la otra mano movió mi pelo hacía un lado como si fuera una cortina. Sus pechos rozaban mi espalda, nuestros cuerpos estaban pegados y su lengua lamió una de mi orejas, eso me puso muy caliente.

-Aquí listo, ahora falta delante.

Me di la vuelta y se quedó sentada en mi cintura y los brazos apoyados en mi toalla su cara estaba muy cerca de mí. Tenía los labios gordos y rosados, y moría por besarlos. De rodillas antes mí, acaricié su espalda con los dedos, muy lentamente y fui bajando su torso ante el mío. Su boca cerca de la mía, escuchaba su respiración, era alterada, mis manos siguieron subiendo por su cuello y la acerqué más a mí. Nos dimos un beso muy largo. Sin mover la boca. Teníamos las caras muy pegadas y resultaba difícil mover la boca por la presión. Se apartó de mi por un instante y su boca se fundió en la mía. Su cuerpo de movía hacia delante y detrás como si estuviera bailando para mí. Sus labios rozaban los míos y nuestras lengua no dejaba de tocarse, dejó caer todo su cuerpo en el mío y seguimos besándonos sin pausas, acariciábamos nuestros cuerpos donde las manos nos llegaba sin dejar de besarnos. Después de unos intensos besos se acostó a mi lado.

Ahora sí tenía calor, el sol ya ardía y decidí meterme en el agua junto a ella.

Cogidas de la mano nos dirigimos hacia el agua. Lleguemos a una altura que el agua rozaba nuestros pechos. Me puse tras ella y la acerqué a mí.

Su pelo largo y mojado tapaba toda su espalda y se lo puse a un lado. Era igual de alta que yo y pude morder perfectamente su cuello. Me pidió que le diera las manos.

Sus manos con las mías me guiaba por todo su vientre, acariciando cada centímetro de su estomago y cintura. Dejó caer su cabeza atrás y mis manos volvieron a cobrar vida propia. Pegada a mi, su cabeza en mi cuello la agarré de los pechos y la presioné contra mí. Su cara hizo un gesto que me encantó, sus manos se pusieron en mi cuello y se estremeció.

Besando su cuello mis manos no dejaban de acariciarla. El agua fluía por sus pechos y era muy excitante. Mis manos sé dejaron caer más pero no me dejó, me interrumpió y se dio la vuelta. Me cogió del culo y me subió encima de ella. Sus besos eran mas sabrosos, más rápidos y mas excitantes. Sus manos me agarraban del culo y me presionaba fuertemente, mi clítoris rozaba su cintura y me estaba dando placer.

Mis manos rodeaban su cuello, nuestros cuerpos pegados y nuestras bocas no dejaban de besarse. El agua en cada centímetro de nosotras las caricias eran fantásticas. Me paré cerca de su cara, le mordí el labio y le pasé lentamente la lengua por su boca. Ella saboreaba mi sabor y volvió a besarme descontroladamente. Sus brazos rodeaban mi espalda, me agarró muy fuerte, y yo a ella del cuello. Qué besos! Nuestras bocas estaban poseídas por esos besos! Fue sacándome poco a poco fuera del agua hasta llegar a la orilla y dejó caer mi cuerpo en ella.

-Espera aquí.

Fue hacia donde sucedió nuestro encuentro. Trajo una tabla de surf. Blanca, de unos 190 centímetros y la acostó cerca de mí. Me invitó a acostarme en ella y se posó encima de mí.

Su cuerpo se situó entre mis piernas y sus manos en mis pechos. Me dio un beso corto pero intenso y se deslizó hacia bajo. Las olas llegaban hasta nosotras, débiles pero nos mojaba. El roce de nuestros cuerpos era increíble, nuestras pieles se deslizaban tan bien..

Su lengua recorrió cada zona de mi cuello, me mordía con delicadeza pero intensamente. Me encantaba. Yo la tenía cogida del cuello y le acariciaba el pelo. Me pasó varias veces la lengua desde mi ombligo, por medio de mis pechos hasta mi cuello. Era espectacular la sensación. Empezó a besarme el estomago. Paseando su lengua por él,  fue dirección hasta uno de mis pechos. Abrió la boca y me absorbió el pezón. Lo besó y empezó a lamerlo moviendo la lengua para todos lados. Y así con mi otro pecho. Volvió para besarme. Esta vez su cuerpo hacía más presión sobre mi cuerpo y me rozaba mi parte. Estaba que ardía. Y ella jugaba con el roce bailando con su cuerpo sobre mí. Gemía, posaba su oreja cerca de mi boca sin dejar de bailar para escucharme mejor. Sus manos agarraron las mías y las puso sobre mi cabeza, agarrada me empezó a lamer la cara, la boca y me mordía los labios. Nuevamente bajó hasta mi cintura pero esta vez, bajó más.

Situó su cuerpo más abajo y su cara en mi cintura empezó a lamerme los muslos y muy cerca de mi clítoris pero sin tocarlo me lamía. Se agarró a mi cintura y su lengua se perdió en mí. Lamía mi clítoris a la perfección. Daba círculos rápidamente mientras sus dedos acariciaba mis labios vaginales e introdujo dos dedos en mí. Mi cuerpo se deslizaba por la tabla pero ella me aguantaba. Estaban muriendo de placer, me agarraba de los pechos y me acariciaba entera, ella no dejaba de mirarme. Así estuvimos un rato hasta que ya empecé a sentir lo que buscaba mi querida desconocida. Mi estomago quedó completamente tenso y sus dedos y su lengua bailaban juntas. Clavé mis manos en la arena y dejé caer toda lo que era mi tensión al más grande desahogo que sentí nunca. Me retorcí en esa tabla con ella entre mis piernas y dejé caer mi último grito.

Poco a poco fue parando el movimiento de su lengua y se posó sobre mí de nuevo. La abracé con todas mis fuerzas, aunque apenas tenía.

Con el rato ya era tarde y anochecía. Decidimos quedar otra vez. Esta vez no sería en la playa.

(El lugar me lo proponeis vosotros)

Espero que os guste locas que ahora le tocara a Janet disfrutar no? :P