Pasión incontrolada 4

Estación de tren

Al fin llegó su tren. Hacía tanto que no nos veíamos. Y teníamos unas ganas locas de hacernos el amor. Así que no pudimos esperar más.

Fuimos al baño de la estación. Había una mujer mayor lavándose las manos y otra más joven, treinta i tantos, mirándose en el espejo. Y dos puertas cerradas. Solo quedaba un baño disponible y no dudemos en entrar a pesar de que había gente.

La mujer al vernos entrar a las 2 juntas en el baño puso una cara un poco sospechosa y extraña. Me resultó excitante debo confesar. Y me reí.

Yo al verla de nuevo, abrazarla y besarla, me puse bastante contenta pero a la vez cachonda.

Y ella también.

Entramos en el baño, no era un espacio grande, un metro y pico de ancho y 2 como mucho de largo. Y sí, tenía tapa, nos alegró un montón, de hecho creo que si no hubiese tenido, hubiéramos cambiado de baño.

Cerró la puerta y me agarró del culo apretándome muy fuerte contra ella y mientras me miraba la boca, se mordía la suya  y me dijo ‘’No sabes las ganas que te tengo’’

Un escalofrío inundó todo mi cuerpo, me puso la carne de gallina y mi calor aumentó.

Me puso cara a la pared, y con un pie me abrió las piernas así darse paso a su cuerpo entre ellas. Presionó su cuerpo contra el mío y me encantó, noté como empezaba a chorrear. Me besaba locamente el cuello y jugaba tan bien con su lengua.. ¡Qué besos madre mía! Me estaba poniendo a mil.

Me acariciaba el culo y lo agarraba tan fuerte, mmm.. incluso me daba manotadas, y su cuerpo pegado a mi espalda, a pesar del pantalón tejano, el roce era profundo y cada vez echaba mas flujo. Una mano me agarraba los pechos fuertemente y la otra debajo del pantalón acariciaba mi vagina. Mmmm..

Le encanta mi pelo, castaño,  muy largo, un corte escalado y mis rizos preciosos. Me lo tocaba constantemente. Y mi cuello estaba llenito de babas, mmm.. que rico! Estábamos tan cachondas… notaba sus pezones duros en mi espalda… mmm.. quiero jugar con ellos. Me di la vuelta y le quité la camisa, aunque me puso un poco de resistencia, lo logré. ¡Dios mío que tetas! Sobre el sostén los veía, tan duros y tiesos! Deseaba lamerlos. Con una mano en su espalda buscando el broche la otra ya estaba perdida tocándoselos. Sus pechos quedaron descubiertos, y mis babas fluían por mi boca. La senté en el baño.

Quería ser su esclava. Le daría todo lo que me pidiese. Su pelo largo negro y liso, le tapaba  en cuello y parte de sus pechos. Me senté encima de ella, y la besé locamente, lamiéndole el cuello. Mis manos acariciaban su espalda tan suave… y mi lengua se perdió en sus pezones. ¡Qué ricos! Los tenía tan duros… mmm.. Deseaba tenerlos en mi boca. Y me perdí en ellos durante unos minutos. Ella ya soltaba gemidos. Leves, pero a mí me excitaban muchísimo. La cogí en brazos y la puse contra una pared. Gemía tan rico.. ella llevaba puestas unas mallitas de deporte y el roce era muy intenso. La dejé de pie en la pared y me arrodillé ante sus piernas a pesar de que el suelo estaba sucio, no me importó. Fui bajándole las mallas lentamente y a la vez, ese tanguita verde de hilo. La única prenda que ella tenía puesta eran sus chanclas. ¡Qué buena estás madre mía! ¡Me estás volviendo loca! Le dije mientras miraba todas las partes de su cuerpo con locura.

La cogí del culo, y me senté en el baño. Situé su cintura a pocos centímetros de mi cara. Y empecé a lamérsela. Alguna vez me levantaba para lamerle los pezones. Veía como caían gotitas de su flujo. ¡Uff! La acerqué hasta mi boca, me agaché un poco para tener la altura perfecta. Ella puso sus manos en la pared que daba a mi espalda, así quedando en pompa. Le cogí las nalgas, y le pasé la lengua muy cerca de su ano hasta su ombligo. Su cuerpo hizo un movimiento placentero y gimió fuertemente. ¡Cuánto flujo estaba echando! ¡Ufff!

Empecé a pasarle la lengua rozándole el  clítoris y cada vez presionaba más mi lengua sobre éste.

Abrí la boca y me metí todo su coño. ¡Estaba húmedo a más no poder! Lo tenía todo dentro de mi boca. Mientras lo tenía absorbido movía la cabeza de lado a lado. Ella gritaba ‘’Ohhh si…’’ Y yo sin poder evitarlo también gemí. Empecé a darle circulitos por todo su clítoris, y besándolo de vez en cuando.  Mientras con una mano le acariciaba los pezones, con la otra le acariciaba con los dedos todo lo que podía de su coño y ano.

Lo tenía tan hinchado ya... Tan mojado.. Por mis babas y su flujo…mmm… La tenía en el punto pero quería que se corriese a gusto. La senté donde yo estaba y me arrodillé a sus piernas. Alcé sus piernas en mis hombros y seguí con la locura de mi lengua  en su clítoris. Sin dejar de lamerle, fui metiéndole 1 dedito lentamente hasta el fondo. ¡Uff que sensación! Ella tenía una mano en una pared del lado y la otra me tenía cogida del pelo. Me miraba y se mordía esa boca de labios finos…  Tuvimos varios cruces de miradas. La velocidad de mi dedo aumentaba y el placer de ella aun más. Le metí 2 dedos hasta el fondo. Y así rápidamente,  mi lengua poseída por la adrenalina, se movía tan rápido por todo su coño, de arriba a bajo, de lado a lado y en círculos. ¡Qué sabor!  Gemía descontroladamente. A pesar que yo escuchaba gente entra y salir. Me dio igual. Y a ella también. Me dedicó su último grito y fui parando poco a poco. Despidiendo mi lengua de su coño,  lo lamí por última vez muy lentamente, dejando por toda mi cara su líquido.

Me levanté y me puse encima de ella. Desabroché mi pantalón y cogí su mano. Me la pasé por la barriga y acabé en mi coño. Cuando ella notó lo mojada que estaba no tardó en ponerme en su lugar.  Se arrodilló ante mí y me desnudó la parte inferior.  Me abrió las piernas al máximo por mi flexibilidad. Y dejó mi coño abierto a más no poder. Con una mano abierta me dio unos golpecitos que me resultaron muy muy placenteros. Y grité. Ella sabe que grito demasiado y hubiera sido muy escandaloso. Con una mano me tapó la boca. Y con un dedo de la otra mano me acarició rozándome muy poco todo mi coño. Estaba deseando que me lo comiera y me metí uno de sus dedos en mi boca. Abrió toda su boca y se lo comió. Arf… Su lengua ya empezó a actuar, pasándomela rápidamente por todo mi clítoris y chupando todos mis flujos, me encantaba verla mientras lo hacía, cerraba sus ojos y jugaba con el tacto. Estaba tan concentrada en mi placer. Me introdujo 2 dedos mientras que con el meñique rozaba mi ano. ¡Auch..Qué placer!  Parecía que su lengua y sus dedos bailaran una misma canción. Mmmm… Más mi vida… Ohhh que bien lo estás haciendo preciosa.

Yo también le dediqué mi último grito, y le encantó.

Nos dimos unos dulces besos y nos vestimos. Al salir vimos una chica que  parecía haber estado un buen rato escuchándonos. En ese momento, sí sentí vergüenza pero no le di mucha importancia.

PD: Me encantaría que me propusierais lugares o situaciones, yo encantada, dejaré fluir mi imaginación sobre vuestro tema.