Pasión

Mi presentación a los lectores de esta página, espero que los relatos gusten. Un sueño, recuerdos del pasado, pasión contenida, deseando ser liberada

Pasión

Es un sueño, lo sé. Nos rodea una iluminación cargada de fantasía. Nos envuelve la bruma de lo irreal, no nos atan las correas de la racionalidad.

Contemplo los ojos castaños, el brillo del deseo en la piel blanca, suave, joven, ardiente. Saboreo en el ambiente la pasión, transformada en humedad, que impregna nuestros cuerpos.

El olor, fuerte, que emana de ti, inundándome, volviéndome loco. El rocío en tus labios, en ti, arrancándome el alma, hendiéndose en mis profundidades.

En ese momento, en ese sueño, sé lo que siento, actúo. No hay dudas, no permanezco parado. No espero ese paso que no llega.

Tus labios saben dulces, tu lengua es una puerta al paraíso. Me siento trasportado, me siento parte de ti.

Nos fundimos en la eternidad, somos uno. Te siento, tu respiración es ahora mía, tu placer es mi placer. Los dientes entrechocan, pero el dolor y la molestia son ahora parte de ese placer, somos nosotros, retorciéndonos como serpientes.

La lujuria nos derrite, siento que te contorsionas pidiendo más. Te deseo, como nunca, como siempre. El círculo se cierra. La pasión nos domina, y ahora ya no solo es un deseo insatisfecho; es nuestra realidad, es lo que siempre debió ser.

La música flota en el aire, el anhelo. Es sexo, es entrega, es locura. Entrégate. Tus labios se abren para mí, jugosos, esos labios que deseo, que se han ocultado hasta ahora. Suaves, húmedos. Los devoro con fruición mientras siento cómo te estremeces. Quiero absorberte, quiero que el placer te haga explotar. Quiero servirte, quiero subyugarte. Quiero matarte de deseo, quiero sentir todo tu cuerpo vibrar.

Tus ojos están cerrados, tu cadera es un arma candente que se mueve y serpentea, buscándome. Eres Afrodita, eres una diosa de pasión incandescente. Mátame. Mátame. Siénteme en ti, fundámonos en esta vida que es a la vez muerte. Escapemos de la muerte adentrándonos en ella, matándonos mutuamente hasta dejar de existir y sentir cómo somos lo mismo.

Es un sueño, pero es la realidad, es la pasión. Nos devora, nos hace ansiar que el momento llegue.

Mátame.