Pasión con mi suegra

Se veia venir desde hace años, hasta que un día pasó.

Pasión con mi suegra.

Este es mi primer relato espero que os guste.

Desde que la conocí ha habido ha habido algo entre nosotros, no lo llamare amor, eso seria muy fuerte, pero si deseo. Ella es viuda, ya lo era antes de conocerla y será que he sido el único hombre que ha entrado en su casa, pero la verdad es que desde siempre he notado que entre nosotros hay algo.

Hace muchos años que empecé con la que hoy es mi mujer, muchos años de novio y ya bastantes de casado, recuerdo tardes enteras sentado en la mesa de su casa los tres, mi mujer, entonces mi novia, mi suegra y yo, echo de menos esos ratos, cuando Carmen, que así llamaremos a mi suegra, como la que no quiere la cosa, hacia pececitos conmigo, como haciéndose la despistada, muchas veces fantaseaba entonces con hacerla mía allí mismo, delante de su hija o incluso con ella. Terminaba yendo al baño y bajándome los humos yo solo, supongo que ella se daría cuenta de todo aquello.

Mi mujer sabe cuanto me pone su madre, lo sabe desde que éramos novios, se lo confesé una vez mientras que manteníamos relaciones, por cierto que con Mari, así se llama mi mujer, las relaciones son exquisitas, pero eso de que me pusiera su madre no le hace muchas gracia y no me deja ni nombrarlo.

Pues bien ya os iré contando mas detalles, y ahora voy a lo que interesa, desde hace varios meses mi mujer trabaja fuera, así que me tiro toda la semana solo, eso si los fines de semana nos ponemos al día.

Pues bien mi suegra vive cerca de nosotros por lo que muchas veces la veo pasar, un día, le dije que si quería tomar algo, mas por cortesía que por convicción pero ante mi sorpresa acepto, así que subió y se sentó en el salón mientras que yo fui a la cocina por una cerveza. Estuvimos charlando un buen rato de cosas sin importancia y charlando nos tomamos un par de cervezas mas, viendo la hora le sugerí que se quedara a cenar, a lo que acepto, por lo que preparamos algo.

Después de cenar le comente que me iba a tomar una copa, a lo que ella, para mi sorpresa, me pidió que le echara otra, entre las cervezas y el wiskey la verdad es que yo ya me veía mas suelto y a ella también por lo que me decidí a echarme a valiente y llevar la conversación a otra clase de temas. Le pregunte si podía hacerle una pregunta mas personal a lo que ella acepto, así que sin muchos rodeos le dije: "Carmen ¿Cómo haces para aguantarte?" ella no entendió mi pregunta, así que tuve que explicarle que yo desde que estoy solo entre semana hay días que me subo por las paredes de la calentura, y que como ella, que llevaba desde tan joven viuda aguantaba. Alo que me dijo que ella no sentía esas cosas, ante mi insistencia, y con bastante vergüenza, me dijo que las pocas veces que se ponía, terminaba tocándose algo. Yo le dije que no tenia que avergonzarse, que eso era normal, que muchas mujeres lo hacían, pero yo ya estaba a mil por hora y no podía dejar pasar esta situación, así que le dije que si necesitaba algo algún día no tenia mas que avisarme, a lo que entre risas añadí, "para eso esta la familia". A lo que ella respondió, "lo mismo te digo, si necesitas algo ya sabes donde estoy", en mi mente solo apareció una frase, ¡¡¡A la yugular!!!, ¿para lo que necesite? ¿en cualquier momento?, pregunte, si dijo ella, así que no me lo pensé mas y me tire en lo alto de ella, nos besábamos con pasión, como algo que hubiera estado latente muchos años dentro de nosotros y que salía ahora.

Mis manos se perdían entre su ropa, y ella solo me abrazaba, hubo un momento en el que pensé que se iba a parar, pero todo lo contrario lo que hizo fue ayudarme a quitarle el chaleco. La cogí de la mano y la lleve al dormito, en el pasillo no dejamos de besarnos, al llegar al dormitorio ella se echo en la cama vestida, cosa que me llamo mucho la atención porque es lo mismo que hace mi mujer, yo me quite los zapatos y la camisa y me deje solo los vaqueros.

Empecé por quitarle la camisa y el sujetador, quería llegar a esos pechos que por tanto tiempo había deseado, los toque, los bese, mordisquee los pezones, esto la puso a mil, ella solo gemía, estaba quieta, así que fui bajando por su vientre hasta llegar al pantalón que desabroche y fui quitando, hice lo mismo con sus bragas y empecé a besar su monte de Venus, ella me reconoció que nunca le habían hecho eso, pero le dije que me dejara hace, así que me puse entre sus piernas y empecé a chupar ese rico manjar.

Así estuve un buen rato hasta que ya no pude mas y me subí encima de ella, me quite los pantalones y se la metí del tirón, ella disfrutaba y yo mas aun, se movía sin coordinación, se veía que hacia muchos años que no probaba bocado, por lo que tuve que llevar la batuta, se la metía, se la sacaba, se la volvía a meter, eso le encantaba, después cambiamos de posición, y ella se puso arriba, pero la verdad es que la cosa no iba bien, así que volvimos a cambiar de posición, la puse a cuatro patas y desde atrás le daba caña, estaba en la gloria y mas aun cuando veía nuestra imagen en el espejo del armario, cosa que ella, según observe ya se había dado cuenta.

En el momento que nuestras miradas se cruzaron ella exploto en un ruidoso orgasmo, cosa que hizo que yo acelerara el ritmo para seguidamente correrme dentro de ella.

Exhaustos caímos en la cama y nos quedamos durmiendo, al despertar aun estaba ella a mi lado, así que me levante, me fui a darme una ducha y me fui al trabajo.

Lo que ha pasado a continuación se lo contare en sucesivos relatos, si veo que este ha sido de su agrado.

Un saludo.