Pasión con mi suegra (2)
Continuación del relato anterior.
Anta la buena acogida, en general, por que de todo tiene que haber, he decidido seguir contando mi relación con mi suegra.
Antes os comentare algunas situaciones que viví antes de nuestro primer encuentro, cosa q empecé a hacer en el primer relato y q no seguí haciendo para q la cosa no se alargara.
Durante una temporada estuve viviendo en su casa debido a las obras que estaban haciendo en la mía, en los algo mas de tres meses que duro estas obras fueron muchos los momentos en los que mantuve relaciones con mi mujer a pocos metros de ella, cosa que me calentaba sobre manera y seguro que a ella también. En una ocasión que estaba solo en la casa entre en su dormitorio y programe un canal de su televisor en un canal de esos que a partir de las doce de la noche dan porno, muchos días cuando no había nadie, entraba para ver en que canal estaba el televisor y casi siempre me lo encontraba en dicho canal, eso me ponía a 100 así que lo que hacía era buscar algo de entre su ropa interior y me masturbaba con ella.
En otra ocasión, un día de fiesta, llegue para ponerme el traje y la corbata, mi mujer ya había salido y Carmen estaba en su dormitorio vistiéndose, al entrar al cuarto de baño pude ver por una ventana que daba desde el pasillo hasta su cuarto que ella aun no se había cambiado, así q encendí la luz del cuarto de baño, cerré la puerta y apague la luz del pasillo, para que no me viera, pero me quede fuera, ella se quito toda la ropa, y pude verla en cuero por primera vez, esas tetas que me tenían loco desde hace muchos años, ese culo, que pese a su edad, 49 años, lo tenia preciosos, no muy duro como pude comprobar meses después pero muy bonito, y ese conejo con una abundante mata de pelo, solo de recordarlo ahora me pongo como una moto, y creo que lo que mas me ponía era la cercanía, solo nos separaba un cristal y una cortina fina, pero el hecho de que ella estuviera con la luz encendida y yo apagada hacia que fuera imposible verme, así que allí mismo me masturbe, desde luego la sensación era indescriptible.
Ya os seguiré contando momentos mas o menos calientes que me ocurrieron antes de esa primera vez, que os conté en mi anterior relato, habían sido muchos años de deseo y contar todas estas cosas en un mismo relato se haría largo.
Pues bien, después de aquel primer encuentro no sabia como podía reaccionar mi Suegra, mas aun cuando aquello fue provocado por alguna que otra cerveza y una copita, al llegar del trabajo como imagine no la encontré en el piso, se había ido, no ser si a su trabajo o a su casa, pasaron un par de días y seguía sin dar señales de vida, así que la llame para decirle que esa tarde iría a su casa a comer, cosa a la que me había invitado muchas veces, pero que debido a la distancia con mi trabajo siempre había rechazado.
Al llegar entre con mi llave, que la tengo desde que estuvimos allí viviendo por las obras, como antes les comente, y la llame desde la puerta para no darle un susto, me contesto desde la cocina y allí que fui yo, estaba despaldas liada con la faena, con una falda vaquera, unas botas y una camisa, fue verla y ponerme a mil así que me acerque por detrás y me pegue a ella. No sabia como iba a reaccionar pero la entrada fue buena, ya que de momento no se quejo ni me aparto, así que empecé a acariciarle la cintura y a besarle el cuello, aunque le gustaba seguía sin hacer nada, así que me agache y empecé a tocarle su gran culo, por encima de la falda para luego subirla y acariciarlo sin tanta tela de por medio.
La gire y empecé a besarla, nuestras lenguas se fundían en una y esta vez, ya por fin, ella empezaba a mover sus manos y a tocarme por todas partes.
En un rápido movimiento me safé de sus manos y me agache para quitarle las bragas y cogerla y subirla sobre la encimera, le di un beso y me sumergí entre esas dos piernas en busca de ese tesoro que tantas veces había deseado y que solo lo había podido conseguir dos días antes, lo bese, lo chupe, jugaba con su clítoris con la punta de mi legua, ese le encantó, lo succionaba, bebía esos jugos como si de un oasis en medio de un desierto se tratara, no podía mas necesitaba me la chupara ella a mi ahora.
La cogí de la mano y me la lleve al salón, me eche en el sofá y ella encima me besaba con pasión, le dije que me hiciera una mamada a lo que ella en un principio se negó, porque según ella, no lo había hecho nunca, le dije que su hija lo hacia, y por cierto que muy bien, y que a ella le encantaba, y que probara y si no le cogía el rollo que lo dejara, tras insistirle un poco acepto, me quito los pantalones y me la cogió con firmeza y ante mi sorpresa se la metió en la boca con decisión, se notaba que no lo había hecho nunca pero interés le ponía, se notaba que se había tragado mas de una película de ese canal que yo le había proporcionado. Al cabo de unos momentos ya le había cogido bastante bien el rollo, se la metía en la boca se la sacaba, pasaba su lengua por el tronco de mi pene y jugaba con la punta de su lengua con la punta de mi glande y se la volvía a tragar, no era como mi mujer, pero la verdad es que no lo hacía mal.
Estaba llegando a un punto que no sabía que hacer, si correrme en su cara o decirle que se apartara y que se montara encima, así que me decidí por esta segunda opción, me senté en el sofá y ella se monto encima, se la clavo entera, gimió de una manera que me puso los pelos de punta, cuanto necesitaba esta mujer estos momentos, la agarre por el culo y marcaba el ritmo, le dije q se desabrochara la camisa y después de hacerlo me acerco sus pechos para que se los chupara, cosa que hice mientras pude, ya que no podía mas, pero no quería correrme, le dije que se parara y se quitara de encima, la senté en el sofá con la intención de tumbarla, pero en su lugar ella me volvió a coger el pene y se lo metió en la boca, no lo podía permitir, así que se lo saque y me tire encima, se la metí hasta el fondo y metiendo riñones le di con fuerzas hasta que ambos nos corrimos en un maravilloso orgasmo.
Nos quedamos un rato en el sofá juntos, hablando y le confesé mi gran fantasía que era la de tenerla a ella y mi mujer juntas, pero eso ya se los contare en otro relato.
Un saludo.