Paseo a la casa de campo (final)

El penúltimo día de la estancia en la casa de campo, mi marido sale a cabalgar, dejándome con ganitas de sexo, por lo que busco a don Elmer para que me cabalgue él a mí....

Llevabamos tres días ya en la casa de campo, disfrutaba de ricas sesiones de sexo en la cabañita con mi esposo. De hecho, una mañana empezó a besarme todita y me dio una chupada de vagina como sólo él sabe hacerlo, me hizo ver el cielo.... Pero fuimos interrumpidos luego de mi orgasmo por la llegada repentina de nuestros amigos para salir a pasear a caballo temprano. Debo decir que yo estaba hirviendo de ganas por ser penetrada por lo que decidí no acompañarlos en esa oportunidad, total, ya habíamos dado un paseo similar anteriormente. Como Fabián es una persona que no se enrolla por nada, cosa que me fascina de mi maridito, me dejó en la cabaña y se fue tranquilo. Yo estaba a mil la verdad, pensé en masturbarme pero quería verga de la buena.... Pensé en don Elmer, con él no se había dado otro chance, pero nos veíamos con cierta picardía de lejos en las ocasiones que coincidíamos. A sabiendas que el dichoso paseo tomaba horas porque incluía paradas, me vestí y me fui a buscar al viejo encargado. Pasado un rato busca que busca, lo encontré haciendo unos arreglos en las caballerizas.

-Buenos días don Elmer, ¿cómo está?

-¡Caracha patroncita!, mis ojos se llenan de 'felicidá' al verla, buenos días por la mañana.... ¿Y que pasó que no 'jué' al paseo con la gente?

-Ummmm, me dio como flojera don Elmer. Ya hice ese paseo y por la falta de costumbre, no aguantaba al día siguiente mis piernas y me dolía la cadera....

-Hahaha, 'asina' es mi señora, el que no está 'acostumbrao' le pega mucho eso.

-Sí, uy, demasiado diría yo.... ¿Qué hace usted?

-Reparo las puertas de algunas caballerizas que están algo 'dañás'. A veces los caballos se ponen briosos y las patean duro....

-¿Ay sí? Son bravos entonces esos grandulones....

-Se alboratan cuando les llega el olor de una yegua 'maluca'.

-¿Maluca? O sea, ¿en celo se refiere?

-Correcto patrona, y los bichos se ponen como 'alocaos'....

-Pues le diré algo, yo ando 'maluca' como una yegua, mi esposito me dejó con ganitas esta mañana, ¡jum!

-Ah carajo, haha, ¿y cómo le hizo eso a su mujercita?

-Es que fueron nuestros amigos a la cabaña a buscarnos cuando empezabamos a hacer cositas, usted sabe, hacer cositas ricas....

-Mmmmm, pero bueno patrona, si usted está maluca yo le tengo un buen remedio 'pa' eso.... Sabe que este viejo está 'pa' 'servile' y 'ayudala'....

Me quedé inmóvil esperando que don Elmer se acercase hasta a mí, allí acercó su boca a la mía e iniciamos besos y caricias. Luego, me cargó en sus brazos y entramos a una de las caballerizas vacías donde me desnudó todita, se desvistió, me recostó en una pacas de heno y recorrió mi cuerpo con sus manos, labios, no dejó un centímetro de mi ser que no besase o lamiese de forma magistral. Separó con sutileza mis piernas y besó mi monte de venus, mis labios vaginales, intercalaba chupadas en mi clítoris con lamidas sobre éste. Con la lengua rígida, movía su cabeza de lado y lado rápidamente, rozando mi botoncito hasta hacerme estallar en otro orgasmo majestuoso, mi segundo del día, ¡qué bien! Se levantó como victorioso por su proeza y con una sonrisa de oreja a oreja, yo me relamí los labios y le dije:

-Mmmmm, don Elmer, me acaba usted de dar una sabrosa chupada y me hizo acabar incitantemente.... ¡Ahora quiero devolverle el favor!

-Haha, como no patroncita, venga, péguese aquí como una chivita en mi verga....

El miembro del viejo lucía esplendoroso y tenía babita, yo se lo relamí, lo froté en mis tetas, mojé mis pezones con su líquido y pasé luego mi lengua por ellos. De allí pasé a darle roces rapiditos de lengua sobre su glande que hacían delirar al cuidador, para entonces metérmelo en la boca y prodigarle mis mejores mamadas. Luego de un ratito de chupárselo, sentí su venida, así que me lo metí hasta la garganta recibiendo su descarga abundante y gustosa:

-Mmmmm, mmmm, mmmm....

-Aaahhhh, qué rico coño, qué vaina 'pa' buena puta 'el carajo'.... -Me sonreí un poquito al oirlo llamarme puta, eso me estremece.

Me lo saqué y le dije:

-Acabó suculento mi macho, ¡me encanta su leche espesita, don Elmer! Ese fue mi desayuno, hahaha, ¡buen desayuno!

-Hahahaha, usted si tienes vainas patrona, me gusta 'demasiao' su cuerpa y su forma de ser.... ¡Y su cara es de una diosa! Su 'marío' es 'afortunao'....

-¡Graciaaaas! ¡Qué bello don Elmer, vaya piropos y halagos!, hehehe ¿Pero sabe qué? Aún estoy maluca, muy maluca.... -Le decía esto al mismo tiempo que acariciaba su miembro viril y lo veía con ganas, también restregaba con cuidadito sus testículos.

-Ya mi verga está bien 'pará', perrita, me la voy a 'cogé' 'pa calmale' sus ganas....

Emitiendo un gritito de emoción, me pongo de pie para darle un beso al vejete, éste me agarra, me carga con sus fuertes y ordinarios brazos y me ensarta de una. Así, él parado y yo abrazándolo por el cuello y apretándolo con mis piernas por encima de sus caderas, iniciamos una divina cogida que acompasamos con besos y frases cochinas:

-Aaaaggghh, aaaggghhhh don Elmer, qué exquisito se siente así, me gusta ser suya.... ¡Qué vigoroso y fuertote es usted y su verga deliciosa! Aaaggghhh, me mata mi amor, deme duuuuroo.... ¿No tenía mujer? Ahora me tiene a mí, cójame.... Su verga la siento hasta el foondoooo....

-Aahhhh patroncita, aahhh.... ¿La tiene loca mi tranca? Usted me tiene 'encucao', su cuca en sabrosa y 'apretaíta'.... Lleve verga carajo 'pa' que sienta un hombre de 'verdá'....

-Siii, siiii, usted es mi hombre y yo soy su puta, su mujer, su zorra, aaggghhhh, siga, siga, hágame feliz.... -Tuve otro orgasmo más, supra-delicioso.

Eché mi cuerpo hacia atrás, sólo me sujetaba con mis manos del cuellote del viejo, él me sujetaba por las nalgas.... Luego nos tumbamos sobre la paca de heno, allí seguía fustigándome con una resistencia que me tenía embrujada. Me puso después de ladito, yo en posición fetal y él cogiéndome hasta que más orgasmos vinieron a mí como cascadas y don Elmer chorreó mi vagina con su eyaculación que sentí recorrer mi vía sagrada. Me la sacó al ratito y se acostó a mi lado:

-Uuuuggg patroncita, qué delicia 'cogésela', sentí que se me salía el corazón en esa 'acabá' que eché.... ¿Y si la preño?

-Hahaha, delicia fue que me cogiera don Elmer, mmmm, es usted un semental.... Y no hay peligro de que salga preñada, tengo un aparato intrauterino y tomo pastillas anticonceptivas religiosamente, hehe. Me cuido, de lo contario no podría sentir su lechita en mi vagina, ¿se imagina? ¡Nooo! Me gusta la acabada adentro y sentir ese calorcito del semen llenándome....

Allí iniciamos otra sesión de besos y toques mágicos, don Elmer me voltió y me dio un masaje con sus ásperas manotas pero se sentía rico, luego con su ávida lengua inició un recorrido que me ponía la piel erizada por mi cervical, mi espalda, bajando bajando hasta llegar a mis nalgas las cuales besaba y mordisqueaba con maestría. Después separó mis glúteos y metió su lengua en mi ano, lo chupaba y llenaba de besos.... Eso es otro "encendedor" maravilloso para una mujer:

-Mmmmm, aaagghhh, divino don Elmer, me gusta, me gusta....

-¿Me la puedo 'cojé' por el culo patrona? -Preguntó amablemente mi amante campesino, cosa que una agradece pues no todo el tiempo se tiene la disposición anal. Habemos unas más que otras dispuestas a llevar verga por el culo con frecuencia, aunque en mis aventuras que relato acá, mi ano está sumamente encantado de recibir los embates del delicioso falo de turno (o de varios falos, haha). Me ha pasado que hay días donde sólo quiero sexo vaginal, otros, sólo sexo anal y, con mucha más frecuencia, sexo oral; así como días en que las combinaciones o los tres son requeridos por mí.

-Sí, me puede usted meter su verga apetecible por mi hoyito trasero, ¡me muero de ganas don Elmer! Venga, métamela ya....

Entonces aquella tranca venuda inició su penetración, con la cabezota reclamando su espacio y mi culo cediendo poco a poco, estimulado por el roce de las terminaciones nerviosas que son abundantes en esa zona. Un gemido de dolor y placer invadió la caballeriza, el relincho de varios corceles y yeguas que se encontraban en ese establo, se dejó escuchar fuertemente, supongo que de alguna manera excitados por el ruido y olor a hormonas en el ambiente. Esos relinchos eran buenos ya que ahogaban mis gritos causados por la empalada que me daba el viejo y podía dar rienda suelta a mi pasión y goce total de aquella culiada:

-Aaayyy, aaggghhhh, me estás dando mucho placer papiii, aaayyyy, qué pene tan sólido, tan rico que me lo metes y lo sacas, aaagggghhh, ¡cógeme, cógeme así coño! -Ya lo tuteaba porque lo sentía tan mío....

-Toma puta, sssss, toma tu verga.... toma 'pa' que ese culo sepa que soy su dueño.... -También me tutió, ¡vaya, al fin!

Me cogía y cogía, yo sentía estar en el clímax del deleite total, donde se unen las sensaciones más sublimes de una mujer entregada la placer carnal, apretaba el heno, me mordía los labios. Le pedí que me pegara nalgadas fuertes y recibía aquellos golpes que me lastimaban divinísimo, cruzando el umbral del dolor a la dicha máxima. Me paré quedando mi espalda pegada a su pecho, seguía penetrándome más y más hasta que tuve orgasmos innumerables.... Don Elmer convulsionó un poco y "splashhh", me llenó el culo de su liberación de esperma. Luego que el efecto en el cuerpo de la dopamina (hormona de la felicidad) pasa, sobreviene el cansancio y el reposo, ese estado en que quieres ser abrazada y tratada con ternura porque aunque puta, soy mujer al fin. Pues don Elmer me abrazó, me acarició un rato mientras me prodigaba, a su manera, palabras bonitas y cariñitos. Pero el momento ya de separarnos llegaba. Bromeando y charlando, nos vestimos, me sentía un desparpajo por aquella sesión de sexo brutal que había tenido. Fui a la cabaña, me duché y caí rendida. Ya cayendo la tarde, llegaron todos. Me desperté y me uní al festín del último día con mi esposito, amanecimos entre aguardiente y baile para luego ir a dormir. El otro día, recogimos todo y, antes de partir, fui a buscar a don Elmer para despedirme. Nos dimos besos soberbios, le di una mamada a su miembro espléndido, tragándome su elixir de macho bravío, como obsequio por haberme tratado y cogido tan bien, y como un gustazo para mí ya que me encanta beber secreciones masculinas. Le prometí volver pronto para no dejarlo tan solote con sus yeguas no más, hahaha. Además, estaba loca por él y el viejo lo sabía.... (Fin).


P.D. Posando para mi esposo en la lanchita cerca de los cayos en día playero: