Paseo a caballo (2)

Nuestras amigas, sorprendidas al vernos, gozarán de lo lindo con nosotros.

PASEO A CABALLO (2) Continuación

Lorena y Sonia se bajan del coche, con la mirada fija sobre nuestros cuerpos semidesnudos, parecía que nunca hubiesen visto a dos hombres así. "¿Habeis lavado a los caballos o ha habido algo mas?" pregunta Sonia. "Es un secreto entre hombres" respondes con risa socarrona. Al momento se marchan hasta el guadarnés y regresan ambas vestidas sólo con unas botas de montar y un tanga. Álvaro y yo nos quedamos perplejos ante ese comportamiento pero a la vez disfrutando del momento. "Quiero que nos mireis como nos tocamos y manoseamos nosotras pero nada de marturbaros, os queremos para el final" dice Lorena mientras se acaricia los pechos. Los chicos nos sentamos en la misma bala de paja que antes nos ha hecho gozar y disfrutamos del show que nos prepararon nuestras amigas.

De momento se tocan ellas solas. Empiezan por sus preciosas tetas, manoseándolas fuertemente, como si quisieran sacar leche de ellas. Agarran los pezones y tiran de ellos hasta que se ponen duritos. Les muerden y dan suaves pellizquitos. Sus caras empiezan a esbozar sonrisas y gestos de placer. Se besan en la boca, con lengua, muy intensamente. Los chicos empezamos a calentarnos y nuestras pollas se pusieron duritas en poco tiempo pero no podiamos tocarlas. Continuamos admirando el espectáculo.

Están acariciandose mutuamente, sin dejar un solo rincón de su cuerpo sin tocar, desde la cara hasta el ombligo. "¡Quítame el tanga de un mordisco!" dice Sonia a Lorena y esta, ni corta ni perezosa, se lo arranca de un solo bocado, dejando ver un coñito depilado, húmedo, sonrosado y deseoso de sexo. "¡Cómeme el chocho!" vuelve a exigir y Lorena comienza a pasar su lengua por los labios suavemente, apartándoles de vez en cuando para introducir su lengua en el lindo coñito de su amiga. "¡Sigue, no pares! ¡Quiero más lengua! ¡Haz que me corra!" decía Sonia agarrando la cabeza de su compañera y pegándola todo lo que daba a su sexo. Nuestras erecciones no podian más, estábamos muy empalmados y unas gotitas de liquido empezaron a salir. Con mis dedos recojo lo que sale de mi polla y de la de mi amigo y me lo meto a la boca. Estaba rico. Mientras nuestras amigas no paran de darse placer mutuamente.

Al cabo de un rato, Sonia se despega de Lorena y esta, exausta de tanto lamer, se incorpora para coger aire y dejar descansar sus rodillas. Cuando recuperó el aliento decidió quitarse también su tanga y se dejó ver un culo muy rico, prietito y respingón, y su chochito, con una pequeña matita de pelo por encima de su clítoris. Estaba para comérsela. Se tumbó encima de un banco que había en el patio y se abrió de piernas dejando ver su sexo en toda su plenitud. Tenía en una de sus botas una fusta, la cual agarró y empezó a meterse el mango por el coño. No costó que entrase pues ya estaba muy excitada y húmeda a si que en apenas segundos hundió la fusta dentro. Un gemido de placer sale de su boca mientras comienza a meter y sacar la fusta rítmicamente, follándose intensamente. Al rato aparece Sonia con un consolador enorme de color negro que empezó a meterse también por su sexo. Ambas estaban recibiendo un inmenso placer y, mientras nosotros, mirando abobados y con unas ganas de masturbarnos increibles. "¡Tú, ayudame a meterme este aparato!" dijo señalando a mi amigo. Éste no dudó en ir ráudo a ser partícipe de ese juego. Agarró el falo de silicona y empezó a meterlo suavemente. "¡ Métemelo hasta dentro ya, de golpe!" gritaba ella y, sin pensarlo, se lo mete de una sola embestida. Un gran grito de placer inunda el patio.

Al oir ese brutal gemido se vuelve rápidamente Lorena y, con rapidez, se saca la fusta del coño y corre hasta Sonia. Cuando llega a su lado empieza a besarla en la boca, a acariciar sus pechos, su cuerpo, ... Yo me quedé sólo, sentado en la bala de paja, viendo como gozaba nuestra amiga a si que decidí incorporarme a la fiesta.

Mientras mi amigo y Sonia están muy atareados con el consolador, yo agarré a Loerna por la cintura, acerco mi boca hasta sus preciosos labios y, sin pensarlo, nos besamos. Mis manos comenzaron a acariciar su pelo para, mas tarde, ir bajando por todo tu cuerpo. Me detuve un buen rato en sus pechos, acariciandoles, jugueteando con esos ricos pezones. Dejé sus labios y me puse con sus tetas que ya estaban bien tersas del masaje propinado anteriormente con mis manos. Lamí efusivamente sus pezones, sus auréolas, todo lo que mi lengua puediese tocar. Ella está gimiendo de placer mientras se queda observando a la otra pareja que están muy entretenidos con el falo de silicona. De repente un gran grito inunda el patio. Sonia tuvo un gran orgasmo y empapó de arriba abajo a Álvaro. Este, sin dudarlo ni un momento, se baja hasta su sexo a saborear tan delicioso néctar que impregnaba sus cuerpos. Nosotros nos quedamos en nuestro sitios y seguimos con los juegos mutuos mientras mirabamos de reojo la cara de placer de Sonia.

Continué bajando con mis manos por sus caderas y me detuve en su almejita. Sentí que estaba dilatada y húmeda, deseosa de recibir placer cuanto antes, a si que bajé mi cara, aspiré el excitante olor a sexo que desprendía su cuerpo y me puse a lamer su coñito. Su cara lo decía todo, estaba inmersa en una gran excitación y sé que deseaba una gran follada. La tumbé boca arriba encima de la bala de paja, cogí sus piernas y las puse encima de mis hombros. El olor a cuero de sus botas me volvió loco y dediqué un gran lametón a cada una. Acerqué mi polla hasta la entrada de su sexo y de un solo movimiento entró hasta lo más hondo de su cuerpo. Un suspiro seguido de un gemido acompañó al sonido ambiente del recinto que, sin lugar a dudas, Sonia era la protagonista. En cada penetración, Lorena gozaba más y más. Pedía que la follase más fuerte, con grandes embestidas. De repente, un nuevo grito de Sonia volvió a sonar y una nueva explosión de jugos salpicó a nuestro amigo. Esto calentó mucho más a Lorena que empezó a moverse como una loca, buscando la forma de ser más profunda la penetración. Sus jadeos se fueron incrementando, cada vez más fuertes y más seguidos, hasta que se corrió llenándome de rico líquido. Al igual que mi amigo, bajé a comerme todo lo que pude de su sexo, haciendola sentir más placer con el paso de mi lengua. Estaba exhausta pero quería más. "Vuelve a follarme cabrón" me gritó mientras agarraba la fusta "y méteme esto por el culo" me dijo dándomela. Como estaba chorreando todo su cuerpo del éxtasis anterior aproveché a humedecer el mango de la fusta con ellos y procedí a meterla por el culo. Al sentirlo en la entrada de su ano pegó un grito y, al moverse, hizo que se enterrara hasta dentro casi de golpe. Su cara se tornó de un color más rojizo y unas pocas gotas más salieron del coño. Una vez tuvo la fusta metida en el culo me puse a follarla de nuevo. Sólo gemía y gritaba mientras de su boca sólo salían palabras soeces, las cuales me estaban animando a darla mucho más duro. No tardó ni dos minutos cuando volvió a correrse pero esta vez sólo dejé pasar unos segundos y se la enterré de nuevo sin piedad. Agarré la fusta con una de las manos y justo cuando una nueva descarga la sobrevino, tiré de ella fuerte haciendola retorcerse de placer. Su respiración aumentó considerablemente a si que dejé que se repusiera para, mas tarde, volver al trabajo.

Me fijé en la otra pareja y estaban follando como locos, dándo ambos un espectáculo digno de cualquier película porno que se precie. De repente de oye el grito de Álvaro y una gran corrida inunda el chocho de Sonia. "Baja y limpiamelo todo" le ordenó y, como buen mandado, bajó a satisfacer la demanda de nuestra amiga. Cuando quedó reluciente buscó su boca para saborear el dulce sabor del semen y ambos se fundieron en un gran morreo.

Había pasado más de hora y media desde que comenzamos con la locura y la noche se nos echó encima. Nos fuimos todos dentro de las cuadras para que la brisa que se estaba levantando no nos hiciese mal. Miradas lascivas se entrecruzaban entre los cuatro después de tener tan grato espectáculo de sexo y placer. De pronto se acerca Lorena a mi oído y me susurra: ........

Hasta aquí la segunda parte del relato. Espero no demorarme demasiado en escribir la tercera para que puedan disfrutar de los juegos de nuestros protagonistas.

Hot Cowboy