¿Pasante o modelo?
Le llegó el primer orgasmo, estaba como enloquecida, gemía, gritaba, se movía para todos lados, temblaba. La bombeaba con verdadero gusto, mi verga estaba a sus anchas dentro de ese cuerpo tan hermoso. Con fotos.
¿ PASANTE O MODELO ?
Aquella criatura fue un regalo del cielo. Un premio, sin duda, a mis grandes méritos y abnegado comportamiento.
Fernanda tenía veintitrés añitos, y era un verdadero bombón. Alta, rubia, ojos verdes como el mar. Su cabellera larga casi hasta los codos enmarcaba una carita de ángel. Y una figura que les detallaré más tarde.
Pero no eran estos sus únicos méritos, se trataba de una chica inteligente. Estaba concluyendo el quinto año de Medicina en la Universidad Nacional de Cuyo, y con calificaciones excelentes. Era la primera de su curso.
Esto le valió que la Facultad le propusiera una pasantía para el verano. Como la niña había elegido la Ginecología para especializarse al acabar sus estudios fue destinada a mi clínica, que era la única de la especialidad en Mendoza.
La recibí con todos los honores y me puse a su disposición. Ella quería que le enseñara todo lo que sabía.
La desalenté diciéndole que a mí me había llevado muchos años, pero que con tiempo podría aprender muchas cosas.
Nunca me imaginé todo lo que iba a enseñarle.
A los pocos días debí insinuarle que alargara un tanto sus guardapolvos, y que llevara más ropa debajo.
Es que se paseaba por la clínica exhibiendo sus piernas, y la fina tela sintética dejaba traslucir sus tangas y sujetadores, ya que la temperatura hacía que no se pusiera nada más. Y el personal masculino andaba volado mirándola.
Generalmente yo almorzaba en la clínica, y Fernanda procuraba ubicarse en mi mesa. Pero ella quería hablar de trabajo y aprovechar para aprender algo más. Le advertí que eso estaba prohibido en la mesa, si a alguien se le escapaba el tema era condenado a pagar el postre. Y no tuvo otro remedio que entrar en las charlas de temas generales.
Así me fui enterando de que tenía un novio dos años menor que ella y que era fotógrafo profesional.
También logré que me tuteara como hacíamos todos en el trabajo. No me agradan los tratamientos ceremoniales.
La niña estaba siempre pegada a mis talones, en el quirófano, en el consultorio cuando le permitía entrar presentándola a mis pacientes como la Doctora Funes, lo que la llenaba de orgullo, y me lo agradecía con una deliciosa sonrisa cómplice.
Me pidió que le hiciera un examen de rutina cuando tuviéramos tiempo libre. Desde niña había asido atendida por una colega que no me merecía confianza como profesional. Me hice el tiempo enseguida.
El interrogatorio me reveló que no era virgen. Y sin que mediara pregunta me contó que lo había hecho sólo con Dany, su novio el fotógrafo, y apenas desde hacía seis meses. Me sorprendió que tal beldad hubiera llegado virgen a los veintidós años, pero acepté sus dichos sin chistar. También supe que tomaba anticonceptivos, y que la frecuencia de sus sesiones con el novio era de tres veces a la semana.
En el examen, donde puse toda mi profesionalidad, apenas vi algo más de lo que mostraban sus minifaldas del principio. Sus muslos completos eran un poema. Aunque yo los prefiero más contundentes. La concha, generosa, estaba decorada por una estrecha franja de vello cortito, el resto totalmente depilado. Y se mantenía muy estrecha.
Obvié el examen de mamas, no estaba seguro de poder contenerme.
Soy un buen aficionado a la fotografía. Cuento con un equipo muy moderno, y le tomo fotos a todo lo que se me cruza por delante.
Un lunes llevé unas tomas de las últimas nieves del invierno concluido para mostrárselas a mis compañeros de trabajo. Lo hice en la sobremesa. Eran fotos excelentes, y Fernanda quedó impresionada.
Son mejores que las de Dany. ¿Vos estudiaste fotografía?
Sí, he hecho muchos cursos, algunos bastante largos y con destacados profesionales.
Ay... y mi novio, que apenas hizo un curso de seis meses, se dice profesional.
Ya va a ir aprendiendo, Fer, esto lleva años y muchos rollos.
La sobremesa terminaba, noté que la niña quería decirme algo a solas y me fui quedando mientras el resto se retiraba a descansar un rato.
¿Sabés una cosa Sergio?. Siempre quise ser modelo.
Y... tenés con qué, pero ¿y la medicina?
Se pueden hacer las dos cosas, además la carrera de modelo es muy corta, cuando se te vienen los años encima se acaba.
Es cierto, ¿y por qué no la has empezado?
Dany no quiere, ni siquiera aceptó tomarme las fotos para mi book.
Ah, celoso el chico. Tiene razón, con una novia como vos yo no dejaría que nadie más la viera.
¿Te parece que puedo ser modelo?
Claro que sí, sos más bella que muchas modelos de éxito.
¿Y no me tomarías vos las fotos? Sos mejor que Dany.
¿Y como lo va a tomar él?. No quiero que tu novio se enoje conmigo.
¡Me importa un carajo! Si es tan boludo y tan celoso que se busque una novia monja.
Quedamos para el domingo siguiente. Ella iría a mi casa para tomar fotos en el parque. Le dije que llevara varios vestidos y zapatos para alternar. Y un traje de baño por si hacía calor y queríamos zambullirnos en la pileta o hacer unas fotos con esa indumentaria.
El domingo era un día espléndido de sol. Fer llegó muy temprano para aprovechar la luz natural todo lo posible. El sol muy alto no es el más adecuado para las fotos.
Del maletero de su autito bajé dos valijas que deposité en un dormitorio que contaba con un gran espejo. La dejé para que se vistiera y maquillara, mientras yo iba a preparar todo el equipo en el parque.
Llegó deslumbrante, enfundada en un vestido largo, de fiesta, que se adhería a sus formas. El escote era revelador.
Durante tres horas hicimos innumerables tomas, con cambios de ropa. De fiesta, de calle, de trabajo, quiso unas con guardapolvo. El calor apretaba y me dijo.
Estoy cansada de posar, y muerta de calor. Mejor me cambio y nos tiramos a la
pileta .
Apareció con una bikini minúscula. Ahora sí la descripción de su cuerpo. Tetas justas, ni grandes ni chicas, cintura estrecha, caderas bien marcadas, un pequeño piercing en el ombligo, un culo para ponerlo en un marco, y las piernas largas y esbeltas.
Se colocó una gorra adecuada, para no mojarse el pelo, y se zambulló. Nadó un rato conmigo en un crawl perfecto. Pronto salí del agua y me tendí en una reposera en un sitio sombreado.
El servicio llegó con las bebidas, esto sacó a Fer de la pileta tenía sed, optó por piña colada, yo Bloody Mary. La sed y el calor le hicieron beber varias copas sin darse cuenta de que, aunque poco, la bebida tenía alcohol.
Almorzamos en el parque con abundante vino blanco. Le sugerí tomar el café en el interior para cambiar la temperatura, dentro había aire acondicionado a 20°.
Me pidió ver más de mis fotos. Distraído le alcancé varios álbumes, sin advertir que entre ellos había algunos privados.
Ah, pillín, ¿qué son estas fotos?
Me mostró una de una mujer desnuda, en pose sugerente.
Esas no te quería mostrar, el álbum vino por error.
Pero¿ quién es, la tomaste vos?
Sí, es una amiga.
Seguía pasando las hojas, yo sabía que vería fotos más audaces, incluyendo algunas en las que estaba también yo.
Cuando intenté quitarle el álbum iniciamos un juguetón forcejeo que terminó con los dos caídos en la alfombra. Ella sobre mí.
Esto ya era demasiado para mí y la abracé plantándole un beso en la boca. La niña respondió de la forma adecuada, invadiendo mi boca con su lengua.
Mis manos entraron en acción acariciando la piel de todo su cuerpo, era suave y con una ligera pelusilla que la hacía aún más atrayente.
Me gustás mucho Fernanda.
Y vos a mí, creo que me volví loquita.
La alcé en mis brazos y la llevé a mi dormitorio.
Esta foto la tomé más tarde.
Con deliberada morosidad le fui sacando su breve indumentaria de baño. Me olvidé del planeta besando sus pechos y magreando su culo.
Cuando toqué su concha la noté empapada. Bajé hasta la entrada al paraíso para dedicarle la mejor atención de mi lengua voraz.
Ella gemía y se movía inundada de placer.
No puedo más, por favor. ¡Cogeme!
No me lo tuvo que pedir dos veces. La tendí boca arriba con las piernas abiertas, en la posición más clásica y denigrada. Mi verga apuntando al blanco, ella misma la tomó con sus manos y la apoyó entre sus labios. Fue nada más que empujar y comenzó a entrarle poco a poco..
Su vagina estaba muy caliente, muy mojada y muy estrecha.
Me duele Papi, la tenés mucho más grande que Dany.
Esperá a acostumbrarte mi vida.
Hice más lenta la penetración, entraba dos centímetros y salía uno. Mientras besaba su boca y acariciaba sus pezones que estaban duros como aceitunas verdes. No tardaron en adaptarse los órganos y ya no le dolía.
Dale Papucho, ya no me duele metémela toda. ¡Cogeme!. Papito lindo, haceme de goma. Me siento llena de vos.
Obediente le metí lo poco que me faltaba hasta hacer tope con mis huevos que golpeaban suavemente su perineo, lo que la excitaba más. Sacaba unos diez centímetros, para volver a meterlos enseguida, en el vaivén más dulce que se pueda imaginar. Fernanda se movía a mi compás, cuando yo bajaba ella subía y viceversa.
Más Papi, haceme acabar, cogeme más fuerte, dame toda tu pija. Dany nunca me cogió tan lindo, sos un genio.
Le llegó el primer orgasmo, estaba como enloquecida, gemía, gritaba, se movía para todos lados, temblaba. La bombeaba con verdadero gusto, mi verga estaba a sus anchas dentro de ese cuerpo tan hermoso. La acariciaba entera, las tetas, el culo, las piernas. Tuvo otro orgasmo muy gritado.
Allí, previendo el resto de la tarde me tomé una píldora de Viagra.
Papi, ¡¡Cómo me hacés gozar!!, sos un maestro. tenés una pija enorme y dulce, seguí, dame más.
Trataba de contener la leche que empujaba desde lo más profundo de mí. Gozaba como un caballo salvaje. Esperé su tercer orgasmo para soltar el semen. Acabamos casi juntos, esta vez gritábamos los dos al unísono.
Una breve pausa, lo que me duró un cigarrillo. Fernanda que no fuma empleó el tiempo en tocarme la verga, se me volvió a parar.
Papi, ya está lista, cogeme otra vez. Quiero volver a sentirte. Llename de pija.
¿Quién podría desobedecer esa grata orden? La puse en perrito y se la mandé de un solo saque. Con sus jugos y mi leche del polvo anterior le entró como cuchillo caliente en un pan de manteca. Con dos manos sobaba su culo, con otras dos sus tetas, y las restantes se dedicaban a su clítoris. Mi vista también se recreaba con esas soberbias nalgas.
Más gemidos, más gritos desaforados, más orgasmos de Fer. Yo ya desahogado con el primer polvo duré casi media hora bombeando.
Papucho, me vas a matar de placer. Sos un dulce. Te cogés a tu nena y la hacés gozar mucho. Quiero estar así cinco años.
Se meneaba como experta, es tanto lo que el goce puede sacar de una mujer si se la atiende bien. También yo quería estar así cinco años, pero no llegué a aguantar media hora. Con el enésimo orgasmo de Fernanda le volqué todo lo mío en su conchita.
Nueva pausa, esta vez fuimos al baño a limpiarnos la leche, los jugos y la transpiración, que a pesar del aire acondicionado brotó de tanto esfuerzo.
Papi, quiero unas fotos como las que vi de tus otras mujeres. Van a ser para nuestro book privado.
Mi nena, te tomo esas fotos, pero tenés que darme algo a cambio.
¿Qué más de lo que ya te di?
Primero que me la mames y te tragues toda mi leche. Segundo quiero cogerte por el culo, lo tenés demasiado bello para dejarlo pasar.
Y si algún lector opina lo contrario que lo justifique ahora o calle para siempre.
Fer me respondió:
A lo primero ya te digo que sí, me va a encantar chuparte esa soberbia pija, y tragarme toda tu lechita. A lo segundo no, nunca lo he hecho antes, y con ese pedazo que tenés me vas a descoyuntar el culo.
Bien, empecemos con lo primero. Del resto hablamos luego.
Creo que siempre hay que tomar lo que se nos ofrece. Y más tarde ir por más.
Se arrodilló en la alfombra y abrió la boquita, me senté en el borde de la cama y la puse a su alcance. No era una experta total, debí darle algunas indicaciones. Pero la visión de ese cuerpo escultural le daba un plus poco frecuente. Empezó lamiendo el glande mientras me miraba a los ojos. Sin dejar de mirarme se metió en la boca todo lo que pudo, sacó un tramo, jugueteaba con su lengua en las partes más sensibles. La sacó entera para lamer el tronco y chupar los huevos uno a uno. Sentía un fluido eléctrico que me recorría la columna vertebral. Me tiré hacia atrás y volví a erguirme, grité, y por fin acabé llenándole la boca de mi semen. No dejó caer ni una gota. Siguió la tarea hasta dejarme la verga sin rastros de leche.
¿Te gustó cómo lo hice Papi?.
Estuviste muy bien querida, no pensé que tuvieras tanta experiencia.
Es lo que más le gusta a Dany. Lo quiere cada vez que estamos juntos, y en ocasiones hasta dos veces. Pero con vos me gustó de verdad, chupar esa pijota no es para todos los días, me agrandaste la boca.
¿Te coge bien Dany?
Vos me cogiste mejor. Han sido los mejores polvos y la mejor mamada de mi vida. Con Dany apenas si tengo un orgasmo en cada polvo, con vos perdí la cuenta.
También yo había perdido la cuenta de sus orgasmos. Necesitaba hablarle para reponer mis fuerzas e intentar la aventura de cogerme ese culo de película.
¿Te gustó mi lechita?
Síííí, es más dulce que la de Dany.
Decime ahora ¿por qué seguís con ese tipo? es boludo, es celoso, no te deja hacer lo que vos querés, y encima no te coge de lo mejor.
Es que acabo de darme cuenta de que no estoy enamorada de él. Yo creía que sí, pero esta tarde comprendí.
Ni se te ocurra enamorarte de mí, soy muy mayor, y muy mujeriego. Podemos coger todo lo que quieras, pero nada más.
Prometeme que me vas a seguir cogiendo.
Si me das el segundo punto te lo juro.
Ay Papi me vas a destrozar con esa verga.
Probemos, si no podés aguantar lo dejamos para otra vez.
No te lo puedo negar, probemos, pero cuidame mucho.
Se sometió a la enema de rigor que le apliqué con el mayor cariño. Ya de vuelta en la cama volví a comerle concha, pero no la dejé acabar. Cuando estaba bien caliente le unté lubricante en el anito. Ese ano era una belleza, arrugadito, color té con leche. Me ayudó separando las cachas con las dos manos. Inicié la penetración con un dedo, fue trabajoso pero al fin pude. Agregar otro dedo fue una tarea titánica, lo hacía con total calma y detenimiento, atendiendo bien a sus reacciones.
Ya con dos dedos dentro esperé para dilatar convenientemente el esfínter, abriendo y rotando mis dedos. No se quejaba demasiado.
Divina, te va a doler un poco cuando te entre la cabecita, aguantá que pasa pronto. Vas a ver que al final lo disfrutás.
Sí Sergio, confío en vos.
Volvía a su clítoris con mis dedos para mantener la calentura. Fernanda volaba de excitación. La acomodé boca abajo con una almohada bajo el vientre, el culo se paró desafiante. Se volvió a abrir las nalgas, el ano brillaba por su belleza y por el lubricante.
Apoyé la cabeza de mi tranca en el sitio preciso.
Ahora relajate querida, bien flojita que va.
Empujé con precaución, cuando empezaba a entrar soltó un alarido y se cerró. Comprendió el error y volvió a aflojarse, allí pude ponerle todo el glande. Lo más grueso había pasado la barrera del esfínter. Esperé mientras trabajaba en el clítoris, más tarde seguí empujando con cautela. Gritaba, se quejaba.
Papi, me estás reventando el culo.
Tranquila, ya casi está adentro, aguantá un poco más.
Estaba toda adentro, hasta a mí me dolía de lo apretada que estaba mi verga. Se la dejé así hasta que volví a tallarle el clítoris, se movió al principio muy poco y muy lento.
¡¡¡EL CULO YA ERA MÍO!!!
Un suave vaivén comenzó a darse entre nosotros. El ritmo crecía cada segundo, yo apenas movía la pija dentro del precioso estuche, la mayor parte del gasto lo hacía ella en brazos de la calentura que le causaban mis dedos en su concha. Movía las caderas en círculos, las bajaba y las subía. Un orgasmo. Dos orgasmos.
No quise prolongar el polvo anal, ya habría otra ocasión para hacerlo durar media hora o más. Mi leche caliente dentro del orto la hizo estremecer, debo haberle dejado un hectolitro.
Me dolió mucho, pero al final lo gocé.
Viste linda que no es tan penoso.
La verdad no, y la próxima me va a gustar más.
Sin duda mi vida.
Fernanda transpiraba copiosamente, tenía algunos cabellos pegados a su frente, y eso la hacía más adorable, si es que era posible. Nos duchamos juntos, la jaboné entera con gran ternura.
Bueno Sergio, ahora las fotos mientras haya luz.
Le divirtió la idea de mis relatos, me pidió que narrara este primer encuentro cambiando su nombre y algunas circunstancias, y que no se viera su rostro en las fotos.
Planeaba hacer que de alguna forma lo viera su novio, él no podía dejar de reconocerla, y era una forma elegante de quitárselo de encima.
Esa noche durmió conmigo y ¿ a que no imaginan qué hicimos varias veces?
Rompió con Dany, y fue mi favorita por unos tres años. Hizo una carrera de modelo con gran suceso. Se graduó de médica y trabajó conmigo, es brillante en la profesión.
Conoció un ejecutivo de Shell y se casó con él, ahora vive en EEUU. Vino para tener su primer hijo el año pasado, de hecho que atendí ese parto.
Siempre que ando por USA. la veo y rememoramos nuestros tiempos....en la cama. Sigue siendo una hembra fogosa y muy bella.
Sergio.