Pasando la linea, ¡Por Fin! (2)
Hace ya mucho tiempo que acepte mi bisexualidad, yo sabía que me gustaban tanto los hombre como las mujeres y aunque nunca me había atrevido a tener una relación gay si que habitualmente tenia fantasías sexuales de ese tipo.
Antes que nada me gustaría agradecer profundamente todos los mensajes que he recibí a raíz de mi anterior y primer relato, la primera parte del que ahora publico el final. Creo haber contestado todos los correos. de no ser así pido disculpas y de nuevo transmito mi agradecimiento. También me gustaría excusarme por la tardanza de esta segunda parte pero problemas personales primero e informáticos luego me lo han imposibilitado.
También me gustaría hacer una pequeña aclaración sobre una duda que en varios mensajes me habéis trasmitido; el relato esta basado en echos reales, evidentemente un poco adornado para hacer más amena su lectura y los diálogos no son exactos pero en lineas generales fue como ocurrió y se que soy muy afortunado por haber vivido algo así. No tengo nada en contra de los relatos basados en fantasías e incluso puede ser que más adelante, si puedo, publique alguno, pero este no es el caso.
Solo me queda agradeceros de nuevo vuestro apoyo y pasar a lo realmente interesante... como termino aquella noche.
-Te apetece una ducha, creo que nos hace un poco de falta- Dijo simpático
-Creo que si. ¿No te importa, no?
-Para nada, encantado. Siempre que nos la demos juntos.
-¿Pero aun lo dudabas?- Le dije burlón.
Dejamos la ropa en el salón y pasamos los dos al baño. Un pequeño cuarto de baño con un mueble-lavabo de madera bajo un gran espejo, el WC y una pequeña bañera con mampara de cristal semitransparente. Mientras preparaba el baño yo esperaba dejado caer en el lavabo totalmente desnudo, como el. No podía dejar de mirar ese magnifico cuerpo, ahora por fin sin ningún tipo de complejo. De cerca y con la tranquilidad que ahora tenia, sus lineas me parecían aun mejores.
En uno de los movimientos que hizo se inclino frente a mi, dándome una magnifica perspectiva de su bonito trasero, tan redondillo y respingón que precia dibujado y con una linea central que seguro escondía una pequeña cuevecita sin explorar, al menos por mi. Aquello me encantaba, por fin se hacia realidad lo que tantas veces había sido fantasía, esta vez estaba hay, delante mía y no en una fría pantalla de ordenador. Me acerque a el, quería sentirlo ademas de verlo, lo abrace por la espalda y pase mis manos por su torso, estaba duro, prieto y aun húmedo.
-Gracias otra vez -Le susurre al oído- He fantaseado mucho con esto y pensé que nunca pasaría.
Se giro y me dio un suave beso en los labios.-No hay de que, yo he disfrutado tanto como tu. Y lo que nos queda...
Entramos en la bañera, esta no era muy grande por lo que dejamos la mampara abierta para tener un poco más de espacio para movernos. El agua empezó a correr sobre nosotros arrastrando con ella los restos del placer pasado y dando paso al nuevo placer que estaba por llegar. En ese momento me percate del espejo que estaba delante de nosotros y de la imagen que en el se reflejaba, dos cuerpos masculinos totalmente desnudos que eran regados por el agua. Por un momento me pareció una fantasía, el vapor que empezaba a empañar el cristal le daba a aquella estampa la apariencia de un sueño, pero aquel era yo.
Cogí la esponja y le puse gel. Esta vez no solo esta dispuesto a mirarlo, como en la piscina, quería tocarlo, acariciarlo, quería palpar cada centímetro de su cuerpo y el se dejo hacer.
Empece por su poderosa espalda pasando lentamente la esponja de un lado al otro. La espuma comenzó a deslizarse por los surcos de su cuerpo hasta el suelo, un curioso hilo blanco corría por la raja de su culo como si de una gran corrida se tratara. Me agache poniéndome a la altura de aquel surco y pase suavemente la esponja por el continuando por entre sus piernas hasta notar sus huevos en mi mano, parte esta que con aun más cuidado acaricie con la espumosa.
En ese momento el se dio la vuelta dejando frente a mi cara un pene que pesa a no estar aun totalmente duro ya sobrepasaba sus proporciones normales de relajación. Estaba justo delante de mi cara inclinada hacia el suelo, se la sostuve por debajo con una mano y la limpie delicadamente, con lentas pasadas desde la base hasta la punta, hasta que empezó a dar pequeños espasmos que poco a poco le iban haciendo vencer la gravedad a la vez que ganaba en grosor y dureza.
Aparte mis mano dejando que corriera el agua despejando de espuma su ya vigoroso miembro. Esta era la primera vez que me enfrentaba a una polla cara a cara y no sabia muy bien como actuar. Primero la agarre por su parte central y empece a pajearla haciendo deslizar su piel de arriba a abajo, sin llegar a su un desnudo prepucio ya que me daba sensación de fragilidad, le mire a la cara y entonces vi aquella risita de niño malo que tanto me gustaba y sin apartarle la mirada empece a darle pequeños lenguetazos en su la punta, lo hice, a posta, como si me comiera un helado de manera provocativa, como si fuera una putita que intenta embaucar a un cliente con un chupachups.
El placer le hizo perderme la vista en un pequeño suspiro y vi que había llegado el momento de chupársela por derecho. Primero le di un par de ligeras chupadas al prepucio, aquello me gustaba, me daba sensación de poder, su placer dependía de mi destreza y estaba dispuesto a aplicarme a fondo. Metí su pene en mi boca y comencé a mover la cabeza de modo circular mientras con mi lengua repasaba su prepucio , esto lo había visto en alguna película y parecía funcionar a las mil maravillas, suspiraba y se retorcía de pacer.
Empece a notar en mi boca un curiosa sabor, el sabor a jabón que note en un principio se tornaba ahora en uno nuevo entre dulce y ácido, este si era el autentico sabor de su polla, y puedo asegurar que me encanto. En general me encantaba chupársela, estaba descubriendo que en una mamada no solo goza el que la recibe si no también el que la proporciona. Me estaba poniendo otra vez muy cachondo y mi pene recuperaba rápidamente un tamaño y una dureza acordes con los de el que tenia metido en la boca.
Poco a poco fui metiendo más centímetros de sabrosa carne dentro de mi, el había puesto sus manos sobre mi cabeza y acompañaba a esta en las entradas y salidas, empujando levemente para que cada vez llegara un poco más profundo. Aunque no muy gruesa si que la tiene bastante larga así que de ninguna manera podía comérmela entera como creo que el pretendía hasta que di una pequeña arqueada, el al percatarse de esto dejo de apretar y me dejo hacerlo a mi manera, que por lo visto no era nada mala.
Mientras se la chupaba comencé a acariciarle los testículos, suaves sin un solo bello sobre su estirada piel y poco a poco fui llevando mi mano hacia atrás hasta llegar a su agujerito donde fui enterrando mi dedo, el levanto su piernas y la puso sobre uno de los bordes de la bañera dándome mucha más facilidad para meterle el dedo en el culo mientras no dejaba de mamarsela de una u otra manera. Aquel doble placer tubo que ser demasiado para el ya que no había pasado mucho tiempo cuando le escuche decir, con voz temblorosa, que se corría.
Yo se muy bien el placer que da que en esos últimos instantes sigan chupando y no lo dejen por culpa del temor al semen, así que hice odios sordos a sus advertencias y seguí chupándosela pero ahora ademas pajee la parte de polla que no me cabía. Ademas yo estaba tremendamente caliente, realmente quería experimentar la sensación de su leche en mi boca, era algo que en mi imaginación se me antojaba maravilloso, era como sentir su momento de máximo placer a su vez, como compartirlo físicamente...
Todos mis pensamientos se difuminaron de un pistoletazo en mi garganta. Estaba muy caliente casi me quemaba en la boca, no fue mucha cantidad pero más que suficiente para descubrir su sabor era como el de su propia polla pero mucho más fuerte, ¡delicioso!
Seguí lamiéndosela ahora de forma tranquila e intentando no estimular demasiado su prepucio mientras su semen fue desapareciendo poco a poco, parte rebosando de mi boca y parte camino de mi interior. Sus gemidos se tornaron fuertes y profundos casi quejidos, pero de placer. Lo mire a la cara, tenia los ojos cerrados y la boca entre abierta en un grito sordo con la cabeza inclinada hacia atrás y reposado sobre la pared. De repente regreso a mi la imagen juvenil que un día tuve de el, la imagen de una persona inocente y vulnerable. -Un bello ángel- pensé.
Ese a sido uno de los momentos de mi vida en que me he sentido más orgulloso de mi mismo, era la primera mamada que hacia en mi vida y a juzgar por su apariencia parecía que lo había echo realmente bien.
Fue poco a poco regresando del pequeño trance en el que estaba sumergido y al darse cuenta de que lo estaba mirando casi embobado su cara se torno, de nuevo, en la de el niño pillo que realmente era.
Me levante y fui directamente a su boca, comencé a besadlo, a comermerlo, nuestras lenguas se entrelazaban y las salivas se mezclaban en una sola repartiéndose por todo el contorno de nuestros labios. ¡Dios!, realmente aquel cabrón besaba como nadie. Sentía su respiración en mi cara y el seguro que saboreaba el sabor de su propia polla, cosa, por cierto, que no pareció importarle lo más mínimo. Mientras nos comíamos mutuamente el ya me la había cogido y me la meneaba incesantemente y así seguimos hasta que pocos minutos después descargue lo poco que había podido almacenar en mis huevos, no se muy bien donde termino, una pena, no habría estado mal que terminara en su garganta, pero bueno para otra sera.
-Y dices que es la primera vez que te comes una polla.- Pregunto simpático.
-Pues si, pero creo que lo he visto y soñado tantas veces que casi soy un profesional. ¿No?
-Joder, y tanto. ¡Para que luego digan que el porno no vale para nada!- Dijo entre risas.
Luego llenamos la bañera de agua calentita y nos sumergimos durante un buen rato, charlando, besándonos, acariciándonos... al salir nos secamos mutuamente y esa noche la pase en su casa, durmiendo desnudos y abrazados y esta vez sin soñar ya que no podía haber mayor sueño del que había vivido.