Partida de póker con cuatro abuelos.
La solté para dar paso a las otras dos que esperaban turno, pasando mi viudo a cambiarme mi postura y sentándome apoyada mi espalda en su pecho volvió a clavarme quedado una frente a aquellos tres abuelos con sus miembros ya rígidos en las manos esperando mi boca diera cuenta de ellos.
Tras marcharse la jugosa visita de los últimos días, necesito algo de tranquilidad para recuperar mi dilatado y castigado conejito así como la retaguardia que tanto atendimiento soporto en estos días tan ajetreados pero a la vez muy que muy placenteros, recibo la visita de mi viudo vecino que me hace una proposición algo sorprendente pero a la vez divertida y muy picante, pues dice que cada mes se reúnen en una casa cuatro viejos amigos para jugar una partida de póker y esta vez le toca en la suya y les quiere dar una sorpresa con mi presencia haciéndome pasar por una amante que además les ayudara a servir unas copas durante la misma y hacer la velada algo picante para darles envidia.
Acepto el juego y justo a los dos días cuando es el evento, les sorprendo presentándome ataviada con un vestido rojo llamativo por lo corto y estrecho del mismo, maquillada en plan fiesta para dar un toque profesional al evento así como unos zapatos de tacón fino que al caminar hacen más sinuosa y sexy mi figura, sin que nadie sospeche no llevo ropa interior y que poco a poco les iré mostrando en el juego que erótico que les sorprenderá.
Me presenta a los tres viejos amigos , observando que son todos más o menos de la misma edad, bien conservados para sus años pues alguno incluso aparenta menos aunque el pelo canoso y las barbas blancas de otro los delatan, y tras quedar perplejos con mi presencia pues no esperaban estar amenizados por una figura femenina, comienzan a jugar y una, a mi tarea de ponerles unas copas usando algo de sutileza erótica al servírselas, haciendo hincapié al agacharme sobre la mesa que mis pechos fuesen pasto de sus devoradoras miradas, riendo disimuladamente mi viudo vecino dándose cuenta de mi juego.
Quedo observándolos apoyada en la espalda de mi viudo con mis manos en sus hombros y con mis dedos jugando disimuladamente con su cuello y lóbulos de las orejas, haciendo que todos anden algo despistados pues sus miradas a las cartas y a mis manos los delatan.
Le acaricio leve y sutilmente el cuello incluso en alguna ocasión mi mano juega con el vello que asoma por el cuello de la camiseta de su frondoso y espeso pelamen de su pectoral, haciendo que algunos se le deslice alguna gota de sudor por su frente, pues no pierden detalle de mis discretos pero eróticos movimientos.
Les pregunto si tienen calor pues veo alguno más con sudor por la frente y dicen que es por las copas, pidiéndome uno le deje un pañuelo de papel para limpiarse, acercándome a mi bolso y tras sacar uno, me acerco a él y continuando con mi juego, le limpio la sudor con la excusa para que no toque las cartas y se humedezcan, situándome en su espalda y tras sujetarle la cara levemente con mi mano acariciando esta disimuladamente le limpio la frente, haciendo que el resto deje de mirar las cartas y estén más pendientes de mí.
El gesto de mi mano por su cara rozando la barba de dos días hace que su entrepierna se despierte, pues acto seguido con una mano disimuladamente intenta acomodarse el miembro que parece quiere salir del pantalón mientras mi anfitrión viudo apenas puede contener una sonrisa al ver la cara del resto.
Vuelvo al bolso a depositar el paquete de pañuelos haciéndome la despistada y dejándolos caer al suelo, agachándome levemente y mostrando parte de mi trasero desnudo que seguro todos vieron perfectamente, y que con toda seguridad ya había puesto en órbita algún miembro más de aquella vieja guardia.
Regrese nuevamente a la espalda de mi vecino reiterándome en mis caricias y que además gana la primera partida, dándole como premio un beso mientras mi mano acaricia su cara con descaro provocando el celo y envidia del resto pues sus miradas los delatan.
Al rato vuelvo a traer la cubitera ya que les puse poco hielo a las copas y me dispongo a depositar los cubitos en ellas, haciendo salpique al depositar uno en una copa en la entrepierna y la pata de los pantalones de uno de ellos, que rápidamente me dispongo a secar con un paño pidiendo perdón a la vez que lo limpio, pasando el paño por el pantalón y llegando a la entrepierna que también presiono levemente para secarla, tocando un sorprendente bulto que delata esta medio empalmado, poniéndose algo ruborizado cuando ve mi descaro , haciendo alguno se le escape un resoplido.
Le vuelvo a pedir perdón por haberlo mojado y le hago ruborizar más cuando le dio un beso cariñoso en la mejilla, continuando con mi labor de poner hielo en los vasos.
La partida sigue su curso entre mis juegos, pasando ahora a coger un cubito y restregármelo por la frente y cuello diciendo el calor me sofocaba llegando incluso a bajarlo con descaro por la ranura de mis pechos, haciendo alguno se le caigan las cartas al suelo, dirigiéndome rápidamente a echarle una mano agachándome con cuidado de no reventar el vestido pero abriendo mis piernas y mostrándole el final de mis muslos que le hace abrir los ojos como platos.
La partida sigue su curso y yo mis juegos cuando ante mi sorpresa mi viudo con descaro me acaricia uno de mis muslos mientras juega, subiendo su mano y llevándola hasta dentro de mi falta, provocando alguno resople y se vuelva a acomodar la entrepierna mientras me hago la disimulada de que estoy pendiente de la partida, viendo ahora mi vecino tras subir un poco la mano más que ciertamente no llevo ropa interior.
Veo. dice uno que has retomado una buena relación con esta mujer tan atractiva y guapa, dirigiéndose a mi viudo, nos estas poniendo los dientes largos a todos con semejante mujer, dijo otro rompiendo el hielo.
Mi vecino les responde y confirmándoles una, que solo es una relación de darnos cariño y calor ,que somos adultos y solo queremos pasarlo bien, dándole un beso en la boca a la vez que mi mano con descaro ahora agarra su entrepierna y la froto con pasión marcando su dureza mientras nuestras lenguas juegan unos segundos.
Joder dice otro, que suerte y nosotros con nuestras viejas mujeres más frías que el polo norte y tú con esta hembra de ensueño y además restregándonosla por los morros en la partida, y no te ofendas a la vez que se dirige a mí, no va en sentido ofensivo es que nos pusiste cardiacos y con nuestra edad entrar así y verte nos va a dar un infarto a más de uno.
Al que le limpie el pantalón, me mira y me dice, cuando me estabas limpiando casi te agarro y te morreo, me pusiste a cien y al vete agacharte y ver no llevas nada más aun, la verdad que el juego de ponernos malos lo hiciste bien y así nos va en la partida que no damos una.
Las risas inundaron la sala rompiendo el hielo definitivamente, y más cuando les dije que era una mujer liberada que desea disfrutar de la vida y no se anda con pequeñeces pues hay que pasarlo bien, a la vez que le dije que ya había notado al limpiar el pantalón algo de calentura y dureza en la entrepierna.
La mano de mi viudo con descaro subió ya por mis muslo y acaricio mi sexo ante la mirada atónita del resto echando su silla hacia atrás y tras ponerme entres su piernas con sus manos subió levemente mi vestido por atrás agarrando mis glúteos mientras pegaba su nariz a mi sexo y lo olía con fuerza a través de la ropa.
Esto es lo mejor que me ha pasado después de quedar viudo, les dijo, esta hembra ha levando mi espíritu y alguna cosa más que pensaba estaba muerta y es una mujer increíble en la cama y además como dice muy liberal y sin complejos.
Tu espíritu y algún espíritu más está levantando ahora mismo dijo otro, echándose mano al a su entrepierna y marcando su duro rabo con descaro… madre mía como me puso esta mujer, reitero mientras los demás se reían.
Perdía al rio, pensé para mí, esto ya no tiene freno, y agarrando el cinturón del pantalón del viudo se lo quite abriendo la cremallera y tras sacar ante la mirada atónita de todos su duro y grueso miembro me senté sobre el sin miramientos pues mi conejito hacía rato ya estaba hidratado y listo para ser penetrado.
Este me retiro el vestido, casi rompiéndolo con las premuras, dejándome totalmente desnuda mientras cabalgaba sobre su pollon en presencia de aquellos tres atónitos abuelos que con manos en sus miembros los frotaban a través del pantalón viendo como era follada salvajemente, pues sus fuertes garras me tenían presa por la cintura y me hacían subir y bajar de su miembro enérgicamente entrando este y saliendo como un taladro de mi agradecido chochito.
Alargue la mano entre gemidos mientras estaba a punto de tener mi primer orgasmo y acercándose uno, le agarre la entrepierna notando su duro miembro que le anime a sacar y tras mostrármelo en plenitud de dureza pues sus marcadas venas resaltaban en su largo tronco, agarre este con la mano para llevármelo a la boca y degustar aquella lustrosa cabeza que a lo más seguro llevaba tiempo sin ser devorada.
Acto seguido me agarro la cabeza entre suspiros y gemidos para que no parara de mamársela mientras los otros dos rápidamente liberaron también sus miembros y sujetos por sus manos me los ofrecieron para degustarlos cuando me liberara su caliente compañero que gemía como un becerro desbragado ante mi suculenta comida.
La solté para dar paso a las otras dos que esperaban turno, pasando mi viudo a cambiarme mi postura y sentándome apoyada mi espalda en su pecho volvió a clavarme quedado una frente a aquellos tres abuelos con sus miembros ya rígidos en las manos esperando mi boca diera cuenta de ellos.
Los fui alternado al igual que ellos mis pechos y pezones que comían mientras devoraba el rabo de otro, llegando pronto uno a soltar su primeras e incontenidas ráfagas de leche que no tuve más remedio que tragar ante la situación que me encontraba, llegándome un orgasmo descomunal en ese momento que hizo casi me ahogara ,quedando unos segundos sin respiración, aunque rápidamente en la puerta de mi boca había otro jugoso miembro que estaba siendo descapullado para devorar su rosada y gorda cabeza.
Este era más fino en el tronco pero muy cabezón haciendo esta fuese difícil de tragar aunque era deliciosa por su suavidad y tacto en mi boca, jugando al mismo tiempo con sus enormes y colgantes pelotas que le hacían gemir como un verraco salido.
Con todo aquello mi viudo estaba a punto reventar pues sus gemidos lo delataban y tras comenzar a besar y mordisquear mi nuca, comenzó a soltar su nata en mi interior con una virulencia que delataba su tremenda excitación.
Cese en su monta cuando note aflojaba su miembro y tras levantarme el del grueso cabezón y largo y fino miembro se ofreció a ocupar su puesto y tras ponerse por atrás y voltearme sobre las piernas de mi viudo, agarro su miembro y lo guio entre mis muslos hasta mi sexo que penetro sin miramientos ayudado por la extrema lubrificación que tenía, sintiendo su enorme cabeza como rozaba con las paredes de mi chochito que agradecía enormemente aquella visita.
Fue tanto el placer de aquel miembro que apenas puede contener un nuevo orgasmo en pocos minutos de faena de aquel abuelo que sabía moverse por atrás como un maestro de samba haciendo las delicias de mi sexo con aquel largo miembro que entraba hasta el fondo de mí.
En el ardor de la batalla no tarde en recibir por la boca otro más corto aunque mucho más grueso y venoso que apenas me dejaba entrar aire cuando lo comía degustándolo con pasión hasta que en pocos minutos también comenzó a soltar su pastosa nata en mi boca que deguste también tragándola en su totalidad, sorprendida gratamente por la cantidad y la espeses que tenía para su edad.
La saco el del rabo largo y cabezón e intuyendo me habían dado por la puerta trasera, acerco su boca a mi oído y pidió permiso, diciéndole mi viudo vecino que adelante que me gustaba y el ya había entrado por ahí varias veces, enfilando acto seguido su cabezón miembro que froto en la puerta hasta ver entraba y de una golpe seco me ensarto como una chincheta a la pared.
Se movía de lujo y me hizo gozar hasta llevarme a un clímax continuo que me tenía dominada, agachándose ante la sorpresa de todos uno de ellos y con una postura un poco incomoda comenzó a comerme el chochito mientras su socio seguía dándome por atrás…. Fueron unos minutos de locura que acabo en un orgasmo casi acompasado con la descarga de aquel viejo en mi trasero haciendo me tuviera que apoyar en las fuertes piernas de mi vecino viudo para no caer al suelo rendida tras aquel apoteósico final.
Sin apenas haberme dado cuenta aquellos cuatro viejos sementales habían descargado sus plumas en mí y me habían dejado para el arrastre, pasando un segundo al baño a asearme y refrescar mis agujeritos que estaban supurando aun jugos.
Cuando salí, aun ellos andaban desnudos con sus miembros semi dormidos pero aun lustrosos pues se balanceaban con descaro cuando andaban a coger una copa a las que me uní también desnuda siendo sometida a una revisión visual descarada así como algunas caricias y azotes en el trasero, deslizándose mi mano de vez en cuando a acariciar alguno, activando el ánimo rápidamente a más de uno, sospechando la cosa no acabaría así tan pronto.
Y estaba en lo cierto pues tras una hora de conversación y reposo, mi viudo vecino me ofreció su miembro para que comenzara a degustarlo y volver a levantarlo, viéndome de golpe acorralada por los cuatro que con sus miembros despertando pedían paso por cualquier agüero.
Perdí la noción del tiempo cuando mi boca y mi conejito recibían la entrada de sendos miembros mientras otros dos esperaban turno mientras pellizcaban mis pezones con sutileza y delicadeza, volviéndome a provocar otro orgasmo de los que dejan huella, pues casi se me doblan las rodillas, pasando a ahora a ser taladrada por otro que se había sentado en la silla y tras ensartarme por mi retaguardia mi sexo quedo al beneplácito de la boca de otro que devoro con esmero y pasión, intentando gemir cuando otro tapono mi boca y comenzó a follar esta con suavidad.
Apenas daba crédito de semejante monta y grata atención recibida, alternándose ellos ahora en algunas posiciones, provocando a los pocos minutos por suerte para mi sufrido pero agradecido cuerpo, que ya dos de ellos volvieran a descargar en mí, uno sobre mis pechos y otro en mi trasero, pasando a ser tomada por los otros dos que volvieron a penetrar mi boca y chochito como si el alma les fuese en ello.
Aceleraron sus movimientos pues andaban excitados al máximo, volviendo a descargar sus plumas, saciándome como hacía tiempo no lo hacían, pues quede rendida y sometida por aquellos cuatro abuelos que de viejos tenían poco en sus afinadas herramientas.
Pedí una toalla pues mi vestido estaba semi roto y tras salir del piso momentáneamente me fui a asear al mío que estaba al lado y a cambiarme de ropa, regresando tras una jugosa ducha y un café que me devolviera otra vez a la vida, pues parecía andaba aun en una nube.
Estaban ya los cuatro vestidos y con una copa en la mano esperándome, ya que la partida había quedado suspendía, entablando la próxima cuando volviéramos la ronda allí, pues en las casas de los otros tres difícilmente podrían hacer lo mismo con sus mujeres presentes.
Contando los días como una desesperada ando, para que la partida vuelva a la casa de mi viudo vecino, aun a sabiendas recibiré antes alguna atención cariñosa por su parte.