Participamos los cuatro

Se empieza con una chica aburrida, y terminamos los cuatro juntos.

Empieza la noche tranquila y calurosa, en la terraza de un bar saboreo un café largo con mucho hielo.

En la mesa contigua hay una pareja muy acaramelada, que aprovechan entre cucharada y cucharada de helado para darse besos de una forma exageradamente empalagosa. Les acompaña otra chica que luce unos "morros impresionantes". No cabe duda que algo no está saliendo a su agrado o que le han dado plantón.

De vez en cuando se queja a la pareja que le acompaña. Ellos tratan de contentarla, y en cuanto se tranquiliza, ellos vuelven a sus besos y caricias como si estuviesen solos en el local.

Veo como la chica le pone la mano sobre el pantalón y él enardecido se lanza a darle más y más besos. De nuevo la chica sin pareja les interrumpe, ese proceder debe resultar de lo más fastidioso, pienso para mi.

Discuten entre ellos tres. El chico se levanta cabreado y se va al lavabo, le sigo, creo que sabrá apreciar mi ayuda.

Mientras meamos le hago un comentario sobre lo guapas que son sus amigas. Enseguida responde a la invitación y me cuenta su problema. Un amigo suyo le ha plantado y le ha dejado tirado con las dos chicas de afuera. Una está loquita por sus huesos y la otra esta loquita por fastidiar la noche por haberse quedado sola.

Le propongo que me presente como amigo suyo y así poder sustituir al ausente. Duda un instante, pero nada más imaginar lo que puede ser no tener la pesadilla de la amiga encima, le hace decidir afirmativamente.

Dadas las circunstancias tengo una entrada triunfal. La pareja puede, por fin, dedicarse a sus cosas, y la amiga, Luciana empieza a olvidar el enfado.

Pasada media hora, la pareja está a punto de derretirse ante tanta calentura, y están deseando cambiar de aires. Les propongo que vengan a mi apartamento.

Los tres se sorprenden de mi disponibilidad, pero les pica la curiosidad y aceptan. Al llegar nos tomamos otra copa y el chico me pide que le deje utilizar una habitación. En el rincón, su pareja me mira con ojos suplicantes para que acepte y puedan echar un buen polvo. Creo que una oportunidad así no se les presenta cada día y no voy a ser yo quien la estropee.

Un par de minutos después de cerrar la puerta tras de sí, empiezan a oírse los ruidos propios de un polvo apresurado y poco sofisticado. Ella gime de forma exagerada.

Mientras, Luciana y yo, vamos mucho más despacio y nos vamos calentando lentamente. Empezamos por contarnos confidencias más o menos picantes y luego alguna fantasía morbosa.

Nos besamos y nos dedicamos tiernas caricias. Poco a poco nos vamos desnudando y voy descubriendo sus puntos más sensibles y su poderosa sensualidad.

Nos revolcamos encima del sofá, buscando la postura que nos permita las caricias más delicadas y también las más atrevidas. Ella solo tiene puesta una diminuta braguita tipo tanga de color negro que estoy deseando arrancar de un tirón.

Al principio se resiste un poco, pero después de pasar repetidas veces mis dedos por encima de la braguita, juguetear con los pelitos que le salen por los costados, y meter la yema de los dedos por debajo de la tela, se la deja quitar enseñándome primero un triángulo oscuro y peludo. Luego me enseña su coñito rosado y ligeramente entreabierto.

Sin dudarlo acerco mi cara para percibir su intenso aroma. Le beso en la cadera repetidamente, luego me voy acercando hacia su rajita mientras se estremece impaciente.

Uhmmm que cosa tan rica!!!, digo entre dientes,

—    ¿me dejas que te la coma un poquito?, le pregunto con picardia, “¡ que coñito tan lindo!, uhmm…y que bien huele…primero lo vamos a chupar un poco…luego jugaremos… y después me lo voy a follar—

—    Si… si cometelo…me apetece mucho…— me dice mientras sujeta con las manos mi cabeza.

D espués de varias lamidas, y de pasar el dedo entre sus labios mayores… su coñito se empieza a abrir como una flor…enseñándome su rosado interior y un hermoso pliegue que esconde un botoncito muy sensible.

Cada vez que lo rozo, ella se estremece…gime y me pide que lo tome entre los labios y lo castigue hasta hacerla gritar.

Ya estamos lo suficientemente preparados para continuar. Ella me espera tumbada sobre el sofá con las piernas bien abiertas. En este momento creo que le va a gustar mucho más si la follo por detrás, así que la tomo de una mano y la hago poner a en cuatro.

Al principio no parece gustarle la idea, pero cuando se acomoda apoyándose sobre los antebrazos y siente como su culito y el chocho quedan bien expuestos para ser tomados con fuerza, me espera impaciente.

Aprovecho para acariciar su espalda, sus caderas y el interior de sus muslos. Luego paso la mano por sus nalgas y por la rajita del culo. Aprueba mis caricias ondulando la espalda siguiendo mis caricias.

Llega el momento de meterla. Poco a poco la voy clavando. Ella gime y se trata de revolver al sentir como este pedazo de carne ardiente se acomoda dentro de su hoyito.

Cuando ya la tengo bien dentro le doy un par de empujones fuertes para que sienta mi miembro clavarse hasta lo más profundo de su coño Gime como si se estuviera rompiéndose por dentro.

Vuelvo la cabeza y veo que la pareja que había dentro de la habitación, nos observan con curiosidad y expectación. Me gusta… y siento que todos ellos les va a gustar lo que hagamos.

—    Venid…venid… si queréis ver como se echa un buen polvo… a ella seguro que no le importa… verdad cariño? — les digo mientras doy varias sacudidas un poco más rápido y más fuerte a Luciana.

—    ¿a que te gusta?... dime que si” — le digo mientras bombeo con fuerza conta sus nalgas.

—  Siiii…. Dame más….así…..dame…dame… sigueeee— dice ella prolongando las letras.

La pareja se acerca y ambos desnudos se sitúan a nuestro lado dispuestos a mirar llenos de expectación y dispuestos a no perder detalle.

Yo sigo bombeando con decisión y fuerza durante unos minutos más. Luego la saco bien mojadita de sus jugos, se la enseño a ambos, la restriego por las nalgas y los muslos de Luciana. La vuelvo a encarar y la meto hasta el fondo de un solo empujón. Luciana gime extasiada mientras pide que continúe dándole bien fuerte.

La vuelvo a sacar y llevo mis dedos hacia su coñito. Tal y como está colocada, queda bien a la vista y le digo a la pareja que miren bien mientras que con los dedos separo sus labios menores.

Un hilito de lechecita sale resbalando por los muslos. Lo recojo con los dedos y tras pasarlo cerca de las narices de ellos me lo llevo a la boca. Lo chupo con mucho deleite.

—    ¿a que tiene un conejito muy lindo? — les pregunto.

Su amiga se acerca más a Luciana para decirle:

—    Jo tía, tienes el chocho mas abierto que yo que se… y te estas corriendo como una perra… a ver si me dejas a mi un poco…—

Mientras, cojo la mano del chico y la llevo hasta la entrepierna de Luciana. Ella ahora no distingue quien la acaricia ni creo que tenga interés en parar las caricias.

Tras unos instantes de vacilación hago que el chico se ponga detrás y la encule hasta el fondo. Luciana vuelve a gemir al sentirse de nuevo penetrada.

Para que su amiga no se enfade mientras ve como su novio folla con su amiga, le hago que recoja con su lengua todos los fluidos que me mezclan en mi polla.

Tomo su cabeza entre mis manos y la conduzco suavemente para que aprenda a hacerme una mamada como a mí me gusta.

Mientras su abundante melena de pelo rizado se enreda entre mis dedos, contemplo con gusto como el chico da unas buenas embestidas que hacen gemir a Luciana cada vez que chocan sus cuerpos sudorosos.

El, parece enloquecido con el vaivén, la postura tan sugerente y el morbo de darle una buena follada a la amiga de su novia …y además con ella presente.

Tomo la cabeza de Rosa entre las manos y la hago retirarse lentamente. Mientras se atusa el pelo, se relame los labios y me mira con deseo. La coloco a mi lado y le hago seguir la escena como espectadora. En principio parece molestarle y una expresión de celos aparece dibujada en su cara.

Poco a poco, el semblante va cambiando hasta que termina por mirar con curiosidad y satisfacción el polvo entre su novio y su amiga Luciana.

Supongo que debe pensar que su novio la está follando de manera que Luciana siempre la envidiara por tener un novio tan ardoroso y buen amante, y esto la llena de orgullo.

El bombea contra el culo de Luciana con fuerza, encorvándose de gusto cada vez que la mete hasta el fondo. Ella por su parte, se deja empujar, su cabeza se mueve a un lado y otro, y sus pechos se mueven acompasadamente siguiendo los empujones con mucho erotismo.

Me pongo detrás de Rosa y le tomo los pechos con la mano, aprieto mi cuerpo contra el suyo y le susurro al oído la descripción de lo que ella está viendo con sus propios ojos.

Le encanta oírmelo decir y frotar sus nalgas desnudas contra mi pubis.Su novio se termina corriéndose y grita como un animal. Se deja caer exhausto junto a Luciana que todavía permanece a cuatro patas sobre el sofá.

Todavía está relamiéndose del orgasmo que ha tenido con Sebas, cuando siente mi mano sobre su cadera. He empujado a Rosa hasta ponerla justo detrás del culo de Luciana.

Esta tiene las nalgas completamente mojadas y el chochito abierto y enrojecido.Para estimularla de nuevo y llamar su atención le doy un par de azotes en las nalgas.

Enseguida responde sorprendida y expectante para saber qué le vamos a hacer nosotros.

—    Mira que chochito mas cachondo tiene tu amiga— le digo a Rosa mientras con los dedos separo los labios mayores para que pueda ver con detalle coño de su amiga.

—    ...y que sensible está!.....mira lo que pasa al pasar el dedo por encima del botoncito— le digo mientras acaricio su clítoris completamente hinchado y duro.

Luciana contonea sus caderas, esperando las caricias que le voy anunciando en voz alta. Tomo la mano de Rosa y la acerco hasta los muslos totalmente humedecidos de su amiga.

Le hago que los acaricie levemente y luego hago que su mano vaya subiendo hasta ponerse encima de la rajita.

—    ...notas lo caliente que esta?...¿a que no te esperabas tener una amiga tan apasionada?... ¿quieres que le demos un poco mas de gusto?...¿lo hacemos entre los dos...vale?, le digo a Rosa, mientras hago que pase su dedo por encima de la raja y se vaya hundiendo dentro de ella.

Se muestra algo nerviosa ante la experiencia. En cambio su amiga Luciana está encantada sin preguntarse de dónde vienen las caricias tan placenteras y delicadas.

—    Vamos ... métele el dedito... que lo esta deseando... ella no sabe que eres tú...", "...así.. así ves cómo le gusta y se retuerce....dale fuerte... y mas rápido... hoy tiene el coño muy hambriento y hay que darle mucho gusto—

Le tomo la mano y hago que cruce el dedo medio sobre el índice y los vuelva a meter los dos juntos en el hoyito. Luciana jadea como una perra mientras pide más y más.

Me mojo bien los dedos con el abundante flujo que lo impregna todo y lo extiendo por el ano. Cuando lo tengo bien mojadito, y mientras que Rosa sigue con el mete y saca de sus dedos, le meto el dedo pequeño poco a poco.

Una vez dentro del culo lo muevo, mientras Luciana no sabe cómo ponerse ni que decir ante tanto placer. Yo también me he excitado mucho y aparto un poco a Rosa para poder ponerme detrás de Luciana. Me agarro la polla con la mano y restriego el capullo por sus nalgas, sus muslos y por encima de la rajita.

Siento como un escalofrío me recorre la espalda, y como no puedo reprimir el impulso de clavarla de un fuerte empujón. Bombeo tres o cuatro veces, haciendo chasquear la piel al chocar mi pubis contra sus húmedas nalgas y muslos, cuando siento que Rosa me abraza por detrás, se aprieta a mí aplastando su pecho con mi espalda.

Nos convertimos así en un solo cuerpo que se mueve lentamente de atrás hacia delante, una y otra vez para follar el coño totalmente dispuesto de nuestra amiga Luciana.

Después de unos instantes, Rosa mete la mano por entre mis piernas y hasta llegar a coger mis huevos, que sueltos van chocando una y otra vez con las nalgas de ella. Me los aprieta, siento un dolor y un gusto tan intensos que me arrugo como un trapo.

Luego pasa la mano desde mi culo, pasando por encima de la cadera hasta llegar al vientre. Baja la mano hasta poner mi polla entre la abertura de sus dedos. Pone la palma plana sobre mi pubis y me pide que la clave hasta el fondo.

Así lo hago, teniendo la mano entre mi cuerpo y el culo de Luciana. Así Rosa recibe todos y cada uno de los empujones sobre su mano, mientras su cuerpo acompaña al mío en este vaivén incesante y maravilloso.

Siento como se aplasta contra mí, tratando que mi penetración sobre Luciana sea lo más profunda posible, y además con una cierta brusquedad.

Rosa quiere follar a su amiga teniéndome a mí como su instrumento de placer.Pasados unos minutos me hace tirar hacia atrás, haciendo que mi polla se salga del hoyito tan húmedo y caliente donde estaba disfrutando tanto.

Me la coge y como si fuese la suya propia, la va restregando por el culo y los labios de la vagina de su amiga. Me siento desfallecer ante un frote tan intenso.

Luego me la empieza a menear lentamente, haciendo que la punta vaya golpeando repetidamente contra el coñito de ella. La condenada sabe hacerlo bien, y cuando nota que me pongo tenso y la eyaculación esta próxima, se detiene, me la aprieta o me aplasta un poco los huevos.

Con esto consigue retrasar una y otra vez mi deseada explosión. Por suerte, luego la dirige de nuevo al chochito de Luciana, que no deja de destilar abundante flujo, la humedece bien y me la vuelve a menear hasta llevarme a borde del orgasmo.

Finalmente, me adelanto a sus artimañas y llego hasta el final. Una avalancha de semen sale disparada hacia la espalda de la Luciana.

Rosa aprovecha para darme otros meneos intensos y así me saca en diferentes andanadas toda la leche que almacenaban mis doloridos huevos desde hace rato.

Es tan grande el placer, que las piernas se me doblan y debo apoyarme en el sofá. Cierro los ojos y dejo que Rosa me termine de ordeñar con mucho mimo.

Antes de abrir los ojos, siento como una boca aterciopelada engulle mi reblandecida polla y la llena de caricias con la lengua.

Deverano.