PARTE III: Follando con la esposa de mi tío.

Una relación incestuosa que inicia con mi prima, ahora continúa con mi tía. Ana se ha enamorado de mi cuerpo y desde luego… de mi polla. Una mujer madura como Ana busca el placer de un chaval joven y atlético. Un coño como el de ella, merece una polla como la mía.

(PARTE I Follando con mi prima – El comienzo.)

(PARTE II: Follando con mi prima – Enamorados.)

(…)

Ana se portó muy gentil conmigo durante la semana. Después del incidente de la noche anterior, no hemos vuelto a coincidir en las mismas condiciones. Me refiero a mirarla con su baby doll. Aunque no era necesario para degustar de su increíble cuerpo. Ana solía ir al trabajo muy temprano; siempre vestía ropa elegante, pero a la vez muy provocativa.

Un día, ella salió con una blusa de escote en “V” que hacía honor a sus tremendas tetas, estaban a punto de salirse de aquella prenda. No entiendo qué pretendía con ponerse una ropa así de ajustada. Y ni hablar, con su minifalda que silueteaba su trasero. Más que una empresaria, oficinista, ejecutiva o mujer de negocios, siempre vestía como una puta, como una cualquiera solicitando pollas grandes.

Durante la semana, tuve que jalarme todas las noches pensando en Ana. Me prendía con solo mirar su cuerpo y más cuando se cambiaba y se ponía algo ligero para estar en casa. Una noche de martes me pareció ver que Ana no llevaba sujetador, porque se marcaban sus senos que también eran grandes. Tuve que ir corriendo al baño para descargar mi calentura porque solo imaginar la escena, mi polla comenzaba a hincharse.

En menos de un mes, me había follado a mi prima y estaba loco con la figura perfecta de  la mujer de mi tío. Debía ser agradecido y así fue. Devolvía tal gratitud cocinando para Ana y para mi prima. Las dos siempre me alagaban diciendo que era un buen cocinero, que cocinaba demasiado bien y que podía enamorar a cualquier mujer con estos simples detalles.

El fin de semana, mi prima dijo que iba a salir con sus amigas y que no iba a llegar sino hasta pasado el mediodía del sábado. Mi tía no tuvo problema con la petición de mi prima.

̶ ¿Piensas ir con Alice y sus amigas? ̶  preguntó mi tía.

̶ Alice no me ha invitado. Además tengo un dolor de cabeza que está que me estalla.

La verdad es que Alice me había contado de la salida y me había pedido que vaya con ella. Con una semana sin follar, ni siquiera un faje con la ropa puesta, por la presencia de mi tía; mi prima estaba tan caliente como una perra en celo y quería que le metiera la verga. El problema era que no encontrábamos el lugar. La salida con sus amigas era una treta para follar. El plan era ir a un bar con sus amigas y luego, dormir en casa de una de ellas donde podríamos coger sin reparos.

Sus amigas no conocían de mi identidad como su primo y resultaría fácil hacerme pasar por su enamorado. Esa era la idea, pero no me sentía con ánimos. A pesar de que Alice llevaba una semana sin follar; yo, todas las noches, me masturbaba pensando en Ana y me llegaba a correr. Estaba cansado, con sueño y decidí en no ir. El dolor de cabeza al final fue solo un engaño.

Decisión que me arrepentí cuando vi a mi prima bajar por las gradas. La palabra “PUTA” hacía relucir su figura, en todo su esplendor. Llevaba un vestido rojo tan ajustado que parecía su verdadera piel. Cincelaba sus curvas desde sus tetas hasta su culo. Unas piernas deliciosas aparecía por el escote de la falda, y los tacos que se había puesto, del mismo color, hacía verla más alta, lo cual era hermoso para ella. Llevaba el cabello suelto y se había pintado los labios de lápiz labial rojo. Era un verdadero demonio en la Tierra. Su perfume se iba quedando impregnado en la sala, era un aroma tan cautivador que inmediatamente hizo reaccionar mi verga. Se comenzaba a hinchar y si no fuese porque me puse de pie, hubiera sentido una tremenda presión dentro de mis pantalones.

̶ ¡Alice, espera! ̶  le dije, antes que saliera de casa.

̶ Que sucede Javier. ̶  me respondió con algo de frialdad.

Cuando le conté que no iba con ella, Alice se enojó conmigo. Me contó el plan que había hecho para follar conmigo, pero con mi rechazo ya no tenía importancia.

̶ Te ves estupenda. Muy sexy. ̶  le dije tomando de su cintura y llevándola hacia mí para besarla.

Ella me rechazó, poniendo sus manos sobre mi pecho.

̶ Me he maquillado y me he peinado toda la tarde, para que me vengas a desarreglar a estas horas. ¡Olvídalo!

̶ ¿Vas a ir solo con tus amigas? ̶  pregunté, temiendo lo peor.

̶ En un inicio era solo con ella y contigo. Ahora que me has rechazado, he invitado a mi novio.

Esas palabras me hicieron volver a las palabras de mi tío contándome que Alice iba a contraer matrimonio en poco.

«¿Será tan puta para tener novio y querer follar conmigo?», me dije.

̶ ¿Tu novio? Con el que vas a casarte. ̶  pregunté.

̶ Sí, con él. ̶  me miró fijamente. En sus ojos relucía una mirada recriminatoria hacia mí.

Hubo un silencio en la infinidad de la noche antes de que ella continúe:

̶ ¿Sabes algo? ̶  me dijo acercándose a mi oído.  ̶ Esta noche quería que me hagas tuya. Mi coño reclama tu verga. Sería una lástima que alguien que no seas tú, se folle a esta hembra y la haga gritar de placer. ̶  susurró llevando mi mano hacia su entrepierna.

Me di cuenta entonces que la muy perra no llevaba nada debajo. Simplemente iba con su vestido y no se había puesto su ropa interior.

«Maldita PUTA», me dije.

Alice sin más que decir, se retiró moviendo sus caderas de lado a lado. Por mi mente pasó su cuerpo, sus tetas y su culo galopando en otra polla que no fuese la mía. Me llené de celos y de rabia. Pero no podía hacer nada para entonces. Alice era una mujer excitante, lujuriosa, pero también libre para follar con quien le venga en gana.

«Ojala y le rompan ese coño de puta que tiene», pensé mientas se subía al coche que sus amigas que habían venido por ella. Alice se despidió, con un beso volado al cual ni ostias le paré atención. Quería ver si en el coche iba algún chico con el cual mi prima iba a follar esa noche y yo me quedaría en casa como el pendejo que he sido.

̶ ¿Qué ha sucedido? ¿Por qué has tardado tanto en entrar? ̶  preguntó mi tía situándose en la sala cómodamente.  ̶ Afuera hace mucho frío y no vale que tu cuerpecito se enferme ̶  se rio.

̶ Le he dicho a mi prima que se cuide mucho y nos hemos quedado esperando a que sus amigos vengan por ella.

̶ Qué primo más protector tiene Alice  ̶  me miraba con aquellos ojos hermosos.  ̶  Ahora que nos hemos quedado solos, podemos relajarnos y ver una película. ¿Quieres? ̶  me invitaba a sentarme junto a ella.

Pues qué más daba. Me había quedado sin ir a tomarme unos tragos con mi sexy prima y me había quedado sin follar; al menos, podía disfrutar de la presencia de mi tía y luego hacerme una paja en honor a ella, antes de dormir.

̶ Ana. Me gustaría hacerte una pregunta

̶ Claro corazón. Cuéntame que te inquieta  ̶ respondió con la dulzura que ella tenía conmigo.

̶ ¿Cómo te enamoraste de mi tío?

Ella sonrió.

̶  Vaya pregunta. No me he enfrentado a ella durante mis años que llevo casada.

̶  Es simple curiosidad ̶  llego a responder.

̶ No es nada del otro mundo. Tu tío y yo somos personas del mismo ambiente: negocios, viajes, patrimonios, dinero, ejecutivos, etc. A Fernando lo conocí en un viaje de negocios justamente, estaba recién separado, con Alice pequeña y pues, nos enamoramos a simple vista. Es un tipo muy agradable, y talentoso en los negocios.

̶ Llevas ya algunos años de casados. ¿Por qué no han llegado a tener hijos?

Ana me miró intrigada, como si hubiera topado un tema muy delicado en su vida. Pero en instantes ella se rio escandalosamente.

̶ Los negocios mi amor. Ni él quiso tener más hijos, ni yo quería arruinar este cuerpo escultural con el embarazo. Aunque no lo creas Javier, todo lo que ves es natural, nada de operaciones como muchas niñitas lo hacen. Además no iba a permitir que el simple embarazo me arruine. ¿Has visto como quedan las chicas luego del embarazo? ¡Es espantoso! Así que decidí hacerme la ligadura.

̶  Entonces ya no puedes tener hijos ̶ dije mirándola desconcertado.

̶ Insisto. Para qué tener hijos si así estoy bien. Me doy la vida que quiero, tengo un cuerpo de lujo y no necesito de estarme poniendo inyecciones o cuidándome con pastillas para no tener hijos. Con tu tío podemos follar sin miedo a nada y a pelo.

Ana se puso colorada después de percatarse de lo que acababa de decir. Yo también me sonrojé, porque no es una conversación usual. Ana me había contado cosas personales, pero a la vez me llamaba mucho la atención conocer más de su vida.

̶  ¿Quieres una copa de vino? ̶  le dije sin dudar.

̶  Está ya muy noche Javier, será mejor ir a descansar. Dejaré la invitación para otro día.

̶ ¡Vamos tía! Alice se ha ido a divertir y nosotros nos hemos quedado en casa aburridos. Acéptame una sola copa. Además, mañana no tienes trabajo.

̶  Está bien, te acepto la copa con una condición.

̶ Cuál sea tía.

̶ Que no me vuelvas a decir tía. Me llamo Ana ̶  me dijo acercando su cara a la mía y mirándome con sus ojos fijamente.

Asentí con gusto y fui por dos copas. Me traje la botella porque no tenía pensado tomarme una sola copa y menos cuando por mi cabeza rondaba a mi prima siendo follada por otro hombre.

̶ Y bien. ¿Desde cuándo estás aquí? ̶  Ana intentaba retomar la conversación. No era lo que yo esperaba pero… bueno, le relaté cómo y el por qué había llegado a su hogar y cómo mi tío me había esperado.

Cuando quise cambiar el tema a algo más entretenido, como la vida privada de ella, se había acabado la copa de vino que había servido. Ana quiso terminar la noche y dirigirse a la habitación. Me maldije para mis adentros pensando que no iba a conseguir nada.

̶ Me quedaré un rato más Ana. Creo que me serviré un poco más de vino e iré a dormir. Que descanses.

Ella se despidió sin más. Yo me quedé ahí, en la sala, sirviéndome una copa más, tratando de disipar mis ideas de las imágenes desnuda de Alice siendo follada. No podía olvidarla.

Al poco rato que subió mi tía a la habitación, escuché unos pasos bajar las escaleras.

̶  No vale dejarte tomar solo. ¿Verdad? ̶  decía Ana, tomando la copa y sirviéndose un trago más.

Yo me quedé pasmado con lo que vi. Mi tía se había ido a cambiar la ropa deportiva que llevaba puesta por un baby doll similar al de aquella noche, pero algo más provocativo.

̶ Te…(ves como una puta rica) te ves muy bien Ana. Y gracias por acompañarme  ̶ finalmente logré decir con gran dificultad.

̶  Si Alice se divierte hoy por qué nosotros no podríamos hacer lo mismo. Somos jóvenes y, además, el vino está estupendo.

Era verdad que los años no habían pasado por Ana, a sus 40 años se conservaba muy bien, parecía ser como una chica de 25 años y con ese tremendo cuerpo que según ella era natural aunque no me lo creía. Nadie lleva unas tetas y un culo así.

̶ Te has ido a cambiar ̶  hice notar lo obvio.

̶  Fui a ponerme algo más cómodo. Espero no tengas inconveniente. ̶  me dijo cruzando sus piernas frente mío.

Yo tragué saliva y me quedé hipnotizado ante esas piernas.

̶ Haces mucho ejercicio, por lo que veo.

̶  Me encanta ir al gimnasio, así me mantengo joven y conservo este cuerpo.

̶ Ya que hablamos de tu cuerpo. ̶  me sonrojé por un instante.  ̶  No creo que…

Ella me miró con algo de picardía.

̶ No me parece… ̶  continué nervioso.  ̶ no parece… que todo sea… así…̶  ella no dejaba de mirarme fijamente.

̶ ¿Así? ̶  reiteró mis palabras.

̶ Sí, así como me lo has dicho ̶  pensé antes de decirlo. Pero al final lo dije: ̶ así de natural. ̶  le dije tornándome rojo como un tomate.

Alice se carcajeó ruidosamente.

̶ Te has demorado en formular una simple pregunta como ella. Y no te culpo, nadie cree que todo esto es natural. ̶  me dijo mientras se pasaba sus manos sobre sus tetas y su abdomen.  ̶ Todos creen que porque mi marido es empresario exitoso al igual que yo, me he sometido a cientos de operaciones, pero te juro que no es así. Todo es natural como lo ves y es el producto de ejercicio y dieta.

̶ Y algo de herencia me imagino. Tu madre te ha dado grandes y hermosos atributos, envidia de cualquier hombre.

̶ ¿De verdad lo crees, Javier?

̶ Por supuesto que sí. ¿Quién no quería tener una mujer así en su cama?

Ana se sonrojó.

̶ Pero aún sigo pensando que me estas mintiendo y que todo eso no es natural.

La botella de vino se fue acabando con cada ironía que tenía de su “naturalidad” a la que ella defendía a capa y espada. Ana también fue tomando una copa más de la que había prometido.

̶ ¿Has estado con alguna chica que tenga implantes?

La verdad es que sí. Hace un tiempo me acosté con una enamorada que se había hecho subir el busto y la cola. Entonces sabía diferenciar de lo natural y lo plástico.

̶ Puedes comprobarlo si quieres. ̶  me dijo Ana.

Me quedé plasmado con ello. Al principio pensé me iba a decir que le pregunte a mi tío o a mi prima de su veracidad, pero pronto descubrí cuál era el plan para comprobar que decía la verdad.

Ana fue a apagar la luz de toda la casa. Nos quedamos completamente a oscuras.

̶ Te voy a comprobar que no miento. Y como sabes diferencias de lo natural y prótesis no necesitas mirarme, simplemente tu tacto. ¿Verdad?

Mis ojos se fueron adaptando a la oscuridad, y entre sombras pude diferenciar cómo Ana se iba despojando de su baby doll.

Ana me tomó de las manos y las llevó hacia su pecho. Con nerviosismo tomé entre mis manos esos senos que tantas pajas había hecho en su honor y los apreté comprobando que efectivamente eran naturales y deliciosos. Sentí además que sus pezones estaban duros y no podía ser del frío porque hacía un calor como en el infierno.

No dije nada, me quedé mudo luego de comprobar la veracidad de sus senos. Después, ella tomó mis manos y me situó en su culo. Un grande y hermoso culo que lo magreé sin importarme lo más mínimo tratando de comprobar que era real y natural. Me di cuenta que nana se ha quitado las bragas, estaba completamente desnuda. Mi polla comenzó a apretarme los pantalones. Ana me había calentado y puesto a mil.

̶ ¿Comprobaste que todo es natural? ̶  sonó su voz en toda aquella oscuridad y mezcla de excitación que me invadía.

̶ Aún no estoy seguro de tus tetas ̶  le dije.

Ella sin refutar, tomó mis manos y las llevó nuevamente a su busto.

̶ Está bien. Tus tetas son naturales, per tu culo, lo dudo.

Ana tomó nuevamente mis manos y las colocó en ese culo que me moría por acariciar de nuevo.

̶ ¡Dios! Estás como quieres Ana.

̶ Quiero preguntarte algo Javier. ̶  me decía dejando mis manos en su culo y dirigiendo las suyas hacia mi cuello.  ̶ El día que llegué a casa, la ropa que estaba en esta sala era la tuya. ¿Verdad?

Yo me quedé helado. Creí que ella no se había dado cuenta porque no había dicho nada.

̶ Lo sabía y me imagino el por qué estaba aquí tirada.

Me pongo todavía más nervioso que olvido lo que mis manos estaban haciendo con su culo.

̶ Inmediatamente supe que un hombre estaba en casa y debido que encontré la ropa en el suelo pensé que mi marido me estaba poniendo los cuernos; por ello pasé directo a la habitación. Cuando llegué no vi a nadie, entonces pensé que se trataba de Alice con su novio. Pero cuando ella te presentó supe que había sido un momento muy cachondo hasta para una mujer como yo. Dos primos estaban follando en casa y apuesto que no te detuviste cuando escuchaste mi voz llamando.

Ana se lo había imaginado todo y estaba en lo correcto.

̶ Alice apareció con sus mejillas coloradas, algo sudorosa, respiraba agitada. No cabe duda que le estabas pegando una follada de puta madre.

Yo no podía decir nada, seguía helado al escuchar todo eso.

̶ La noche que nos topamos en el corredor, pensé que te dirigías al cuarto de Alice para follártela. Esperé en mi habitación despierta cada noche de esta semana queriendo descubrir y ver cómo follas con ese cuerpo que tienes.

Ana fue bajando sus manos, recorriendo todo mi cuerpo hasta llegar a mis huevos.

̶ Y vaya que tienes una herramienta con la que puedes complacer a la mujer más perra de las perras. ¿Sabes? Tuve que masturbarme estas noches pensando que te cogías a Alice, pero que en vez de ella lo era yo a quien le partías el coño.

En ese momento, mi respeto por Ana se fue al piso. Agarré con una de mis manos la cabeza de mi tía y la traje hacia mí. Le di un beso como nunca, le metí la lengua hasta la garganta mientras retomé el magreo de mi mano en su culo.

̶ ¿Así que te has puesto cachonda conmigo, pensando en cómo me había follado a mi prima y cómo te follaría a ti? ̶  logre decir, después de un largo rato estando callado.

Ana continuaba besándome. Ahora, era ella quien estaba callada, dejándose llevar por mi seducción.

̶ Así que resultaste ser una puta cachonda con ganas de verga joven como la mía.

Desaté mis pantalones enseguida, me saqué la camiseta y me quedé desnudo como ella.

̶  Pues hoy no tendrás que masturbarte más, antes de dormir. Porque tendrás la polla joven que te va a abrir el coño y te va a follar como nunca.

Ana había tomado mi polla y me estaba masturbando mientras nos seguíamos besando.

̶ Quiero que me hagas tuya, Javier.

Desde luego que iba a follarla, quería sacar toda la rabia que tenía con Alice al saber que estaría en las mismas circunstancias follando con otro. Y qué mejor que con mi tía que estaba el doble… no el triple de buena que mi incauta prima.

̶ Vamos a follar a tu habitación. ̶  le dije a Ana.

Ella sin rechistar, tomó mi polla y me dirigió hacia la habitación. Le dije que se tumbara en la cama abriéndose las piernas:

̶  Siempre me gusta ver lo que me voy a comer. ̶  le dije, prendiendo el par de lámparas que había en la habitación. Si bien es cierto, no iluminaba toda la habitación, pero era suficiente para observarla y ver el tremendo cuerpo que ella tenía.

Ana al ver que mi polla estaba erguida como un mástil, abrió los ojos como una niña asustada. La había tomado entre sus manos pero no la había podido ver. Aunque ya se podía imaginar del tamaño de mi verga, verla es otra cosa.

Yo también me quedé estático cuando me di cuenta que sus tetas eran hermosas y grandes. No me había equivocado con sus pezones y sus areolas eran también enormes. Y su coño, no estaba depilado pero estaba recortado dando un toque de lujuria y perversión que solo las mujeres maduras suelen dar.

Me situé, entonces, entre las piernas y las abrí un poco para saciarme de su coño que estaba ya preparado. Una gran cantidad de jugos vaginales recorría sus labios. El coño de Ana era más rico que el de Alice, estaba tan caliente y mojada que me sabía a gloria. Estuve así jugando con su clítoris un buen rato, dándole placer y haciendo que emanara gemidos de placer.

̶ Me encanta tus tetas, Ana. Quiero que me hagas una cubana. Me gustaría ver cómo aprieta tus dos tetas a la polla que te va a partir el coño.

Creí que ella no conocía la palabra “cubana” pero para mi sorpresa ella colocó mi verga en medio de sus tetas y empezó a follar mi polla. La cabeza de mi verga sobrepasaba esas tetas y ella sin pensarlo, cada vez que sobresalía, la chupaba con esos labios carnosos que tenía. Me miraba de vez en cuando y se notaba la lujuria que emanaba sus ojos.

Al final dejó sus senos a un lado, los mismos que se desparramaron a los lados y quedaron colgando. Pero valió la pena porque empezó a mamar mi polla como toda una profesional.

Sentía que si seguía así me iba a correr.

̶ Para ̶  le dije.  ̶ Quiero follarte ahora, si sigues así me voy a correr y quiero hacerlo dentro de tu coño.

Ana quiso colocarse encima de mí, pero no la dejé. Quería follarla de lado. Así podía estimular su clítoris hasta que se corra a gusto con mi polla dentro.

Ana estaba entregada a la pasión, tomé una de sus piernas y la levanté lo más que pude, mientras la otra estaba estirada. Con esa posición su coño estaba a punto de ser penetrada por mi polla. Cuando Ana sintió mi pene hurgando su coño, empezó a mover sus caderas tratando de ensartarse en mi verga. Entró la cabeza de mi polla en el coño logrando sacar un gemido, no sé si de dolor o de gusto pero ella cerró los ojos y se mordía el labio inferior.  Su cara era de puta, como Alice. Aunque extrañaba el coño de mi prima por lo estrecho que era, Ana tenía el cuerpo de una Amazonas y su coño emanaba grandes jugos, incluso más que mi prima. Eso me encantaba.

Sé que con las maduras no debes tener compasión por ir suave, porque a ellas le gusta que las follen duro, enérgicamente, porque están acostumbradas a las relaciones suaves que sus maridos son capaces de dar y como vayan entrando en edad, la energía se deteriora. Por ello buscan pollas jóvenes para que les recuerde del vigor de un joven y no les importa si una polla las parte en dos su matriz. Entonces de una sola estacada metí mi verga en ese coño que se abrió de par en par. Sin piedad empecé a follarla, pero en mi mente estaba Alice, mi prima. De alguna manera su coño apretado me había fascinado y mi polla, al igual que yo, la extrañaba.

Pero no debía quejarme, estaba follando a la esposa de mi tío, a una mujer casada y con un cuerpo descomunal que aguantaba todo. Y gritaba como una perra. En toda la casa se escuchaba lo que decía.

̶  ¡Dame duro cabrón! ¡Fóllame como tu pedazo de vergaaaaa! Aaaaa Aaaaaaaaah!!!...

Le estaba propinando una follada como nunca y en parte de la energía que ponía en el acto del faje, me desahogaba.

«Maldita PUTA de Alicia, podías estarte follando a ti. Pero me ha tocado follar a esta PUTA que es más que tú. Le he puesto unos buenos cuernos a mi tío por tu culpa» pensaba mientras seguía mi polla taladrando ese coño.

̶ ¡Qué hombre! ¡Mi hombre!, dame más cariño, hazme gozar como la perra que soy.

̶ Desde ahora, seré yo el hombre de la casa, hasta que mi tío regrese. Seré yo quien duerma contigo y te folle todas las noches.

̶ Sí papi, como digas. Aaaaaaah ¡! Aaaaaaaah!!! Dame más, que quiero sentir toda tu verga dentro. Destrózame como quieras.

Estaba hecho una fiera, una perra y así debía ser puesta. La coloqué en cuatro y le clavé mi pene de un solo movimiento, si no hubiera sido porque la tenía bien cogida de la cintura, Ana se hubiera ido contra la cabecera de la cama.

Me puse encima de ella y literalmente, la cabalgué como a una potra. Ella seguía gimiendo, gritando y estremeciéndose de placer.

̶ Te mereces a una mujer como yo, Javier. Tu polla merece a una hembra como yo.

̶ Tú te mereces una polla como la mía, Ana. Tu coño merece una buena verga todos los días, y como mi tío no va a estar aquí, será mi polla quien lo atienda, rellenándolo todas las noches.

̶ Sí mi vida. Quiero que tu verga aaaaahhh..!! me rompa el coño todos los días!!! Aaaaaaaaah ¡!!

̶ Seré tu macho y tu mi hembra. Entendiste PUTA.

Le doy varias palmadas en ese culo gordo que se mueve frenéticamente a los movimientos de mi vaivén de caderas. Abro esas nalgas y veo cómo mi polla se pierde entre ese par de nalgas. Sin que Ana se diera cuenta, meto un dedo en su culo, ella no hace nada para quitarme.

«No es virgen de culo. ¿Será que mi tío le ha dado por ahí? O capaz y ha sido infiel con alguien que le ha dado por el culo», pensé.

En fin seguí follando su coño y con un dedo el culo de ella, hasta que sintió una resistencia a un segundo dedo.

̶ ¿Qué haces Javier?

̶ ¿Tu culo también es tragón como tu coño?

̶ ¿Qué dices? Soy virgen por el culo.

̶ Ya vaaaa… no me vas a mentir puta.

̶  Aaaaaaaaaaaah!!! ̶  le di una fuerte palmada por mentirosa.

̶ Acabo de meterte un dedo en el culo y ni cuenta te has dado, perra.

̶ ¿Quieres follarme por el culo?

̶ ¿Tú quieres que te joda por el culo con mi polla?

̶ Sí mi amor. Quiero que me rompas también el culo cabrón.

̶ Aaaaaaaaaaah!! Aaaaaaaah!! ̶  seguía gimiendo, con mi polla en el coño.

̶ No te creas puta que te voy a dar el gusto. Me conformo con tu coño. Me gustaría romper el culo de alguien virgen no el tuyo que quién sabe a quién se lo darías. Porque estoy seguro que a mi tío no.

Pare la follada.

̶ Qué haces. No pares estoy a punto de tener un orgasmo. ¡Sigue hijo de puta!

̶ Seguiré con una condición perra. Que me consigas a alguien para romperle el culo.

̶ Está bien. Te prometo conseguirte a alguien virgen de culo, pero vuelve a meter tu verga en mi coño para que pueda correrme.

Me coloqué a un lado de la cama con mi verga apuntando al techo. Ella sin perder tiempo se puso encima y comenzó a cabalgarme. Lo hacía tan bien que en minutos yo también quise correrme.

̶ Me corro Javier, que buenaaa polaaa tiee-neee-sss aaaaaaaaaaaah!!

̶ Meeee co-oorrrrrooooooooo Anaaaaaaa… ¡!!

Sentía como mi verga inundaba aquel coño maduro de mi tía. Ella convulsionó al sentir uno de los mejores orgasmos de su vida.

Quedamos rendidos, los dos. Ella respiraba jadeante. Muy perra la hija de puta de mi tía.

Cuando mi pene salió de su coño ya flácido, pude notar cómo escurría parte de mi lefa que había derramado dentro de ese coño. Lo había hecho con ganas, conociendo desde ya que no había peligro de que ella quede preñada. Nos cobijamos y nos quedamos dormidos.

Al otro día desperté con la polla erecta. Mi tía seguía dormida, dándome la espalda. No había sido suficiente haber tenido sexo con Ana, también había soñado follando un culo virgen por eso es que me desperté con la polla formando con las sábanas una tienda de campaña.

El culo de Ana estaba hacia mí como invitándome a ser penetrado con mi verga que la tenía dura como una roca. Pero hubiera sido difícil cogerla sin antes lubricar. Me tocó conformarme con follar el coño una vez más. Escupí mi mano para untar en mi verga y de un solo movimiento entró en su coño. Ana se despertó por el dolor, pero entonces yo solo pensaba en follar y volverme a correr dentro de ella.

̶ aaaaaaah!! Aaaaaah!!.. paraaaa, meee dueleeee aaaaaaah!

̶ Ni hablar, te dije que te iba a follar las veces que me venga en gana. Y me he despertado cachondo con ganas de abrirte ese coño y llenarte de nuevo de mi leche.

̶ aaaaaaaaajhhh!!!!! Aaaaaaaah!!! No seaaas bobooo aaaaaaaah!! Me dueleee

̶ Tu coño ya está lubricando mi polla, en poco tiempo estarás tan húmeda que solo sentirás placer.

Era verdad, su coño se empapó con  dos que tres “mete y saca”. Chorreaba ahora con sus líquidos vaginales. Eso era lo que más me gustaba. Me coloqué encima de ella, en posición misionero. Lo que más quería era bajarme la calentura que me había provocado el sueño. No quería darle placer a esa puta madura, solo quería placer yo y correrme lo más pronto dentro de su interior e ir a comer. Porque tener sexo siempre me abría el apetito y mientras mi tío no estaba en casa, yo sería el amo y señor de Ana. Si ella no preparaba el desayuno, y aseguro que no es así, debería llevarme a comer. Así que debíamos acabar y cambiarnos  antes de que los salones se acabe la hora de desayunar.

Continué así hasta que sentí una corriente que invadía mi ingle. Era señal que me iba a correr.

̶ Sigue cabrón, sigue follándome. ¡Qué delicia amanecer con una polla dentro del coño!

̶ Recuerda la promesa. Me conseguirás a alguien para romperle el culo y tendrás mi verga todos los días para que te corras con ella.

̶  aaaaaaaaaah!! Siiii….!! Amoooooooor aaaaaaaah!!! Solo folla-meeeeeeeee!!!!

̶ me corrooooo peeeeeerrrrrraaaaaa!!

̶ También yooo… sigue así cabrón, cógeme… choca tus huevos con mi culo y méteme esa polla…. Aaaaaaaah!!

Ya no pude aguantar más y me vine dentro de ella, nuevamente. Terminé agotado, pero complacido. Me encanta venirme dentro de las mujeres, pero el miedo que una de ellas quede preñada me hace desistir. Con Ana que está hecha la ligadura no corría el riesgo y era muy agradable echar mi lefa dentro del coño.

Me recosté junto a ella cansada. Ella me daba besos en mi pecho mientras se tocaba su coño empapado con sus jugos y mezclado con mi semen.

̶ Javier. Si me ayudas en algo. Esta misma noche, te follarás un culo que de seguro es virgen.

̶ ¿Lo dices de verdad? ¿Hoy puedo follarme algo así?

̶ Sí mi amor. Y no solo eso, podrás tener mi culo cuando quieras.

̶ Tu culo me lo voy a follar cuando yo quiera, no necesito que me autorices.

̶ Cuando venga tu tío no podrás follarme. Pero si me ayudas en algo, te aseguro que serás mi gigolo personal y podríamos ir a que me rompas el culo cuando me pidas.

̶ Está bien Ana. Como quieras, pero mientras no esté mi tío yo soy el hombre de la casa y te follaré por el culo. Si no me consigues esta noche mi culo virgen tendrás que hacerlo tú en vez y más vale que esté apretado y me saque mucha leche.

̶ Si no consigo esta noche que folles un culo virgen, te daré el mío. Que seguro te encantará.

̶ Está bien Ana. Dime qué quieres a cambio. Qué te ayudo.

̶  Sé que los viajes de negocio de mi esposo es simplemente una treta para irse a follar con una puta que tiene fuera de la ciudad. Quiero que me ayudes a descubrir con quien me traiciona mi esposo y esta noche romperás un culo virgen. ¿Trato?

̶  Trato ̶  respondo.

CONTINUARÁ………