Parte 1: La glamourosa historia de unos polvos

CUANDO LA EXCITACION Y EL DESEO PUEDEN MAS QUE LA CONCIENCIA, EL PLACER SE INTENSIFICA Y REALMENTE SE GOZA ...Sus manos no sabían por que lugar de mi cuerpo colarse, apartaba la telita de mi tanga y me acariciaba el coño y el culo, con gran habilidad, me lo estrujaba, colaba sus dedos en mi coño...

Ja, creía que esto sólo pasaba en las películas, que indignante ¡Por favor! Tengo la sensación de que no puedo elegir, esa indignación de cuando se estropea el día porque de repente llueve y no estaba previsto, algo que lo jode todo y que era imposible que estuviese planeado, así. Pon cara de idiota y encima sonríe, que es lo que toca, que bendita casualidad...

---MEDIA HORA ANTES---:

Mientras estaba en la farmacia donde trabajo, en la rebotica, buscándole algo a doña Mari Carmen para su tremenda otitis, entra mi jefa voceando:

-         Ángeles, Angelita. Baja de la escalera niña que te voy a presentar.

Allá que bajo yo, con un moño hecho con un boli y la bata blanca, ni una gota de maquillaje y las gafas viejas de pasta azul, con la cara demacrada tras un finde movidito, completamente de lunes a las 9 y 25 de la mañana.

Y justo al bajar miro y veo a Fernando, con un chico y una mujer así como muy arreglada, muy pija vamos, cuya cara también me era familiar.

-         Ángeles, hija ¡estás hoy fatal!...Dale eso a doña Mari Carmen y entra que te presente a esta familia.

Mientras le daba el medicamento a doña Mari Carmen, le cobraba y tal, mi cabeza quería aclarar que estaba haciendo ahí Fernando con esa gente pero, no era capaz de atar ningún cabo.

Pasé adentro y se hicieron las presentaciones Fernando, Belén y el chico David. Fingí no conocer a Fernando evidentemente, aunque habíamos estado todo el fin de semana en su casa de la sierra follando pero, es lo que tocaba.

La tal Belén, era su esposa, era delgada y remilgada, alta y atlética, de esas a las que las chicas rellenitas como yo llamamos “hijas de puta” cuando vemos que tienen tipazos y que probablemente tienen 20 años más que nosotras. La señora perfecta y elegantemente vestida y maquillada, contaría con unos 46 años pero, aparentaba muchos menos, Fernando creo que me dijo que él tenía 48 pero, tampoco estoy segura.

La mujer, tiesa como ella sola, me saludó casi con asco, pude observarla bien mientras hablábamos y tenía operaciones hechas en los pechos y por la cara pero, además era evidente que ella ni probaba esos bollos de chocolate que a mi tantísimo me flipan y que me es imposible resistirme a ellos.

He de decir, que yo soy esa típica chica, para que os hagáis una idea, que siempre está a dieta pero, que aun así no bajo de los 69 kg ni de coña. No soy muy alta, y bueno a pesar de que me sobran unos kilos, tengo bien puesto el pecho y también tengo apretadito el culo, que para eso voy a todos lados andando.

Blanquita de piel, rubita con mechas, de cara bonita, dicen, y bastante morbosa. La verdad es que bien arregladita, tengo bastante partido ja,ja,ja. ¡Ah! y mi edad 26. Que casi lo olvido, y se que os gusta saber todos esos detallitos.

Bien, a lo que iba, David era el hijo de Fernando, se parecía a él pero, tenía algo también de su madre, un chico guapo, de unos 17 años, rubio como la madre y con los ojos rasgados e interesantes de su padre, alto y delgaducho pero, con pinta de que cuando crezca va a ser un bombón. Aunque seguramente ya se lo anden sorteando por ahí,... los pijos, chulitos estos tienen mucho éxito y más si son monos.

El caso es que doña Belén (la mujer de Fernando) es hermana de Elena, mi jefa, y ya me los estuvo presentando y tal.

Se vienen a vivir a Madrid, se van a alojar en la casa de la sierra (sí, la que os conté antes que estuvimos Fernando y yo el fin de semana anterior) por lo visto la tenían para algunos fines de semana anteriormente.

Según contaban, tienen otro hijo mayor, Fernando también se llama, que está estudiando ya aquí en Madrid y ahora David empieza la carrera y ellos han decidido venirse a la capital, pues ya, si no, se quedaban los dos solos en el pueblo, al cual solo les ata el trabajo de Fernando,....y bla, bla, bla.

Hechas las presentaciones, la familia marchó y Elena fue con ellos.

Fue entonces, cuando me quedé  a solas en la farmacia, cuando empecé a sentir esa mezcla de idiotez y emoción, a sentir que había metido la pata hasta el fondo y a pensar en que pasaría.

Fernando, había fingido como si nada, a mi en cambio me temblaba la voz, me comportaba nerviosa...Seguramente él, en su preciosa casa de fin de semana de la sierra, ya había vivido lo mismo mil veces y de ahí su experiencia y su templanza. ¡Bendita casualidad! Para una vez que me decido a echar un polvo y tiene que ser el marido de la hermana de mi jefa...

Me apoyé en el mostrador y fue entonces cuando empecé a atar cabos...

--- FIN DE SEMANA ANTERIOR---

---SÁBADO---:

Washap:

Fabiola

Última vez hoy a las 12:34

Angy ¿Estás?

Sí, dime

Acompáñame a lo de esta noche ¿No?

Buff, es que pinta más aburrido, tía

Mi padre, si no voy me mata, va a exponer sus cuadros, es superimportante para el que yo esté allí. Después habrá fiestuki

Claro, fiestuki con viejukis, no te jode!

Venga, malage. Que más te da, hasta el lunes no curras, ¿Qué vas a estar ahí todo el finde con la gata?

Ja,ja,ja Por lo menos Ameli me quiere, es la única que me quiere, y no tú que lo que quieres es llevarme a fiestas de viejos.

Venga, tía, Yo voy contigo a Cádiz cada vez que bajas a ver a tu family, para que no vayas sola...

Ains! Manipuladora.

Eso es que vas a venir?

Que voy a hacerle? No tengo opciones, verdad?

Graaciaaaasssssssssss, Ah, te recojo a las 10, ponte mona, lo mismo se enamora locamente de ti un artista de esos místicos y te lleva a viajar por todo el mundo....

Sí, claro, en un corcel blanco...que tía!! Eso no existe, guapa.

Bueno, te dejo gordi, voy a la pelu. Hay que ir de cocktail o.k? Tenlo en cuenta.

De cocktail como?

Ahí quedó la cosa no me dijo nada mas, me enredó para ir a la exposición de su padre.

No tenía ni idea que quería decir con lo de ir de cocktail así que miré en Internet y descubrí que era ir con vestido corto y elegante.

Otra putada más.

Me intenté meter el traje de la graduación y como que no me cabía demasiado bien. Cuando por fin me embutí en el vestido me di cuenta que estaba un poco pasado de moda, así que decidí ir de compras, pues tampoco tenía nada mejor que hacer.

Me mareé en 20 tiendas para al final comprarme un vestido verde, de este que está ahora muy de moda, cortito como lo exigía el protocolo y ya que estaba me compré bolso, zapatos, y demás complementos a juego, incluso ropa interior adecuada a ese tipo de vestidos. Un tanga pues, era muy ajustado y no era plan de marcar bragotas y un suje sin tirantes para marcar escotito sin que se notase nada.

Cuando llegué a casa era buena hora ya para arreglarme pues me había entretenido más de la cuenta en las tiendas, así que me duché rapidita, me puse cremita de esta con brillantina para lucir el poco de bonceado que había cogido el mes anterior de vacaciones en Cádiz, mi tierra, me arreglé el pelo y me puse el vestido y... voilá. Estaba hasta guapa! Jajajaja.

El telefonillo sonó, era Fabi. Bajé las escaleras de dos en dos, eran ya y veinte, íbamos tarde.

-         Alá, que guapa Angy.

-         ¿Y tú tía, adónde vas tan preciosísima? ¿Qué vas a dejar para el día de tu boda?

-         Gaditana “exagerá”!!!

-         Es verdad, guapa, no veas como vas!

-         Gracias tía, tengo que dar muy buena imagen esto es crucial para mi padre...

Cuando llegamos a la exposición, ya todos los visitantes la habían visto, y justo era el momento de los agradecimientos y demás, el padre de Fabi, la llamó al mini escenario y le dijo unas palabras preciosas, Fabi, no tiene madre y la relación con su padre es muy especial. Yo tuve que contenerme para no llorar, y tras toda la historia y demás pues lo típico a comer y a beber.

El sitio era fantástico, abajo una discoteca super glamourosa y arriba esa sala mezcla entre contemporánea y vintage donde se había hecho el evento, y todo cerrado para la exposición, solo podían entrar los invitados, que aparentemente era gente muy exclusiva.

El padre de Fabi no tardó en marcharse, es una persona muy bohemia, y esos eventos no van con él. Saludó a todo el mundo como le correspondía y luego se escabulló sin despedirse.

A Fabi le vino de perlas, con su padre allí no iba a tomar ni una maldita copa de vino, yo en cambio llevaba ya tres. Otra cosa allí no podía hacer.

Fabi saludaba a la gente y demás pero, yo allí no conocía a nadie...

Fabi se acercó a mí, con otra copa de vino...

-         Uuuf, por fin Angy, tía...-me dijo brindando conmigo.

-         Tía, no me des más vino eh, que esta es la cuarta...

-         ¿la cuarta? Jajajaja

-         No te rías, ¿Qué voy ha hacer yo aquí? Pues al menos, beber, que por cierto el vino no está nada mal...

-         Ja,ja,ja Claro bonita, es Vega Sicilia...jajaja Deja que pruebes elArmand de Brignac.

- ¿ Eso qué es otro tipo de vino?

-         Eso es champagne, bruta.

-         Pues, mira yo no soy mucho de champagne pero, lo probaré...

-         Gracias, Angy tía. Gracias por acompañarme.

-         ¡Venga ya, tonta! Sabes que lo hago encantada.

-         Oye, Angy...mmm te tengo que pedir otro favorcito.

-         No me asustes Fabiola, que nos conocemos.

-         Lo se, soy una mala amiga, pero Juan quiere que hablemos un rato...espérame, por favor.

-         Ais, Fabi de verdad, aun sigues con ese rollo, pasa de él, ya ha jugado bastante contigo, ¡no seas mas su divertimento!

-         Por favor, te lo ruego, ya sabes que yo no puedo resistirlo, lo quiero, lo sabes...

-         Pues por eso, no quiero que te haga mas daño,...

-         Solo dame dos horas, te prometo que no le aguanto más. Por favor.

-         Esta bien, dos horas. No te entiendo, y nunca te entenderé pero, si es lo que quieres ve. A ver si a base de batacazos aprendes.

Fabi, me dio un beso y corrió a verse con Juan.

Desde el sillón donde yo estaba sentada, pude ver como desaparecían entre la gente, él debía estarle prometiendo ya este mundo y aquel y ella iba como flotando en una nube.

El tal Juan, es un amigo de su padre, que tendrá unos cuarenta años, y que lleva jugando con ella desde hace al menos ocho años.

Se liaron en una fiesta de cumpleaños de Fabi, ella cumplía diecinueve.

Este amigo de su padre está muy ligado a ellos de siempre, y más desde que perdieron a su madre, es el típico tío que no ha tenido ni tendrá un compromiso en su vida, un vividor en toda regla, siempre vestido de grandes firmas y la verdad que está buenísimo pero, Fabi está locamente enamorada de él, y él solo se dedica a follársela una semana al mes cuando viene por Madrid, pues es tratante de arte o algo así y siempre está viajando y luego desaparece.

Inmediatamente después, Fabi, pasa a estar destrozada y justo cuando lo está olvidando aparece otra vez por su vida, y de vuelta a empezar. Le está destrozando la vida a la chica, y está claro que nunca va a tener nada serio con ella. Tendrá a miles de tías así, por cada ciudad, da el perfil completamente.

Al marchar mi amiga, miré a mi alrededor y me vi allí sola con dos horas por delante, yo no suelo fumar mucho pero, en momentos así lo único que me iba ha hacer pasar más rápido el tiempo eran unos cuantos cigarrillos y alguna que otra copa de ese fantástico vino.

Salí a una terraza que tenía el local reservada para fumadores y me encendí uno, me senté en una silla a relajarme con la copa y el cigarrito. Recuerdo exactamente que me vino un olor a puro, mezclado con un olor a perfume masculino de gran categoría, miré un poco disimulada para ver quien era mi acompañante, y entonces lo vi a él, a Fernando, traje negro, como todos los hombres esa noche, alto, grande y muy elegante, con el pelo semilargo con algunas canas, y ojos a lo Richard Gere, me resultó muy atractivo a pesar de poder haber sido mi padre.

-         Buenas noches – me saludó

-         Buenas noches – respondí educadamente.

-         ¿No fuma mucho la gente por aquí, no?

-         Pues por lo que se ve – contesté, era una típica conversación cordial y absurda pues no había nadie más en aquella terraza.

-         ¿Te importa que me siente?

-         No, siéntese – contesté, aunque sinceramente me sentía incomoda. Pensé en irme nada mas acabase mi cigarro.

-         ¿ Te gusta el arte entonces? preguntó

-         Bueno, podría decir que si pero, la verdad es que no se apreciarlo como es debido, me gustan las cosas bonitas pero, no sabría valorar objetivamente la calidad de una obra.

-         Por fin alguien sensato por una exposición. Normalmente la mayoría de la gente que asiste a estos eventos no tiene ni idea, sin embargo no lo reconoce, al contrario, normalmente, derrochan prepotencia y alardean de saber muchísimo, y es muy poca gente la que sabe realmente de arte.

-         Sí, tienes razón. Yo prefiero ser sincera, pues se coge antes a un mentiroso que a un cojo, ya sabes...

-         Ja, ja, ja, cierto, para meter la pata siempre hay tiempo.

-         Ya ves.

-         Y entonces, si me permites el tópico de la pregunta ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?

-         Pues, te diré la típica respuesta: vine con una amiga.

-         Una amiga que por lo que veo te ha abandonado.

-         Eso es. ¡Qué se le va ha hacer! – dije cortando un poco, pues no sabía que vínculo podía tener con Juan o con el padre de Fabi, y no quería darle más explicaciones.

-         Por cierto, me llamo Fernando.

-         Yo Ángeles, encantada. – En ese momento yo ya había acabado el cigarro pero, decidí quedarme allí, pues por lo menos no estaba sola.

-         Encantado yo también, Ángeles. – Me dijo, sonriente.- Por cierto, bonitas uñas pintadas de rojo.

-         Gracias.

-         Me suelen gustar las manos, blanquitas con las uñas pintadas de rojo. – Yo asentí, flipando.- Por cierto, tu acento no es de aquí de Madrid ¿Verdad?

-         No, soy andaluza.

-         Vaya, con que andaluza, eso es otra cosa que también me suele gustar – Me quedé un poco cortada, me tiraba los trastos a saco y yo desconfiaba pero, decidí dejarme llevar, no tenía nada mejor que hacer- ¿Y de qué lugar?

-         Cádiz.

-         ¡vaya con Cádiz! ¡qué mujeres más bonitas tiene!

-         ¿y tú de dónde eres?

-         Bueno llevo muchísimos años viviendo en diferentes ciudades y pueblos de Madrid pero, originalmente soy de La Rioja.

-         ¿Y allí no hay mujeres bonitas o qué?

-         Bueno las hay, claro que las hay pero, no me dan tanto morbo como algunas gaditanas.

-         ¡Ah! ¿qué te dan morbo algunas gaditanas? – Dije sugerente, no se si por el vino pero, me estaba empezando a dar mucho morbo la situación.

-         Bueno, especialmente las rubias, de piel blanquita, con las uñas pintadas de rojo y que les siente tan bien los vestidos verdes. – Dijo acercando su cara a la mía para que yo decidiera si dar el último paso.

No lo pensé ni un segundo, le acaricié suavemente la cara y comenzamos a comernos la boca, no quería que pensara que yo era una facilona pero, hacía ya tiempo que no echaba, nunca mejor dicho, “una canita al aire” y sin pensarlo mucho me dejé llevar.

Sus manos no tardaron en recorrer mi cuerpo, estrujando mis nalgas y mis pechos por encima del vestido. La situación me ponía a mil, me senté incluso a horcajadas sobre él en la silla sin importarme que nadie nos pudiese ver, me lancé mordiendo su cuello jadeante, rozando mi sexo contra su polla dura, que despendía calor aun por encima del pantalón, mientras él intentaba meter sus manos por debajo de mi vestido, cosa que le impedía la estrechez de este. Separé un momento mi cara, para mirarlo a los ojos.

-         Oye, para que me vas a romper el vestido y a ver como salgo yo de aquí.

-         Buuff, tienes razón pero, es que no veas como me tienes – dijo señalando a su polla.

-         Ya lo noto –dije lanzándome de nuevo a él.

-         Ángeles, aquí no hacemos nada ya ¿Vamos a mi casa? – dijo sin parar de meterme mano.

-         Se que este no es lugar pero, ponte en mi situación, no te conozco de nada, y no te ofendas pero, podrías se mi padre...no es lo más adecuado.

-         Ya te entiendo Ángeles, tienes razón pero, joder, esto no puede quedar aquí. Mira como me tienes,  y tú creo que también estás a gusto. Se que casi te doblo la edad, pero somos dos adultos...Yo te doy mi palabra, espero que eso te valga, que no vamos ha hacer nada que no sea placentero para ambos.

-         Joder, estoy loca!!- Pensé en voz alta- Vamos, antes de que me arrepienta.

Busqué rápidamente a Fabi, le dije que tenía homenaje, que es como ella y yo llamamos a esas escapadas pero, no le dije con quien.

Ella me miró con mezcla de extrañeza, desconfianza y picardía pero, no me hizo demasiadas preguntas pues estaba a solas en una sala con Juan.

Con cierta desconfianza, bajé al parking donde había quedado con Fernando y allí con aquella luz lo pude ver mejor, estaba bastante bien, era un hombre corpulento y guapo, la edad lo hacía mas interesante,...aun me dio mas morbo, nunca había estado con alguien así, ni me había lanzado tanto con un desconocido pero, me inspiraba confianza no se porqué y tenía ganitas de pasar un buen rato, lo reconozco.

-Vamos en mi coche ¿Vale? – dijo subiéndose a un Jaguar impresionante

Una vez me subí al coche me advirtió:

-         Ángeles, mi casa está en la sierra. Te lo digo porque no quiero que te asustes por el camino, no pienses que te llevo a ningún sitio raro ¿Vale?

-         De acuerdo, estoy loca pero, de acuerdo.

No aguantamos demasiado, en el mismo momento, se me lanzó al cuello, chupándomelo con gran destreza bajando hasta mi escote, lamiendo lo que se veía de mis pechos.

Me dejó, aguantándose por un momento, y recomponiéndose un poco arrancó. Yo bajé el parasol del coche y me retoqué en el espejo, parecía una furcia con toda la pintura corrida y el pelo descolocado.

Él se apresuró a salir de allí, no parábamos de meternos mano por el camino, en cada semáforo nos devorábamos,  me repetía una y otra vez que lo ponía a mil y lo cierto es que yo estaba ya muy cachonda también.

Cuando nos adentramos en el camino ya mas solitario a la sierra, los tocamientos se multiplicaron, yo no aguantaba mas y me lancé a sacarle la polla del pantalón, él agradecía cada uno de mis gestos, y yo me encontré con su polla, dura, caliente y mojada.

No lo dudé ni un segundo, me colé entre sus brazos y el volante y empecé a chupársela.

Él, no podía estarse quieto, metió su mano por dentro de mis medias, levantando mi vestido y me pellizcaba el culo con fuerza. En ese momento, yo no podía parar, su polla caliente llenaba toda mi boca, y como estaba atado con el cinturón, yo era quien marcaba el ritmo de la mamada, lo hacía rabiar un poco jugando con mi lengua y luego me la tragaba entera, haciendo que suspirase, cada vez de una forma más y más caliente.

De repente, dio un frenazo. Asustada me aparte de su polla y lo miré confundida:

-Ángeles, no aguanto más...- Me dijo, excitado.

Yo miré a los lados y vi que era un descampado ya en lo alto de la sierra. Comprendí, que no llegaría a la casa y la verdad, me daba morbo a mi también hacerlo ahí mismo.

Él se quitó el cinturón, yo me lancé de nuevo a comerle la polla. Sus manos no sabían por que lugar de mi cuerpo colarse, apartaba la telita de mi tanga y me acariciaba el coño y el culo, con gran habilidad, me lo estrujaba, colaba sus dedos en mi coño a su antojo, mientras yo no dejaba de comerle la polla, estrujando sus huevos, queriéndola tragar toda,... Él, en ese momento liberado del cinturón, impulsaba su pelvis haciéndome tragarla bien al fondo.

El hecho de verme ahí, en esa situación, conjugado con la habilidad de sus dedos y el sabor intenso de su polla, hicieron que me corriera más de una vez.

Él, empezó a notarme cansada, y es que estaba perdiendo las fuerzas de tanto disfrutar, así que se lanzó hacia mí cambiando de posición, quedando encima, me quitó poco a poco los zapatos, las medias y el tanga, bajando la intensidad pero, sin perder el ritmo, dejó su polla totalmente erguida frente a mí, y me la metió caliente y suave, como si me fuese a romper, deteniendo el tiempo.

Me sacó las tetas por el mismo escote del vestido, que no llegó a quitarme, y me lamía los pezones en cada envestida dulcemente, notaba como sus huevos golpeaban contra mi cuerpo, estaba llegándome bien al fondo, yo solo podía agarrarme a sus nalgas y disfrutar de la visión de su boca contra mis pezones rosados y como no, de su durísima polla, jugosa y caliente dentro de mi.

De un momento a otro, salió de mi cuerpo, haciéndome salir bruscamente de ese momento de éxtasis en el que me encontraba, y como perdida busqué con mi mirada para averiguar que ocurría, cuando comprobé que se estaba corriendo fuera pues, claro, no se había puesto condón.

El hecho de ver la leche saliendo de su polla, mientras se mordía el labio inferior corriéndose, hizo que notase como mi coño se inundaba. Él como todo un caballero, se limpió con unos pañuelos y se lanzó a chupar mi clítoris, haciendo que me corriese en menos de tres segundos.

Fernando, encendió un puro que tenía a medias y salió del coche, dejándome algo de intimidad para que me recompusiera.

Uff, ¡vaya tío! ¡Cómo follaba! Y encima galante, atractivo, educado,...no recuerdo nunca antes que nadie me hubiese follado así, con esa intensidad, no había sido nada fuera de lo normal pero, por mucha posturita, innovación, o haber probado esta u otra cosa que antes había hecho, yo nunca había sentido nada así, ¡Qué habilidad!

-         Ángeles ¿Estás lista? – me dijo desde afuera.

-         Sí, ya estoy

-         ¿Te apetece fumar? Si quieres te espero. Sólo que te agradecería que no fumases dentro del coche. Nunca fumamos dentro.

-         No. No te preocupes, no me apetece fumar – dije mientras pensaba “¿Fumamos?”, este está casado...

En el resto del camino hacia su casa, él me empezó a contar cosas de arte muy interesantes y yo lo escuchaba interesada, y apenas hablé.

Cuando llegamos a su, como ya os imaginareis, impresionante casa, nos acomodamos en la cocina, y él fue a servir unas copas, yo estaba super cortada, y un poco descolocada, sintiendo que yo allí no pintaba nada, con un hombre de esa “categoría”, rodeada de esos lujos,...me sentía fuera de lugar, un poco Pretty Woman para ser mas exactos, incomoda.

Fernando se acercó a mí con unas copas, intuyo que descubrió en mi apariencia que estaba un poco nerviosa, las dejó sobre la mesa y colocando sus manos en mis hombros, me miró fijamente y me dijo:

-         Oye, Ángeles, aunque yo no suelo dar tantas explicaciones pero, para que te relajes un poco: Estamos aquí, porque ambos queremos, aunque tú seas muy joven, somos adultos, yo tengo mi vida, tú tendrás la tuya. Se trata de pasarlo bien, sin peros ni porqués...

-         Eh, eh, eh! Para, para que por ahí no vas bien. Está claro que tú eres de Martes y yo de Venus, nuestros mundos no tienen nada que ver y todo lo demás pero, por alguna casualidad de la vida estamos aquí con un único fin que creo que no hace falta mencionar. Aunque tenga, algunos años menos que tu, no quiere decir que me haya caído de un guindo ni nada de eso, se a lo que venimos pero, no hace falta hablarlo. ¡qué eso está muy feo!

-         No, no, yo no quería que te sintieras así, no iba a hablar de sexo explícitamente ni nada de eso pero, como desde que en el coche te insinué que estaba comprometido, te has quedado tan callada, he pensado que igual te ha decepcionado que no te aclarase de antemano que estaba casado...

-         ¿Perdona? Me he quedado callada porque te he estado escuchando y la verdad  es que luego cuando hemos llegado aquí me ha sorprendido mucho la decoración,... Por lo demás, si estás casado, eso no es de mi incumbencia. Allá tú con tu vida. Yo estoy aquí para divertirme pero, si te vas a rallar con este asunto... ¡apaga y vamonos!

-         Ok, ok...Te pido perdón, no quiero que el asunto vaya por ahí. Sabía que no me había equivocado. Seremos de Martes y Venus como dices pero, desde el primer momento me ha dado la sensación de que eras una chica inteligente.

-         ¿Entonces?

-         Nada, entonces, yo que soy un idiota, me quedo mas tranquilo aclarando las cosas y te pido perdón por mi idiotez pero, tú ahora cámbiame esa cara y deja de estar cortada y empieza a pasártelo bien, es más te pido por favor, que te relajes y que te sientas como en casa, ignora toda la decoración y rómpelo todo si quieres salvajemente pero, se tu misma y pásalo bien. Lo que más me atrae de ti, es que se te ve una chica autentica y divertida,...

-         Vale, vale. Basta de hacerme la pelota...Aunque no se te da mal – Sonreí.

Él me acercó la copa y ahí quedó todo aclarado. La conversación se fue un poco por las ramas pero, he de reconocer que una vez aclarado todo comencé a encontrarme mas cómoda y confiada.

Fernando encendió la TV  puso un canal porno, mi miró y me dijo:

-         ¿Te ha molestado?

-         Fernando, vamos a jugar a algo ¿o.k? No me gusta que continuamente me estén preguntando cosas. Entonces hagamos cada uno lo que nos apetezca y si al otro no le gusta que entonces diga “Para”.

Le di carta blanca sin dudarlo, ese hombre sabía muchas cosas y yo quería aprenderlas todas,...

Esas palabras debieron ponerlo a mil, se lanzó hacia mí y me quitó toda la ropa mientras me mordía  y besaba por todo el cuerpo, yo no me quedaba quieta tampoco.

Le desabroché la camisa y le arrebaté los pantalones y el bóxer, de nuevo su polla caliente y rosada me apuntaba caliente y dura, y notaba chorrear mi flujo por mis nalgas.

Él me tomó de la mano y desnudos nos fuimos a su habitación de matrimonio.

Me jaló del brazo hasta tirarme boca arriba en la cama y se fue al baño, no supe lo que estaba haciendo pero, lo oía rebuscar por cajones. Finalmente me vino con un maletín, que colocó a mi lado y que cuando abrió  vi que estaba lleno de masturbadores, dildos y algún que otro juguete más.

Mmmm, en ese momento estaba deseando dejarme hacer.

Tomó uno de ellos, plateado, de tamaño medio y me lo introdujo por la raja sin esfuerzo, yo estaba muy lubricada y no necesitó usar ninguna crema ni nada, él miraba como el aparato entraba en mi coño expectante, y comenzó a moverlo dentro y fuera de mi, mientras me tocaba el clítoris con el pulgar de abajo hacia arriba, lo pellizcaba y de vez en cuando lo mordía. Yo coloqué mis manos bajo la nuca y me dedicaba solo a gozar, estaba en sus manos completamente.

Fernando notó que estaba totalmente a su merced, eso lo hacía penetrarme cada vez más duramente con el consolador, mi pelvis acompañaba sus movimientos, mi clítoris convulsionaba de forma involuntaria, mi raja se cerraba y abría siguiendo su compás, me estaba haciendo gozar, y lo sabía, el hecho de tener ese control sobre mí lo ponía cada vez mas caliente y aumentaba la intensidad de sus movimientos con gran destreza.

No lo dudó, colocó su polla en mi boca, y su boca en mi coño sin apartar el consolador de este.

Yo aún seguía boca arriba, casi me atraganta al meterme la polla en la boca, no se detuvo ni un instante, su tremenda calentura hizo que me atravesara con su polla bruscamente la boca hasta la garganta de un solo golpe seco, reconozco que me hizo un poco de daño pero, me gustaba tanto lo que me hacía que no pude dejar de mamársela, todo lo que estaba sintiendo en mi coño me hacía tragarla con mas ganas, aguantaba sus fuertes envestidas en mi boca  mientras sentía como me mordía el clítoris ansioso y me penetraba con aquel frío y duro instrumento.

Su lengua caliente se deslizaba por todo mi sexo, su saliva corría por mi coño mezclándose con mis jugos, la temperatura era deliciosa, su respiración agitada a flor de piel,... ¡Mmmm! me estaba dando placeres deliciosos.

Él abría fuertemente mis piernas, me era imposible cerrarlas, me tenía bien abierta y dispuesta para él, eso me daba aun mas goce, y sin lograr resistirlo más, me corrí en su boca.

Los fuertes espasmos que produjo todo aquel gustazo en mi chorreante coño, hacían que este expulsara involuntariamente el consolador que portaba pero, Fernando me lo sujetaba bien fuerte, no lo dejaba salir, no dejaba que se me cerrase ni un momento, eso me superaba, no podía controlar tantísimo placer.

Necesitaba dar gritos, gemir fuertemente, desahogarme... pero, me era imposible con su gruesa verga atravesada en mi boca.

Como pude, aceleré mi chupada, cogí sus huevos con ambas manos y lo asía hacia mi boca bien fuerte, él acompañaba mis movimientos , sin olvidarse de sujetarme bien el consolador dentro, la visión de su culo y sus huevos acercándose todo lo posible a mi cara me ponía cada vez mas cachonda, sentía su fuerte calor, succionaba como si me fuese la vida en ello, quería su semen en mi boca y definitivamente lo conseguí, hice que se corriera fuertemente en mi boca, toda su leche cayó por mi paladar hasta mi garganta, pude notar su sabor sólo unos instantes pues, inevitablemente tuve que tragarla toda. Aún recuerdo sus tremendos gemidos y me estremezco.

Fernando, se incorporó sacando su polla suavemente de mi boca y se colocó a mi lado ignorado que finalmente, mi coño solo, expulsó el consolador, pues ya no era capaz de aguantar esa presión sin ayuda, estaba totalmente dilatado y relajado.  Y así exhausta, un tanto borracha y sin lograr cerrar las piernas del todo, tras aquella sesión de placeres me quedé rotundamente dormida

---DOMINGO---:

Abrí los ojos confundida, tardé unos segundos en recordar donde estaba. Un poco a ciegas fui al baño, recuerdo que aquella habitación me maravilló, era todo de madera y mármol blanco, y había unas escaleras que bajaban a un tremendo jacuzzi.

En ese momento me sentí genial, un rico olor a frutas llegó a mi nariz y descubrí que el jacuzzi me esperaba lleno de agüita con aromas. Me metí ahí sin dudarlo, era justo lo que necesitaba.

Recordé excitada todo lo de la noche anterior, me relajé un buen rato dejando que al agua acariciase mi piel y ciertamente, esperando que Fernando llegase y se metiese conmigo ahí de un momento a otro pero, estuve un buen rato y no apareció.

Cuando ya tenía los dedos arrugados, me abandoné mi delicioso baño y me envolví en un albornoz enorme que intuyo que era de Fernando.

No me apetecía nada vestirme, así que solo con el albornoz y aún con el pelo mojado, me fui a buscar al gran satisfactor de mis deseos, en busca de un poco más de placer.

Crucé el largo pasillo que llevaba al salón, observando fotos que había por allí colgadas de Fernando, mucho mas joven, con una mujer (que sería su esposa) y unos niños pequeños, me pareció algo muy divertido ver a Fernando cuando tenía mas o menos mi edad.

Al llegar al salón, estaba él allí vestido con camisa y pantalón, usando un ordenador portátil muy concentrado, así que suavemente susurré:

-         Buenos días, Fernando.

El me miró sonriente, y me dijo:

-         Buenos días, Bella Durmiente

-         ¿Tanto he dormido?

-         Bueno, no tanto, es sólo la una de la tarde pero, teniendo en cuenta que la noche fue larga...-rió. Yo es que soy madrugador, además tenía que resolver unos asuntos...

-         No te preocupes, yo ya me marcho...

-         ¿Tú que te vas a marchar? Ven aquí.

Me dijo, retirándose con la silla del borde de la mesa dejándome un ínfimo espacio entre ambas señalando que me sentase sobre él. Yo fui, como una gatita mansa y me senté sobre él a horcajadas.

Empezó a besarme suavemente, mientras me retiraba el albornoz, dejándome totalmente desnuda para él.

-         ¡Mmm, que bien hueles! – dijo, mientras husmeaba mi pelo.

Yo no era capaz de contestar, recordaba la noche anterior, todas las cosas tan ricas que me hizo sentir, sentía tanto deseo por él,  que solo era capaz de chupar su cuello, morder su mentón, sus labios, colar mi lengua por ellos jugando con la suya,... Me sentía toda para él, me veía allí desnuda, completamente entregada a sus antojos y él aún vestido, de nuevo haciéndose con la situación.

Apartó su ordenador de la mesa y me sentó como pudo sobre ella, bajó con sus hábiles labios a mis pechos, deteniéndose en ellos, lamiendo cada pezón con suavidad,  pasando a morderlos sin compasión, sus manos se perdían entre mi pelo y mi espalda, yo le agarraba la cabeza apretándolo fuerte, para que no parase de chupármelos y mordérmelos. Él los succionaba, los pellizcaba. Se había detenido el tiempo para él, y sólo quería mamar mis tetas. Tanto deleite, hizo que de nuevo mi coño se inundase, y que yo jadease intensamente, él comprendía las señales que mi cuerpo le enviaba y pronto bajó sus hábiles dedos a mi clítoris; acariciándolo,  metiendo un dedo dentro de mi rajita, para la luego meter otro más, y cuando más excitaba estaba me los sacaba torturándome y a sabiendas me mordía fuerte el pezón para hacerme mas rabiar. Reía cuando lograba con esto que diese un fuerte gemido pero, eso tampoco le distraía de su hábil tarea.

Haciendo grandes esfuerzos, logré ir desprendiéndome de su ropa. De nuevo tenía a la vista su gruesa polla, erguida, caliente y dispuesta para mí. Quería tenerla de nuevo en mi boca pero, él estaba tan concentrado en comer mis tetas, que se olvidaba de su propio cuerpo.

Alcancé su polla con mi mano como pude y le empecé a pajear, eso se me da muy bien y él lo estaba agradeciendo. Mi mano pronto estaba llena de sus fluidos, y yo me la lamía para además ponérsela cada vez mas jugosa.

Se estaba poniendo mas caliente por momento y bruscamente se levantó, me llevó en brazos a la habitación, me tiró en la cama y de nuevo se fue a por su maletín.

Esta vez lo dejó al lado y olvidándose de él, metió su rica polla, hasta lo más profundo de mi coño sin apenas esfuerzos pues en ese momento yo estaba totalmente chorreante. Notaba sus huevos golpeando impetuosamente mi sexo, pensé que no iba a tardar en correrse pero, no fue así. Evidentemente su gran experiencia le hacía tener un gran autocontrol (cosa que yo agradecía) y paró en seco, salió de mí y  enseguida, sacó el mismo consolador que la noche anterior, de nuevo me lo introdujo sin esfuerzo, <>. Yo me retorcía de gusto, lo apretujaba con ganas, deseaba más, realmente deseaba su polla pero, no desesperaba porque sabía que él me iba a dar aún más, sabía que no iba a ser un polvo sin más y quería que me lo diese todo.

Notó que me tenía muy excitada y supo que era el momento. Cogió un consolador rosa, bastante más grande y algo estriado y me lo metió de una sola vez, la verdad es que di un quejido porque me molestó la brusquedad un poco por dentro pero, a él no le importó en absoluto y siguió follándome con él sin parar. Era obvio que tenía un objetivo, que aunque desconocido para mí, me iba a ser muy placentero.

Vi que metió la mano de nuevo en el maletín, intenté adivinar que había cogido pero, no identificaba que era aquello desde esa perspectiva me puse un poco nerviosa al notar algo en mi culo, estaba algo frío pues, lo habría untado con lubricante y comenzó a meterlo suavemente por mi culo, eran unas bolas chinas, creo que eran cuatro o cinco, y ciertamente me estremecía cada vez que me entraba una de ellas. El hecho de tener ese enorme consolador por delante y aquellas bolas en el culo, me hacían estar plena. No me habían follado nunca por detrás, reconozco que si me habían metido el dedo, y me había gustado pero, nada más, yo no había permitido más pero, con él todo era delicioso y yo no me iba a perder nada de lo que me podía dar. Así que dediqué solo a disfrutar y la verdad es que lo estaba haciendo genial.

Al compás de mis gemidos Fernando, me susurraba – Eso es, pequeña...Así me gusta, que goces...-Todo eso me ponía más y más cachonda y no quería que aquello terminase nunca pero, con aquellas bolas llenándome el culo y los movimientos del consolador no iba a tardar en correrme.

Fernando, sacó el dildo rosa de mi coño dejándome una sensación de necesidad en él, se aseguró que las bolas estuviesen bien introducidas en el culo, pasó a meterme su durísima y caliente polla dentro, la tenía gordísima, no era más larga que aquel vibrador pero, si mas gruesa y eso me gustaba mucho, se echó sobre mí comiéndome las tetas, envistiéndome hasta darme con sus huevos una y otra vez, apretando bien mis nalgas  para que sintiera bien las bolas en mi culo, cerrando mis piernas para que sintiese como me penetraba bien fuerte,....Mmmm, no se cuantas veces me corrí pero, si que recuerdo perfectamente sus chorros de leche cayendo calientes sobre mi vientre, que incluso llegaron a mi pecho.

No hice ni si quiera por limpiarme, no podía moverme, aún tenía las bolas en el culo pero, no era yo quien las iba a sacar

Fernando se colocó a mi lado, y yo sonreí:

-         ¿No vas a fumar? – le dije.

-         Créeme, no puedo levantarme. –contestó, sonriendo.

Sólo, lo dejé descansar un rato pues, aunque había gozado muchísimo el hecho de tener aquellas bolas detrás hacía que me volviese a poner a mil. Así que no lo pensé dos veces, bajé hasta su polla y se la comí despacio. Él me sujetaba la cabeza, siguiendo el ritmo, el cual yo iba aumentando poco a poco, Fernando, cada vez mas excitado, bajó su mano hasta mi culo, descubriendo que aun llevaba las bolas...Entonces exclamó sorprendido:

-         Uuufff, como me pone que seas tan zorra!!!

Y me dio un azote en las nalgas, introduciendo su polla en mi boca hasta el fondo.

Dejó que me deleitase comiéndosela un buen rato, sabía que me gustaba pero, cuando consideró que era el momento justo dirigió su mano a mi culo sacando cada bola con cuidado. Cada una que salía me daba un rico espasmo de placer, y me comía la polla de Fernando hasta el final. Él gemía con mis chupadas, y paraba el momento para que lo disfrutásemos los dos intensamente.

Justo cuando sacó la ultima, no aguantó mas me volteó e intentó meterme la polla por el culo sin ningún tipo de cuidado, debió pensar que yo era una experta pero, se lo tuve que decir:

-         Fernando, Fernando...que yo nunca lo he hecho por ahí.  Me da un poco de palo frenarte pero, es que me impone un poco.

-         Disculpa, nunca hubiese pensado que era la primera vez. Aguantas todo tan bien....pero, ya paro, quizá otro día...

-         Yo no he dicho que pares solo, te pido que seas más delicado...- dije casi sin pensar

-         Uffff, si es lo que yo digo. Me pones a mil pequeña ¡Eres tan diligente! ¡Eres perfecta!

Entonces él se colocó boca arriba, y me invitó a que subiera sobre él. Suavemente me acariciaba y mientras me la metió por el coño, me acarició con sus dedos untados en lubricante el culo, eso me daba muchísimo placer, recuerdo que saltaba sobre su polla, dejándome manosear el culo, poco a poco me fue metiendo un dedo por el culo, y luego dos, tocándomelo suavemente por dentro, haciendo que se me abriera bien, me estaba gustando mucho, supongo que me molestaba menos porque ya había tenido las bolas dentro un buen rato y el hecho de tener su polla por delante me hacía gozar como una loca.

De buenas a primeras, en uno de mis saltos sobre su polla él, no dejó que me volviese a sentar, me sujetó por la pelvis para frenarme y colocó su glande en mi culo haciéndolo entrar con suavidad, para entonces era tanta mi excitación que superaba al dolor que sentía y poco a poco me fui sentando hasta que conseguí tener toda su polla dentro de mi culo.

Él ya no podía aguantarse más, no podía mantener más ese lento ritmo tan suave que yo necesitaba, así que comenzó a acelerar cada vez más, aquello me daba muchísimo gusto pero, a la vez el dolor iba aumentando, ya no era delicado, era brusco pero, sorprendentemente me entraba cada vez mejor y cada vez me gustaba más y más.

Fernando estaba totalmente concertado en follarme el culo, en ver como me hacía gozar dándome con su polla por detrás pero, no se conformaba con eso y quiso dar un paso más.

Logró alcanzar con una de sus manos de nuevo el maletín, y cogió un consolador no muy grande de él, era de estos transparentes con ondas que parecen de cristal, no sabía que pretendía y entonces me lo ofreció, y entre jadeos como pudo me dijo:

-         Métetelo. Introdúcelo en tu coño para mí.

No pensaba desobedecerle, todo el placer que sentía compensaba el dolor y él sabía que meterme aquel dildo solo me iba a dar, mas placer aun.

Obedecí sumisa a su petición, y ahí estaba yo, sentada con su polla metida hasta el fondo de mi culo, aguantando sus envestidas cada vez más intensas, sus uñas clavándose en mis nalgas, y mientras metiéndome el aquel dildo en el coño, abriendo bien las pierna para dejar que él lo viese bien. Que viese como botaban mis tetas mientras me masturbaba y él me follaba por detrás...

¡Cuantísimo disfruté! Me corrí tantas veces, que no me aguantaba erguida, recuerdo que sentí brotar su leche dentro de mi culo, mientras pensaba que ahí no cabía ya nada más y sin embargo sintiéndome mas plena que nunca.

Cuando logramos incorporarnos un poco, nos fumamos un cigarro, desnudos en el porche, con unas vistas impresionantes de la ciudad, comimos algo y entonces recordé a Ameli, mi gata, tenía que darle de comer urgentemente así que pedí a Fernando que me llevase a casa.

Ya en la puerta de mi casa, aun montados en el coche me dijo que se lo había pasado genial y que si podíamos ser “amigos” y nos cambiamos los teléfonos, y yo accedí porque estaba encantada con él, era guapo, tan educado, con esa forma tan formidable de follar, sin ataduras,...era el amante ideal pero, claro, no pensaba nunca que fuese el cuñado de mi jefa y eso si que me hacía replanteármelo todo.

---LUNES---:

11 Y 25 H. washap Fernando “amigo”

No se usar muy bien este chat pero, tenía que decirte de algún modo  que me he alegrado mucho de verte esta mañana, aunque no fuese en el contesto más adecuado.

Espero, que no te hayas sentido demasiado incómoda.

Por cierto; Me pones con esa bata blanca.

¿Cómo? ¿Un washap de Fernando? ¿Qué hago? A ver si termino el turno y me voy corriendo a contarle todo a Fabi, me va a decir que estoy loca pero, necesito algún consejo.

Continúa