Parque de diversiones

Quedo deslumbrado, una maravillosa mujer, la mamá, vestida todo de negra, su blusa ajustada mostrando un endiosado bustos, falda plisada a media pierna, suelta y que con la brisa se movía diciendo, mírenme, vean lo que escondo

Carrusel Quedo deslumbrado, una maravillosa mujer, la mamá, vestida todo

de negra, su blusa ajustada mostrando un endiosado bustos, falda plisada a media pierna, suelta y que con la brisa se movía diciendo, mírenme, vean lo que escondo

He cumplido mis 18 años deseo juntar dinero para ir a Machu Pichu este verano en Febrero, por lo que he buscado trabajo en Diciembre y Enero. En estos juegos de diversiones de verano con carruseles, autos locos, aviones, tazas giratorias, etc.…, trabajo desde las tres de la tarde hasta las doce de la noche, soy el ayudante del capataz, me paga $ diez mil por el día, debo preocuparme de que todos los juegos funcionen bien y tengan un encargado de punto fijo, trabajaré los 30 días en cada uno de estos meses, me ganaré unos $ 600000. Claro que no puedo faltar, faltar es sinónimo de ¡fuera!

Estoy en mis labores, cuando un día viernes al anochecer quedo deslumbrado, veo a un marido con dos niñas de unos cinco años la mayor y unos tres la menor, el haciendo el gracioso y afectuoso papá transbordándolas de un juego a otro juego y saturándolas de golosinas, detrás con una cara de disgusto, con una mueca en su rostro impresionante y molesta de estar en esta feria de carruseles, una maravillosa mujer, la mamá, vestida todo de negra, su blusa ajustada mostrando un endiosado bustos, un maravillosos par de eminencias que sacaba el aire de los pulmones al admirarlos, falda plisada a media pierna, suelta y que con la brisa se movía diciendo, mírenme, vean lo que escondo, un trasero portentoso, un culo que se movía para un lado, luego para el otro lado al caminar, además tenía un par de piernas asombrosas y sugestivas, enfundadas en unas medias negras que traían unas botas a media piernas que la acompañaban muy bien. El ridículo de su marido seguía con gestos y otros aspavientos a las niñas en los juegos y le sacaba foto tras foto.

Al pasar por mi lado tropieza con unos cables y refunfuña, ¡cuidado! le digo los cables pueden dañar a esta belleza…al tiempo que estiro mis manos para conservar su elegancia, ¡guárdalos entonces para no tropezar con ellos!..., así parecería un lugar decente, si es que hay aquí algo digno.

Si desea le muestro algo digno, aunque su belleza dejaría indecente cualquier lugar que visitara, me mira y observa como la miro, en verdad no la miro, me la devoro con mis ojos. Parece que es la primera vez que ves una mujer, me dice,….mujeres hay muchas, pero ángeles bajados del cielo solo una, Ud., la adulo. Continua ella la marcha a la siga de su familia, pero al alejarse vuelve su cabeza mirándome si la observo y mueve mas provocativo su trasero al tiempo que me hace un guiño.

Pasan unos minutos y nuevamente me encuentro con ella, su marido en lo mismo, acalorándose al tratar de gesticular para que sus hijas se fijen en él y tomarles fotografías, ella mas alterada, sin agrado de estar en esta feria, me mira al encontrarnos y dice, hay ni un lugar decente donde sentarse un momento, veamos lo digno que dices tener y descansar un rato de este bullicio… Si me acompañas te indico un lugar modesto, tranquilo y apartado de toda esta farándula, le digo, mirándola insolentemente entre sus senos, que hermoso valle. Veo que te satisface mirarme, me dice, más que eso respondo, me desespera y me trastorna tu belleza.

El marido locamente corre con las niñas dejándola atrás, me mira ladeando su cabeza y dice… ¿cual es ese sitio tan tranquilo que tienes?..., ven y te lo muestro…, deja de seguir a su marido y me acompaña. Abro mi cuarto taller, oficina, cocina, etc. y la dejo pasar, diciéndole este es mi refugio, aquí solo entro yo y nadie mas, excepto que lo invite, tú eres una invita especial por lo divina de tu belleza…, me mira sonríe diciéndome, me observas, mas bien me devoras con tus ojos…, me deseas, pero me tienes miedo…, sonríe, me acerco y ofreciéndole asiento en el único sillón que hay, la acomodo, apoyándome en sus exquisitos muslos, con ambas manos, respondo, miedo no,… pero respeto a tus hijas si, aquí no están, entonces te puedo abrazar y recorrer con mis manos. Al tiempo que moviendo mis manos recorro sus piernas, se levanta tratando de irse, la acaricia por detrás cargando mi sexo contra su bien formado trasero y mis manos apresan su busto.

Oye suelta, esto mío…, se mira, pero no se toca…. era tarde mis labios la besaban en su nuca, gira en mis brazos acerqué casi con violencia mi cuerpo al suyo, guío mi labios al valle donde estaban esas dos melones que tenía de busto, era exquisito estar aquí percibiendo el agradable olor de su suave colonia, sentir el aroma del deseo, su piel, su boca, su sexo. Trató de apartarme por los hombros, mas se dio cuenta que seria una lucha inútil.

Eres ardiente me dijo, déjame, mi figura es de primera, tu no estas acostumbrado a esto tan delicioso y de calidad extra, acarícialo, baboséalo, pero tuyo no lo será. Me faltaban dedos para investigarla, era exquisita. Ahí estuvimos como diez minutos, jugaba conmigo, luego dijo ahora nos vamos mientras me devolvía los besos y arrumacos que le daba, apartándome de su cuerpo.

Salimos y ella busco su familia, cuando nuevamente nos cruzamos, me ignoró en la pasada, luego se dio vuelta y me sonrió. Era deliciosa y la había podido manipular. Estaba tan desesperado que tuve que volver al cuarto, tomar a mi pene frotarlo en honor de ella, hasta descargarlo y tranquilizarme, manchando el sillón donde ella había estado sentada.

Al día siguiente volvió sola con las niñas, venía vestida para un asalto sexual, un vestido azul casi transparente en su pecho, mini para abajo, apenas tapaba medio muslo, media también azules, el traje era de fibra sintética, se le pegaba como una segunda piel; ¡que mujer!..., sus nenas deseaban subirse a los caballitos, hablé con el encargado que era uno de los mecánicos de planta y de mas edad, solicitándola que le diera cuantas vueltas quisieran las nenas, que estaría ocupado conversando con su mamá, "cuidado me dijo, mucha hembra para este lobo", ¡cuídate!. Dejamos a las niñas, tomándola del brazo la guié a mi cuartucho, no se opuso, sabiendo lo que adentro le ocurriría

Al entrar a este, eche llave, la encerré con mis brazos y la atraje hacia mi cuerpo, sigues ardiente, me susurra…, crees que me entregaré fácilmente a ti, un púber…, aunque muy apasionado, ¿quieres que sea tuya?, ¿te crees capaz de apaciguarme y consolarme, satisfaciéndome sexualmente?..., si es así cójeme…, hazme tuya y se acomodo sobre el sillón que había, la cautivo entre mis brazos transportándola a un edredón que había preparado por si algo ocurría, bajando los tirantes de su vestido mostró su busto desnudo, quedando solo con sus sostenes, subo su vestido hasta su cintura quedando solo con su tanga y las medias a medio muslo, pasé mis manos a su cintura rodeándola por el talle. La oprimí contra mi cuerpo, mi pene duro como un palo, ardiente como un fogón, la acariciaba a través de mi pantalón clavándola en entre sus piernas, abrazada a ella caí sobre el colchón…,

No duraron mucho sus sostenes y mis labios succionaban sus pezones, luego baje besando su cuerpo extraje sus calzas y bajé mis pantalones, su vientre sintió mi pene palpitar contra su vientre y su entrepierna, mis manos sobaban su culo, para después subir ambas manos a sus pechos apretándolos deliciosamente, ella de inmediato se adueño de mi pene y comenzó a agasajarlo, sobándolo y oprimiéndolo, luego lo guió a su cueva sexual y lo dejo en la entrada, ahí jugué, con su vulva antes de penetrarla poco a poco fue entrando dentro de su caliente cueva, y de inmediato empecé un fuerte mete y saca por lo que sentía que estaba a punto de terminar y ella tratando de que eso no ocurriera, tranquilo, deseo ser bien penetrada y quiero a igual que ti ¡gozar!, me dice, sentía como empezaba a temblar ante mis embestidas, ella movía sus caderas de un lado a otro y hacia atrás, hacia adelante enterrándose una y otra vez mi pene, para caer luego en un orgasmo mientras yo seguía entrando una y otra vez dentro de su vulva, mi verga, bien regada por los efluvios de su orgasmo llegaba tan adentro que me parecía que la iba a partir en dos, como la gozaba, abusaba de ella, porque tenía mi pene parado, enterrado y deliciosamente en estos momentos vaciándome en su útero, sacando de ella gemidos de placer con la llegada de un nuevo orgasmo. Caí sobre ella agotado y totalmente descompuesto después del ejercicio realizado, nos acariciamos unos instantes, nos besamos y nos vestimos, pasamos por el juego a recoger sus hijas y se fue a su casa.

Le dije si la vería al día siguiente me dijo que no, nosotros después nos vamos comenté, no voy a volver me dijo.

Cumplió, no volvió y nos fuimos, tres meses después volvimos al lugar que ella con su familia residía, y la vi pasar con una de sus hijas por la plaza que estábamos, me acerque y observe que estaba con su pancita abultada, ¡hola!, salude, puedo hablarte dije, me miró y dijo acompáñame a dejar al colegio a la niña y hablamos, si hablamos, dejó la niña y me llevó a su casa…, me confesó ella si estoy embarazada y tú eres el padre, mi marido no es capaz de fecundarme y yo busco los hombres que quiero me fecunden y tengo hijos de ellos. Pero después no deseo nada mas de ellos porque amo a mi marido, ¿entendiste? Ahora lárgate y adiós.

Creo le dije que merezco una explicación mas larga, no voy a quitarte el cariño que tienes por tu marido, pero pienso que deberíamos conversar mas largo, me destrozas y creo no merecérmelo, si deseas mas hijos aquí estoy para ayudarte, como respuesta me dijo, gracias, pero mejor que sea así adiós. Salí de su casa y no volví a verla, a pesar que la busque, no quería nada más conmigo.