PARQUE DE ATRACCIONES – “El templo maldito”

Cuando hay aglomeraciones de gente suele haber quien aprovecha la situación para dar rienda suelta a sus ganas de tener sexo con desconocidos. Eso creo nos gusta a todos.

Parece  que todos hemos decidido venir hoy al parque de atracciones. Hay colas enormes y la espera se hace interminable. Por suerte ya estoy cerca de la entrada y nos agolpamos aguardando la señal para avanzar.

A mi lado tengo una pareja joven a la que no parece le importe mucho el retraso.  El la abraza por detrás a la altura de la cintura y aprieta el paquete contra un culo rotunto del que presume la pepona que le acompaña. La chica viste un vestidito corto que cubre su cuerpo ciñéndose sobre sus curvas prominentes.

El chico está cada vez más animado y le va dando empujoncitos para que note que esta como un toro y que no le importa demasiado la espera, si puede aprovechar la situación para empitonar a la joven. Ella le deja hacer con cara de complacencia, dejándose empujar y besuquear en el cuello.

Deben suponer que nadie les observa y que en medio de tanta gente es muy excitante darse unos buenos apretones. Con mucho desparpajo la chica lleva su mano hasta ponerla entre sus cuerpos para notar el paquete de él. Justo a continuación, el se anima mucho mas y empuja una y otra vez  para apretarse contra el culo de ella.

Ella no puede evitar balancear su cuerpo para compensar las acometidas tratando de disimular su juego erótico.

De repente se ilumina un rotulo que hay sobre la puerta que da acceso a la atracción. Indica que solo faltan cinco minutos. El grupo de personas que estamos en la antesala da un suspiro de  alegría y también de frustración. Todavía faltan cinco minutos más. El grupo se revuelve un poco pero sin avanzar un milímetro, como buscando una posición mejor para entrar. Un instante después me encuentro apretujado entre la gente, pero agradablemente oprimido por el pecho izquierdo de la chica que se situa entre mi espalda y mi brazo, mientras que el otro pecho queda rozando la parte externa de mi brazo.

La sensación no puede ser más agradable. Siento su teta firme en mi espalda y si muevo el brazo le sobo la otra. Para disimular un poco hago algún comentario sobre lo apretados que estamos dirigiéndome al chico. Este asiente y me contesta con comentarios en el mismo sentido. El muy listo aprovecha esta mini conversación para apretujarse más y más con la chica simulando estar algo incómodo, pero al mismo tiempo no deja de darle empujones por detrás.

Parece que los dos estamos aprovechando bien la situación y la chica está aguantando estoicamente los dos sobones que tiene al lado. Muevo ligeramente el hombro con lo que le doy un sutil masaje a ambas tetas, que es intensificado cuando ella se balancea respondiendo a los empujones que el le da en su trasero.

La mano que tenía sujeta en una cinta de la mochila que llevo colgada al pecho la dejo caer al costado del cuerpo. Inmediatamente noto como entro en contacto con la faldilla en una zona muy próxima a su entrepierna. Llevo un rato bastante excitado y envalentonado, sintiendo ganas de doblar los dedos para buscar su sexo. En este momento la suerte me sonríe y la chica para no perder el equilibrio avanza unos centímetros con lo que su pelvis tropieza con mi mano. Celebro el contacto mientras ella sigue con una expresión ausente.

Después de haber disfrutado del roce con sus tetas llega el momento de acariciar su zona más intima. Acerco el brazo a su cuerpo y coloco los dedos de forma que busquen el contacto de su piel. Pretendo que el roce sea mínimo ya que no me quiero exponer a un escándalo. Llega el contacto y no sucede nada. Me animo a seguir jugueteando con las yemas de los dedos sobre la piel de sus muslos.

Ahora es el chico el que hace comentarios sobre la tardanza en abrir la puerta de la atracción, y ella se queja del calor y del agobio que le provoca tanta gente en tan reducido espacio. Mientras hablamos entrecortadamente, el no deja de darle apretones que ella trata de compensar haciendo oscilar su cuerpo acompasadamente adelante y atrás. En uno de estos movimientos mi dedos topan con su braguita y noto su pubis ligeramente abultado en la punta de los dedos.

Que sensación tan deliciosa. Los dos mantenemos la posición prolongando el contacto. Mis dedos se mueven lentamente rascando sobre la braguita con intención de acariciar los labios de su rica vulva. Después de unos instantes de maravillosa exploración, el siguiente movimiento me llena de alegría.

Ha separado ligeramente las piernas con lo que su rajita queda al alcance de mis dedos. No dudo en frotar por encima de la braga sobre la raja, y mi recompensa llega casi de inmediato. Siento como la humedad de su sexo atraviesa la braga y llega hasta mis dedos.

Mientras estoy pendiente de frotar la rajita y hacerla “sudar” un poco, no me percato del movimiento que sucede bajo la mochila a la altura de mi bragueta. No puedo ver nada pero noto como una mano sin complejos ni tapujos me frota el bulto de mi polla que hace rato esta gorda a reventar. Siento como la coge acariciándola y disfrutando de su consistencia.

Ahora ya estamos los tres enganchados, disfrutando cada cual de lo que mas a la mano tiene. Busco debajo de la braga para tocar directamente su rajita y así poder acariciar directamente el clítoris. En cuanto llego ella se estremece y de forma involuntaria se retira sacando el culo hacia atrás. El chico  interpreta el movimiento como una sutil invitación a que siga empujando y asi lo hace con lo que el choco de la chica vuelve a quedar al alcance de mis dedos.

Después de frotar unos instantes creo que le llega un bonito orgasmo y me moja los dedos.

De repente el rotulo luminoso se pone a parpadear en color verde y se abren lentamente las puertas que dan acceso a la atracción. La masa se pone en marcha y empezamos a entrar en una nueva sala con muy pocas luces y quedamos a la espera de que empiece la atracción aunque la diversión empezó hace rato.

Deverano.