Parking 4
Ha pasado tiempo, la última noticia que tuve de él fue un mensaje al móvil, en el cual me informaba de que se iba de vacaciones, que estaría un tiempo indeterminado fuera por viaje; cuando recibí el mensaje mis emociones eran contradictorias, una mezcla de alivio con una pizca de abandono ¿Por qué?
Ha pasado tiempo, la última noticia que tuve de él fue un mensaje al móvil, en el cual me informaba de que se iba de vacaciones, que estaría un tiempo indeterminado fuera por viaje; cuando recibí el mensaje mis emociones eran contradictorias, una mezcla de alivio con una pizca de abandono ¿Por qué? debo estar mal de la cabeza…
Dicen que “ el tiempo todo lo cura y nos pone a cada uno en nuestro sitio” y “que la distancia es el olvido” ¿Cuál es mi sito? ¿Se olvidará de mí? ¿me gustó o disgustó lo que sucedió? son algunas de las preguntas que me hacia; con el paso de los días mi estado de ánimo pasó por una especie de pequeña depresión, ni siquiera era capaz de practicar el sexo con mi novio sin pensar en él y su dominación sobre mi; los que me conocen saben perfectamente que sumisa no soy, que tengo muy claras las cosas que quiero y deseo, por eso pensaba mucho en hasta que punto fue chantaje y no la morbosidad ante lo desconocido de un juego distinto a lo habitual…
Un día en el trabajo pasaron una circular en la que se informaba que se necesitaba personal para cubrir unos puestos vacantes en otra sede fuera de la ciudad, que para cubrir dichos puestos se optaba por el traslado voluntario; justo lo que necesitaba un cambio de aire, sin pensármelo mucho fui al departamento de personal para informarme del traslado, lo que me ofrecieron fue un ascenso, más dinero, una pequeña-gran compensación en concepto del traslado de ciudad y una mejora bastante sustancial de categoría laboral, como en todo siempre hay un “pero” y ese “pero” era que mi jefe directo “el carca” me tenía que dar una carta de recomendación.
Como el cambio era mi meta, para conseguirlo también tenía que cambiar mi aspecto, ya que para mi “jefe” era una especie de mujer pecadora, lo primero fue pasar por la peluquería, un nuevo look más clásico con un corte distinto y el pelo más largo conseguido con una bonitas extensiones, quitarme las lentillas y ponerme unas bonitas gafas retro; lo siguiente un cambio de vestuario, me compré un par de trajes que excedían mi presupuesto pero que me quedaban muy bien; todo el conjunto me daba un aire de ratón de biblioteca.
Cuando me presente en la oficina, los comentarios fueron bastante agradables y cuando el jefe me vio pareció que hacia un gesto de asentimiento, durante toda la semana me sentí a prueba y que la iba superando, había ganado más confianza en mí y estaba muy cerca de conseguir el nuevo puesto.
Justo cuando todo estaba saliendo como yo quería, mi móvil sonó, era él
-Preciosa, he vuelto.
-¿Por qué?
-Porque se me han acabado las vacaciones.
-No, que por qué me lo cuentas, tú y yo no tenemos ninguna relación, ya conseguiste lo que querías ¿No has conocido alguien a quien chantajear en tus vacaciones?
-No tan excitante como tú, además se perfectamente que me has echado de menos, no creo que tu novio te haga estremecer de placer como yo.
-Parece que tu ego ha vuelto muy alto de las vacaciones.
-Siempre ha sido bastante alto, por cierto me han comentado lo mucho que ha cambiado la “Zorra rubia”, ahora parece una clásica oficinista recatada y estrecha, con mucho morbo…
-¿Por qué no te olvidas un poquito de mí y pasas pagina, como yo?
-¿Y terminar lo nuestro? no preciosa, aún se me pone tiesa pensando en tus pezones sonrosados, en tu piel extremadamente blanca, sedosa y en tu dulce coño…
-Y pensar qué gran poeta se ha perdido el mundo…!
-Es que solo estoy disponible para ti…
-Qué gran suerte la mía…
-Hablando de ti, necesito que me hagas un favor...
-Ni de coña…
-Aún no te he dicho en que consiste…
-No quiero saberlo, la respuesta es no…
-Estuve de vacaciones en New York…
-¿Y te dejaron entrar?, creí que a los delincuentes no les dejaban entrar en ese país…
-Veo que tu lengua sigue igual de afilada, tengo ganas de sentirla sobre mi polla…
-Y te quedarás con las ganas…
-De eso ya hablaremos más tarde, ahora lo que te quiero pedir. Hhe ofrecido a unos clientes muy importantes hacer un Nyotaimori…
-Seguro que me arrepiento por preguntar ¿Qué es un Nyotaimori?
- Es un arte, algo que me enseñaron en un restaurante de mucho nivel en New York, se trata de que sobre una mujer completamente desnuda se ponga comida como si fuera una bandeja y los comensales coman de ella…
-Claro y en tu caso yo sería la bandeja…
-Hay que ver lo rápida que eres cogiendo las cosas…
-Ni de coña…
-Algunas veces eres un poco repetitiva…
-Si crees que voy a servir de bandeja para que otros me sobeteen mientras comen, es que estas muy, muy mal de la cabeza…
-No te van a sobetear, tú eres un plato nada más, tengo el catering de unos clientes japoneses muy importantes y les he prometido un Nyotaimori…
-Como si les has prometido una ballena completa para cenar…
-Se que tu cambio de look tiene que ver con una pequeña promoción, que tiene que aprobar tu simpático jefe, como recordatorio te diré que aun tengo la grabación…
-Si crees que porque tengas esa grabación te puedes convertir en mi chulo y yo en tu puta particular estás muy equivocado…
-No te estoy pidiendo que te acuestes con ellos, te acabo de mandar un artículo a tu correo explicando en qué consiste, para que veas que es del todo inocente. Cuando lo hayas leído, seguro que te gustaá hacerlo…
Colgé, estaba muy cabreada, me sentía impotente pero mi cuerpo tenía un punto de excitación, abrí el email:
“El Nyotaimori (en japonés:女体盛り) es el arte de comer sushi sobre una mujer desnuda que a su vez sirve como plato o bandeja. Sobre ella se colocan diferentes alimentos y se permite que los comensales tomen la comida de su cuerpo.
Se desconoce el origen de esta práctica, muchos la atribuyen a las geishas y otros la relacionan con la yakuza o mafia japonés.
En la actualidad muchos restaurantes de sushi en las más importantes capitales del mundo como Tokio, Londres o New York ofrecen esta excéntrica opción, la cual no resulta económica (aproximadamente 200 dólares por persona) pero cada vez tiene más seguidores.
El servicio requiere que la modelo bandeja permanezca inmóvil y sin gesticular durante todo el evento. La idea es que los alimentos tomen el sabor natural de la esencia de la modelo, es un placer no sólo alimenticio sino erótico. Algunas de las reglas que rigen este arte son: Respetar a las modelos, no hablarles, tocarlas o pellizcarlas así como tampoco emitir comentarios o gestos inapropiados.
Las mujeres que desean convertirse en modelos nyotaimori deben pasar por un entrenamiento exhaustivo, ya que deben permanecer acostadas por horas sin moverse, sin dejarse afectar por la temperatura de la comida. También deben usar productos para baño libres de fragancia o jabón.”
La idea de verme como una modelo-bandeja llena de comida empezó a resultar atrayente, le llamé:
-Se respetaran las reglas de que no me hablaran, ni me tocaran de ninguna manera?
-Claro, es básico, además es para una reunión de altos ejecutivos, gente con mucha pasta que quieren cosas nuevas…
-Lo que no quiero es que me puedan reconocer de ninguna forma…
-No te preocupes por eso, tendrás que depilarte completamente, te ducharas con jabón totalmente neutro y sin olores, para que no te reconozcan te maquillaras y te pondrás una peluca como si fueras una geisha…
-Se que es tontería preguntar, pero ¿Me darás la grabación de una vez?
-Cuando termine la noche, te daré uno de los números de la combinación…
-¿Yo hago de bandeja para un grupo de tíos salidos y solo obtengo un triste numero?
-Bueno si quedan contentos te daré una comisión por el trabajo…
-No me gusta que me estés convirtiendo en tu puta…
-No te estoy convirtiendo, lo eres… la cena es el viernes por la noche, estarás lista según lo convenido…
Llegue al restaurante a la hora establecida, mi cuerpo totalmente depilado, la piel suave sin ningún tipo de olor, mi cara totalmente blanca por el maquillaje, con los labios rojos y unos pequeños toques rosa en parpados y pómulos, todo completado con una peluca morena como las que usan las geishas, ni yo misma me reconocía.
Estoy nerviosa y excitada, con los ojos cerrados, tumbada boca arriba, desnuda sobre una mesa cubierta de raso rojo, con una pequeña almohada del mismo color bajo mi cabeza, mis pezones y pubis cubiertos estratégicamente con hojas verdes, sobre mi cuerpo pequeñas porciones de sushi. Esperando la llegada de los comensales, siento que alguien se acerca y que me susurra al oído
-Cuando la cena haya acabado, serás mi bandeja particular, pienso devorarte por completo…
La piel se me eriza, trago saliva, intento concentrarme en no realizar ningún movimiento, escucho como van entrando los invitados, como realizan bromas o cuentan chistes soeces sobre mí, no debo dejar que me importe, soy un objeto inanimado, solo una bandeja sobre la que se apoya la comida.
Los comensales están sentados alrededor de mí, toda la comida es japonesa así que han de comer con palillos, noto como algunos por torpeza o por demasiada agilidad rozan mi piel cuando se van sirviendo, suerte que mis pezones están tapados por las hojas, el que está sentado al lado de mis pies se dedica a hacerme cosquillas con los palillos, rozándolos suavemente, él no sabe que es uno de mis puntos débiles, el ligero roce hace que me humedezca, lo hace tan lento y suave una pequeña dulce tortura, termina con un pie continua con el otro, estoy tan mojada que noto como mis fluidos se van deslizando por mi trasero; alguien sopla alrededor de la piel de mi brazo derecho, a mi pesar cada vez estoy más y más excitada, me concentro para intentar anular las reacciones de mi cuerpo, parece que lo estoy consiguiendo, pero el que juguetea con mis pies parece muy concentrado en seguir provocándome ahora con sus dedos.
No se cuanto tiempo ha pasado pero ya no tengo comida encima de mí, la pequeña tortura ha terminado, los comensales se marchan, cuando no queda ninguno me incorporo ahí esta él mirándome con una sonrisa
-Has estado soberbia, ¿Sabes que había una apuesta?
-¿Una apuesta?
-Si, sobre quien te haría reaccionar y moverte.
-Pues no lo han conseguido…
-No moverte no, pero por la mancha que hay sobre el satén rojo, alguna reacción si ha habido, aunque ellos no la han visto…
-Bueno ya ha terminado, así que me vestiré y me marchare, dame el número…
-El número es el 1.
-¿Cuándo me darás el resto?
-Mejor pregunta qué tienes que hacer para saberlos…
-¿No crees que esto dura ya demasiado? no sé qué quieres de mí, ya hemos follado en todas las posturas, he hecho cosas contigo que nunca he hecho con nadie, has anulado mi personalidad cuando estoy contigo…
-¿Qué más quiero? Te lo diré. Tu alma, que seas tú la que me busque a mí, la que me folle, al punto que cuando estés tan cachonda te grabes masturbándote y me envíes el video, que tu único pensamiento sea follar conmigo…
-No sé qué decir.
-¿Sabes que me han ofrecido mucha pasta por que les dejara follarte? pero no les he hecho caso porque quiero ser yo el único que te folle…
Bajo la mirada, no sé qué decir, por un lado quiero decirle que sí, que lo ha conseguido pero por otro quiero alejarme de todo, cambiar de vida, ser el pequeño ratón aburrido de biblioteca de estos días.
-Veo que no dices nada, así que como yo no he cenado, he decidido que seas mi plato y aquí no hay reglas de ningún tipo, así que túmbate sobre la mesa y antes de que protestes, como pago por anticipado te daré otro número, el 8.
Le miré a los ojos, su mirada estaba oscura por la pasión; una pequeña descarga de miedo corrió por mi columna vertebral, retrocedí un poco sobre la mesa, me pidió que me diera la vuelta y me tumbara boca abajo, sus dedos recorrían mi espalda mi respiración se hacía más profunda, volvía a estar húmeda, cuando llego a mi trasero lo recorrió con uno de sus dedos hasta llegar a mi coño, lo introdujo, yo di un pequeño respingo de placer, lo sacó
-ummm, me gusta esta salsa, tan dulce…
Desapareció por unos momentos, volviendo totalmente desnudo, en las manos un plato con fruta y un tazón de chocolate caliente…
-Me encantan las fondues de chocolate con trozos de fruta, se me ha ocurrido hacer una pequeña mezcla con otra de las cosas que más me gustan… tú.
Sobre mi espalda noto como cae el chocolate, uno de sus dedos recorre mi espalda extendiéndolo, luego lo pasa por encima de mis labios, me relamo y le chupeteo el dedo…
-Veo que también tienes hambre…
De un plato cercano lleno de fruta coge una fresa, pasa la punta por encima de mi espalda, mojándola en el chocolate la acerca a los labios, la lamo, muerdo la punta, me la como; coge un plátano, lo pela pero no me lo acerca a la boca, lo pasa por mi trasero, me abre las piernas y poco a poco lo introduce en mi coño, como está tan mojado se desliza sin problemas, con el plátano dentro de mi coño se sitúa encima de mi y comienza a lamer todo el chocolate de mi espalda, primero en el cuello, bajando por mi columna, se desliza por mis piernas llega a mis tobillos los mordisquea, jadeo de placer, vuelve a subir dándome pequeños besos haciendo el recorrido a la inversa, me hace girar, vuelca mas chocolate sobre mis pechos y empieza a devorarlos con pequeños mordisquitos y grandes lametones, cuando están bien limpios continua deslizando el chocolate y su lengua hasta llegar a mi coño, lo embadurna bien y comienza a morder y comer el plátano de mi vagina, que sensación, mientras su lengua me da pequeños lametones y sus dientes rozan al comer mi clítoris, mis manos agarran fuertemente la tela empiezo a retorcerme y contraerme de placer con la llegada de un orgasmo brutal mientras él sigue lamiendo y comiendo de mi coño el chocolate, el plátano y los fluídos de mi corrida, sin darme ninguna tregua, es el orgasmo más grande de mi vida.
Cuando ha terminado de comer se inclina hacia mí, me besa dejándome un agradable sabor de la mezcla de alimentos y mis fluídos, no puedo contenerme así que le doy la vuelta tumbándole sobre la mesa conmigo a horcajadas, ahora soy yo la que lleva el control, cojo una fresa y la unto con el chocolate, me la introduzco en la boca y me inclino a besarle introduciendo la fresa entre nuestras bocas, la acidez de la fresa crea un extraordinario contraste fusionándose en nuestros paladares; extiendo el chocolate por todo su pecho, comienzo a lamerlo, cuando llego a sus pezones los muerdo firmemente pero sin apretar, parece que le está gustando, me deslizo hacia su polla totalmente erecta, la unto bien de chocolate, primero mordisqueo el glande que está delicioso mezclado con los líquidos preseminales, luego lamo todo el tronco llegando hasta los testículos, comienzo con el derecho metiéndolo en mi boca, paladeándolo, continúo con el izquierdo, alzo la mirada y veo como con sus manos agarra la sabana-mantel, vuelvo a concentrarme en su polla metiéndomela en la boca, con la ayuda de la mano comienzo a moverme de arriba abajo, mi lengua le da golpecitos en el glande y el suave roce de mis dientes hace que gima de placer, me agarra por el pelo, nos miramos a los ojos y comienza a embestirme follándome la boca, alguna de las embestidas rozan mi campanilla, provocándome arcadas, pero no me deja retirarme, presiona un poco más quedándose él totalmente quieto, noto como su semen caliente inunda mi boca, comienzo a tragar, cuando ha terminado queda laxo encima de la mesa.
-Esto no ha terminado ¿no querías mi alma?
Me mira extrañado, cojo unas servilletas de tela y le ato las muñecas y los tobillos a la mesa, dejándole en forma de cruz, con otra servilleta le tapo los ojos, me bajo de la mesa y voy a donde están mis cosas, de mi bolso saco un pequeño frasco que contiene un aceite especial de frambuesa para masajes eróticos, oigo como me llama…
-¿Creías que me había marchado?
-Pensé que me habrías dejado aquí atado, para que me encontrara la de la limpieza…
-No se me habría ocurrido, pero creo que lo que tengo en mente te gustara….
Vuelco un poco del aceite en mis manos, primero las paso por su cara, a continuación voy pasándolas por el pecho suavemente deslizándolas dejando que la piel absorba el aceite y haga su efecto, voy continuando por todo su cuerpo obviando de momento su polla.
-Siento que la piel se me está poniendo caliente…
-Tranquilo, relájate…
Comienzo a soplar suavemente sobre la piel, su piel comienza a erizarse, su polla antes flácida ya anda pidiendo guerra, continuo soplando, sigo ignorando su polla cada vez más tiesa y más dura, él se retuerce de placer, comienza a suplicarme que le folle, no le hago caso y comienzo a realizar un masaje y a soplar sobre sus pies, las palmas de sus manos, él continua suplicándome, le hago callar con un beso, absorbiendo su lengua, mordisqueando su labio…
Me siento a horcajadas, coloco el glande en la entrada de mi vagina, me deslizo empalándome con ella, paro unos instantes, me dejo llevar por el placer, comienzo a cabalgar salvajemente, me inclino y le desato las manos, él me abraza y comienza a embestirme a la vez que yo le cabalgo, paramos, le termino de desatar los pies, nos bajamos de la mesa, yo me quedo sentada, él de pie, restriega su polla en mi coño, cuando la sitúa en mi entrada soy yo la que embisto y salgo a su encuentro, le doy unos azotes en el culo para que se apremie y me embista más rápido, quiero follar salvajemente, me coge por la cintura, me abrazo a él, me levanta en el aire y nos dejamos caer suavemente al suelo, levanta mis pierna situándolas en sus hombros, sus embestidas son más profundas, mucho más profundas, me agarro fuertemente cuando comienzo a sentir el orgasmo, al sentirlo él comienza a correrse mientras me mordisquea los tobillos…
Quedamos sudorosos tumbados en el frío suelo, me abraza y me susurra al oído, 4 y 7, la llave está en el primer cajón del escritorio…