Paréntesis
Esos momentos en que se descansa de lo de siempre...
Paréntesis
Quise tomarme un respiro de vivir.
Desabroché la cinturilla de la falda,
me senté en el bordillo de la acera
y entrecerré los ojos.
Al tiempo
sentí que se teñían de rojo todos los semáforos del mundo
y que se detenían los coches.
¡Qué silencio!
Sentí que se abrían todas las bocas en redondo
y que aparecían en la tierra nuevos volcanes.
¡Qué bostezo!
Supe
que en las cuevas, los ángeles
se olvidaban de cerrar los grifos
de las estalactitas.
¡Qué sollozo!
Un segundo después me puse en pie
y, acabado el paréntesis,
volví a uncirme a la noria de la vida,
sin sollozos, bostezos ni silencios,
a la noria aburrida de la vida
dando vueltas y vueltas y más vueltas
en torno de mí misma