Pareja sadomaso: solamente una sirvienta
Como un paso más de control y humillación hacia mí, mi Amo ha decidido que sea la sirvienta de su casa, pero esta vez lo ha llevado más allá pues ha hech9 que sin saber quién soy, pero sí que soy la sirvienta, la familia haga parte de la rutina.
No soy aún la perra que él desea, pero es él quien me está formando y amoldando a su manera de ser, solamente él ha sido mi Amo, por lo tanto estoy aprendiendo todo lo que a él le gusta y tal como a él le gusta sin tener mañas de nadie más.
Reducida a la persona que hace los oficios y se encarga de que todo funcione bien en la casa, eso es lo que soy...
Al inicio mi Amo decidió utilizarme como “la señora que llega a planchar la ropa” y obviamente dejar de hacerlo él o de vez en cuando contratar este servicio, y una vez al mes o máximo dos veces al mes, me ordenaba llegaba a la casa de su familia a planchar toda su ropa (tanto la de él como la de su familia), ya sea de trabajo o de vestir. Pasaba mas de 8 horas parada en un cuarto cerrado, sin ventilación, desnuda y solamente la parte del uniforme que desde el primer día él me dijo que era imprescindible: un par de zapatos de tacones bastante altos.
Terminaba sumamente adolorida de los pies, sudada, cansada, exhausta, y después de eso debía ir a mi trabajo dando clase. En mas de alguna ocasión mis estudiantes me preguntaron que porque llegaba tan cansada o roja y yo debía decirles la v edad: que venía de planchar ropa. Cuando la respuesta se hizo frecuente me preguntaron si es que mi esposo no le pagaba a alguien para que nos la planchara y les dije que no, que ese era uno de mis otros trabajos, que no nos alcanzaba el dinero y era una de las maneras de apoyarlo a él... tampoco podía ser 100% sincera.
Pero con el paso del tiempo el planchado de ropa pasó a ser la limpieza y planchado, luego se le sumó limpieza de vidrios, luego lavado de trastes, y así poco a poco a poco se le fueron sumando todos los quehaceres de la casa.
Sí, para mi sorpresa, mi Amo me había convertido en su sirvienta y la de su familia y a ellos les había dicho que la misma señora que llegaba a planchar había hablado con él y le había preguntado si no tenía más trabajo y él accedió a que llegara dos veces por semana, pero con la condición de que se hiciera cargo de toda la casa, excepto las compras y ella había aceptado.
Así que desde entonces ya nadie arreglaba la cama, no se recogían ni lavaban los platos, no se sacaba basura, nadie hacía nada y yo debía encargarme de, en dos días, mantener la casa reluciente, la ropa lavada, planchada, la refrigeradora limpia y llevar la casa como una buena sirvienta que trabaja ya solo 5 horas al día (porque debe esperar a que todos se vayan e irse antes de que todos vengan), dos días a la semana.
Me dejaban pedidos específicos de cosas que querían que hiciera ciertos días, sumadas a las que ya tenía previstas o que las cambiara por las que tenía previstas, en fin, estaba llevando mis dos trabajos, bueno 3: mi trabajo de sirvienta, por las tardes/noches me iba a dar clase, en los días libres como sirvienta pues limpíaba mi casa y trabajaba en mis clases y por las noches realizaba otros trabajos extra de mi Amo. Él me había marcado un horario para poder echarme y dormir y para levantarme y un horario para poder dejar de trabajar y sinceramente no era nada liviano. Me levantaba a las 5am, empezaba a trabajar a las 6am, y terminaba todo a la 1 o 2 am, nunca antes, pero es que nunca podía hacerlo antes porque era tanto que no alcanzaba, siempre estaba sobre el tiempo, atrasada, con los objetivos y metas casi sin cumplir, agotada física y mentalmente, pero bueno, ambos comenzamos a crear nuevas responsabilidades para mí, y a pesar de lo difícil que era, me gustó y lo fui asumiendo, con mucho esfuerzo, pero lo fui asumiendo. El agotamiento físico fue lo que más me costó, pues también trabajaba sábados y domingos, a veces todo el día a v e es solo un turno, pero era agotador, sin embargo él así lo decidió y yo decidí obedecerle...
Pero eso fue un buen entrenamiento para lo que vino después, que será objeto del siguiente relato.
Perra de CC