Pareja sadomaso: perforando un pezón virgen

No soy aún la perra que él desea, pero es él quien me está formando y amoldando a su manera de ser, solamente él ha sido mi Amo, por lo tanto estoy aprendiendo todo lo que a él le gusta y tal como a él le gusta sin tener mañas de nadie más.

Así como ahora en mi cuerpo hay tatuajes, marcas hechas con fuego con sus iniciales, quemadas con plancha, marcas de algunos instrumentos usados para castigarme, también decidió que sería i Teresa te que portara algunos piercings en mi cuerpo. Nuevamente, a pesar de que él es mi dueño, lo habló conmigo y acordamos que habrían perforaciones en los pezones, el clítoris, labios vaginales y ombligo.

Cuando se harían, cuantas se harían, como se harían, quien las haría y todos esos detalles pues ya no eran de mi incumbencia. Así que procedimos a comprar los aretes, los compré yo por supuesto pues parte de la idea es ser humillada en el proceso y es obvio que lo logra pues nunca he pasado por un proceso de estos, soy una persona más bien retraída y tener que ir a comprar este tipo de joyas donde es un chico el que atiende y pregunta muchas cosas y hay gente viendo u oyendo, no sé, el objetivo de humillación se logró a la perfección.

Tampoco sabría detalle de cuándo o cómo sería la perforación y yo dudaba si me llevaría a un lugar como en el que compré las joyas o si lo haría él, pero no sabía si él lo había hecho antes.

El día llegó, sin yo saberlo, me desvistió me puso las pinzas de metal y me puso en 4, no dijo absolutamente nada. Se divirtió conmigo, me dio latigazos, jugó con mi dedo, en fin, me dio mucho dolor, aparte del dolor de mis pezones. Cerca de dos horas después me sentó en una silla ató mis pies uno a uno a las patas de la silla, luego tomó mis manos y las ató por detrás de la silla, después me puso una venda en los ojos y solo escuché silencio.

Luego escuché como describía lo que iba a pasar: se pondría alcohol en las manos, luego los guantes, y prepararía una de las joyas y una de las agujas, las cuales ya vienen completamente esterilizadas, quitaría la pinza, limpiaría con alcohol y procedería a perforar y poner la joya.

El único problema en todo esto es que yo soy muy miedosa y estar con los ojos vendados ya me hace sentir lejos de mi Amo, pero además el no poder sentirlo a él a través de sus manos, me mata, por lo que le le pedí, le supliqué que no usara guantes. Él insistía en que no por la cuestión de la limpieza y esto, pero le supliqué que si no me iba a quitar la venda que al menos no usara guantes, y accedió.

Lo siguiente fue un intenso dolor en mi pezón izquierdo, jamás había sentido algo así, tengo pezones inversos, ni siquiera había teñido sensaciones “fuertes” en ellos, además, él se detuvo a disfrutar, porque ese dolor intenso no cesaba jamás, sentí que me iba a desmayar y, de hecho, lo siguiente que recuerdo es que mi Amo me estaba haciendo oler alcohol, me desmayé, me quitó la venda, y aun tenía la aguja en mi pezon, él estaba disfrutando con mi dolor y además quería que yo lo viera.

Me dio agua y un poco de suero, eso me reanimó, cuando ya estaba bien, él continuó, pero ya yo podía verlo todo, y vi como iba sacando poco a poco esa aguja y en su lugar quedaba la joya elegida para mi pezon y ya solo enroscaba la otra punta...

Cuando terminó me lo mostró, nuevamente me dio a beber, me limpio la cara de todo lo que había llorado y me fue desatando poco a poco, me abrazó y me sobó la cabeza y me dijo que me vistiera mientras él arreglaba lo demás y me daba indicaciones.

Dolía muchísimo, esa noche no podía acostarme de ese lado, ni tampoco dejar que las sábanas me rozaran, sin embargo estaba feliz, porque ya tenía una marca más de que no era libre.

Poco a poco dejé de usar ropa holgada y comencé a usar blusas que permitieran que se viera el piercing, el dolor también fue bajando con los días, y nosotros seguimos aquí.

Claro, cada vez hay que disimular más o inventar nuevas historias, hasta que no pueda decir la verdad a todos.

Perra de CC