Parchis con mis suegros

Una inocente regalo desencadenó una velada de sexo familiar.

PARCHIS CON MIS SUEGROS

Aquel sábado, después de comer en casa de mis suegros con mis cuñados para celebrar el santo, decidimos que la tarde era larga y como todos teníamos los hijos colocados, un parchís para 6 personas estaría bien, aprovechando que era el regalo que le habíamos hecho y habría que estrenarlo.

Mis suegros (Marta y Ramón) son una gente encantadora, cuando éramos novios nos ayudaron mucho en la relación, y para Pedro (el hermano de Juan, mi marido) y Ana (su mujer) tenían un sentimiento hacia ellos muy parecido, por lo que no era extrañó que nos gustara pasar aquella tarde todos juntos.

Sacamos todo lo de la mesa abrimos la caja del parchís, lo extendimos y repartimos las fichas, en la caja ponía que se podía jugar también con penalizaciones, se trataba de unas pruebas o castigos que habría que cumplir si te comen una ficha, estaban cerrados en un sobre, entre risas decidimos que lo haríamos así, es una manera distinta y mas divertida de jugar, pensamos todos.

Empezó la partida sin nada que resaltar, es un juego que cuesta que se anime ya que hasta que las fichas no se encuentran puede pasar bastante rato, pero lo que siempre es seguro es que la primera ficha comida es la mía, no se me da muy bien estos juegos, y evidentemente aquel día no podía fallar, me tocó quedarme sin una ficha y hacer la primera de aquellas pruebas, "da la vuelta a la mesa como si fueras un gato", lo hice con bastante teatro, lo que gustó mucho.

Siguió la partida y me comí una ficha a mi cuñado Pedro, sacó la prueba y decía: "Adivina de que color lleva la ropa interior la persona que te ha comido la ficha", una pregunta atrevida pensé, pero como era verano la blusa que llevaba permitía perfectamente adivinar que era un sujetador blanco, entonces Pedro, muy contento dijo: "Sujetador blanco y bragas rojas", no tenía ni idea de por que dijo que mis bragas eran rojas, realmente eran blancas, yo contesté que no, que era un conjunto blanco, pero él insistió en que mis bragas eran rojas, para solucionar el tema me levanté y desabroche el primer botón de mis pantalones enseñando la parte de arriba y pudo ver que eran blancas. Después de aclarar el color le pregunté a que se debía que pensara que eran rojas, su respuesta fue muy sencilla, si decía el color real no se las habría enseñado. (jajaja general en la mesa y yo avergonzada).

Siguió la partida un largo rato sin incidencias hasta que mi suegro comió una ficha a Ana, sacó la prueba y decía "Si eres mujer, deja que el que te ha comido la ficha te saque una prenda", el silencio fue general, aquello superaba las expectativas de las pruebas, se trataba mas que de un juego familiar, de un juego erótico, los 6 permanecíamos callados hasta que mi suegra dijo:

Esto es mas fuerte de lo que todos pensábamos, pero que os parece si seguimos jugando y el que quiera cortar el juego, todos lo aceptamos.

Pues yo quiero cortar ahora, dijo Ana, no voy a seguir aquí medio desnuda

Que poca imaginación tienes, te sacas el sujetador y no estarás medio desnuda, dijo mi suegra

Bueno, a ella le pareció bien, pero cuando introdujo las manos debajo de la blusa para sacárselo, Pedro dijo que aquello no era así, tenia que ser su suegro quien lo hiciera, un poco cortada, Ana se acercó a Ramón y se colocó de espaldas, este levantó un poco la blusa lo suficiente para llegar a los corchetes desabrochándolos, después, dándose la vuelta, mi suegro procedió a sacar las tiras por las mangas y con mucho tacto puso dos dedos en el escote titando de la prenda.

Ana volvió a su sitio guardando el sujetador en el bolso, había en el ambiente una cierta tensión pero creo que nadie quería acabar con aquello, además, la blusa que llevaba trasparentaba las aureolas de sus pechos que son muy oscuras, todos nos percatamos que además los pezones estaban erguidos.

Siguió la partida sin ningún comentario de esto, mi suegro comió una ficha a su mujer, Marta tenía que hacer la siguiente prueba: "Entra una mano en los pantalones por delante y la otra por detrás hasta que los dedos se toquen", mi suegra hizo levantar a Ramón, aflojo el cinturón y entro una mano por delante y otra por atrás, hizo correctamente la prueba.

Estaba subiendo mucho el nivel sexual, y suerte que aquello había tocado hacerlo entre dos personas de la misma pareja, de lo contrario dudo que el juego hubiese continuado, también hay que decir que el ambiente cada vez era mas jocoso y animado.

La siguiente ficha se la comió Juan a Pedro, la prueba era "Sácale una prenda", mi marido procedió a sacarle la camisa a su hermano, no sin múltiples bromas por parte de todos, especialmente Ana y Marta que parecía que aquel juego les gustaba mas de lo que era prudente.

Al poco, Pedro me comió una ficha, yo me temía la prueba, y no era para menos cuando leí: "Besa durante 10 segundos su sexo por encima de la ropa", POR AQUELLO NO PASABA ¡!!!!!!, pero creéis que fue fácil?, todos decían que no pasaba nada, mi marido insistía en que tenía que hacerlo, que solo era un juego, Ana decía que estaba esperando ver la reacción de su marido, y mis suegros no se cortaron en absoluto, insistían en que podría resultar divertido, al final me convencieron, mas que nada por no fastidiar la tarde, no es que me hiciera mucha gracia, pero acepté ante la presión, claro que me costó entender que mi marido estuviera de acuerdo.

Pedro se colocó en el sofá con las piernas abiertas, me tuve que colocar entre ellas como si le fuera a hacer una felación, el tiempo lo marcaría mi suegra, cuando acerque mi boca y le daba suaves besos en el paquete empezó a contar, 1,2,3,…, Ana dijo que no tan deprisa, que a Pedro tenía que gustarle, así que siguió mas despacio mientras yo daba besos muy superficiales a su paquete y notaba como aquello se ponía muy duro, 4,5,6,7,8,9…. Y el último número tardó mucho rato en pronunciarse.

Me levanté avergonzada pero con un cierto cosquilleo en mi coño, curioso, me estaba calentando, lo primero que hice fue mirar a mi marido que me contestó con una sonrisa de aprobación.

Todos recompuestos siguió el juego, le comí una ficha a mi suegro, tenía que hacer una prueba que sacó del montón, decía "Deja que te escriban una letra en el culo directamente y adivina cual es", bueno, no estaba mal, así que se levantó y desabrocho los pantalones bajándolos por atrás junto con los calzoncillos, su culo quedó a mi disposición, con un dedo escribí una A que acertó enseguida. Ha estado bien pensé, y a los otros también les encantó la prueba ya que hacían muchas bromas.

Mi marido le comió una ficha a Ana, cuando leímos la prueba pensé que allí se terminaba el juego ya que decía "Bésala durante 10 segundos los pezones", Ana se negó, dijo que aquello no, que no estaba dispuesta a pasar aquella prueba, entonces fue su marido quien le recordó que había intervenido mucho cuando yo besaba su paquete y que ahora no podía echarse atrás, en el fondo tenía razón y yo quería en cierta manera vengarme, pero también sabía que a Juan le gustaría aquella prueba y no se la podía negar por lo que intercedí con similares argumentos proponiendo hacer aquello por encima de la ropa, la tarjeta no aclaraba este punto, además, como ya no llevaba sujetador y solo lo cubría una fina camisa, se que el tacto sería parecido. Ante la presión ejercida por todos, aceptó, mi marido dijo que se estirara en el sofá, como antes había hecho Pedro, ella muy roja de vergüenza lo hizo, Juan se acercó a ella y mi suegra hizo de cronómetro. Mi marido empezó a chuparle un pezón mientras el tiempo corría, 1,2,3,… yo dije que mas despacio, imitando a Ana por lo de antes, 4,5,6, muy despacio mientras Juan disfrutaba alternativamente de un pezón y otro, que le costaba poco encontrar por que se le habían puesto muy erectos, 7,8,9…. Y el 10 tardó mucho en llegar.

Cuando se oyó el 10, Juan se apartó, le dijo algo al oído de Ana que esta reacciono poniéndose las manos sobre los pechos sonriendo.

Si al principio nadie tenía ganas de seguir muy en serio con aquello, creo que ahora se estaba invirtiendo, el juego estaba desmadrando a todos.

Seguí el juego, por un largo rato nadie comió ficha, los comentarios iban subiendo de tono, por ejemplo, antes de tira mi suegro comentó que si sacaba un 5 yo tendría que jugar con él, y con un 3, sería Ana, claro que su mujer dijo que con un 1, sería Pedro quien tendría que jugar con él, ante la risa de todos, pero sacó un 4.

Un 3 de Pedro hizo que me comiera una ficha, inmediatamente sacó la prueba y decía "Sácale la ropa interior", para el sujetador lo tenía fácil, pero para mis bragas era mas complicado ya que llevaba pantalones, pensé dejar ver que pasaba, me puse de pié y abrí los brazos, Pedro me desabrocho el sujetador igual que su padre había hecho un rato antes a su mujer, después me sacó las tiras por las mangas y entrando la mano en mi escote los sacó, pero quedaban las bragas, sin cortarse puso sus manos en el primer botón de los pantalones, yo me separé bruscamente sacando las manos, no estaba dispuesta a desnudarme de cintura para abajo delante de toda la familia, la solución la encontró mi suegra, propuso que me enrollara una toalla a la cintura "como lo hago yo en la playa" dijo. Me pareció bien y así lo hice, pero la astuta trajo una muy pequeña que a duras penas daba la vuelta y además solo me cubría el culo, dejé que desabrochara uno a uno los botones de los pantalones, acercó muchísimo sus manos a mi pubis para hacerlo, los bajó y tubo que sacarlos, con el movimiento de las piernas varias veces se abrió la toalla así que todos pudieron ver mis bragas, después entró las manos por mis muslos y bajó las bragas, pero claro, al ensanchar la toalla vio claramente los pelos de mi pubis.

Después de sacarlas, mi suegro dijo que continuara con la toalla como falda "para ser mas rápidos en próximas pruebas", todos decían que así lo hiciera y al final me convencieron, con una aguja imperdible me la sujeté quedando como una minifalda.

Hice una mirada a mi marido para ver como lo estaba pasando y si algo le sentaba mal, pero reaccionó con una gran sonrisa y un abrazo por lo que entendí que todo aquello era de su agrado.

El trofeo de Pedro, mis bragas, las puso sobre la mesa diciendo que allí iría poniendo la ropa que le tocara sacar. Ya nadie dudaba de que aquello avanzaría mucho, todos estábamos algo calientes, y yo no era distinta, el tener a mi cuñado hurgando en mi ropa y el que viera mi pubis no me dejó indiferente.

Una tirada afortunada me permitió comer dos fichas, una de Pedro y otra de mi suegro, el castigo tendría que aplicarlo a los dos, saqué la tarjeta y decía " Sácale la ropa interior", mi venganza, pensé. Marta ya fue a buscar dos toallas que se las hice cambiar por que eran mas grandes que la mía (jeje, no quería ser menos), así empecé por mi suegro, cuando desabroché la bragueta noté su empalme, le miré a los ojos y me sonrió cómplice, le bajé los pantalones pero quedaban los calzoncillos, estiré de ellos y como un muelle su polla saltó y salió por la unión de la toalla haciendo que todos la viéramos, y a mi casi me golpea en la cara, de haberlo sabido haciéndome la distraída hubiese dejado que me tocara, pensé, su polla era gorda, no diría que mas que la de Juan, pero es que estaba muy bien equipado, será la genética?. El no podía ser distinto a mi, así que tampoco le permitimos que se colocara los pantalones pero con el impedimento de tener aquel palo hacia la situación mas complicada.

El siguiente era Pedro, le hice lo mismo, primero los pantalones que noté su empalme, cuando se lo desabrochaba el se tiró adelante para incrementar el contacto, después, agachada le bajé los pantalones, esta vez ya estaba previsto que su polla se disparara y que todos la viéramos, pero me hice la distraída dejando que me golpeara a la cara, ante la risa general. Por cierto, el tema era genético, la polla de los tres era grande. Evidentemente tubo que continuar con la toalla.

Después de unas cuantas tiradas, mi marido mató una ficha a su madre, leyó el papel que decía "Déjate desnudar entre todos y sigue así el resto del juego". La mas decidida era ella misma, se puso de pie pidiéndonos a todos que nos acercáramos y la desnudásemos, así lo hicimos, empecé a desabrochar su blusa pero infinidad de manos me ayudaron, en pocos momentos la tuvimos solo con un tanga diminuto y sujetador blanco, era muy moderna al vestir, pero duraron poco, cayeron en unos segundos, llevaba el pubis totalmente rasurado y sus pechos no desmerecían con la edad, se mantenía muy bien. Después de dar varias vueltas para que admiráramos su cuerpo, se sentó para seguir el juego.

Tres tiradas después, mi suegro me comió una ficha, y la tarjeta era parecida a la de antes, pero tenía que hacerlo solo él, pero, como iba a negarme a hacer lo que cinco minutos antes había hecho su mujer que era también mi suegra?, así que me toco obedecer, me quedaba poca ropa por que su hijo me la había sacado, así que me coloque de pié mientras me sacaba la blusa por la cabeza, mis pechos quedaron a la vista, después hizo lo mismo con la toalla – falda y quedé en pelotas totales. Para imitar a mi suegra, también di varias vueltas y se recrearon con mi cuerpo, a estas alturas me importaba poco estar así ante mis suegros y cuñados, mejor dicho, me excitaba.

Seguí desnuda evidentemente, la siguiente en perder fue mi cuñada de la mano de mi marido, la tarjeta decía "Cómele durante un minuto el sexo", es decir, que mi cuñada tenía que comerle la polla a mi marido !, y durante un minuto!, aquello subía de tono y pensé que aquí se acababa todo, pero no, curiosamente mi suegra y mi cuñado fueron los mas activos, hicieron que Juan se colocara en una silla, Ana se sentó entre sus piernas como si fuera algo normal ante las indicaciones de su marido y todos a su alrededor, desabrocho los pantalones para bajárselos y acabar sacándolos, no era imprescindible para hacer una mamada desnudarlo tanto, pero no me iba a quejar, después hizo lo mismo con los pantalones saltando la polla de mi marido y quedando totalmente erguida, ella la agarró con una mano y despacio se la metió en la boca, esta vez conté yo, 1,2,3, pero cada vez mas despacio, ver la cara de placer de mi marido por la chupada de polla de su cuñada hizo que ralentizara el tiempo, tarde mas de 5 minutos en llegar a 60, creo que no se corrió por que hizo grandes esfuerzos por que la mamada de Ana era perfecta y sensual.

Al acabar se levantó intentando ponerse la ropa, cosa que entre todos evitamos, me acerque a él y le pregunté si le había gustado, me dijo que fue maravilloso, entonces yo dije en voz alta que Ana la chupaba muy bien, Pedro dijo que era una gran chupapollas y que le gustaba mucho, Ana confesó que era verdad.

Creo que mi suegro se moría de ganas de comer una ficha a Ana y tener el mismo premio, y lo consiguió, además, la tarjeta decía lo mismo, el proceso fue calcado, hizo sentar a su suegro, le sacó los pantalones y los calzoncillos y empezó a chupársela, esta vez contó Pedro, creo que tardó mas que yo y Ramón tubo auténticos problemas para no correrse, su cara y gemidos lo decían todo.

Cuando acabó, Ana dijo que en los últimos 15 años solo había chupado una polla y hoy ya lo había hecho a dos, a pesar de que eran muy parecidas a la de Pedro.

Se acabó la partida, creo que con pena para todos, ganó mi suegro y las instrucciones decían: "Puedes hacer lo que quieras con los perdedores", el propuso:

Quiero hacerlo en seis partes, Lo primero será comer el coño a las tres mujeres hasta que se corran:

Teníamos que aceptar, la única que no estaba desnuda era Ana, solo tenía que sacarse los pantalones pero se desnudó completamente, las tres mujeres, una al lado de otra nos sentamos en el sofá con las piernas abiertas y desnudas, mi marido me dio un beso diciéndome que su padre me haría disfrutare mucho, le respondí que no lo dudaba y me acompañó al sofá, mi suegro empezó por su mujer, ella dijo que le costaría poco correrse por que estaba caliente, y realmente tenía razón, Ramón introdujo la cara entre las piernas mientras jugaba con los pechos, su trabajo de lengua hizo que mi suegra se corriera bastante rápido mientras le pellizcaba los pezones, esta visión me puso mas caliente, ademas, mi marido y su hermano estaban de pié mirándonos y tocándose la polla, la siguiente fue Ana, también confesó que estaba caliente, no lo dudamos, mi suegro hizo lo mismo que antes, con la lengua jugaba con el clítoris de Ana mientras sus manos recorrían todo el cuerpo para dar gran atención a los pechos y pezones hasta correrse violentamente.

Me tocaba a mi, al fin, pensé, no me preguntéis exactamente que hizo por que me dedique a disfrutar de su lengua y sus manos hasta que me corrí, me pareció estar en la gloria.

La segunda parte consistía en que Ana y yo nos sentáramos de lado mientras Pedro me chupaba el coño a mi y Juan se lo hacía a Ana, me pareció perfecto disfrutar de otro orgasmo, para mi nunca ha sido problema esto, la lengua de Pedro también sabia trabajar muy bien mi clítoris y disfruté de aquellas caricias de lengua a mi clítoris, de las caricias que daba a mis pezones y especialmente del dedo que introdujo en mi culo. Mi cuñada también disfrutaba de lo lindo, casi nos corrimos a la vez mientras mis suegros observaban.

Después dijo que quería la tercera prueba, consistía en que Marta nos hiciera un espectáculo al masturbarse sola, ella se puso muy contenta, se fue un momento y regresó con un consolador, se sentó en el sofá para que viéramos como lo utilizaba mientras nosotros la observábamos, nos dio un corto pero completo espectáculo ya que tampoco duró mucho por su estado de excitación.

La cuarta prueba teníamos que hacerla en la habitación de las suegros, mandó a su mujer que se sentara en una silla, el hizo lo mismo, pidió a sus hijos que se estiraran en la cama hacia arriba, lo hicieron y con la polla apuntando al techo, después hizo que Ana y yo nos pusiéramos entre las piernas, claro, yo entre las de Pedro y Ana entre las de Juan, teníamos que chuparles la polla hasta que se corrieran en nuestra boca, sabía que tal como estaban podían durar poco por lo que decidí iniciar chupadas suaves en los huevos mientras acariciaba su cuerpo, y viendo lo que mi cuñada hacía a mi marido, nos mirábamos muy a menudo mientras ellos comentaban lo bien que se lo pasaban, poco a poco acerque mi boca al glande hasta introducirla al máximo para acabar sintiendo su leche en mi garganta. Mi marido tardó un poco mas, lo que me permitió ver su cara de placer mientras se corría dentro de su cuñada.

Antes de la cuarta prueba Ramón dijo que descansáramos un ratito, los seis comentábamos lo divertido que resultaba aquello mientras saboreábamos las bebidas que Marta había preparado.

La cuarta cosa que nos pidió Ramón la expresó muy gráficamente, se estiró él en la cama con la polla apuntando al techo y nos pidió a las tres mujeres que se la chupáramos a la vez, nos acercamos Marta, Ana y yo, me encargué de los huevos, mientras Ana se encargaba de la polla y Marta del glande, después nos fuimos turnando mientras él disfrutaba de la mejor comida de polla de su vida, cuando nos dijo que se iba a correr, decidimos compartir la leche, las tres bocas tocándose estaban en su glande y disparó su carga de manera que pudimos tragarnos las tres, aquello era una mezcla de beso lésbicos a tres y comida de leche de mi suegro.

El espectáculo había conseguido que los otros hombres se les volviera a poner dura, lo que facilitó la quinta y penúltima prueba, pidió a sus hijos que se estiraran otra vez en la cama hacia arriba, lo hicieron y con la polla apuntando al techo, después dijo a Ana que se introdujera la polla de mi marido en el coño, ella, obediente se subió a la cama, después se puso encima de la polla de mi marido haciendo que toda entrara en su coño, cuando estuvo penetrada me dijo que hiciera lo mismo con mi cuñado, yo obedecí gustosamente, en el momento en que estábamos ya tenía ganas de tener algo allí dentro. Ramón dijo que podíamos follar hasta que nos corriéramos, y así lo hicimos, mi cuñada cabalgaba con mi marido, cada vez mas intensamente, yo hacía lo mismo, Pedro quiso probar varias posturas, bueno, todas las posturas, Juan hizo lo mismo, la follada de mi cuñado al lado de mi marido y mi cuñada resultó muy intensa y placentera, casi podríamos decir que nos corrimos los 4 a la vez, noté como la leche de Pedro inundaba mis entrañas dejándome totalmente satisfecha, a Ana le pasó lo mismo, tuvimos el orgasmo simultaneo abrazadas, que placer !

Quedaba la sexta y última, me sabía mal que se acabara ya que disfrutaba mucho, a los demás también, entonces Ramón dijo a Pedro y Juan:

Hijos, iros a casa, dejadme a vuestras mujeres aquí hasta mañana, ocuparos vosotros de los niños esta noche, yo me las follaré a las dos con mi mujer hasta que vengáis a buscarlas al mediodía, por cierto, os podéis quedar a comer mañana.

Ellos, obedientes, después de darnos un beso y ver que ambas teníamos muchas ganas de hacer aquello, se fueron cerrando la puerta y dejándonos a Ana, Marta y a mi solas y desnudas en la cama con Ramón, este nos dijo que tenía hasta mañana al mediodía para follarnos, y que pensaba hacerlo varias veces, de una en una o las tres a la vez.

Así lo hizo, primero estuvo jugando con las tres mientras nosotras hacíamos lo mismo con él, pero no solo así, Marta empezó a acariciarnos y sus manos me parecieron muy placenteras, a Ana le pasó igual, así que empezamos a jugar todos contra todos, resultó maravilloso, estuvimos jugando hasta la hora de cenar, mas que nada para reponernos un poco ya que Ramón se había corrido una vez dentro de Ana y otra dentro de mí.

La cena duró un buen rato, lo que nos permitió contar cosas de nuestra vida, así Ana contó su primera experiencia sexual que resultó ser en un coche con un compañero de clase, yo explique como me desvirgó un primo que vino unos días a casa del que me enamoré locamente, Marta dijo que le había desvirgado su marido, pero eso no quería decir que no hubiese tenido mas experiencias, resulta que ellos dos se conocían desde siempre ya que los padres eran amigos, un día se enrollaron y acabaron con el virgo de Marta, pero después ella salió con varios chicos hasta que 10 años mas tarde de aquello empezaron a salir juntos.

Después de la cena Ramón nos propuso volver a la cama, y allí dimos rienda suelta a nuestro sexo en grupo hasta altas horas de la madrugada, conseguimos que Ramón se corriera dos veces, uno dentro del coño de Marta y la otra en la boca de Ana y mía.

Estábamos tan extenuados que nos quedamos los cuatro dormidos en la misma cama, hacia las 11 que me desperté, los demás dormían, decidí hacerme un café y mientras lo preparaba apareció Ramón desnudo, estuvimos un rato hablando y comentando lo bien que nos lo pasamos todos ayer, de repente me dice:

Quiero follarte!, la respuesta era evidente, me subí a la mesa de la cocina con las piernas abiertas y le dije "A que esperas?", allí me agarró y violentamente me penetró, en general me gusta mas el sexo despacio, pero de vez en cuando un polvo salvaje como aquel me encanta, y tardé poco en correrme. Ramón de contuvo, según dijo para mantener la forma para las otras dos. Al poco rato apareció Ana, también desnuda y con ganas de tomar un café, me ofrecí a preparárselo, mientras lo hacía, Ramón izo ponerla de espaldas a la mesa y la penetro, casi por sorpresa, desde atrás, también de una forma rápida como había hecho con migo, Ana estaba muy predispuesta a juzgar por los gemidos que emitía y lo poco que le costó correrse.

La última en levantarse fue Marta, nos pilló sentados en la mesa saboreando aquel café, dijo que se estañaba de vernos tan formales sentados, tuvimos que comentarle que Ramón ya nos había follado a todas, ella reclamó su parte, se sentó en la falda de su marido introduciendo la polla en el coño, me pidió que le chupase el clítoris mientras era follada, y no la hice espera, después pidió a Ana que jugara con los pechos, esta tampoco tubo ningún impedimento, así que los tres conseguimos arrancarle un gran orgasmo.

El único que no se había corrido era Ramón, y las tres nos pusimos a solucionar aquel problemilla, le comimos la polla a tres bocas, sabíamos que le gustaba, pero esta vez como ya conocíamos el placer del beso entre mujeres, la comida de polla se mezclaba con nuestros besos para acabar saboreando todas la leche del suegro.

Tardaron poco en llegar Pedro y Juan, los recibimos limpias, duchadas y vestidas, por cierto, fue Ramón que nos ducho a todas y a él lo duchamos las tres.

Lo dí un beso a mi marido y le dije que las últimas 24 horas habían sido las mas apasionantes de mi vida, él me respondió que también sentía lo mismo y estaba esperando la revancha de su padre para disfrutar de un premio similar.