Paranormal . Capítulo 2 : La llegada ( II )

Clement y Miguel se conocerán ... ¡ pero chocarán desde el principio por el aire misterioso y chulesco que desprende nuestro francés ! Y es que cuando nace el amor , primero saltan las chispas de un falso odio . ¡ Seguid disfrutando y gracias por estar ahí !

Durante el resto del trayecto hacia Dama del Sol , Miguel no paró de pensar en los ojos celestes de aquel lobo intimidante . ¿ Había estado dispuesto a atacarlo o sólo era una película que se le formaba en su mente ?  No fue así . Pero entonces , ¿ por qué su mirada le perturbaba tanto ?

Era gay , por supuesto . Su madre lo sabía pero su padre , el comisario Leandro Vergara , debía de ignorarlo . Nunca tuvo el nivel suficiente de confianza con su progenitor , el máximo representante de la ley en el pueblo , como para desvelarle la verdad sobre sus preferencias sexuales . ¿ Y si lo rechazaba ? Esa era una opción no descartable .

Lo que sí era descartable a todas luces era una posible reconciliación entre Blanca y Leandro . Tras el divorcio , sus padres habían logrado llevarse bien por él , Leandro pasó las vacaciones de esos primeros años en la capital , pero eran evidentes los esporádicos resquemores por una incómoda separación sucedida hace años .

Miguel decidió no preguntar sobre ese tema a su madre , pues bastante protestó él en su día , cuando vio el cartel de entrada al pueblo por la ventanilla .

BIENVENIDOS A DAMA DEL SOL

  • Por fin hemos llegado - dijo Blanca . El joven suspiró aliviado .

La mujer de 40 años y rostro sereno y amable condujo el Seat  por varias calles de la localidad hasta que llegaron a su casa . Su nuevo hogar que en verdad siempre lo había sido , por mucho que Miguel quisiera negarlo . Vieron el coche de policía aparcado a la entrada .

  • Oh , no puede ser - musitó el muchacho .

  • Miguel . . . - le empezó a reprender Blanca .

  • Sí , mamá . Saludaré a papá como si nada .

Su madre suspiró . Aparcó el coche y los dos se bajaron . Enseguida , Leandro se apareció a recibirlos .

  • ¡ Hola , Mikey ! - le dijo su padre abrazándolo . Miguel se sintió incapaz de corresponderle así y se limitó a sonreir sin ganas - . Hola , Blanca - le dijo a su ex con tal cordialidad que el joven volvió a sentirse incómodo .

  • ¿ Qué haces aquí , papá ? - quiso saber Miguel . A Leandro se le borró la alegría de verle después de varios años .

  • Ha habido algunos problemas en la reserva - les anunció - . Se han escapado varios lobos y estamos tratando de localizarlos antes de que cunda demasiado la alarma . Con eso de que esta noche hay luna llena . . .

  • Esas historias son una mierda - espetó Miguel con total antipatía .

  • ¡ Hijo ! - le reprendió Blanca .

  • Papá , te agradezco que hayas venido a recibirnos y a preocuparte por si llegamos bien - miró a su padre con evidente rencor - , pero puedes irte . Estaremos perfectos si nadie nos molesta .

Esa reacción de su único hijo le dolió a Leandro pero ya la esperaba . Algo así era normal si no había ido a visitarles en esos años , pero todo sucedió de esa manera porque el mismo Miguel se había quejado de la situación tras su 13 cumpleaños .  Al menos sí había mantenido el contacto por carta y teléfono .

  • Te llamaremos si necesitamos algo - le dijo Blanca a su ex para mitigar la tensión .

  • Está bien . Pero no salgais a no ser que sea muy necesario - les pidió el comisario .

Entonces apareció repentinamente un tío que para Miguel supuso la visión particular de un Adonis . Musculoso , atlético y con una sonrisa que podía cambiar el día de cualquiera . El joven suspiró de nuevo . Debía de ser el típico chico sexy que quiere ligar con todas . . . o con todos .

  • Clement , ¿ qué haces aquí ? - le reprendió Leandro - . ¿ No has oído los avisos que se han dado por lo de la reserva ?

  • Sí , señor , pero mi padre sabía de la llegada de sus familiares y me envió para ayudarles en lo que hiciera falta - respondió Clement con educación .

  • Que chico tan amable - dijo Blanca al dirigirle una mirada de complicidad a su hijo . Miguel ni se inmutó y Leandro frunció el ceño al verlos .

  • Bienvenidos al pueblo - les dijo el recién llegado a su presencia - . Soy Clement Rodríguez , el hijo mayor del médico .

  • Encantada - respondió Blanca - . Éste es mi hijo Miguel - le señaló .

  • Hola , Miguel - le dijo Clement con un tono de voz cordial y sugerente .

  • Buenas - se limitó a decirle .

Y al mirarle a los ojos , Miguel vio que eran celestes .

El mismo color de los ojos del lobo que había visto poco antes de entrar al pueblo .

`` Curiosa coincidencia ´´ , pensó .

  • No tardeis mucho - dijo Leandro justo al irse - . Tened cuidado , sobre todo tú , Clement .

El comisario se subió al coche patrulla y se fue . Miguel observó a Clement con cara de pocos amigos .

  • Te crees el muy guay , ¿ verdad ? - le espetó .

  • Miguel . . . - le reprendió Blanca quien ya estaba sacando cosas del maletero y metiéndolas dentro de la casa .

  • Soy un tío corriente , Miguel .

  • Pues no lo parece , Clement . Te veo como el menda que se quiere llevar a todos de calle . Te lo advierto , conmigo lo tendrás difícil .

  • Me gustan los retos , Miguel .

  • En tal caso , disfruta de la decepción .

Miguel le dio la espalda y entró en su casa . Sintió un estremecimiento .

El tal Clement era chulesco , pero también muy misterioso .