Parálisis de sueño
En la noche oscura él aparece y me toma.
Desperté, él estaba ahí, a los pies de mi cama. Se veía tan tranquilo, como siempre, con esa sonrisa en su rostro. De a poco se acercó a mi, no podía moverme, estaba paralizada.
Mi corazón se aceleró, tenía miedo, otra vez estaba pasando... Rodeó mi cama y de a poco fue acostándose en ella, yo desperté en posición fetal, solo vistiendo una blusa y ropa interior, como siempre dormía. Cómo siempre su mano se apoyó en mi cintura y comenzó a moverse hacía arriba y por debajo de mi blusa.
Mi respiración comenzó a ser errática, a acelerarse, el miedo aumentaba. Su mano ya apretaba mi seno derecho, lo estrujaba; su pene detrás ya estaba erecto y lo presionaba contra mí.
Lágrimas caen por mi mejillas, odio esto, odio no poder hacer nada, solo estoy ahí, quieta, dejándome hacer todo lo que él quiere.
Se desnuda, siempre lo hace, su pene está entre mis nalgas, se lo que viene ahora, siempre es lo mismo, y no me gusta, solo quiero poder moverme. Me pone boca arriba, y él se sube sobre mi, me desnuda, sus manos van a mis senos hace con ellos lo que desea. Su pene erecto se acomoda entre mis piernas, en la entrada de mi vagina haciendo presión. Me duele y ni puedo cerrar los ojos, no puedo hacer nada más que llorar.
Al entrar su pene en mi, despierto con lágrimas en mis mejillas, la respiración agitada y el corazón acelerado. En ese momento lo único que puedo hacer es abrazarme a mi misma y llorar hasta volver a dormir...