Para vosotras

Una historia especialmente pensada para el disfrute de las mujeres.

A veces las historias que contamos no son mas que un cúmulo de fantasías en nuestra imaginación, las cuales creemos que al plasmarlas en un papel se convierten un poco mas en realidad y cumple parte del cometido para el que fueron creadas, y que en muchas ocasiones es el placer de pensar que alguna vez nos podría pasar a nosotros. Sin embargo esta historia que os voy a contar es cien por cien real, y la verdad es que no me siento orgulloso de que haya pasado pero así es.

Veréis mi novia y yo a pesar de ser bastante jóvenes, rondamos los 35, llevamos muchos años de relación, y aunque el tiempo en muchas ocasiones apaga la pasión, ese no era nuestro caso. Siempre fuimos muy compatibles en la cama, y nunca tuvimos problemas para experimentar nuevas formas de buscar placer, eso si siempre en el seno de nuestra relación.

Nuestra vida era tranquila, en un pequeño pueblo costero del norte de España, en el que su exuberante naturaleza invitaba a disfrutar de nuestro tiempo de ocio en espacios abiertos, el verano era la mejor época, ya que al estar tan cerca de la playa íbamos muy a menudo a escondidas calas que casi no conocía la gente. Haciendo uso en mas de una ocasión de nuestra pasión frente al mar.

Como en casi todas las parejas hay periodos de mayor y menor cercanía, y como le pasa a casi todo el mundo llega a haber pequeñas rupturas para reflexionar sobre lo que esta pasando con la pareja. Y es en ese marco de ruptura en el que se produjo la historia que nos ocupa y que os traslado a continuación.

Sonia, que es como se llama mi novia, y yo decidimos a principios del mes de junio tomarnos un descanso en la relación, había cosas de la convivencia que nos estaban afectando, y preferimos coger algo de perspectiva separándonos. Para mi era muy difícil no pensar en ella, las horas se convertían en días y los días en semanas, intentaba diluir mis pensamientos pero no era capaz, por lo que empecé a pasar mis tardes observándola de lejos, y siguiendo sus pasos. No era una cuestión de acoso, ya que pasaba desapercibido, y no se percataba de mi presencia. Era la única forma que me hacía sentir un poco mas cerca de ella.

Una tarde del mes de julio ella, tras acabar su jornada laboral, cogía su cosas de la playa, y se desplazaba a una de las calas que había sino el escenario de nuestra pasión en mas de una ocasión. Era una tarde preciosa, y la temperatura ideal, unos 26 grados. Tras aparcar su coche, pude observar desde una repisa natural del acantilado, como ella bajaba por el pequeño camino de la playa, y llegaba hasta la arena. A pesar de que el día era estupendo la playa se encontraba prácticamente desierta, tan solo estaba Sonia y a lo lejos un par de chicos pescando sobre unas rocas. Tras colocar su toalla Sonia se acerco al agua para probar su temperatura, y tras pensárselo un poco se pegó un refrescante chapuzón, no estuvo mucho rato jugando con las olas, y tras unos minutos volvió de nuevo a su toalla. Mi chica tiene un cuerpo espectacular, no es muy alta, pero esta muy bien proporcionada, sus labios, piernas, y pechos son las partes de ella que mas me gustan. La cuestión es que a pesar de tener un cuerpo tan bonito le da mucha vergüenza que la vean, y prueba de ello es que usa bikini, pero nunca ha hecho topless (algo muy común en esta zona). Sin embargo aquella tarde fue especial, supongo que al verse sola y en su ansia de coger el moreno cuando antes, vi con toda mi sorpresa como tras echarse la crema solar, se bajaba los tirantes del bikini y desabrochaba la parte superior de este, dejando al descubierto toda la belleza de sus senos. Os puedo reconocer que aquella visión despertó en mi una gran excitación, sin embargo me perturbó el saber que en esos momentos para mi Sonia era inalcanzable. Paso la tarde placidamente, y tras una pequeña siesta se abrocho de nuevo el sujetador y se levantó para dar un pequeño paseo por la playa.

Después de recorrer la parte izquierda de la cala, Sonia se dirigió a la zona de la playa en la que estaban pescando los jóvenes, los cuales seguro que pensaba que se habían ido, ya que no se les veía. Sin embargo nos equivocamos

Mi chica siempre fue muy aventurera, y le encantaba explorar la naturaleza, ese ansia descubridora le llevo a trepar por las piedras en las que habían estado los chicos pescando, una vez que corono las rocas, se percató como los jóvenes no se habían ido, sino que habían recogido los aparejos para ponerse a tomar el sol, pero con la peculiaridad de que lo hacían desnudos. Sonia se sorprendió por la visión y en con los nervios perdió en equilibrio, cayendo justo al lado de donde estaban los chicos, y dándose un pequeño golpe en el muslo. Dolorida les pidió que le ayudasen, a lo que ello se prestaron rápidamente, y tras echarle una mano para sentarse en una piedra le preguntaron si estaba bien. Ella con una mezcla de dolor y vergüenza les dijo que si, pero que le dolía bastante el muslo. La casualidad quiso que uno de los chicos fuese un estudiante de fisioterapia, y por suerte siempre llevaba en su mochila algún aceite relajante que servía para hace masajes. Raudo se presto a extenderle el aceite por la pierna para darle un masaje y así reducir el dolor, el otro chico les dijo que mientras tanto el se acercaría a el pueblo que no estaba muy lejos para coger una bolsa de hielo y así evitar se inflamase la pierna.

Mi situación era muy comprometida, ya que si me acercaba para ver como se encontraba Sonia delataría que había estado espiándola, empeorando de este modo cualquier opción para una reconciliación. Así que decidí esperar la evolución de los acontecimientos.

El joven fisioterapeuta comenzó a extender el aceite por la pierna de Sonia, y poco a poco empezó a remitir el dolor, su experimentadas manos recorrían la pierna de ella desde las puntas de sus pies hasta el muslo, y acercándose hasta el limite con la braguita del bikini, Sonia que por el dolor no se había dado cuenta se percato en ese momento como el chico seguía desnudo, y no pudiendo evitarlo observo que el pene de este estaba completamente hinchado, algo que despertó en ella una inusual excitación, la cual se tradujo en un pequeña mancha de flujo vaginal en la braguita del bikini. El chico que se dio cuenta de esta situación sugirió a Sonia que se girase, para así poder extender el masaje por su espalda. Conociendo a ella, no puedo comprender como accedió a esto y se tumbó boca abajo para recibir el masaje. El chico le traslado la necesidad de desabrochar el bikini para trabajar mejor, a lo que ella no sin pensárselo dos veces accedió. Las manos del joven comenzaron a recorrer la espalda de mi chica, sus brazos, sus piernas, poco a poco el masaje empezaba a resultar mas y mas erótico, de la espalda bajo hasta las nalgas de Sonia, y de ahí hasta la parte interior de sus muslos, y ella con una mezcla de curiosidad y excitación le dejaba hacer, en un giro inesperado el chico paro muy cerca de la zona del pubis de Sonia y comenzó a utilizar su dedo corazón para tocar los labios exteriores de la vagina de esta por encima del bikini, cual fue mi sorpresa cuando vi como ella abría sus piernas y le dejaba paso para hacer su trabajo con mayor facilidad, esa ocasión el la aprovecho para bajar la braguita del bikini y dejar al descubierto toda la belleza de su pubis, que por ese entonces llevaba recortadito estilo brasileño. Ella se giró mostrándole sus hermosos pechos que ya tenían sus pezones y aureolas completamente endurecidos por la excitación. Fu entonces cuando Sonia presa del un poderoso calentón, agarró con su mano izquierda el pene del chico, que media unos 17 cm, y con la derecha la nuca de este para que acercase su lengua hasta la entrada de su pubis y comenzase a chuparle el clítoris. El como una animal en celo obedeció las ordenes y comenzó a recorrer con su boca primeros los labios externos de la vagina, y después su clítoris, tomándose su tiempo para que ella disfrutase al máximo de aquel momento, algo que por sus gemidos a buen seguro estaba pasando. Ella mientras tanto masturbaba al chico con su mano, con un movimiento pausado que hacía que el estuviese cada vez mas y mas caliente.

Como si de una experta en el sexo se tratase acercó el glande del joven a la hasta su clítoris y comenzó a pegarle pequeños

golpecitos con el aparato de este. Estaba completamente extasiada, y el no se quedaba atrás, se agarraban del pelo, se besaban como locos, el succionaba los pezones, y ella le mordía los labios. En el momento mas álgido ella acerco el pene a la entrada de su sexo, y empezó a introducírselo muy poco a poco, el quería entrar como un loco hasta el fondo, pero ella le frenaba y controlaba la situación, sin embargo tras unos centímetros no pudo retener mas a aquel animal y de un solo empujón introdujo todo sus falo en el preciado tesoro de Sonia. Fue entonces cuando se disparó el éxtasis y la pasión, los dos se abrazaron y comenzaron a moverse rítmicamente entrando y saliendo el uno en el otro. En esos momentos la historia tomo un giro inesperado, y es que pude observar como el compañero del chico ya estaba de vuelta del pueblo, y se acercaba a Sonia y su amante. Ella que estaba a horcajadas del joven abrió los ojos y vio al otro chico frente a ellos, completamente sorprendido, mas haya de salarmarse Sonia le hizo un gesto para que se acercase y sin mediar palabra le bajo el bañador, y con un movimiento muy rápido de su mano le agarro el glande y lo introdujo en su boca, como una maestra (algo que pudo aprender en nuestra relación), comenzó a succionar y a generar un placer único al nuevo chico mientras el otro se la seguía follando, el pene del nuevo amante era mas o menos del mismo tamaño que el de su compañero, pero un poco menos gordo, algo que generó una idea maliciosa a Sonia y es que sin sacarse la polla del primero se dio la vuelta y se puso encima de este, agarro la mono del otro y le pidió que se pusiese por detrás de ella, y que se la follase por su trasero, el obedeció raudamente y empezó a introducir su pene en el ano de Sonia, quien con una mezcla de dolor y pasión se apretaba contra el mientras cabalgaba al otro. Una vez introducida la polla, el segundo joven agarro con sus manos los pechos de Sonia para poder apretarla con mayor fuerza, y como si de un baile se tratase los tres empezaron a acompasar sus movimientos, ella estaba en el éxtasis follada por dos jóvenes desconocidos, algo que jamás había echo conmigo, y sintiéndose completamente libre. En el momento mas álgido empezó a sentir como iba a llegarle el orgasmo, y para multiplicarlo les pidió que eyaculasen dentro de ella, ya que quería sentirse marcada por aquellos dos machos, ellos que estaban a punto de reventar obedecieron sin pensarlo y en dos o tres empujones mas comenzaron a lanzar sus chorros de semen dentro de la vagina y el culo de Sonia, quien nada mas sentir el calor de su leche se dejo ir y comenzó a correrse como una loca, apretándose contra ellos y chillando. Los tres sudorosos estuvieron unos instantes en silencio, y tras unos minutos se vistieron y sin mediar palabra se fueron de la playa.

Unas semanas después Sonia y yo volvimos a retomar nuestra relación, yo no quise decirle que había visto aquello, ya que a pesar de lo que podáis pensar para mi también fue una experiencia inolvidable.