Para vos
Lo que no ha vivido, no ha muerto.
Sentado tras el ventanal, con una cerveza entre las dos manos, una para sujetarla, la otra porque no tiene ya nada mejor que hacer.
Las piernas cruzadas encima del respaldar del sofa, mirando al techo rugoso a punto de ceder bajo el peso de un cielo que ni mas estara en lo alto.
Las cortinas abiertas lo suficiente como para que ella vea que yo veo cuando pase por mis sitios, cerradas lo suficiente como para que nadie mas se entere de que vivo borracho y sediento de esperanzas narcoticas.
Los ventanales que aun estan sucios pero me dejan ver las estrellas con un cielo nublado y unos vidrios que casi no son transparentes y yo que casi no estoy mirando, pero estoy.
Sentado tras el ventanal cuando acabo de quedar solo, cuando solo no necesitaba estar. La busqueda inconsciente de un futuro, la fe que ya he perdido, los gritos renegando a alguien que ni culpa tiene y ni sabe lo que pasa, el amor que si amor fuese aun estaria aqui ayudandome a no olvidar que soy feliz.
La mesa a mi lado que es mejor compañera que las muchas mujeres que han pasado por aqui, no me ha dejado, filtra sus liquidos por ella para beber conmigo, mi compañera de resaca y la resaca que no duele sino gusta.
Sentado tras el ventanal termina la historia que nunca debio empezar, y obstinado contra los dioses y destinos que no me pertenecen busque por cuenta propia, y fui encontrado por cuenta ajena, y los labios que no saben si unirse y luego no saben si separarse, hay que darles tiempo para ver si aun existen, hay que darles tiempo para ver si aun se puede ver, una vez mas.
Las luchas en silencio, el daño sin querer queriendo, las lagrimas que nunca deben caer por orgullo y el orgullo de haber vivido mas de la cuenta, como siempre, casi.
Sentado, ya no se si tras o delante del ventanal, la cerveza se me acaba y el alcohol aun no termina conmigo, sigo vivo y consciente, los pocos humos de mis muchos cigarros hacen mas nubes hacia un cielo que ya deje de ver porque esta mas alto de lo que puedo llegar, osadia de aspirar por arriba de lo que mis pies pueden saltar y hastiado de conseguir por abajo de lo que mis pies pueden pisar.
La repugnancia magnetica, lo que atrae mi cuerpo, lo que atrae mi mente y mis palabras que salen hacia el aire porque les da miedo caer hacia el suelo, lo que atrae mi musica y las melodias baratas que regalan centavos a un bolsillo que no necesita pero se encandila dentro de la vanidad figurativa.
Todo lo malo que se atrae, lo interesante que se consigue y lo que te deja. Te deja al vacio esperando la luna llena en dias de solsticios equitativos, equinoccios soleados en lo que mas se puede. El tiempo que nunca llega hasta que es muy tarde, los uno, dos, tres dias que recuerdas y los cuatro cariños que se esconderan tras la almohada, los finales tristes que no tienen final, la maldad que se mete en nuestros poros, la humildad de reconocer que uno esta enamorado y la vanidad de estarlo.
Sentado, sentando ideas, pensando hasta quedar somnoliento, bebiendo ya el ultimo sorbo porque siempre es bueno acabar antes de dormir y siempre es bueno dormir antes que acabar, dando la ultima pitada de lo que se llama fumar a lo que se le llama cigarrillo, desnudandome para tomar un baño de lagrimas, llegando por las escaleras hasta un sofa que de recuerdos me mata y que de descanso me colma, el intermedio de una travesia peligrosa hasta mi dormitorio que ya no me quiere ver mas que para acostarse conmigo, la llegada a mi puerta antes de caer rendido y de rendirme sin haber peleado por lo que queria. Y es que asi es mejor para los dos, o para mi solo; es mejor porque eso fue lo que dije y cuando se trata de salvarme no me equivoco, aprender a defenderme sin atacar y aprender a atacarme cuando nadie puede verme ya, la ironia de quererte y el querer ironizar lo que me queda en estos fines de semana que no solo terminan con estos siete dias.
Sentado, tras otro ventanal, en mi cama, sin cerveza, sin cigarrillos, sin luz, sin calor y sin nada de eso que sirve para satisfacerme; me quedo en silencio para darme tiempo, y para darte el tiempo que tu necesites para terminar.
Acostado, mirando al techo mirar, esperando que el tiempo pase sin verme, asi ya no tener miedo de ver hacia atras.
Acostado, mirando lo que recuerdo de la mar, esperando que pases tu tiempo sin verme asi ya no tener miedo de terminar, una vez mas.