Para siempre ¿tal vez?

Empecé a sentir calor en mi entrepierna

CAPITULO II

-          Tú – fue lo primero que salió de mi boca mientras me incorporaba.

-          ¿Disculpe? – la muchacha había cambiado su expresión de preocupación por una de reserva. Le había ofendido quizás.

-          No, disculpa, quise decir. Tú no eres mi prometida. – me excuse rápidamente.

-          Esta sangrando.

Había ignorado por completo mi comentario. Se agacho frente a mi para mirar mi rodilla izquierda. Mis ojos siguieron sus movimientos, apenas había notado que parecía estar usando únicamente una bata de color negro para cubrir su cuerpo. La prenda no estaba bien ajustada y se empezó a deslizar por su hombro derecho permitiéndome ver su clavícula y el contorno de su pecho. Sentí el impulso de acercar mi nariz a su cuello para comprobar si el perfume que había percibido anteriormente efectivamente provenía de ella.

-          Auch – estiro con su mano mis jeans con la intención de verificar mejor mi herida. El estimulo de dolor me trajo rápidamente a la realidad y me ayudo a controlarme.

-          Tengo alcohol y gasas en mi bolso. – se levanto y fue tras el biombo.

Me quede ahí, doble ligeramente mi pierna para intentar ver que tan profundo era el corte. No se veía fuera de control, di pequeños brincos en dirección a la tarima donde se colocaban los modelos que trabajaban con Claudia, me resultaba difícil moverme.

-          Con cuidado. – estaba de regreso. Puso mi brazo sobre su cuello y su mano en mi cintura. Esa cercanía me dio escalofríos.

Llegamos a la tarima y tome asiento en una esquina. Abrió la botella de alcohol, mojo una gasa con el contenido y se quedo mirando mi rodilla sin emitir una palabra.

-          ¿Tan mal se ve? – le dije con algo de asombro. Yo no lo había visto tan terrible.

-          No, es que necesito ver con claridad la herida para limpiarla y bueno, su pantalón, tendré que cortarlo o tendrá que quitárselo. – sus mejillas se tornaron color rosa cuando pronuncio lo último, eso me hizo notar lo especial de su tez, era similar a un alabastro.

-          Oh. Claro entiendo. – me levante para quitarme el pantalón.

Entonces empezó a limpiar mi herida.

-          ¿Estudias enfermería o algo parecido? – le pregunte para conocer más sobre ella.

-          No, la sangre y los fluidos humanos no son lo mío – hizo una mueca de asco que me causo gracia.

-          Jaja ok entonces, ¿qué es lo tuyo?

-          Los animales. Estudio biología.

-          Umm pero asumo que te gusta el arte. – hice un ademan señalando el lugar donde nos encontrábamos.

-          Lo aprecio sí, pero no dibujo.

-          ¿eres modelo?

-          Ayuda a pagar la carrera. – encogió sus hombros y termino de ajustar con cinta una gasa sobre mi herida.

-          Listo. – me miro por primera vez lo que me permitió averiguar el color de sus ojos. Café oscuro.

-          Gracias… no sé tu nombre…

-          Isabel, pero todo el mundo me llama Isa.

-          Gracias Isa. Mi nombre es Valeria y todo el mundo me llama Valeria. – le dije repitiendo sus palabras.

Sonrió ante mi estúpido intento de broma.

-          Amor, ¿Qué estas haciendo aquí? – Claudia entraba a la habitación y llego hasta donde nos encontrábamos.

-          ¿Qué ha pasado? – me cuestiono preocupada viendo las gasas con sangre y mi rodilla cubierta.

-          Me he caído, Isa me ha ayudado.

-          Isa Hola gracias. Disculpa que no te he saludado aún. – se acerco para darle un beso en la mejilla.

-          Valeria, que voy a hacer contigo? – sacudió su cabeza en forma de negación.

-          Amarme hasta que muera. – ese juego de frases era algo habitual entre ambas. Era nuestra forma de decirnos te amo.

Isa se había alejado para dejarnos a solas. Tome asiento en una silla ubicada en la esquina de la habitación para presenciar la clase. Uno a uno los estudiantes de mi novia empezaron a llenar la sala y afilaban sus carboncillos, esperando que la modelo saliera, admito que yo también lo esperaba.

Al cabo de unos minutos Isa ocupo su lugar. Adoptaría tres diferentes posturas, las dos primeras de quince minutos cada una y la tercera de media hora. Se retiro la bata y tuve el impulso de retirar mi vista de su cuerpo, no era la primera vez que acudía a una clase con una modelo desnuda, pero algo extraño me pasaba con Isa.

Saque mi teléfono y me puse a escribir ideas para mi novela, pero no podía concéntrame, estaba por terminar la tercera postura así que levante mi mirada para detallar su cuerpo. sus piernas eran largas, su cadera lo suficientemente pronunciada, un triangulo de vello decoraba su pelvis, alcance a ver una mancha en forma de corazón que parecía ser de nacimiento en su muslo izquierdo cerca de su ingle, como si fuera una película una imagen apareció en mi mente, se trataba de mi besando aquella mancha. El recuerdo de uno de mis sueños. Continué mirando su cuerpo, su abdomen era perfecto, nada de músculos, solamente plano. Lo siguiente que detalle fueron sus pechos, redondos, no tan grandes ni tan pequeños, los decoraban un par de pezones de tono café claro, recordé la sensación de sentirlos duros en mi boca mientras los succionaba. El recuerdo de otro sueño. Empecé a sentir calor en mi entrepierna. Me estaba excitando verla y de cierta forma recordarla. Dirigí mi mirada hacia sus labios, en ese momento paso su lengua sobre ellos y mordió levemente su labio inferior, la mire a los ojos, me estaba mirando también. ¿Había hecho todo eso apropósito? ¿Me estaba provocando?


Hola a todos.

Soda: Lo lamento, retire "Esta vez no" puesto que no tenia pensado continuar escribiendo, de hecho di de baja la cuenta un tiempo, si prefieres puedes dejarme una direccion de correo electronico y así te envio la historia o escribirme al mío que esta en mi perfil. Gracias por leer. Un abrazo.

Giovana: Gracias a ti por dedicar tu tiempo a leer mis pensamientos. Un abrazo.

Saludos,

Yabel.