Para siempre

Siempre te amaré

PARA SIEMPRE

Hoy te he vuelto a ver.

Hace mucho tiempo desde la última vez. Estás cambiada, tu cuerpo ha recuperado peso y te hace unos pechos preciosos. Vas perfectamente maquillada y tu vestido floreado es ciertamente bonito, pareces un pétalo flotando en el aire.

Pese a tu aspecto te veo preocupada. Siempre has sido muy alegre, pero últimamente no has tenido motivos para sonreír. Seguramente yo soy el responsable de tu decaimiento. Hablas atropelladamente, quieres decirme muchas cosas en poco tiempo y pienso que tienes prisa.

Me dices que me quieres, que piensas en mi cada día y eso me hace daño. No puedo pensar en las noches que habrás pasado llorando por mí. Soy malvado, ni siquiera me arrepiento, no puedo tenerte pero no quiero que te separes de mi.

Hablas de tu familia, todos me echan de menos y recuerdan lo felices que éramos. Pero tú sientes que estás estancada, necesitas avanzar. Tu vida sigue y no puedes agarrarte al pasado, a un tiempo bonito y dulce. Ese tiempo en el que la noche era larga y el día corto.

Nuestras promesas ya no valen nada, el contrato está roto, yo lo rasgué y empiezo a pensar que me amas demasiado. No lo merezco.

Te noto indecisa, quieres contarme algo pero yo ya sé lo que me vas a decir. Tus gestos te delatan, te conozco desde que tenías 15 años y tu mirada es un libro abierto para mi. No sufras, sabré aceptar mi derrota, es culpa mía que te estés alejando de mí, nuestros encuentros así lo dicen. Cada vez te veo más distante y las visitas son más cortas, como si fueran obligadas.

Dímelo ya, lo soportaré.

Has conocido a alguien, dices que estás muy cómoda con él. Te trata con respeto y puedes llegar a quererle. Me perece justo, yo no puedo darte lo que me pides. No creo que nunca vaya a hacerlo. Si me pides permiso, te lo daré. Pero sólo te pido un favor, nunca lo ames. Quiero ser el único que conquistó tu corazón y te llenó el alma, aunque después me la quedara para mí.

Lloras desconsoladamente y yo no puedo abrazarte. Me dices adiós y te alejas. Él te espera al fondo, es el que te abraza, ese abrazo que debería ser mío y que no lo es.

Sales del cementerio y yo sonrío de verte feliz. Aquí te espero hasta la eternidad para ser tu compañero cuando tu alma venga a mí.