Para mi Señor
Solo sirvo para lo que mi Señor desee
Podía decir que no, que aquello era demasiado, que ella era una mujer independiente y cabal, pero en el fondo sabía que no. Pese a sus miedos y reticencias su coño se humedecía con cada humillación, con cada deseo, con cada orden, y no podía evitarlo. Cierto es que le fallaba más que acertaba, y cuando la trataba de una inútil acertaba de pleno.
Y no es que no pusiera interés, pero le podían sus miedos, su inseguridad con su cuerpo, el temor a que le gustara demasiado, la angustia de ser algo que su yo normal odiaría. Y esos pensamientos no la dejaban ser lo que su fuero interno deseaba, una perra, la puta de su señor, un trozo de carne que él usaría a su antojo, y que tomaría cuando lo desease y como desease.
La última coletilla que le había hecho añadir a sus frases la había molestado, aquel gorda de mierda era algo tan hiriente como degradante, pero durante un día entero lo había utilizado con bastante entereza, aunque al final, como siempre, la había cagado, fallando a su señor una vez mas.
Pero ella sabía que aquel suplicio era culpa suya, nunca la trató de gorda, aunque ella sabía de su evidente sobrepeso. Y cuando ella expresaba su odio a su cuerpo él la recriminaba, así que aquel castigo era una degradación que utilizaba sus propios miedos. La mierda era evidentemente una valoración de su entrega, una mierda, no podía rebatir, sus constantes fallos, su forma de evadir sus propios deseos y sus desconexiones no tenían mejor acepción.
Por eso cuando llegó su petición, pese a sentir ese vacío en su estómago, supo que lo que de verdad expresaba sus sentimientos era su coño mojando sus bragas. Una asquerosa mojabragas como le decía él, una guarra salida que deseaba ser rebajada y tratada como lo que era.
Así que puso el móvil en el suelo y se enfrentó a la cámara desnuda y de rodillas tal como le había indicado.
su gorda de mierda esta a su servicio señor. - Dijo con claridad.
Estás ubres son suyas mi señor - dijo amasándose las tetas con fuerza - y se que me las amasará, me las morderá, me las marcará o me las lamerá cuanto desee
- Estos pezones son suyos - dijo asiéndolos con fuerza con sus dedos- los maltratara porque son suyos, los palmeará para su placer, y los utilizara sin más intención que satisfacer sus deseos.
Después llevó esos pezones a su boca y los comió y mordió, primero una teta y luego la otra, si entiendo como la que acto tan ajeno a ella la excitaba cada vez mas.
- toda esta carne es suya - dijo amasando su panza con las dos manos, haciendo evidente esos michelines que tanto la avergonzaban y el interior de sus piernas que tanto le desagradaban - y disfrutará humillando a su perra, degradándola hasta hacerla estar en su verdadero sitio que es estar a su servicio.
Aquel momento tan denigrante la sacó de sus miedos, notaba su coño palpitar, y su clitoris pesaba y cobraba vida propia.
Después de aquel momento sabía que lo siguiente sería un suplicio, porque tremendamente excitada y fuera de sí como estaba, debía tocarse de forma ruda y sin freno, pero sin correrse.
Su mano se topo con su sexo y comenzó a machacarlo con fuerza y rapidez, mientras sus jadeos evidenciaban que aquello la superaba, solo deseaba dejarse llevar, correrse como la cerda y viciosa que era, pero ya no era eso, no era nada mas que lo que su señor deseara, y en eso momento estaba para pasarlo mal. Las oleadas de placer se sucedían con sus dedos moviéndose rápidamente sobre su receptivo clítoris, y su mente luchaba por contener sus deseos.
- su puta desea correrse, pero no se lo merece
- su puta desea correrse, pero no se lo merece
Repetía ese mantra con jadeos y pequeños gemidos entrecortados. Sabia que su señor disfrutaría de su entrega, de ver como vencía a su orgullo de mujer y se doblaba a sus deseos. Oía el chapoteo de su coño, veía en la pantalla del móvil como sus tetas, no, sus ubres temblaban con el tratamiento, se veía como su cara se contraía intentando contener su placer.
“No puedes correrte, pero no podrás evitarlo y te correras”
Recordó la frase cuando su mente se rompió y no pudo contener el orgasmo.
- su puta cerda se corre, su zurrá inútil se corre, su gorda de mierda se corre - dijo entre jadeos y gemidos mientras su mano seguía de forma errática llevando a su sexo al éxtasis.
Cuando se fue tranquilizando, y sin prisas dejó su posición de rodillas y se puso a cuatro patas mostrando su culo a la cámara y en esa posición metió dos dedos en tu coño y empezó a follárselo.
Su receptivo sexo, inundado de flujos era un volcán y aquel tratamiento no tardo en ponerla en un estado de total entrega en la que las frases salían de su boca sin ningún tipo de filtro
- soy su puta
Soy una guarra salida
Solo sirvo para esto
- Folleme como quiera
- Use mis agujeros
- Tráteme como desee
En unos minutos su cuerpo se rindió de nuevo y no pudo sostenerse en esa postura cuando el orgasmo la rompió, quedando tirada en el suelo. No fue consciente si fueron segundos o minutos los que estuvo recreando sus dedos dentro de su inundado coño, pero al final pudo incorporarse y parar la grabación.
- No sirvo para nada más que lo que desee - escribió al pie del vídeo antes de mandarlo.