Para mí, no es mi primo
Una desenfrenada noche de locura me ha dejado toda una vida de felicidad, con la persona que menos esperaba... y a la vez que más deseaba.
Toda mi vida cambió desde ese instante, no creía que iba a pasar nada fuera de lo común esa noche, tal vez el alcohol, o algo más hizo que perdiera el control, cosa de la que cualquier persona se arrepentiría... o tal vez no.
Me llamo Sonia, tengo 22 años, por lo tanto aquello pasó hace unos 5 años. Estaba en mi cuarto, arreglándome para salir, como cualquier adolescente de 17 años. Era sábado, y abrían mi discoteca preferida, por lo que llame a unas amigas para ir de marcha y, como de costumbre, vestía a mi gusto, cosa que a mis padres no les agradaba demasiado. Me gusta ser modesta, pero según los hombres que me miran por la calle, tengo un buen cuerpo; soy bajita, de pelo y ojos oscuros, talla 100 de pecho y un culo potente según mis ex. Me vestí con una falda blanca, que de largo no medía más de una cuarta, unos tacones altos, y una blusa que marcaban perfectamente mis pezones, ya que no me gustaba llevar sujetador.
Al bajar y despedirme de mamá, me dijo que habían llegado a la ciudad esa misma tarde mis tios y mi primo del pueblo a pasar unos días a casa y que esa noche la pasarían en un hotel pero por la mañana vendrían, me sorprendí porque hacía casi 10 años que no veía a mi primo y la verdad no me hacía mucha gracia tener que compartir habitación porque tampoco habia muchas para elegir asì que le hice un gesto de desagrado y me fuí.
Suena el móvil y era Yoana, mi amiga, me dijo que en cinco minutos estaba en mi puerta, que me recojería con su moto y tras discutir de si nos poniamos el casco o no, llegamos al centro de la ciudad. Una vez en la cola vimos que el seguridad estaba pidiendo los D.N.I. para ver si la gente era mayor de edad y como las dos teniamos 17 años, se me ocurrió acercarme a un grupo de chicos que estaban un poco más atrás para que pareciera que no estabamos solas. Fui directamente hacía uno de ellos, al mirarle a la cara me quede muy sorprendida al ver que era uno de los chicos más guapos que había visto, sentía como un escalofrío me recorría por la espalda, provocándome una vergüenza que por lo tanto no podía soportar. Le comenté que necesitábamos entrar con algún chico, y él, sin rodeos, me dijo que no me preocupara, que me acompañaría hasta entrar. Con la mirada, busque a mi amiga por toda la cola, y la encontré haciendo lo que yo había hecho, se encontró a otro chico, y le dijo que le necesitaba para entrar.
Acercándonos cada vez más a la entrada, me armé de valor y le hablé.
Oye, ¿cómo te llamas?
Yo Iván, ¿y tú?
-Yo Sonia.
En el momento en el que nos dijimos nuestros nombres, y a medida que avanzaba la cola, un silendio incomodísimo nos envolvió, y mirándonos, nos intercambiamos una sonrisa que cambiaría la normalidad para toda la noche.
Cuando llegamos a la entrada de la disco, ni Yoana ni yo tuvimos nungún problema para entrar. Estando ya dentro, creía que Iván me seguía, pero miré para atrás y me di cuenta de que no estaba. Fui con mi amiga a la barra, y nos pedimos un par de copas, empezamos a beber y a bailar, las dos solas, y preguntándonos donde estarían los chicos, pero la verdad es que no le dimos demasiada importancia, pensé que quizas no querían estar con nosotras, y que por eso se habían ido a otra parte de la disco.
Yoana y yo estabamos en el centro de la pista, y cuando miro a una esquina, un escalofrío muy intenso me recorrió el estómago, Iván estaba sólo, allí, sin bailar, apollado en la pared, cuando me hizo señas de que fuera para allá. Sin pensármelo dos veces fui directamente, dejando a Yoana en la pista a su rollo. Cuando llego hasta donde él estaba, me agarró fuertemente del brazo, y me llevó hasta un sitio oscuro y sin gente, debajo de una escalera.
- Sonia, no he parado de mirarte y de seguirte desde que entraste.
-¿Porqué te habías ido? Pensé que ibais a estar con nosotras.
Mis amigos ya se han ido, te he llamado porque quiero hablar contigo.
Pues dime, ¿De qué quieres hablar conmi...
Sin dejarme terminar la pregunta, me cojió del cuello, y me plantó un beso. Me temblaban las piernas, me sudaban las manos, pero a la vez quería que el tiempo se detuviese en ese instante. Mientras nos besábamos, noté como algo grande y duro me rozaba el ombligo, me quedé muy sorprendida.- Iván, ¿qué significa esto?
-¡Shh! Calla y ven conmigo.
Me agarró del brazo de nuevo, y me llevó a otro sitio aún más escondido de la gente. Me cojió de la cintura y me besó. Me sentía flotar, y noté como un intenso hormigueo me recorrió todo mi sexo. Sinceramente, me estaba poniendo bastante cachonda sertir su lengua entrar y salir de mi boca, y su polla cada vez más dura. Su mano empezó a recorrer mi cuerpo, hasta acabar donde yo más lo deseaba. Comenzó a frotarme, y cada vez más sudábamos los dos.
Sonia, daría lo que fuera por hacerlo contigo ahora.
Yo también Ivan, pero... ¿donde?
No pasa nada, no quiero hacerlo todo el primer día, pero esto no se va a quedar así.
Me empujó hacia la pared, y me separó las piernas. Metió su mano debajo de mis braguitas, y me metió el dedo. En ese momento me puse más cachonda todavía. Comenzó a besarme, y a sacar y meter el dedo lo mas profundo que pudo dentro de mi coño hasta que no pude más y me corrí ahí, en una esquina y con un tío que acababa de conocer hace unas horas. Después de recuperame y tomar una copa, me apuntó su número en una servilleta con mi pintalabios y se fue a la vez que yo, creyendo que ya había tenido bastantes emociones por esa noche así que busqué a Yoana y me fui a casa. Nada mas llegar a casa y sin hacer ruido para no despertar a nadie, subí a mi habitación sin dejar de pensar en lo que me había pasado y con la servilleta en la mano me heché en la cama y la verdad que estaba caliente como una perra y no pude evitar deslizar mis manos por mi cuerpo y empezé a bajar hasta llegar a la zona cero, para comprobar el charco que tenía entre las piernas. Me metí dos dedos como lo hacía ese tal Iván y pensando en lo que podía haber pasado me masturbé como una loca hasta que tuve un orgasmo y me corrí mientras susurraba ese nombre que pronto descubriría que era prohibido.
Al día siguiente me levanto y oigo a mamá decirme desde la puerta de mi cuarto:
Sonia cariño baja a saludar a tus tíos que están deseando verte.
Sí mamá, enseguida voy.
Me levanto y voy al servicio para lavarme la cara y peinarme, y un poco nerviosa por ver la reacción de mis tíos. Bajo la escalera y al verme mi tía Rosa dio un grito de alegría:
- ¿Sonia? Ohhh Dios mio que grande que estás, ¡dame un abrazo!
Mi tío Pedro igual de lo mismo, y un poco extrañada pregunté por mi primo y mi tía Rosa contestó que estaba bajando las maletas del auto. ¡Que verguenza el tener que ir yo a saludarle!, pero mientras le esperaba y para hacerme la interesante cojí el movil y me puse a llamar a alguien para disimular y no tener que saludar a mi primo nada mas entrar, pero no tuve otro numero que marcar que el de Iván ya que no sabía a quién llamar.
¿Sí? ¿Quién es?
Hola soy yo, Sonia ¿te acuerdas?
Pero al mirar atras ví a mi primo con el móvil en la mano y hablando me miró, me quede paralizada y casi me desmayo. No puede ser Iván era... era... ¡era mi primo!. Se me heló la sangre, esto no podía estar pasando.
O.. Holaa que tal..... soy.....
Se quien eres -me dijo-
Me dio dos besos como si nada hubiera pasado y mi mamá por detrás me dijo ¿a que es guapo tu primo? ¿que te pasa hija? parece que hallas visto un fantasma ¿estás bien?
- Si mamá solo... me mareé un poco...
Subí a mi habitación con el corazón acelerado. Empecé a pensar, no podía ser, esto no podía estar pasando ¿que había hecho? me había enrollado con mi primo y el me ....
-¿Se puede?
Iván entró en la habitación y sin atreverme a mirarle a la cara me dijo:
-Oye anoche yo no sabia que tú y yo.. ya sabes, tantos años...
- Yo tampoco, de verdad.
Yo estaba acostada en la cama, sin saber lo que pensar ni lo que decir, me resultaba muy difícil mirarle a la cara, me moría de vergüenza.
Lo miro y me doy cuenta de que estaba cerrando la puerta, y hechándole el pestillo. Se sienta en mi cama, y me mira. No nos dirigíamos ni una palabra, y mirándonos... llaman a la puerta.
Hija, vamos todos a tomar algo, vístete, que nos vamos.
No mamá, me encuentro un poco mal, me voy a quedar aquí.
¿Y tú Iván?
No, yo me voy a quedar aquí, estoy un poco cansado.
Muy bien, como queráis. Para la hora de cenar estamos aquí, ¿vale?
Vale mamá, no te preocupes, vete tranquila, y pasarlo bien.
Mis padres se fueron con mis tíos, y nos quedamos allí solos. Me levanté y fui al cuarto de baño, necesitaba pensar y no podía hacerlo con él mirándome. Al volver a la habitación, entré y no lo ví. No se porqué, pero esa situación ya me resultaba familiar. Al cerrar la puerta, ahí estaba él, detrás, y sin decir nada, me empujó con dulzura hacia la cama, cerró la puerta, se hecho junto a mí, y empezó a besarme. Yo ya no sabía ni lo que pensar, estaba confusa, él seguía teniendo la mismas ganas de besarme que la noche anterior, y estaba dispuesto a terminar con lo que dejamos a medias. aún sabiendo que éramos primos.
Algo dentro de mí me exijía que parara, pero yo, en verdad no quería, una calentura, al igual que a él, nos envolvió a los dos, nuestra respiración se aceleraba, y sin darme cuenta, ya me estaba desnudando, poco a poco me quitaba mi ropa, y yo la suya casi inconscientemente. De nuevo algo grande y duro noté bajo su ropa interior, y me dejé llevar por mi deseo. No sé si su intención era recordar lo que hicimos en la disco, pero me volvió a recorrer mi cuerpo con su mano, hasta llegar a mi humedo sexo. Me dijo, con voz suave:
- Nena, ¿quieres seguir? si no estás preparada lo entende...
Sin dejarle terminar, al igual que me hizo él la noche anterior, le planté un beso, le agarré su miembro que ya estaba bastante duro. Me moví para que él se pusiera debajo, y poco a poco, le recorrí todo el vientre con mis labios, hasta topar con su polla. Se la saqué y me la llevé a la boca para disfrutar lo que tanto deseaba. Moviendo mi lengua en la punta, me suplicó que subiera, y que me quitara mis bragas, pero le hize un poco de sufrir antes de cojersela con la mano, y bestialmente, introducirmela en mi coño, hasta casi partirme en dos. Me quedé hay sentada unos segundos hasta que comencé a moverme encima de esa tremenda polla hasta que me corrí de una manera brutal. Frené el ritmo para disfrutar de mi orgasmo hasta que él tomó las riendas y poniendome a cuatro patas me folló como nunca nadie lo había hecho y mientras la metia y sacaba justo al llegar su orgasmo me volví a correr de nuevo, esta vez más intenso que el anterior. Me pidió que me girara para terminar encima de mis tetas y yo para agradecérselo acepté y se corrió en todo mi pecho saltando casi un litro de semen o eso me pareció a mí. Tras eso quedé exhausta y tumbados los dos en la cama, me besó romántico, y me dijo al oido:
Sonia, me gustas y me da igual que seamos primos o hermanos.
Tu también me gustas y me gustaria seguir con esta relación pasando de lo que diga la gente.
Dicho esto me volvió a besar en los labios y comenzó una relación que hoy en dia, despues de 5 años... aún perdura.
Actualmente seguimos juntos aunque un poco oculto a la famalia, aunque pronto se tendrán que enterar porque espero un hijo de Iván. Pero eso ya es otra historia...