Para meter la paloma
Un viernes sin meter la paloma es un desperdicio, por eso me ligue a un chofer heterosexual. El único amor que encontrarás en este relato es el de un pipe por un culo.
Llegamos como a las 9:00 pm a Cumaná. El chofer estuvo un poco cortado, el remordimiento es una vaina jodida. No podría negar que después del sexo lo que hablamos fue algo más sincero y si se quiere regresábamos hechos amigos con un secreto y un rato despues hasta con otras friitas encimas.
Lo invite a seguir la fiesta en mi apartamento y luego de una mirada que me dejo intrigado, acepto luego de pasar comprando algo de comida.
-Mi amor, el carro se le jodió un caucho y no tengo repuesto. Estoy aquí en la casa de otro chofer que me dio asilo. Mañana salgo para allá temprano. Si claro, sabes que no te fallo. Tranquila estoy bien. No, no estoy tomando. Si, esta bien. Ajam. Bueno si, hablamos ya casi no tengo segundos. Okey. Si. Nojoda claro. esta bien. Ajam. Cuidate mi amor.
-Las cuaimas tienen su encanto-Me dijo el chofer cuando vio mi cara de cagado de la risa.
Ya en mi casa, el madurito sudaba como si estuviera cometiendo un delito el transcurso de estacionamiento hasta el apartamento fue duro para él, todo lo ganado en el carro pareció desvanecerse pero hay que ingeniárselas.
Una vez cerrada la puerta del apartamento, lo empuje contra la pared dejándolo indefenso, como un león a su presa. Lo mordí, le saque la tripa y sucumbió a mis trucos. Lo deje deseando más.
Comimos y seguimos con el ron, y con la fiesta, no tenia apuro todo a su tiempo jugando con su mente y dándole la conversación mas sexual posible con algo de música para animar. Poco a poco provocando hasta que un par de horas despues una ducha sirvió para alegrar lo que tanto había hecho desear de mí maduro, a punta de mordidas y chupadas en las tetillas, enjabonadas de verga y hasta unas chupaditas de rodillas mientras el agua caía volví al ataque directo. No todos los días tienes a un macho bien bueno, robusto, vergon y excitado solo para ti.
Ya en la cama, el cuerpo del chofer yacia desnudo y horinzontal a excepción de su guevo que estaba tan duro y recto apuntando hacia el techo que me provoco sentarme de una pero quería probar algo. Llene mi boca de ron seco y lo bese, al momento no le gusto mucho pero luego de hacerlo una y otra vez lo acepto y hasta los disfruto. Es que el juego con el alcohol está en no emborracharse tanto como la víctima.
-Has sido el polvo más excitante que he echao carajo-Me dijo.
-Me alegra que te haya gustado pero ahora viene lo mejor-Respondí con malicia-Cierra los ojos y disfruta de todo.
Puse mi lengua en su glande dándole besos y luego chupadas para luego meterme toda su verga hasta el fondo haciéndolo retorcer de placer. Quiso agarrarme la cabeza y no lo deje.
-El control lo tengo yo, solo disfruta que hoy terminaras reventado de tanto placer que te daré-Dije viéndolo a los ojos e invitándole otro trago por eso, el mismo se lo sirvió.
Jugué, chupe y ensalive sus bolas hasta más no poder balanceando el placer hasta su asta que también esperaba mi boca caliente y complaciente. Haciéndolo rogar por mis caricias bucales.
Su perineo también era suculento y aunque lo desaprobó al principio entre tanto placer cayeron sus barreras y con ellas mi lengua empezó a penetrar en su ano.
Un juego constante entre besos negro y dedos en su culo entre su verga y bolas en mi boca haciéndolo casi terminal unas cuantas veces. Cuando sentía que casi iba a acabar bajaba mi lengua de nuevo a su culo que estaba a mi disposición ya con las piernas levantadas y en el llego a tener hasta 3 dedos.
-No sé qué coño estás haciendo conmigo… ya va allí no, ufff-El chofer estaba desfalleciendo.
Un macho heterosexual en mi cama con un culo virguito y casi dispuesto a recibir mi verga de 20 cm. Le puse una almohada, le di otro beso con sabor a ron a la vez que me acomodaba en posición de misionero punteando su entrada una que otra vez que ya estaba lubricada con mi saliva y la magia de lubrix.
Cuando mi cabeza entro mi chofer quiso salirse pero no lo deje.
-Relájate hombre, ya verás que te gustará.
-¡Despacio! Me duele coño e madre.
-shhh tranquilo-Le susurre al oído inmovilizándolo y entrando lentamente hasta que metí todo- Poco a poco irá sintiéndose mejor, relájate no te cierres a las nuevas sensaciones.
-afff pero me duele- Gimió el chofer.
Me quede un momento a que se acostumbrara y masturbe su verga que se había puesto flácida.
Empecé a meter y sacar unos centímetros hasta que minutos después subí el ritmo.
-¡Ay! Afff siento que me estoy cagando. Sacala.
-Tranquilo hombre, disfruta las sensaciones, ese es mi pipe que esta completo dentro de ti-Seguía el maduro entre el límite de aceptar o no el placer que poco a poco va aumentando.
Sus gemidos a mi oído me excitaban mas y cuando su verga empezó a levantarse, perdí la cabeza y empecé darle guevo con ganas, que llorara, gozara, gritara e hiciera todo lo que quisiera pero su virgo se quedaba en mi casa si porque si.
Con mi verga dura al 120% comencé a darle duro haciéndolo sudar y desfallecer del gusto. Un macho como aquel denotaba tanta fragilidad cuando le quitaba la verga de su culo, tenia la mirada casi perdida.
Su abdomen y mi mano estaban llenos de su presemen que salía en cantidad.
-¡ay así! Me gusta así-Gritaba el chofer. Yo seguía dándole guevo con ganas para que no olvide nunca lo que es el placer por el culo.
Le hice seña para que se colocara en 4 y le empecé a dar sin compasión haciéndolo sentir un puto esclavo del sexo.
-Que maldito eres, como me tienes así- Decía el chofer entrecortadamente.
Su verga goteaba presemen como una fuente, esas grandes bolas que poseía no daban basto con tanta excitación, su cabeza apoyada en una almohada mostrándome de lado su cara que denotaba extasis. Agarre la media botella de ron y tome de ella luego le eche un chorro en la espalda masajeándosela mientras le metía mi guevo.
Me acosté sobre él y le seguí dando con todo mientras le mordía. Parecía desmayado pero yo sabía que le pasaba, el estaba abrumado de tanto placer. Sacaba mi guevo solo dejando la cabeza adentro y luego metiéndola de una solo hasta el fondo haciéndolo gritar débilmente.
-Viste que si estas disfrutando, más rico no puedes sentir-le susurre al oído y el no respondió-Esto si es verdadero placer entre machos. Sientes como quieres acabar cuando te hago esto-Moví mi cadera de tal forma que toque ese punto que a todos nos gusta.
El se puso algo rojo cuando se lo hice y quiso hablar pero no pudo. Y lo castigue mas haciéndolo sufrir para que no niegue lo que siente su cuerpo que es puro placer.
Minutos intensos hasta que sentí que su culo apretó mi verga una y otra vez. El chofer estaba acabando con el frotamiento de la cama y de mi verga en su culo.
Aproveche el momento y con equilibrio lo puse de lado, alzándole una pierna sin dejar de darle, le sacaría hasta la última gota mientras yo también terminaba en su culo gordo y apretadito.
-Aaaahhhh affffff afff ah-El chofer se fue desvaneciendo hasta quedar dormido.
Esa noche no hizo falta más nada. Los dos en la cama con olor a sexo y saciados.
Al día siguiente, me levante antes que el maduro y fui a ducharme, cuando salí lo encontré sentado en la cama vestido y con una mano en la cara. Su molestia era visible.
-¿Qué me has hecho?, ¿Qué carajos le echaste a la bebida?-El chofer fue hacia mí y me dio un golpe en la cara que casi esquive. Se quedo pensativo unos segundos y retrocedió-No quería darte un coñazo, disculpa, yo no…
El silencio invadió la casa y se marcho sin más. Vi por la ventana cuando salió turbado del edificio dando vueltas en el estacionamiento en busca de su carro para marcharse.
Desde esa vez pasaron bastantes días sin hacer muchas locuras, sentí culpa por él aunque a la vez lo contrario. Para que engañarme si fue una de las experiencias más excitante de mi vida.
Una semanas después …
-Epale Luis, es el chofer. Podemos hablar